Hace 1 año
sábado, 9 de abril de 2011
El chantaje de Billie Jean
Cuenta la historia que Walter Yetnikoff (representante de CBS) cansado de lo que denominaba el “apartheid cultural” un día se presentó en las oficinas de la MTV y les amenazó con retirar a todos los artistas de la compañía (incluidos los blancos) si el nuevo video de su protegido volvía a ser menospreciado por la cadena. Hasta ese momento ningún artista afroamericano había aparecido en ese canal y tal vez habría tardado en hacerlo de no ser por esa coacción. Cabe recordar, por ejemplo, que el single elegido como anticipo de Thriller fue The girl is mine y que, a pesar de tener el reclamo de la presencia de Paul McCartney, CBS no logró que fuese emitido ni una sola vez por la cadena musical.
Finalmente la MTV cedió a las presiones y empezó a pinchar el video cada hora durante los meses de enero y febrero de 1983, lo que hizo que en plena era del videclip todo el mundo empezase a hablar de Michael cuando hasta ese momento no había pasado de ser un artista comercialmente orientado al público de color. Las ventas del álbum se dispararon y el tema se convirtió en un gran éxito gracias al cual fue invitado a interpretarlo en el programa especial Motown 25: Yesterday, today, forever (que estaba preparando la discográfica para conmemorar sus 25 años de vida) a pesar de no haberlo publicado con ellos. La grabación se produjo el 25 de marzo y lo más destacado fue el enfrentamiento musical entre los Temptations y los Four Tops, el discurso de Marvin Gaye sobre la historia de la música negra y su increíble interpretación del What’s going on, la reunión de Diana Ross y las Supremes para cantar Some day we’ll be together y sobre todo la aparición de Michael Jackson…
Primero lo hizo junto a sus hermanos en una inesperada reunificación de los Jackson Five para interpretar una remezcla de sus grandes éxitos pero, aunque aquello resultó impactante para muchos, lo mejor estaba aún por llegar. Al terminar esa actuación Michael se quedó solo sobre el escenario vestido con una chaqueta negra, camisa plateada brillante, pantalones negros ajustados y subidos para mostrar los calcetines blancos, mocasines y un solo guante de lentejuelas y, tras su típico movimiento inclinándose ligeramente y encajando a presión un sombrero en la cabeza, empezó a interpretar la ya archiconocida Billie Jean.
Fue aquí cuando por primera vez uso su famoso “moonwalk” (que en realidad era un paso acreditado al bailarín Solid Gold “Cooley Jackson” y conocido como "backslide" pero que desde ese momento cambio de dueño y nombre para siempre) que le encumbró definitivamente cuando el 16 de mayo fue emitido por la NBC y logro reunir frente a la pantalla a 47 millones de espectadores que vieron como el pequeño de los Jackson andaba hacia adelante cuando en realidad lo hacía hacia atrás…
La consecuencia inmediata fue que las ventas del disco volvieron a dispararse, aunque en esta ocasión ya no se detendrían. El siguiente single fue Beat it, y a este le siguieron otros cuatro más hasta que en enero de 1984 apareció el mítico video de Thriller (la canción) que redondearía un apabullante año de éxitos interplanetarios. Apenas un año antes casi nadie fuera de Estados Unidos había oído hablar de él, y es muy posible que no lo hubiesen hecho (al menos con esa dimensión) de no ser por el empeño de un directivo de su compañía discográfica y del “todo vale para lograr un objetivo” que decidió utilizar para relanzar la carrera de su pupilo que hasta ese momento parecía totalmente estancada… Y es que algunas veces no basta con ser bueno para alcanzar el éxito y una mano echada a tiempo vale mucho más que un gran trabajo…
http://www.youtube.com/v/kXhy7ZsiR50&fs=1&source=uds&autoplay=1
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viernes, 8 de abril de 2011
¿Quién asesinó a Kurt Cobain?
El 8 abril de 1994 los teletipos de todo el mundo echaban humo. El cuerpo sin vida de Kurt Cobain, alma del grupo más importante del momento, había aparecido en su casa con un disparo en la cabeza y todo apuntaba al suicidio como causa del fallecimiento. Al shock inicial le siguió la incredulidad, y de eso a poner en duda la versión oficial sólo había un paso. En todos estos años es mucho lo que se ha escrito al respecto y la semilla de la duda se ha instalado entre miles de fans de la banda que parece que no tienen ninguna duda de el asesinato fue la causa real de la muerte de su ídolo. Sus argumentos giran en torno a determinados hechos que sucedieron en sus últimas semanas de vida, revelaciones de gente que lo conocía y algunos datos de su autopsia y del atestado policial. Pero, ¿cuáles son las pruebas a las que se agarran para defender con tanto ahínco esa teoría?
El 1 de marzo de 1994, tras su concierto en el Terminal Einz de Munich, le fue diagnosticada una bronquitis y laringitis muy fuerte. Esa sería la última actuación de la banda ya que, aunque al día siguiente partió hacia Roma donde debía continuar su gira europea, un coma provocado por la mezcla de champaña y Flunitrazepam (un medicamento que hace perder la consciencia, incoloro, sin sabor y que el cantante no utilizaba) lo impidió. Ese medicamento se lo habían recetado curiosamente a Courtney Love a su llegada a Roma un día antes del percance. Era 4 de marzo. Inmediatamente fue ingresado mientras su esposa filtraba a algún medio amigo que se había intentado suicidar, cuando en realidad se había tratado de un accidente. El día 8 salió del hospital por su propio pie y enseguida cogió un avión que lo devolvió a Seattle.
Apenas diez días después, el 18 de marzo, Courtney llamó a la policía diciendo que su marido se había encerrado en una habitación con una pistola y se quería suicidar. Cuando se presentaron en su domicilio, tras requisar varias armas, descubrieron (como hacen constar en su atestado) que la razón por la que se había encerrado era porque tenía miedo de su mujer y que en ningún caso había pensado en suicidarse. Cuando la policía le preguntó sobre el tema ella admitió que Cobain nunca había mencionado que quería suicidarse y que no lo había visto con un arma.
El día 25 Love reúne un gabinete de crisis con las drogas como único punto del día y a la que asistieron sus músicos más cercanos, el manager de la banda, ejecutivos de la discográfica y Dylan Carlson (miembro de Earth y uno de los mejores amigos del artista). El ex-representante de Nirvana, Danny Goldberg, contó a posteriori que Cobain se había mostrado “extremadamente escéptico” y que en todo momento “negó que estuviera haciendo algo realmente autodestructivo”. Sin embargo, tras varias horas de discusión, aceptó incorporarse a un programa de desintoxicación, cosa que hizo el 30 de marzo en el Centro de Recuperación Exodus de Los Angeles.
El primero de abril recibió en la clínica la visita de Frances Bean (su hija) acompañada de su niñera durante aproximadamente una hora. Esa noche con un cigarrillo en la mano salió del edificio, salto una reja de 1,80 metros y en taxi se dirigió hacia el aeropuerto para coger un vuelo en dirección a Seatle. Pasó por su casa, habló con Michael DeWitt (antiguo novio de Love y camello de la pareja) y los días siguientes los dedicó a deambular por Seatle aunque a nadie de entre la gente cercana con la que se encontró le pareció que hubiese razones para preocuparse de nada. El 3 de abril Courtney contrató los servicios del investigador privado Tom Grant para que encontrase a su marido y al día siguiente rellenó una denuncia de persona desaparecida con el nombre de la madre de Cobain (sin el consentimiento de esta) agregando que quería suicidarse y portaba un arma de fuego.
Por fin el día 8 su cuerpo fue hallado por Gary Smith, un empleado de Veca Electric contratado para instalar un sistema eléctrico de seguridad, en un cuarto sobre el garaje de una casa que poseía el cantante cerca del lago Washington, con un disparo en la boca y salida por el oído. Al parecer al principio le costó darse cuenta por la falta de sangre, llegando a pensar que se trataba de una muñeca tirada en el suelo en un primer momento y que estaba dormido después. La autopsia determinó que la muerte se produjo por “herida de bala auto-inflingida en la cabeza” y que probablemente llevase allí desde el día 5 de ese mes de abril de 1994. Su cuerpo se incineró rápidamente y las cenizas fueron repartidas entre un templo budista de Nueva York, su hija y su esposa a la que ya empezaba conocerse como la viuda negra del grunge.
Con este pequeño resumen ya se puede ver que cuando menos existen algunos puntos oscuros en el desarrollo de los acontecimientos, y el primero que puso en duda la versión oficial fue el investigador Tom Grant al que habían encargado localizarle. El destapó que la autopsia decía que se habían localizado en su cuerpo tres fuertes dosis de heroína (letales por si mismas) y una de la droga Diazepam, que hacían imposible el hecho de empuñar un arma. Además tenia tres pinchazos en el codo (un sitio poco habitual para pincharse a menos que se quisiese ocultar), no se encontraron huellas en toda la estancia (ni siquiera de Cobain) y la herida de bala que le había destrozado la mejilla y el oído izquierdo, aunque mortal, no era instantánea, por lo que la poca sangre que se encontró debería estar en otra posición. Su conclusión fue que probablemente le mató la heroína y que fue otra persona (la misma que se la había suministrado) la que se encargó de hacer que pareciese un suicidio.
Desde ese momento empezaron todo tipo de elucubraciones (libros, películas, foros de internet se han hecho eco de ellas) aunque la mayoría coinciden con que la responsabilidad material recae en Michael DeWitt o Dylan Carlson (ambos adictos a la heroína a los que podría haber convencido una cuantiosa suma de dinero) y la ideológica en su mujer Courtney Love. Una de las pruebas que presuntamente la inculpan es la declaración de un tal Eldon Hoke que, ante un detector de mentiras que confirmó que decía la verdad con un 99,7% de posibilidades, afirmaba que le había ofrecido dinero por asesinar a Cobain (Hoke apareció asesinado menos de un año después de esto). Curiosamente además el 1 de abril había cancelado todas las tarjetas de crédito de su marido con la excusa de que no tuviera acceso a dinero con el que comprar drogas, aunque para los malpensados ese detalle unido a que se encontraron las ruedas de su coche pinchadas significa que alguien no quería que tuviese manera de moverse de Seatle.
Otro argumento gira en torno a la carta de despedida. Tal y como está enunciada más parece una despedida de sus fans que una nota de suicidio, ya que se rumoreaba (y luego lo confirmó Dave Grohl) que estaba a punto de anunciar que dejaba la música por no poder soportar durante más tiempo la presión y porque aspiraba a una vida tranquila con su hija. De hecho se sabe que la ruptura con Courtney también era inminente y que había solicitado la custodia de Frances Bean. Eso, unido a que tenían separación de vienes, hacia que en caso de divorcio y sin la custodia de la niña Love no hubiese visto un duro de la fortuna de Cobain. Solo las últimas líneas de la carta, esas sacadas le una canción de Neil Young que dicen que “es mejor quemarse que oxidarse”, pueden hacer pensar en el suicidio, pero grafólogos que han tenido acceso a la carta sostienen que, aunque idéntica a la del artista, esa letra pertenece a otra persona. Se habla también de que existía otra carta, esta si dirigida a su mujer y que ella destruyo al acabar de leerla, en la presuntamente la comentaba su decisión de abandonarla. Además, y como curiosidad final, el cierre de la investigación se hizo en base al informe del forense Nikolas Hartshorne que, cosas que tiene la vida, era amigo de Courtney Love.
Ya han pasado ya 17 años y es probable que dentro de otros tantos se siga escribiendo sobre esto (como se sigue haciendo con sus compañeros del club 27). Visto con la perspectiva que da el tiempo y la dureza con la que ha sido gestionado su legado, es evidente que Cobain valía más muerto que retirado, aunque también es cierto que de entrada a nadie le sorprendió del todo la versión oficial cuando se conoció. Las cartas están sobre la mesa y cada uno puede elegir con cual quedarse. Suicidio u homicidio, he ahí la cuestión…
Texto publicado en la revista Culturamas
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viernes, 1 de abril de 2011
El excitante sonido de los Small Faces
Los Small Faces fueron la banda mod por excelencia y los padres del sonido más excitante que se pudo escuchar en el Reino Unido en la segunda mitad de los 60. Steve Marriott y Ronnie Lane se conocieron un sábado por la mañana de 1965 cuando este último entro en la tienda de instrumentos donde Marriott echaba una mano para comprar un bajo eléctrico. Charlaron un rato, le hizo un buen descuento y esa tarde se reunieron en casa de Steve a escuchar sus discos de rhythm’n’blues. Desde ese momento ambos se hicieron inseparables y no pasó mucho tiempo hasta que en compañía de Kenney Jones (a la batería) y Jimmy Winston (teclados) decidieron formar una banda y empezar a ensayar. Tras un primer concierto desastroso volvieron a actuar en el pub de los padres de Jimmy y allí los vio el propietario del Cavern Club (situado en pleno centro de Londres) que les invitó tocar al sábado siguiente en su local.
El resultado fue tan satisfactorio que les ofreció una residencia por los siguientes sábados, con lo que enseguida se hicieron con un buen número de seguidores que iban a verlos todas las semanas. Su popularidad fue aumentando al ritmo de sus actuaciones casi diarias en pubs y clubs de toda la ciudad gracias a la influencia soul que mostraban sobre el escenario, unas letras violentamente críticas que describen la vida de las grandes barriadas en las que el paro, la delincuencia y la pobreza están a la orden del día, a la poderosa voz de Marriott y sobre todo a su perfecta e impecable estética mod. Musicalmente en ese momento rivalizaban con The Who (a los que su manager vendía como el único grupo mod), aunque para mucha gente (lógicamente tenían bastante publico en común) los Small Faces eran los auténticos mods ya que se mezclaban con la gente, iban a otros conciertos y su imagen era real y no la de unas estrellas del rock para las que un manager había planificado una estética concreta.
Aunque fueron varios los que intentaron hacerse con sus servicios al final fue Don Arden (que trabajaba para Decca) el que se llevo el gato al agua por 20 libras semanales y una cuenta abierta en todas las tiendas de Carnaby St. para que mantuvieran esa imagen que tanto gustaba a la juventud británica de la época. Todo iba muy rápido y, a pesar de que no tenían casi experiencia como músicos, grabaron su primer single en agosto de 1965. Poco después los problemas de ego entre Marriott y Winston acabaron con este en la calle y su sustitución por Ian McLagan. En el periodo que duró su colaboración con Arden grabaron 8 singles y un LP (y otro que sacó la compañía a base de descartes cuando se fueron), y si se rompió fue porque cuando los padres de los chicos (el mayor tenia 18 años cuando empezaron y el menor 16) preguntaron por todo el dinero que estaban ganando con la venta de discos y los innumerables conciertos, este les contestó que se lo gastaban en drogas (cosa que no era verdad).
La ruptura se produjo en el verano de 1967 y enseguida fichan por el sello Immediate, con el que logran mayor libertad para su trabajo y graban 6 singles (hay que recordar que el contenido de los singles no solía coincidir con los de los discos grandes) y dos LP’s, Small Faces en julio de 1967 y el psicodélico Ogden's nut gone flake en junio de1968. La banda alcanzó su máxima cota de reconocimiento y ventas con este segundo disco para su nueva discográfica, convirtiéndose de inmediato en un clásico y permaneciendo mes y medio en lo más alto de la listas. La crítica lo puso por las nubes, su portada recibió múltiples premios, pero se encontraron con el problema de haber creado una obra maestra imposible de trasladar a un escenario. La única vez que lo hicieron fue para el programa de la BBC “Colour me pop” y todas las referencias que he encontrado dicen que fue un momento memorable.
Tras el concierto de nochevieja de 1968 en Nueva York, Steve Marriott abandonó el grupo para formar Humble Pie junto a Peter Frampton, dejando a sus compañeros compuestos y sin cantante. Fue entonces cuando Lane, Jones y McLagan reclutaron al vocalista Rod Stewart y al guitarrista Ron Wood (ambos ex-miembros del Jeff Beck Group) y, aunque lanzaron un álbum bajo el nombre de los Small Faces por un presunto error de la discográfica (o no, que ya se sabe como son estas cosas del marketing y la publicidad), pasaron a llamarse The Faces e iniciaron una carrera que durante seis años les daría más éxitos, reconocimiento y prestigio que a su ex compañero.
Volvieron a juntarse en 1975 tras la disolución de Humble Pie y The Faces (Stewart inició su carrera en solitario y Wood se fue con los Stones) para regrabar un par de singles e intentar sacar algo nuevo, pero la esclerosis que padecía Lane lo hizo del todo imposible. El 20 de abril de 1991 Steve Marriott murió mientras dormía a causa de un incendio provocado por un cigarro mal apagado y el 4 de junio de 1997 lo hizo Ronnie Lane por una neumonía que su delicado estado de salud no pudo resistir. Probablemente su discografía entre 1965 y 1968 no tenga ni un solo tema de relleno lo que los convierte en un grupo de leyenda... Eran los 60 y, en lo musical, con eso está todo dicho...
Texto publicado en la revista Culturamas
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