sábado, 30 de mayo de 2009

Los Secretos más innobles de Alvaro Urquijo

Esta noche Los Secretos han iniciado en La Coruña una nueva gira que les servirá para presentar en directo el disco que grabaron en Las Ventas el 10 de octubre del pasado año para conmemorar sus 30 años de carrera. Ya en su momento dejé clara cual era mi opinión sobre la utilización que estaba haciendo Alvaro Urquijo del nombre del mítico grupo de los 80 y, visto lo visto, no me queda más remedio que volver otra vez sobre lo mismo y decir que me parece vergonzoso en lo que han acabado convirtiéndose. En cualquier caso que nadie se preocupe. Por mucho que leo no encuentro a nadie que comparta mi opinión y lo único que les llueven por todas partes son alabanzas y buenas palabras.

Entiendo perfectamente que todo el mundo tiene derecho a comer y que para ello lo que hay que hacer es trabajar. Por lo tanto si eres un músico lo que corresponde es tocar y grabar discos, y creo que ahí radica un poco el problema. Hay mucha gente que está dispuesta a pagar un dinero por verles actuando en directo, pero me temo que cada vez hay menos que lo estén por un disco de temas inéditos (y me temo que incluso a las discográficas prefieren publicar una vez más “Déjame” que nuevas canciones). Y en este punto es donde surge el choque ya que una parte de la cadena en la vida del artista musical, que es la de ofrecer material nuevo a sus seguidores, se rompe, y si sólo les surgen actuaciones habrá que justificarlo de alguna manera de cara al exterior para nadie les diga que desde que murió Enrique hace casi diez años, solo han sido capaces de sacar dos discos de estudio (y cinco entre directos y recopilaciones).

El año pasado tras el concierto comentaron que su idea era descansar un poco de la gira que los había llevado por toda España para conmemorar ese cumpleaños tan redondo (y promocionar el recopilatorio que habían publicado a tal efecto) y luego empezarían a trabajar en un nuevo disco en estudio... Pues parece que la cosa finalmente no será así y, después de su tour 30 aniversario, ahora inician el de presentación del disco en directo que grabaron para celebrarlo, un poco lioso, ¿no?... Pues no, a mi me parece que está bastante claro y que es una jetada y una excusa para volver a interpretar otra vez las mismas canciones sin ofrecer nada distinto a lo que ya han hecho los últimos años. ¿Qué es lo que la gente quiere? Muy bien dádselo, pero cuando se acaben cansando de ver siempre lo mismo y queráis que entonces compren el disco que publiquéis, os encontrareis con que lo que el público busca en vosotros es el pasado y lo bueno que tuvo, pero como hay que mirar es al futuro, en la tienda se gastarán la pasta en lo último que les venda la radio fórmula de turno.

Y entonces os encontrareis que ese nombre que durante años se identificó con un pop rock de calidad, acaba convertido en el de uno más entre los que se dedican al revival y a tocar la fibra sensible durante un rato de los que eran jóvenes cuando vosotros también la erais...


viernes, 29 de mayo de 2009

Jeff Buckley, un alma en el fondo del río

Hace unos meses Gary Lucas estuvo en la SEMINCI de Valladolid interpretando en directo mientras se pasaba la película “The Golen” (1920 – Paul Wegener) la música que había compuesto para ella. Está considerado como uno de los guitarristas más originales e innovadores de Estados Unidos y en sus 30 años de carrera ha dejado tras de si (tanto con Captain Beefheart como luego con Magic Band y posteriormente en solitario) gran cantidad de discos y de bandas sonoras para el cine y la televisión, pero a pesar de todo el tema central de todas las entrevistas que a lo largo de esos días leí en la prensa de ciudad, giraban en gran medida en torno a los 3 años que sus pasos se unieron a los de Jeff Buckley.

Hay artistas que sólo alcanzan la grandeza tras muchos años de trabajo dejándose la piel en los estudios y sobre un escenario cuando su carrera toca a su fin, y otros la consiguen con una efímera pincelada de su talento que les lleva a convertirse en leyendas. Pero la gran mayoría, muchas veces a pesar de su calidad, tienen que conformarse con vivir a la sombra de algo o de alguien, y por mucho que hagan esta será siempre demasiado alargada como para lograr huir de ella. En el caso de Gary, el y Buckey se conocieron en un concierto homenaje a su padre en el que le acompañó en un tema a la guitarra, y lo largo de 1991 y 1992 escribieron canciones juntos (años después aparecerían en el disco “Song to no one” acreditado a ambos artistas) y como acompañamiento en los conciertos que le salían . Aunque cada uno siguió por su camino, dos le los temas que compusieron juntos aparecieron en “Grace” (“Grace” y “Mojo pin”), y definitivamente su nombre quedó unido para siempre al de Buckey. Es lo que tienen los mitos, que fagocitan todo lo que les rodea y, aunque logren mitificarlo también, se quedan con su esencia y les roban la personalidad condenándoles a un futuro en el que siempre serán el que acompañaba a...

Hoy se cumplen 12 años de la muerte de Jeff y es inevitable que, como en toda muerte violenta en el mundo del rock, se haya especulado mucho sobre su fatal desenlace. No faltan las teorías del suicidio basándose en que la noche anterior había confesado a varios de sus seres queridos que padecía de síndrome bipolar, pero parece ser que, en este caso (no soy dudoso y el que me conoce sabe que mi primera opción siempre es no creer la versión oficial), realmente fueron la desgracia y la mala suerte las que se aliaron para arrebatarnos al mayor talento musical surgido en Nueva York desde la Velvet Underground.

La tarde del 29 de mayo de 1997 la banda de Jeff Buckley había aterrizado en Memphis para iniciar al día siguiente la grabación de su segundo disco de estudio que en principio iba a llamarse “My sweetheart the drunk”. El se había adelantado al resto y llevaba unas semanas allí preparando las maquetas del disco junto a Tom Verlaine (el productor). Cuando el sol empezaba ponerse se acercó paseando junto a un amigo a las orillas del rió Wolf (un afluente del Mississippi a su paso por Memphis) sentándose luego allí a tocar la guitarra y escuchar música. De repente, mientras sonaba el “Whole lotta love” de Led Zeppelín, Jeff se levantó y se lanzó al agua totalmente vestido, cosa que no sorprendió a su acompañante ya que lo había hecho otras veces. Mientras nadaba pasó una lanza que levantó oleaje, a lo que su amigo reaccionó girándose para que no se mojara el radiocasete, y cuando unos segundos después volvió a mirar otra vez su cuerpo había desaparecido.

Enseguida dio la alarma y se inicio la búsqueda con barcas y submarinistas, y durante los cinco días que tardó en aparece el cadáver se dispararon todo tipo de elucubraciones (que había desaparecido al estilo de Richey Edwards por incapaz de aguantar la presión, que se había suicidado, que había huido al darse cuenta que el material que tenia no estaba a la altura de “Grace”...). Todo termino cuando un turista divisó desde uno de los típico barcos que recorren el río un cuerpo flotando desnudo al final de Beale Street (la legendaria cuna del blues). En su autopsia se comprobó que no había consumido ningún tipo de drogas y que el alcohol consumido en ningún caso era la causa directa o indirecta del fallecimiento. Fue simplemente eso, un lamentable accidente...

El alma de Jeff Buckley sigue descansando en el fondo del río y sus canciones, que parecían buscar su razón de ser en esas oscuras aguas, hoy están tan vivas como él. Un solo disco, una sola punzada en el corazón, una sola avalancha de sentimientos, una única descarga incontrolada de emociones... Y después la vida eterna

jueves, 28 de mayo de 2009

Cemetry gates (The Smiths)

A dreaded sunny day
So I meet you at the cemetry gates
Keats and Yeats are on your side
A dreaded sunny day
So I meet you at the cemetry gates
Keats and Yeats are on your side
While Wilde is on mine

So we go inside and we gravely read the stones
All those people, all those lives
Where are they now ?
With loves, and hates
And passions just like mine
They were born
And then they lived
And then they died
It seems so unfair
I want to cry

You say: "'Ere thrice the sun done salutation to the dawn"
And you claim these words as your own
But I've read well, and I've heard them said
A hundred times (maybe less, maybe more)
If you must write prose/poems
The words you use should be your own
Don't plagiarise or take "on loan"

'Cause there's always someone, somewhere
With a big nose, who knows
And who trips you up and laughs
When you fall
Who'll trip you up and laugh
When you fall

You say : "'Ere long done do does did"
Words which could only be your own
And then produce the text
From whence was ripped
(Some dizzy whore, 1804)

A dreaded sunny day
So let's go where we're happy
And I meet you at the cemetry gates
Oh, Keats and Yeats are on your side
A dreaded sunny day
So let's go where we're wanted
And I meet you at the cemetry gates
Keats and Yeats are on your side

But you lose
'Cause weird lover Wilde is on mine
Sure !

(Extraída del álbum " The queen is dead" / Rough Trade Records – 1996)

miércoles, 27 de mayo de 2009

Wilco ya reina en el cielo de Madrid...

El 22 de mayo de 1974, el productor y crítico musical John Landau escribía en el The Real Paper tras ver un concierto de un joven artista algo así como: “He visto el futuro del rock’n’roll. Su nombre es Bruce Springsteen. En una noche en la que necesitaba sentirme joven, él me ha hecho sentir como si escuchara música por primera vez”. El tipo en cuestión no se puede decir que fuese un lumbrera ya que años antes había machacado en la “Rolling Stone” el “Sticky fingers” de los Stones y después de esta cita hizo lo propio con el “Blonde on blonde” de Dylan, por lo que cuando menos habría que decir que tiene un criterio muy particular. Y a eso voy. Al margen de la opinión y de que se comparta o no, Landau consiguió dar con una frase lapidaria, que ya ha alcanzado la categoría de mítica, y que a todos los que escribimos sobre música nos hubiese gustado ser su autor.

Hoy me gustaría ser capaz de poder empezar a hablar del concierto que anoche dio Wilco en el “Teatro Calderón” de Madrid con una frase rompedora del tipo de la de Landau, pero nunca he sido demasiado bueno en esto de hacer crónicas de conciertos y hoy, que todavía no he sido capaz de reponerme, me temo que lo seré menos que nunca. He visto un par de veces su reciente DVD y, aunque es muy bueno, ni de lejos es capaz de reflejar lo que supone un espectáculo de los chicos de Jeff Tweedy, y mi mono por volver a verles de nuevo en lugar de mitigarse se hace más grande. Es cierto que no es una situación desconocida para mi, ya que las anteriores veces que les vi tuve sensaciones similares, pero esta vez es distinta, más intensa tal vez...

Todo lo que me viene a la cabeza son ideas inconexas y muchas emociones así que, para leer algo más coherente y profesional, lee la crónica aparecida en “El País” que seguro que es más imparcial ya que, lo que continuación vienen son las reflexiones de un fan confeso y rendido a los pies del grupo más grande de la última década. Y es que hoy por hoy que nadie dude que Wilco se han convertido en el referente más importante del rock de este siglo, y si lo de ayer lo repiten cada noche no soy capaz de imaginar donde van a ser capaces de llegar.

Es cierto que el entorno (un teatro que no llega a mil localidades) ayudó y que la percepción de que están tocando sólo para ti genera una subida extra de adrenalina, pero en cualquier caso, esa capacidad para mantener durante casi dos horas y media la emoción a flor de piel pasando en segundos de los guitarrazos y distorsión a la melodía más dulce que se pueda imaginar (dios, casi me muero con la versión que se sacaron de “Via Chicago”) solo ellos son capaces de conseguirlo. Creo que sobra la puntualización, pero Wilco no es un grupo ni para todos los públicos ni fácil para quien no tenga una cierta formación auditiva así que seguidores de OT o de grupos prefabricados (esos que difícilmente son capaces de captar la emoción más allá de un guiño del triunfito de turno) absteneros, estamos hablando de palabras mayores...

Por empezar por algo, diré que el repertorio seleccionado rozó la perfección, y a pesar de eso, si hubiesen elegido otras 25 canciones distintas con toda seguridad estaría hablando en los mismos términos. Además cada concierto es un misterio en si mismo, y como tienen preparadas prácticamente todas las canciones que han grabado (el año pasado dieron 4 conciertos seguidos en los que repasaron toda su discografía) nunca sabes por donde pueden salir (en el DVD de “Ashes of american flags” se ve comoen la prueba de sonido cogen un papel con los títulos de todas sus canciones y van marcando las elegidas). Anoche el gran peso del show lo llevaron los temas de “A ghost is born” que, sumados a los de “Yankee hotel foxtrot”, supusieron más de la mitad de los que sonaron, aunque al final a excepción de su primer trabajo (“AM” – 1995) todos se vieron representados con al menos un par de canciones (incluido el que aparecerá a finales de junio del que interpretaron tres).

La gran sorpresa fue la aparición, al inicio del segundo bis, de “A magazine called Sunset”, un tema que descartaron del “Yankee” y que posteriormente incluyeron en una edición especial para Australia. Desde entonces solo la habían interpretado 29 veces en directo y fue realmente maravilloso el momento en el que sonaron los primeros compases y fui consciente del regalo que nos estaban obsequiando Tweedy y los suyos. Otros momentos estelares (por destacar alguno) fueron la ya mencionada “Via Chicago” (en la que se reúnen todas las señas de identidad del grupo), “Misunderstood” abriendo el primer bis, “Impossible Germany”, “Hoodoo voodoo” o el apoteósico final con “I'm a wheel”, aunque, la verdad, en justicia debería nombrar todas por que juntas formaron una unidad que rozó la perfección a lo largo de las dos horas y veinte que duró el show.

Y que decir de la banda... Hace tiempo (concretamente desde el 21 de marzo de 2005) que pienso que Glenn Kotche es el mejor batería del mundo y una vez más volvió a demostrarlo. El es el hecho diferencial, la base sobre la que se sustenta el sonido de la banda no sólo porque está permanentemente inventando algo, si no por ser capaz de llevar al resto de la banda a su terreno y guiarlos de una forma magistral hacia el objetivo final. Sólo por verlo en acción merece la pena pagar el precio de la entrada. Destaca también la labor de Nels Cline y sus estratosféricos punteos que, cuando se sienta a la steel guitar, se transforman en música celestial. Sus duelos con Pat Sansone hay veces que rozan lo increíble dejando al propio Tweedy (que no es mal guitarrista) en mero comparsa en bastantes fases del concierto. Tanto Stirratt como Jorgensen están a la altura de sus compañeros aunque claro, no destacan tanto como los otros (el bajo y el teclado tampoco dan para muchos alardes) y a veces son injustamente desplazados a un segundo plano que en absoluto merecen.

Creo que resulta difícil brillar más, ejecutar un repertorio con mayor precisión y tocar la fibra de la audiencia con mayor acierto, pero es que además lo hacen con tanta clase que acojona. Sublimes e impecables no puedo imaginar que a nadie le puedan dejar indiferente... El domingo veré a Neil Young y ahora me aterra pensar que me decepcione y no aguante la comparación con ellos. Siento que he sido testigo de algo realmente grande y, como le pasó a Landau hace 35 años, que ha pasado ante mis ojos el pasado, el presente y el futuro del rock... Su nombre Wilco.


martes, 26 de mayo de 2009

La operación triunfo del blues

Aunque los orígenes del blues hay que buscarlo en las zonas rurales del sur, las primeras grabaciones que hay registradas lo fueron en el norte y por cantantes urbanas, muy sofisticadas y provenientes en su mayoría del jazz. Si se analiza con la mentalidad de los años 20 del pasado siglo hay que decir que tiene cierta lógica ya que los únicos estudios dignos de grabación que existían estaban en Chicago y Nueva York, por lo que carecía de sentido que un productor se gastara dinero trasladando a un bluesman desde el sur cuando cantantes que vivían allí y con mejor voz e imagen lo podían hacer. Pero a esa conclusión (y a alguna otra) se llegó después de que la casualidad se cruzara en el camino del blues...

Cuenta la leyenda que en 1920 un productor de discos llamado Frank Hager había alquilado un estudio en Nueva York para grabar a una cantante de variedades blanca. Esta le falló y, para no perder el día que tenia contratado, decidió aprovecharlo con una cantante negra que andaba por allí (y que le habían recomendado). De nombre Mamie Smith se dedicaba a interpretar temas de vodevil que mezclaba con algunos blues y, aunque no le conevencia demasiado la grabó diez canciones, una de la cuales (“Crazy blues”) obtiene un considerable éxito.

Los productores vieron en esto un filón de oro y decidieron que el blues era una música negra, femenina, próxima al vodevil y que se interpretaba en los locales de Harlem. En los siguientes años artistas como Bessie Smith, Ma Rainey o Ida Cox alcanzaron bastante notoriedad y ventas por lo que el nuevo estililo entraba en el mercado por la puerta grande y empezó a abrir los ojos a los productores de lo que en lo musical estaba sucediendo en el sur del país. Se dieron cuenta que era allí donde se vendían la mayoría de los discos y vivian los músicos más importante del género, por lo que era cuestión de tiempo que alguien se acercase a grabarles y editar sus discos.

El problema radicaba en que nadie de las grandes compañías discográficas conocía esa zona ni del tipo de música que podía hacerse por lo que decidieron ponerse en contacto con los propietarios de las tiendas y los locutores de radio locales para que les ayudasen a buscar a los más conocidos de cada región pero también a los talentos ocultos de cada Estado. Las grabaciones al principio se hacían en un improvisado estudio en una habitación de hotel o en las emisoras de radio, pero con el paso del tiempo empezaron a circular camiones con estudios móviles que llegaron a peinar literalmente cada rincón del sur.

El día y en el lugar señalado se presentaban los bluesmen y uno por uno iba pasando y grabando dos temas con los que poder editar un disco de pizarra. El boca a boca en esto funcionaba, y cada vez eran más los que se acercaban a probar suerte en la música. El sistema era sencillo, los discos que se vendían bien daban opciones a que su interprete iniciara una carrera discográfica, esta vez con buenas condiciones técnicas. Les buscaban por su zona y un vez localizados les pagaban el tren y la estancia en Chicago o Nueva York y allí les grababan. Algunos de los que siguieron ese camino como Blind Lemon Jefferson, Blind Willie McTell, Texas Alexander, Blind Blake, Tommy Johnson o Charley Patton, acabaron convirtiéndose en los primeros profesionales musicales del sur profundo y con el paso de los años en los auténticos y genuinos pioneros del blues.

Los que no alcanzaban el éxito simplemente eran apartados y sustituidos por otros que hiciesen que la rueda siguiese girando. Pero, además de aquellos bluesmens que estaban más o menos localizados y se les podía encontrar, existieron muchos otros que por miedo daban nombres y direcciones falsos y a los que no hubo manera de localizarlos a pesar del gran talento que poseían. Algunos de los olvidados fueron redescubiertos 35 años después, y no salían de su asombro cuando se enteraban que los buscaban por las cancines que habían grabado tantísimo tiempo antes

Todos esos nombres que pudieron ser y no lo fueron, viven hoy en el anonimato aunque su obra se mantiene viva gracias a que casi un siglo después cuando vuelven a escuchar esas dos canciones (que en una gran mayoría suponen su discografía completa) siguen emocionando y conmoviendo a quien las escucha. Ese sistema duro hasta bien entrados los años 30 ya que resultaba rentable y cubría una demanda que, sin ser excesiva, merecía ser tenida en cuenta. Luego empezaron a instalarse estudios en el sur y el negocio empezó a funcionar como ocurría con los blancos dejando atrás esos días en los que, además el blues, también surgió el concepto que con el tiempo acabaría degenerando en operación triunfo.

lunes, 25 de mayo de 2009

Jay Bennett, tratando de romper tu corazón

Tengo previsto estar mañana en Madrid para ver el concierto que darán Wilco en la capital y el miércoles contarlo en este blog, pero lo que no entraba ni de lejos en mis planes era hablar de ellos hoy. Todo ha cambiado cuando esta mañana me he encontrado en varios medios digitales con la noticia de la muerte de Jay Bennett y, como consecuencia inevitable, he vuelto a ver la película documental de Sam Jones “I am trying to break your heart” en la que se recoge la grabación de “Yankee Hotel Foxtrot” (y como parte de ella la expulsión de Jay de la banda tras 6 años y 5 discos junto a ellos).

No tengo la intención de hablar demasiado de esa etapa tan desagradable en la que rompió relaciones con Jeff Tweedy, ni de los enfrentamientos con él que le llevaron a poner hace unas semanas una demanda por 50000$ contra el grupo por no haber cobrado los derechos de la película antes mencionada (y en la que salia mal parado dejando una imagen de tipo egocéntrico y músico ambicioso). Lo que si me gustaría decir es que me parece una pena que dos personas que trabajaron con una sintonía tan grande y lograron cambiar las reglas del rock and roll norteamericano, hayan firmado un final tan triste que ya no tiene posibilidad de ser cambiado.

Cuando tras la grabación en 1995 de “AM” el guitarrista Brian Henneman anuncio que dejaba Wilco, los chicos de Tweedy se encontraron con la necesidad de contratar a otro. Su road manager les recomendó que vieran a Titanic Love Affair, una banda nueva que hacia un interesante e innovador power pop y cuyo líder, además de tocar la guitarra, se sentaba también ante los teclados, cosa que ninguno de ellos era capaz de hacer. La conexión de Bennett con Tweedy fue instantánea y su incorporación al grupo se produjo tan pronto como sus miembros dieron el visto bueno. En el primer disco que grabó con ellos (“Being there” de 1996) su aportación se limitó a la de músico ya los temas estaban compuestos, pero su presencia empieza a percibirse en algunos arreglos. A partir de ahí su peso específico dentro de la banda fue creciendo hasta convertirse en el perfecto e inseparable escudero que Tweedy necesitaba para llevar a cabo su proyecto.

A lo largo de los siguientes años reinventaron la música tradicional americana tomando su sonido como punto de partida pero sometiéndole luego a la experimentación e innovación. El álbum en el que ya se ve una aportación considerable fue “Summerteeth” y para su grabación cambiaron la forma que tenían de trabajar hasta ese momento. Tweedy y Bennett se encerraron en el estudio para preparar y musicar los textos de Jeff y grabar todo tipo de instrumentos (Jay los tocaba casi todos) y melodías que luego se incluirían sobre la base grabada por toda la banda (hasta ese momento habían grabado todos juntos en el estudio y sin apenas postproducción). Casi todos los temas del disco están firmados a medias, y lo mismo sucedería en los dos volúmenes de “Mermaid Avenue” (infravaloraos dentro del global de su discografía pero muy recomendables e injustamente desplazados a un segundo plano) que grabaron junto a Billy Bragg sobre letras de Woody Guthrie.

El punto álgido de su colaboración con la banda llegó precisamente en el momento de su salida. Es coautor de la música de 8 de las canciones de “Yankee Hotel Foxtrot” y, si en ese momento pasó inadvertido para una gran mayoría, con el tiempo el disco se ha convertido en uno de los más firmes candidatos al mejor de la década (para mi, sin duda, lo es). Los enfrentamientos empezaron por algo aparentemente tan banal como los interludios entre tema y tema, y si se debía marcar la separación entre ellos o entrelazarlos con ruiditos y melodía para que no quedase claro el final de uno y el inicio del siguiente. Otro elemento de discusión fue si Jim O'Rourke debía o no meter mano en las mezclas ante lo que Bennett era contrario y el resto del grupo, tras escuchar una prueba con el “I am trying to break your heart”, se decantaba por que lo hiciese.

Su último concierto con Wilco fue el 4 de julio de 2001 en Chicago, y muy cerquita de allí, en su casa de Urbana, Illinois, falleció con apenas 45 años. El destino ha querido que el segundo show (hoy actúan en Málaga) que den sus antiguos compañeros tras su desaparición sea en Madrid, por lo que cabe esperar (al menos seria bonito) que sea muy especial y suenen muchos de los temas que compuso junto a ellos y que, en gran medida, supusieron el despegue de Wilco tanto a nivel de público como de críticas favorables hacia su obra. Por desgracia Jay Bennett (que grabó 5 discos en solitario tras su salida) nunca podrá volver a rompernos el corazón...

sábado, 23 de mayo de 2009

Un nuevo templo para el faraon Teddy - I

Lo cierto es que, aunque a veces pueda parecer lo contrario, este no es un blog dedicado a criticar a los responsables de gestionar los derechos de autor en este país. Yo quería hablar simplemente de música y de higos a brevas, bajo el epígrafe “Show me the money” comentar algo sobre los asuntos sucios que se mueven dentro de este mundillo. La circunstancias me han llevado a abusar más de lo que me hubiese gustado de este tema pero, que queréis, los hechos son los que son, y me empieza a parecer que el señor Bautista actúa así con la única intención de hacerme enfadar.

Hace unos días comentaba que al principio (como productor del primer disco de Nacha Pop y por lo bien que hablaban los chicos de él) Teddy no me caía mal pero, cuando empecé a conocerle por sus actos, mi percepción cambió y ahora lo considero uno de los grandes cánceres de nuestra música ya que está consiguiendo que mucha gente (sobre todo los que no la aman) meta a todos los artistas en el mismo saco y los vea con malos ojos. Y claro, tras la noticia que apareció la semana pasada, se ha vuelto a levantar una gran tormenta contra ellos que está consiguiendo que, lo que es justo que cobren como autores o intérpretes, vuelva a ponerse en duda desde ciertos sectores.

Empezaré con lo ocurrido. Al parecer hace tres años la SGAE se puso en contacto con el alcalde de Bobadilla del Monte (curiosamente, que no por esto, hoy imputado en el “caso Gürtel”) para que les cediera el uso del Palacio del Infante don Luis de Borbón para instalar allí su nueva sede. El objetivo, al parecer, era desarrollar actividades socio culturales y ofrecían invertir 30 millones de euros en su restauración y reforma. El ayuntamiento aprobó la cesión durante 75 años con el apoyo del PP y del PSOE aunque, como los dos concejales de Alternativa por Boadilla (APB) denunciaron el asunto por considerar que se cometían varias irregularidades, de momento todo sigue en los tribunales a espera de sentencia (que por lo que se dice no debería tardar mucho).

Hay que decir, antes de continuar, que el palacio en cuestión fue declarado en 1974 monumento histórico-artístico y tiene la vitola de Bien de Interés Cultural (es obra de Ventura Rodríguez y está fechado en 1765), por lo que sólo están permitidos en él obras de conservación, restauración y mantenimiento. Y aquí es donde empiezan a chocar con la legalidad. En el proyecto, además de construir unos 9.500 metros cuadrados adicionales (no le basta con los 6.000 metros edificados), pretender reformar por completo el interior tirando y levantando tabiques, poniendo ascensores y haciendo bibliotecas, aulas, salón de actos, despachos, residencia de becarios y profesores...

Yo no entraré en eso ya que es cosa de la justicia y el Patrimonio Nacional, pero si en la forma de gastar su (nuestro) dinero y la imagen que de cara al exterior están dando. Si nos atenemos a su discurso, los autores españoles están al borde de la indigencia, sus ingresos son cada vez menores y su futuro musical se encuentra en grave peligro. Me pregunto (por demagógico que pueda parecer) que hacen entonces, en una época de crisis en la sociedad en general y su sector en particular, invirtiendo 30 millones de euros en una nueva sede cuando la que ya tienen es bastante espectacular.

Su problema es que, más que luchar por los intereses reales de los músicos, han entrado en una espiral recaudatoria (cosa que muchos de ellos agradecen) y de grandiosismo que en algún momento puede volverse en su contra. Entiendo que se sientan cerca de la divinidad, ya que son intocables y sus deseos han sido órdenes para los distintos gobiernos, pero espero que en este intento de levantar un gran templo en honor a su faraón Teddy – I, se estrellen y por fin alguien (en este caso una justicia que ya de por si se encuentra en entredicho) se atreva a plantarles casa y frenar su ansia de influencia ilimitada sobre el poder...

viernes, 22 de mayo de 2009

Descargas gratuitas y legales en la red...

(Imagen extraida de www.jrmora.com)


Ahora, que por segundo año consecutivo estamos en el punto de mira del Congreso estadounidense como lideres en el mundo de descargas ilegales en internet (y digo segundo, pero el año pasado excepto a los de siempre a nadie le interesó dar tanto bombo a la noticia), creo que ha llegado el momento de recomendar una serie de enlaces en los que, libremente y con el total consentimiento del artista (cuando no impulsado por él), te puedes descargar música de forma gratuita y totalmente legal.

Las razones que empujan a un artista a colgar libremente su música en la red son variadas y, como se verá más adelante, no son sólo grupos desconocidos los que lo hacen. Un artista que se quiere promocionar para que le conozcan no tiene ni derechos de autor que proteger ni nada que perder, pero ¿que pasa con aquellos que ya están consagrados o los que sin estarlo tienen un nombre y cierto reconocimiento? Todo tipo de músicos han recurrido en algún momento a la red (y no me refiero a la nueva moda de regalar el tema de anticipo del disco que lo que hace saltarse así a las radiofórmulas como medio promocional) y a continuación voy a ofrecer una serie de links recientes (cada vez hay más gente que lo hace y empieza a ser un poco inabarcable) en los que descargarse los discos. Basta con pinchar en el nombre del artista para ir al lugar donde hacerlo. Casi todo lo que voy a poner corresponde a artistas españoles, aunque al final haré referencia a alguno extranjero.

Empezaré con gente ya consagrada, y entre los grandes regaladores está Andrés Calamaro. Esto son unos ensayos para preparar la gira de finales de 2007 por Argentina y Chile, pero en la web Camisetas para todos podréis encontrar todo tipo de material que ha cedido el artista como mucho de lo que grabó en la época de “El salmón”, algún concierto y todo tipo de curiosidades y rarezas.. Con él también de protagonista, esta vez en compañía de Ariel Rot, se encuentra un concierto que dieron a finales de 2006 en el Club Ciudad de Buenos Aires. Hay gente que, una vez que se ha descatalogado un disco y la compañía descarta su reedición (ocurre con cientos de ellos que es imposible encontrarle de forma legal), decide regalarlos en red, y de entre lo último que he encontrado, lo más interesante es el segundo que sacó Loquillo musicando a poetas españoles del siglo XX y que se llamó “Con elegancia”.

Otro que en los últimos meses se ha lanzado con las nuevas tecnologías es Juan Perro y, si hace un tiempo comentábamos que se podían encontrar algunas maquetas de su próximo disco, en estos días ha puesto en marcha una radio online en la que por un lado están temas y rarezas suyos y por otro canciones que elige él (de momento solo hay dos especiales sobre Nueva Orleáns que son una autentica delicia). La única pega de la radio es que no te lo puedes descargar, aunque ahora que casi todo el mundo solo escucha música en el ordenador cada vez importa menos. El último grande de España (de momento) del que voy a Hablar es Bunbury que ha creado un grupo de versiones llamado Los Chulis. Los singles circulan por ahí solo de forma promocional por lo que Enrique los ha colgado en la red para que todos sus fans puedan disfrutar también con su divertimento.

A un nivel más bajo cada vez es más habitual verlo y si antaño lo hizo Quique González con varios conciertos en su etapa de pelea a la contra o Iván Ferreiro antes de aparecer “Mentiroso, mentiroso”, ahora es Juan Rivas el que regala “Superdiscotropical”, su nuevo trabajo, en la red para ver si por fin le llega la suerte que el merece. Fernando Alfaro, tras su paso por Surfin bichos y Chucho, colgó “Carnevision”, lo primero que había grabado en compañía de su grupo Los Alienistas, buscando una repercusión que no alcanzó pero que en cualquier caso no afecta para nada a la calidad del disco. No extraña lo de los Stormy Mondays que siempre se han mostrado defensores de la descargas de internet que ofrecen toda su obra desde su web (y otros contenidos de lo más interesantes).

Entre los noveles hay de todo y me resulta complicado decantarme porque tampoco hay nada que me parezca redondo. Me parece interesante lo que hace Alex Ferreira, un cantautor dominicano afincado en Madrid, que ya tiene dos EP’s y está empezando a actuar fuera de la capital. También tiene algo Breis, un chaval murciano que se parece demasiado a demasiadas personas, pero eso también le pasaba a Quique González en “Personal” y luego encontró su propio camino. Lo que si me parece curiosa es una iniciativa de los grupos de Valparaíso (Chile) que llevan ya dos volúmenes recopilando la música que se hace en la cuidad y que además tiene alguna que otra cosilla de los más recomendable.

Mención aparte merece lo que logró la revista digital “Efe eme” a la que nueve artistas les ofrecieron otros tantos discos para que regalasen desde su web con motivo de su décimo aniversario. Algunos artistas como Loquillo, Ariel Rot, Señor Mostaza, Litto Nebbia y Manolo Tarancón se decantaron por un concierto, otros como Andrés Calamaro (podría ser el volumen siete de su reciente antología), José Maria Guzmán y Doctor Divago prefirieron ofrecer material inédito y rarezas, y por último Amaral grabó un EP en exclusiva para ellos en los que versionaban a cuatro artistas granadinos (Los Planetas, 091, Lagartija Nick y Lori Meyers). Un auténtico regalo.

Pero además de discos también se pueden encontar otras cosas, y entre las curiosas está un libro de Xavier Mercadé lleno de fotografias de conciertos con la peculiaridad de que en todas hay alguien saltando sobre el escenario. Otra cosilla interesante es el cocierto- entrevista que Diego Manrique le hizo a Ariel Rot y que luego emitio en su programa "La Madriguera" bajo el nombre de "Canciones desnudas" (parte-1 / parte-2) y en el que destaca la versión del tema de Moris "Nopturno en Princesa". Algo más antiguo es el concierto que regalan Los Ronaldos de la gira de 2006, pero es realmente bueno y me gusta mucho más que el directo que luego editaron. Las pegas son que la grabación es una pista única y que debes dar un email para efectuar la descarga (también lo tiene algun otro enlace que he recomendado).

Concluyo con unas pocas direcciones de grupos guiris, y la primera, como sucedía con la radio de Juan Perro no es de descarga directa, pero el interés lo compensa con creces. Se trata del nuevo disco de Wilco que desde hace un par de semanas se puede escuchar en integro en su web, y que no seria noticia sin no fuese por que hasta el 30 del próximo mes no saldrá a la venta. Tal vez sea un detalle para los que asistamos a los conciertos de la por la Península Ibérica que comienza mañana (10 en 15 días) y los que asistan a la que inician en su país el 12 de junio (estos conciertos por España y Portugal vienen a ser un ensayo con público para la presentación de su esperado nuevo disco por Estados Unidos). Otros asiduos a la red son Radiohead que en esta ocasión directamente regalan (ahora no piden ni la voluntad) un álbum con remezclas de temas de “In rainbows” y alguna rareza, y también Coldplay que lo que ofrecen es un directo de su última gira.

No creo que ninguno de los artistas que aquí han aparecido sean ni delincuentes ni renuncien a cobrar sus derechos de autor. Seguro que les encanta ganar dinero con su trabajo, pero también estoy seguro que eso no es lo único que les motiva a la hora de hacer música. Ellos ven en le red una oportunidad y no al enemigo, y creen que lo que dejen de ganar con la venta de discos (que en la gran mayoría de los casos es una miseria) les compensa con el hecho de que su obra llegue al mayor número posible de gente (y que luego se dejen la pasta en sus conciertos que es donde realmente ganan dinero)

jueves, 21 de mayo de 2009

Colgado de la luna (Ariel Rot)

No creo que haga falta una razón
si nadie va a pedir ninguna explicación.
Si sabes que no puedes resistir,
quizá es la ocasión para dejarse ir.
Que pase lo que tenga que pasar,
la sangre llega al río pero el río lleva al mar,
compruebo en los bolsillos para ver
si tengo todo lo que tengo que tener.

Hay veces que te dejas arrastrar por la corriente sur,
prefieres no pensar.
Una carcajada y te vas
viajando sin saber con quien te encontrarás.
Sólo hay una condición,
hay que saber bajarse en la penúltima estación,
hay quien se ha descuidado y ahora está
colgado de la luna y ya no volverá.

Cuanto te has perdido
donde te has quedado
en qué mundo estas
Dime si ha dolido
si no sientes nada
sigue un poco más.

Mejor no me preguntes que pasó
yo mismo no lo sé si el fuego me quemó.
Mejor preguntarme si ya volví
con quien me tropecé, que trucos aprendí.
Sólo hay una condición,
hay que saber bajarse en la penúltima estación,
hay quien se ha descuidado y ahora está
colgado de la luna y ya no volverá.

Hay quien se ha descuidado y ahora está
colgado de la luna y ya no volverá.

(Extraída del álbum "Hablando solo" / DRO – 1997)

miércoles, 20 de mayo de 2009

El trato de Benedetti

Soy conciente que la presencia de Mario Benedetti en este blog está un poco cogida con alfileres, pero no quería dejar pasar la ocasión (triste ocasión), para rendirle un pequeño y modesto homenaje. Lo que se puede decir de él es que (como prácticamente todo el mundo) conocí a Benedetti antes de mucho antes de saber que existía. Con el tiempo, cuando por fin descubres al poeta, te das cuenta de que muchos de sus versos los habías visto escritos en un cartel, o en la carpeta de alguna compañera, o en alguna cita de agenda sin ser consciente de a quien pertenecía.

Aquí esta por que en 1985 Serrat musicó algunos de sus poemas y los reunió en el álbum “El sur también existe”. Pero la labor del poeta en el disco no fue exclusivamente la de dar el permiso para que se hiciese, si no que se implicó y participó directamente en el retoque de los versos para hacerlos canción “me fue muy fácil conectar y trabajar con él y lo que me gustó mucho fue que entendió la diferencia que hay entre un poeta y un escribidor de canciones, técnicamente hablando, y rehizo aquellos versos, para hacer letras de canciones, de una forma muy natural, porque comprendió bien los problemas que puede tener el músico a la hora de crear una canción”. Y en mi opinión en ese hecho se resume la grandeza de Mario Benedetti ya que otros autores se habrían negado a retocar una sola coma, pero el, que entendía la literatura como algo en permanente movimiento, se encargó de darle esa nueva vida a sus textos dotándoles de un nuevo sentido.

De todas maneras no fue la música lo que me acercó al poeta si no el cine. Cuando por fin identifique los versos que me sonaban de toda la vida con él, he de reconocer que no me gustaron demasiado y me parecieron un pelín cursis. Todo cambio a raíz de ver la película “El lado oscuro del corazón” de Eliseo Subiela con la que de repente sentí que todas esas palabras cobraban un nuevo sentido y, como San Pablo, caí de mi caballo y las escamas me desaparecieron de los ojos. Luego en 1996 ó1997, cuando le invistieron Doctor Honoris Causa por la Universidad de Valladolid, pude darle la mano, y en ese momento tuve la sensación de que nunca saludaría a nadie tan especial.

Aunque esta colaboración con Serrat no va ser precisamente el trabajo por el que más se le recuerde, a mi me ha servido de excusa para poder despedirme de él (demasiadas en tan poco tiempo). Ahora, más de una década después, no sabría decir si el sentimiento de esa mañana en el paraninfo de la universidad sigue siendo el mismo. A lo largo del camino te encuentras gente que te abre a nuevos horizontes y te llevan a preguntarte en consiste lo especial, el duende, el talento... En cualquier caso, lo que si que tengo claro, es que uno de los momentos más especiales que recuerdo al mirar atrás es el instante en el que pude saludar a Mario Benedetti.


Compañera usted sabe
puede contar conmigo
no hasta dos o hasta diez
sino contar conmigo.

Si alguna vez advierte
que a los ojos la miro
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense que deliro.

A pesar de esa veta
de amor desprevenido
usted sabe que puede
contar conmigo.

Pero hagamos un trato
nada definitivo
yo quisiera contar
con usted es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo.

Quiero decir contar
hasta dos, hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio

sino para saber
y así quedar tranquilo
que usted sabe que puede
contar conmigo.

“Hagamos un trato” está extraída del álbum "El sur también existe" / ARIOLA – 1985

lunes, 18 de mayo de 2009

La niña rockera – VIII

Lo que en un principio pensaba contar este mes de mi niña rockera pasó a un segundo plano a raíz de los acontecimientos ocurridos hace una semana. Lo cierto es que son un par de pequeñas anécdotas y nada más pero, dadas las circunstancias, a mi me consolaron bastante y consiguieron arrancarme una pequeña sonrisa.

El martes pasado, mientras cenaba la niña, yo estaba escuchando el especial que estaba emitiendo Radio3 y, aunque aparentemente ella estaba a sus cosas y no hacía más que subirse y bajarse de la silla, en realidad la tía estaba pendiente de todo. Cuando en un momento dado alguien hizo un comentario sobre Antonio ella se paró en seco y volviéndose hacía mi me dijo. “papi, han dicho Antonio Vega, el que a ti te gusta...”.

No me sorprendió tanto que lo conociera como que pillara el nombre al vuelo cuando daba la impresión de que estaba metida en otras cosas. Desde hace un par de meses hay colgado en el pasillo un cartel de la gira que estaba haciendo por teatros, y varias veces me había peguntado por él, por lo que entendí que al menos el nombre la sonara. De momento no la he hablado ni enseñado discos y fotos de artistas nacionales, aunque ya se sabe un montón de canciones clásicas del rock español (y muchísimas más de las propias de su edad), pero por lo que vi esa noche en ese sentido no es muy necesaria mi presencia ya que ella misma va asimilando cosas sin necesidad de que yo la dé la tabarra.

Al día siguiente, mientras correteaba por el salón, volvió a encontrarse con su nombre (esta vez en la tele) y la debió sorprender la insistencia, ya que, aunque en ese momento se limitó ver las imágenes de la gente haciendo cola en la puerta del inefable edificio en el que se encontraba su capilla ardiente, al rato se me acercó y me dijo. “¿vemos los discos de Antonio Vega?”... Ni que decir tiene que me levanté como un resorte y nos pusimos a mirar todas las portadas de los vinilos (cuando la fui a enseñar las de los CD’s directamente me dijo que esas no las quería ver). La que más la gustó (la única diría yo) fue la de “Buena disposición” pero, por como se la quedó mirando y el gesto que hizo, sé que la que más la sorprendió fue la de “El momento”.

Soy consciente que estas reacciones y compartimientos de la niña rockera se deben a un enorme gesto de amor hacia mi, y que las cosas que dice y hace son todas por satisfacerme, ya que en el fondo a ella todos esos nombres que la digo la dan igual. Lo que la importan son las canciones y un poco las portadas y el color del vinilo, pero sin quererlo poco a poco se la van quedando otro tipo de cosas y eso, personalmente, me hace sentir satisfecho... Y es que poco más puedo hacer yo, un simple amante de la música, por la gente a la que admiro...

No podré participar en un futuro concierto o disco homenaje, ni las televisiones me darán la oportunidad de decirles lo importante que era para mi saber que Antonio estaba ahí, ni siquiera al final pude acercarme a darle el último adiós como me hubiese gustado... Lo que si puedo hacer es sembrar en mis hijas el amor por la buena música y darlas la posibilidad de conocer a aquellos que la transformaron en obra de arte, aunque sólo sea para que sepan que han existido y que formen parte de su cultura general. En cualquier caso, de momento, tendré que conformarme con su pequeño interés interesado ya que cuando se cansó, y buscando mi sonrisa y un beso, me mintió diciéndome ”papi, que a mi también me gusta Antonio Vega”, justo antes de darse la vuelta e irse con su música a otra parte.

sábado, 16 de mayo de 2009

Dejándose llevar por Antonio Vega

Hay que reconocer que cinco discos en veinte años saben a muy poco en comparación con lo que había sido su carrera anterior. No me apetece ahora entrar en las causas que han provocado una producción tan escasa, pero creo que, a pesar de todo, los que le hemos seguido nos sentimos satisfechos con lo que a lo largo de este tiempo Antonio nos ha regalado. Resultaría fácil y demagógico recurrir a sus adicciones y a la vida que llevaba pero personalmente creo que, teniendo una importancia determinante, cuando menos la misma lo tiene el alto nivel de exigencia que tenia para consigo mismo y que hacían que nunca estuviese del todo convencido de haber terminado una canción.

La aparición en 1991 de “No me iré mañana” supuso, de entrada, un alivio al ver que después de todo lo que se había escrito de él aún era capaz de grabar un disco. Luego, cuando por fin lo escuché, me encontré a un artista que seguía manteniendo su capacidad para escribir grandes canciones, emocionar y demostrar a los que ya le estaban enterrando que todavía tenia mucho que contar. Se había sobrepuesto a una separación que le explotó en las manos y a la responsabilidad que suponía ser el garante de un legado como el de Nacha Pop, alcanzando la madurez compositiva y confirmando un talento que, hasta ese momento, en muchos sectores musicales se había puesto en duda.

Por alguna extraña razón, a pesar de la dualidad que existía en el grupo, todo el mundo identificaba el sonido Nacha a él y sus seguidores se agarraron a eso como tabla de salvación al sentir que ahí estaba (y no en el proyecto de su primo) lo que llevaban esperando tres años. El disco es fabuloso, sin duda el mejor que grabó y el que tiene más número de canciones sobresalientes, a pesar de lo cual apenas tuvo repercusión y ventas. Tras una pequeña gira de presentación desapareció y la siguiente noticia que tuvimos de el fue a través de un recopilatorio con una siniestra portada y la maravillosa “El sitio de mi recreo” como único tema inédito. Los rumores sobre su salud provocaron el primer disco homenaje que se hizo en este país que tiene alguna buena versión pero un título que no gustó a Antonio porque no se consideraba ni triste ni solitario (aunque parezca mentira era un tipo que amaba la vida, gran conversador y muy inquieto siempre queriendo aprender cualquier cosa que le pudiese interesar, sobre todo la astronomía de la que era un apasionado)

Tres años después de su anterior trabajo llegó a las tiendas “Océano de sol” que, bajo la producción de Phil Manzaneda, supuso un cambio respecto a todo lo que había hecho hasta ese momento. El ceder tanto terreno a alguien tan ajeno a él (impuesto por la discográfica) hizo que sus canciones sonasen distintas y, aunque mantuviesen toda su esencia, ni el autor ni muchos de sus seguidores acabaron satisfechos del resultado final. En cualquier caso los temas estaban ahí y en las sucesivas relecturas en directo a lo largo del tiempo han ganado en matices y han ocupado el lugar que les corresponde dentro de su obra.

Algo parecido le sucedió cuatro años después cuando Joan Bibiloni produjo “Anatomía de una ola” que, para mi gusto, es su peor disco (aunque cuando hace un par de años lo recuperé he de reconocer que me sorprendió y me gusto bastante más de lo que lo había hecho en su momento). Otro asunto interesante dentro de su obra es que consiguió que todos sus discos tuviesen una unidad sonora (con lo que un neófito podría decir sin problemas las canciones que iban juntas en cada disco) cosa que creo que es importante ya que el concepto álbum significa algo más que una acumulación de canciones (para eso está el single). Sin querer entrar en su vida privada, en esa grabación conoció a Marga, su musa a partir de ese momento y la que hizo que su carrera en solitario diera un giro de 180 grados.

Cuentan que Antonio había pasado los peores años de su vida bajando hasta el infierno varias veces, y fue cuando ella tomó las riendas cuando las cosas empezaron a cambiar. Lo que hasta ese momento habían sido cortas giras promociónales poco a poco se fueron transformando en multitud de conciertos por todo el país. El era Antonio Vega y la gente le quería ver aunque no tuviese nuevas canciones por lo que cada vez empezó a ser más habitual verle tocar en pequeños recintos ante un puñado de fieles y que solían colgar el cartel de no hay billetes fuese cual fuese el formato (trío, con una pequeña banda, solo con Basilio Martí...).

La aparición en 2001 de “De un lugar perdido” y un año después del “Básico” (concierto acústico) con dos temas extra dieron la sensación de que se avecinaba una temporada de actividad frenética. El disco de entrada decepciona en su concepto ya que sólo tiene 7 temas nuevos y lo completa con un instrumental, una versión y la relectura en acústico de otro tema del disco. En vistas de que poco tiempo después en el “Básico” incluyó dos temas nuevos me hace pensar que la discográfica le metió prisa y acabó sacando el álbum con lo que tenia sin esperar a que acabase las otras canciones. A mi personalmente me gusta y creo que vuelve a recuperar el pulso compositivo que en el anterior solo se ve en pequeños retazos (ese disco de 1998 también se completó con canciones que había hecho para otros y por otras escritas por Nacho Béjar y Basilio Martí que en aquella época le acompañaban)

Creo que en este momento hay que hacer un punto y aparte y resaltar la imagen de Nacho que estuvo con él durante muchos años, pero sobre todo la de Basilio que le acompaño hasta su muerte. Ambos se conocieron hacia 1988 cuando Basilio se incorporó a la banda de Nacho que andaba promocionando su primer disco en solitario. Conectaron bien y formaron Sonora, pero la suerte no les acompañó y tras un único trabajo empezaron a colaborar con Antonio y a partir de “Océano e sol” se convirtieron en la base de su banda. La primera aportación en la composición de Nacho fue “Vapor” y la siguieron “Tuve que correr”, “Agua de río” (con música de Basilio) y ”Para bien y para mal”, consiguiendo transmutarse en Antonio y logrando escribir de tal manera que pareciese que efectivamente las había escrito él. Tras producir “De un lugar perdido” decidió volver a intentarlo en solitario dejando el puesto de mano derecha en exclusiva a Basilio. Espero y deseo que todo el material que pueda existir acabe gestionándolo él ya que es el que ha estado más próximo estos años y el que mejor podía conocer lo que musicalmente deseaba hacer.

La muerte de Marga en febrero de 2004 lejos de hundirle (ya he dicho que era un tipo que amaba la vida) hizo que entrase en una de sus etapas más activas y se metió a grabar el que a la postre se convertiría en su último trabajo de estudio. Para “3000 noches con Marga” tocó prácticamente todos los instrumentos (llegando a grabar más de 60 guitarras) y dio las primeras pinceladas de hacia donde quería musicalmente hablando dirigirse. Los desarrollos instrumentales empiezan a cobrar una gran importancia en sus temas, siendo la guitarra su hilo conductor y mostrando sin complejos (su timidez hacia que no se luciese como el gran guitarrista que era) su virtuosismo con las seis cuerdas.

Los que hemos podido asistir o escuchar alguno de los conciertos de los últimos años, hemos sido testigos de ese hecho, disfrutando de un Antonio en su máximo esplendor, con ese duende suyo que lograba, solo con su voz, emocionar al que le escuchaba. Y es que creo que se nos ido en su mejor momento cuando, ya sabedor de su condición de mito viviente, había decidió entregar sin límites lo mejor de si.


viernes, 15 de mayo de 2009

Nacha Pop, como la lluvia al sol

Estos días me está costando sentarme a escribir más de lo habitual, y creo que parte de la culpa la tiene la gran cantidad de cosas que me gustaría contar y el poco espacio del que dispongo. Nada me impide llenar folios y folios y luego colgarlos, pero me marqué el límite de dos hojas como máximo, y eso me obliga a resumir los contenidos. En el caso de Nacha Pop (como en el de algún artista más) la dificultad de recortar contenidos es mayor que en otros casos ya que mis conocimientos sobre su carrera y su obra es bastante grande, y me cuesta pasar por alto anécdotas o hechos que yo considero determinantes aunque tal vez no lo fueran de forma inmediata.

Supongo que con el tiempo iré centrándome en momentos y hechos más puntuales y concretos (empezaré el domingo hablando del origen de la banda, antes de que Ñete sustituyera a Jaime Conde en la batería, con el concierto en el Teatro Barceló de teloneros de Siouxsie & The Banshees como excusa), pero hoy me limitaré a trazar un pequeño perfil del grupo, lo que significaron en ese Madrid que despertaba y lo que lo fueron después una vez que se separaron. Los logros, discografía y demás datos biográficos han aparecido estos días en todos los medios y todo el mundo se ha declarado ferviente seguidor de la banda de toda la vida, pero no nos engañemos, la realidad con la que se encontró la banda desde el principio fue bien distinta.

Nacha Pop fue, durante sus diez años de vida, un grupo minoritario que nunca vendió más de 20000 copias (y eso que en los 80 muchos grupos alcanzaron al menos el disco de oro sin demasiados problemas) y que si se mantuvo unido durante tanto tiempo fue gracias a unos seguidores muy fieles y al apoyo de la crítica especializada para los que siempre fueron sus niños mimados. La formación histórica de la banda que grabaría casi todos los discos estaba compuesta por Ñete a la batería, Carlos Brooking en el bajo y los primos Antonio Vega y Nacho García Vega que tocaban la guitarra y se repartían las tareas de composición, interpretación vocal, y vino forzada por la exigencia por parte de la compañía del cambio del batería por su baja calidad. Esa fue, como veremos más tarde, la única vez que los Nacha se plegaron a las exigencias de la industria lo que seguramente provocó que nunca tuviesen el éxito que su calidad merecía.

Con nuevo dueño en la baquetas y Teddy Bautista de productor entraron a grabar su primer disco y, aunque parezca increíble, gracias a la labor de Teddy consiguieron que al menos sonara a lo que ellos querían. En aquellos años lo normal era que las compañías impusieran al productor y que este hiciese con las canciones lo que le diera la gana, lo que llevó a que muchos grupos (el caso más claro es el de Mamá) se estrellaran en el primer LP y desaparecieran de la circulación tras el segundo (si es que lo llegaban a grabar). En ese sentido ellos tuvieron suerte ya que él les dejo manga ancha y se limitó a darles consejos y a tratar de que sonasen como lo hacían los discos de los artistas ingleses que les gustaban.

La ventaja que tenían respecto al resto de la primera oleada de grupos que grabaron su primer disco a principios de los 80 era que ellos sabían tocar y dedicaban casi todo el tiempo a ensayar por lo que, a pesar de no vender tanto como esperaban, su fama como grupo de directo empezó a crecer y eso les llevó a ser cabeza de cartel de prácticamente todos los festivales que se organizaron en Madrid a lo largo de esos años. Su segundo trabajo también pinchó en ventas pero, una vez más, la crítica se entusiasmó y sus conciertos, llenos de fuerza e intensidad, les sirvieron para responder con hechos a los que les tachaban de blandos. Como “Hispavox” no estaba satisfecha con sus resultados ni ellos con el trato recibido decidieron romper relaciones y dar el salto a DRO, una compañía independiente recién nacida en la que esperaban encontrar el cariño que no habían encontrado en la multinacional.

Con ellos grabaron “Más números, otras letras” y el maxi de “Una décima de segundo” cuyos buenos resultados les llevaría en 1985 de nuevo a una multinacional. Y es que ellos desde el principio lo que buscaban era el éxito y la repercusión, no tanto por la fama y el dinero sino porque querían que su música llegase a todo el mundo, y lograr eso en una empresa con más medios resultaría más sencillo. Lo que sucede es que para alcanzar ese objetivo tenían que plegarse a demasiadas exigencias y ellos, aunque querían triunfar, no estaban dispuestos a ceder en nada en lo que no creyeran, lo que les creo en las compañías y en algunos medios de comunicación generalistas una fama de difíciles que no se correspondía con la realidad. El caso más sonado es su negativa a ceder los derechos de sus canciones a “Los 40 Principales” como condición para ser numero uno en sus listas. Esto hizo que nunca alcanzaran un puesto destacado en esa lista (eran la emisora musical que casi todo el mundo escuchaba y lo que no sonaba en “Los 40” no existía) y que, aunque mantenían a sus fieles, no lograran incrementar sus ventas.

Este no llegar a ningún sitio y un cambio de orientación en los gustos (sobre todo en los de Nacho) de sus compañeros hizo que Ñete dejara la banda y se convirtieran en trío. Después de eso sólo grabaron “El momento” en 1987 y el directo un año después, pero en muchos aspectos la banda ya estaba tocada de muerte. Estas primeras disputas, unido a la adicción de Antonio, hacían difícil mantener el equilibrio en el seno de Nacha Pop y más cuando, por mucho que hiciesen no lograran la repercusión que otros grupos de su generación que habían sobrevivido si que estaban alcanzando. Sabían que la calidad de sus discos estaban muy por encima de la media, que sus directos eran potentes y que además estaban dispuestos a trabajar todo lo que fuese necesario para alcanzar su objetivo (aunque no a venderse), pero a pesar de eso no lograban dar el gran salto así que el desánimo y cierta frustración empezaron a instalarse en el grupo.

Antonio se fue encerrando más en si mismo, y el contar con él para ensayar cada vez se hizo más complicado. Además el ego de los primos habían hecho que desde la llegada de nuevo a una multinacional (en este caso Polydor) se repartieran los temas del disco al cincuenta por ciento lo que marcó definitivamente la dualidad entre la lluvia y el sol que formaban Nacha Pop. El fin fue inevitable aunque algunos no fuimos conscientes hasta que la separación era un hecho. En mi caso fue paseando por la Gran Vía mientras escuchaba el estreno en la radio del primer single del “80 – 88” y desde entonces nada volvió a ser lo mismo. Unos meses después empecé la universidad y con ella una nueva etapa en perdí gran parte de mi ingenuidad y la creencia de que todo es eterno. Pero de lo que ya en ese momento fui consciente fue de que esa música era parte de mi y que, aunque siguiese escuchándola el resto de mi vida, el instante al que irremisiblemente me conduciría siempre seria a esos años que ellos y yo dejábamos atrás...


jueves, 14 de mayo de 2009

El sueño (Nacha Pop)

Cuando la noche terminó,
cuando sus ojos se cerraron
dejo su mano de pulsar
las viejas teclas del piano.

Y se excito al soñar,
entristeció al pensar
en unas teclas de goma
que no pueden sonar.

Día tras día en un rincón
entre miles de partituras.
Noche tras noche la sensación
De estar cerca de la locura.

Y se excito al soñar,
entristeció al pensar
en unas teclas de goma
que no pueden sonar.

Viejos acordes que se vuelven a escapar
cuando sus manos dejan de vibrar.
Llegó la hora de empezar,
llegó la hora de luchar,
llegó la hora de cerrar y partir

Una mañana en una canción
se puso a hablar con su piano
y este le dijo sin ilusión
que el tiempo le había gastado.

Y se excito al soñar,
entristeció al pensar
en unas teclas de goma
que no pueden sonar.

(Extraída del single "El sueño" / HISPAVOX – 1981)

miércoles, 13 de mayo de 2009

Antonio, en lo mejor de nuestras vidas...

Con su cuerpo aún en la sede de la SGAE (pobrecito mío tener que pasar allí sus últimas horas) y la moral bastante baja, no estoy todavía preparado para hablar de Antonio en términos distintos a lo que la emotividad y los sentimientos dictan. Repetían ayer en el homenaje que durante todo el día le hicieron en Radio3 que lo que había que hacer es celebrar su legado, y si bien es cierto que esa seria la actitud ideal, yo no estoy todavía preparado para verlo en esos términos. En cualquier caso a partir de mañana con la canción de los jueves y durante unos días iré recordando su carrera y su obra, recogiendo alguna anécdota y sus grandes momentos, pero hoy me voy a permitir el lujo de exorcizar mis penas y recordar el camino que he recorrido junto a Antonio hasta hoy...

Aunque a posteriori descubrí que conocía otras canciones del grupo, con conciencia real de lo que oía, la primera vez que escuché a Nacha Pop fue en 1984 con la aparición de “Una décima de segundo”. Yo andaba a esas alturas todavía picoteando de aquí y allá pero esa canción me abrió una senda que desde entonces no abandoné. Busqué los discos anteriores y con los años me hice con los que iban saliendo, y si hasta el maxi las canciones de ambos primos me gustaban casi a la par (aunque la gran mayoría eran de Antonio), desde “Dibujos animados” las de Nacho dejaron de llamarme la atención (con excepciones, claro) mientras que las de Antonio me empezaron a parecer auténticas obras de arte cargadas de emoción y con unas letras desconcertantemente poéticas. Algunos de sus temas como “Desordenada habitación”, “Con tal de regresar”, “Lo que tu y yo sabemos”, “Cada uno su razón” o “Lucha de gigantes” fueron parte de la banda sonora de mi adolescencia cosa que me lleva, parafraseando al protagonista de “Alta fidelidad”, a preguntarme si en aquellos años era así porque escuchaba a los Nacha o escuchaba a los Nacha Pop por que era así.

Lo peor llegó en COU cuando anunciaron su separación y grabaron el doble directo. Recuerdo perfectamente escuchar por primera vez la versión del concierto de "Chica de ayer" paseando por la Gran Vía con los walkman y me dio un vuelco el corazón. Los reyes me trajeron el disco y, a pesar de que en aquel momento ya andaba yo en sonidos más duros, no dejé de escucharlo durante semanas. Este es un trabajo muy criticado, pero a mi me encanta ya que, por un lado recuperó temas como “Relojes en la oscuridad” con un sonido más guitarrero y sin los teclados del original que para mi gusto la estropeaban, y por otro por que recoge su repertorio con una gran fuerza y contundencia, aunque fuera a costa de llenar el escenario de músicos al estilo E Street Band (dos baterías, dos bajistas, el saxo, el teclado, tres guitarras, las coristas...).

Un nuevo mundo se abría bajo mis pies, la universidad, y conmigo viajaron los Nacha primero, y a partir del verano de 1991 también Antonio. El debut de Rico fue tan lamentable (para mi gusto) que a poco bien que lo hiciese se metería en el bolsillo a la masa de fieles que ya le veneraban (que no eran tantos ya que su disco más vendido fue el directo y solo logro un pelado disco de oro, para que ahora se quejen otros de que se venden pocos discos). Y es que en aquellos años, ahora que todos dicen que seguían al grupo desde siempre, éramos poquitos los que decíamos sin cortapisas que nos gustaban ya que en los últimos coletazos de la nueva ola (y Mecano, El Ultimo de la Fila, Hombres G o Duncan Dhu venciendo cientos de miles de discos) y el surgimiento del indie, decir que te gustaba Nacha Pop era visto por unos y otros como una excentricidad.

Pero “No me iré mañana” fue algo más que un primer disco de un artista venido de un grupo con pedigrí pero sin ventas. Personalmente creo que es el mejor disco de la década, aunque hay otros tres o cuatro que le discutirían el puesto, pero es que el tío regaló una colección de canciones impecables en todos los sentidos, que cada vez que escucho (que es varias veces al año) me devuelve al verano de 1991 y se me aparece mi imagen sentado contra la pared de la casa de enfrente mirando las estrellas y escuchando durante horas la cinta... No se llenó la sala de Madrid donde le vi a finales de ese año y el disco se vendió poco, pero el seguía escribiendo a sangre y fuego mi historia emocional a base de canciones que me dejaban roto.

Con “El sitio de mi recreo” de repente el reconocimiento hacia su persona se disparó. Todo el mundo se enamoró de ella y, aunque fuera una maqueta, se llevó premios tan importante en aquella época (ahora hay premios a patadas, pero antes los pocos que había daban prestigio) como el de mejor canción para Radio3 y el ondas (cuando no eran el cachondeo que son ahora). La salida de “Océano de sol” me pilló estancado en la carrera en todos los sentidos, y ese 1994 es el año los primeros discos firmados, la mayor tormenta que he vivido en un coche mientras volvía de Palencia en compañía de mi hermano lobo después de un concierto de Antonio (esa noche pensé que me iba a matar) y de kilómetros y kilómetros a mis espaldas por carreteras comarcales con él sonando por los altavoces del coche...

Luego llegó el puto CD y, aunque me hice con la edición especial de “Anatomía de una ola” (venia en una cajita de cartón y un texto autobiográfico y manuscrito de Antonio), nada volvió a ser lo mismo (por que quizá yo tampoco lo era). Creo que es el disco suyo que menos me gusta y eso que escuchándolo ahora ha ganado muchos enteros y puede que realmente en ese momento el problema fuera yo. Ese año fue la primera vez que lleve a mi chica (y madre de mis hijas a la que un par de años antes el primer regalo que la había hecho era una cinta recopilatoria suya) a uno de sus conciertos, pero también cuando descubrí que ya no estaba hecho para los grandes espacios (se llenó un pabellón en un concierto gratuito y creo que ha sido el peor que le he visto).

Como diría Salander, 2001 el año de “todo lo malo”, lo fue también el de “De un lugar perdido” y el “Básico” (conseguí una copia pirata y pude disfrutarlo con un año de antelación) que, junto al “Ultrasónica” de Piratas y “Salitre 48” de Quique, fueron el bálsamo en el bañe mis heridas. Desde entonces le he visto en concierto bastantes veces y unas cuantas se me ha escapado, pero él siempre estaba ahí para despertar todo tipo de emociones y generar a su alrededor la magia que desprendía cada vez que se subía a un escenario.

Nos dejo su último disco hace cuatro años y, aunque todo lo que aparezca a partir de ahora (el directo que estaba grabando, maquetas, algún DVD...) será obra menor, seguro que aún me deparará grandes momentos y más recuerdos que añadir a ese camino que iniciamos juntos hace 25 largos años y que espero, deseo y sé que todavía serán muchos más...

martes, 12 de mayo de 2009

Adiós amigo, adiós maestro, adiós Antonio...

Estoy hundido y las palabras se han ido de mi boca y mi cabeza. No me salen en estos momentos más que tópicos como que por esperada no deja de ser duro y chorradas de esas, y lo que me apetece es echarme a llorar y no parar hasta mañana... Por que lo único real es que ya no está entre nosotros y, aunque nos queda su música, esta no compensa el gran vacío que nos deja su ausencia...

En unas horas saldré hacia Madrid para despedirme de él y poder decirle en persona todo lo que ha sido, es y será...

Se nos ha ido el duende, el talento, la magia, la emoción... Se nos ha ido el amigo y el maestro... Se nos ha ido Antonio Vega...

Ella no sabe que la vi
inmóvil y toda gris,
tomé el sendero hacia el lugar,
en la montaña.

Aquella noche la pase
oyendo el agua correr
sentía enorme la atracción
de la montaña.

Camino sin ver el final
y el paso que aún no he dado ya está atrás,
¿estoy llegando? ¿o he llegado ya?

Como los ríos prometí
el nunca retroceder,
pero ellos caen, se dejan ir, yo
mi peso he de vencer.

Arena que cede al andar,
paredes que se dejan abrazar,
parece que la cumbre cerca está.
Algo mas cerca que ayer...

La última montaña quedo
delante de ti,
la última montaña quedó
muy cerca de ti.

El sol ya no se deja ver
la noche ébano es,
siento lo vivo y fantasmal
de la montaña.

Camino sin ver el final
y el paso que aún no he dado ya está atrás,
estoy llegando y he llegado ya
poco más cerca que ayer.

La última montaña quedó
delante de ti
la última montaña quedó
muy cerca de ti.

“La última montaña” está extraída del álbum "No me iré mañana" / PASION – 1991

lunes, 11 de mayo de 2009

Alta fidelidad o el diario de un coleccionista

“Escuchaba música pop porque estaba deprimido o estaba deprimido por escuchar música pop?” Con esta declaración, y tras un plano que empieza en un vinilo girando y termina en John Cusack tras recorrer el equipo de música y el cable de los cascos, comienza “Alta fidelidad”, la película que sobre la novela de Nick Hornby dirigió hace unos años Stephen Frears. Recuerdo que leí el libro a finales de los 90 y que me sentí totalmente identificado con el personaje en lo que se refiere a filias y fobias musicales (no tanto en los gustos si no en las manías y comportamientos típicos del coleccionista de discos), lo que me gustó por ver que no era tan raro lo que hacia, pero que también me inquietó, ya que nunca había visto determinadas cosas que consideraba de lo más normal del mundo con los ojos de un observador al que le cuentan una historia ajena.

Cuando se estrenó en los cines se me escapó y luego, con los años, aunque la he buscado (he de reconocer que sin excesivo interés) no he no he conseguido encontrarla por lo hasta que me la regaló Domingo por mi cumpleaños nunca había tenido la posibilidad de verla. Pero es que incluso con el DVD en mis manos he tardado varios meses en verla por el ajetreo de mi segunda niña rockera y también, por que negarlo, por la pereza de plantarme delante de la TV y tener que estar un par de horas delante de ella. Al final este fin de semana se han dado las condiciones necesarias para poder sentarme a verla tranquilamente, y he de decir que la he disfrutado y me ha hecho revivir las sensaciones que me produjo el libro hace ya una década.

Por el recuerdo que tengo del libro creo que ha captado perfectamente la esencia del personaje y de lo que es el modo de razonar y comportarse de los pirados por la música y los vinilos. Es evidente que por cuestiones narrativas y de ritmo se han suprimido muchas cosas y otras se han situado en momentos distintos de la trama, pero el resultado final creo que es simplemente espectacular... Y si en su momento deseé más que nada en el mundo haber escrito yo ese libro, ahora en el caso de haberlo hecho me sentiría encantado con como ha quedado su adaptación.

Son tantos pequeños detalles que aparecen aquí y allá a lo largo del metraje que resultaría imposible mencionar todos los hechos que, por lo que veo, deben ser comunes a todos los de esa raza, pero entre otros he vuelto a reencontrarme con las recopilaciones en cintas de casete y sus teorías para grabarlas (ahora con el CD es mucho más frió y basta con arrastrar la canción sin necesidad de escucharla e ir viendo como van encajando), las listas de favoritos sobre cualquier tema imaginable, la reorganización de la colocación de los discos en función de todo tipo de criterios (algunos de lo más absurdos), el llevar cintas a los colegas para que escuchen algo raro que has conseguido esperando que lo valoren, los prejuicios hacia cierto tipo de artistas y el desprecio (siempre metafóricamente hablando, claro) hacia sus seguidores, la extraña moral del coleccionista que te hace valorar quien merece y quien no tener un disco determinado...

Pero además es que refleja muy bien lo que es (ahora habría que decir que eran, ya que han convertido la música en un producto más de centro comercial) una tienda de discos, con un personal que sabe de música y con el que puedes discutir o intercambiar opiniones, que te descubre artistas y te recomienda con criterio cuando no tienes claro lo que quieres llevar, que es capaz de conseguir lo que el cliente busca aunque tenga que ir a buscarlo en el fin del mundo (lo cierto es que ahora con internet eso es más fácil)... Han logrado captar el espíritu de lo que es un tienda pequeña discos en la que el dueño conoce a muchos de sus clientes y la clase de conversaciones que allí se escuchan, y eso por si solo ya tiene un gran valor por que es algo que algún día se perderá.

Como perla para el cierre Frears nos regala una maravillosa versión del “Let’s get it on” de Marvin Gaye a cargo de Jack Black (que se sale a lo largo de toda la película) que solo sirve para redondear una fabulosa banda sonora que no cojea en ningún momento mientras te conduce sin remisión a ese clímax final. Por poner alguna pega me habría gustado que la acción se desarrollase en Londres como en la novela y no en las calles de Chicago y que se hubiesen respetado las referencias del autor en lugar de introducir grupos actuales y americanos... ¿Pero que es eso en un mar de aciertos?. Nada. Sobre todo si lo que los involucrados (Cusack y Frears) pretendían era simplemente contar como es la vida de un coleccionista que además adora la música.