jueves, 20 de octubre de 2011

La Velvet de Nico


Antes de que Andy Warhol se cruzase en su camino la Velvet Underground ya existía. Tocaban a diario en el Café Bizarre de Nueva York y disponían de un repertorio propio que, por contrato, tenían que mezclar con versiones. Un par de años antes, en 1964, Lou Reed trabajaba como compositor a sueldo para la discográfica Pickwick Records y acababa de conseguir que le permitieran interpretar dos de sus composiciones. Para los conciertos de presentación contrataron a varios músicos para que lo acompañaran y uno de ellos era un galés llamado John Cale, con el que enseguida conectó y se puso a trabajar en otros proyectos una vez que se desvinculó de la disquera. Tras varios cambios de nombre y formación (a la que primero se sumó Sterling Morrison y más tarde Maureen Tucker), en noviembre de 1965 se subían por primera vez a un escenario bajo el nombre que, aunque en su momento no les dio la gloria, con el tiempo les ha hecho pasar a la historia.

Cuando a Warhol le recomendaron que se pasara a verlos por el local donde actuaban cada noche, ya había convertido a The Factory en un hervidero artístico y en el punto de referencia cultural y de vanguardia de Nueva York (en oposición a la psicodelia y el rock ácido que reinaban en San Francisco y la música de la costa oeste de Los Angeles que recuperaba y fusionaba el rock and roll clásico con el country y el blues). Andaba montando un espectáculo en el que pretendía integrar sobre un escenario todas las artes de tal manera que se mezclasen la proyección de alguna de sus películas con danza y música en directo, pero no conseguía dar con un grupo que pusiera música a sus ideas. Las dudas con las que se presentó duraron el tiempo que tardaron en empezar a tocar y pudo comprobar que ante sus ojos estaba sucediendo lo que antes sólo había estado en su cabeza.

La banda, por su parte, cada vez llevaba peor tocar en el Bizarre, un tugurio en el que los dueños no les comprendían y al público le importaba un pimiento lo que hacían. En el interés del artista vieron la puerta de salida a su situación y más después de ser despedidos por interpretar menos versiones de las estipuladas en su contrato (los dueños estaban hartos de ellos y vieron en esto la excusa perfecta). Ambas partes estaban condenadas a entenderse pero, antes de que la colaboración cuajara, tuvieron que superar un primer escoyo y éste tenía nombre de mujer.

Nico era una modelo alemana que estaba haciendo sus primeros pinitos como cantante bajo el manto protector del artista. Había grabado un tema que había escrito Bob Dylan para ella, pero necesitaba músicos que la acompañasen. La idea que Warhol planteó al grupo era que necesitaban una belleza física que contrarrestara el tipo de música que hacían y que lo mejor era colocar a una chica realmente hermosa como ella para capitanear tal anarquía sonora. Convencerles no fue fácil aunque al final, ante la oferta de ser su manager, un equipo completamente nuevo y colaborar estrechamente con ellos, decidieron ceder un poco y aceptaron adaptar el tono de algunas canciones para que ella pudiese interpretarlas y añadir su nombre al de la banda. Así nació la Exploding Plastic Inevitable: The Velvet Underground & Nico.

La primera aparición conjunta fue en marzo de 1966 y a penas un mes después entraban en los Scepter Studios de Nueva York para facturar su primer LP (posteriormente, en mayo, aprovechando una visita a Hollywood volvieron a grabar tres de las canciones en los T.T.G. Studios). La grabación se prolongo a lo largo de cuatro noches de las que dedicaron, las dos primeras a la grabación propiamente dicha, una a la escucha de todo el material y la última para la mezcla. El coste ascendió a unos 2000 dólares y fue el mismo grupo el que los pagó de su bolsillo.

Los únicos conflictos que se conocen durante estas sesiones tuvieron, como no, a Nico de protagonista. Para empezar Lou Reed no quería que ella participase ya que su presencia en la banda había venido impuesta y consideraba que se trataba de un disco únicamente de la Velvet y no de la EPI. Nuevamente la intercesión de Warhol, que acabó firmando el disco como productor, solucionó el problema aunque no eliminó la tensión. Un ejemplo es que cuando llegó el momento de cantar I’ll be your mirror (también interpretó Sunday morning, Femme fatale y All tomorrow’s parties) ella quiso hacerlo en un tono distinto al que el grupo deseaba. Evidentemente no cedieron y se la hicieron repetir una y otra vez hasta que se ajustó a lo que ellos querían.

El disco tardó un año en salir a la venta por problemas con la compañía (entre otros que prefirieron promocionar más el Freak out de Zappa) y dedicaron ese tiempo a girar por todo el país, pero los choques con la factoría de Warhol empezaron a surgir y la relación a tensarse más de la cuenta. También colaboraron en la grabación, composición y producción de Chelsea girls (primer disco de Nico en solitario) y ese conflicto de intereses entre la banda y la cantante fue lo que, a la postre, llevo al desencuentro definitivo. En mayo de 1967 propusieron al grupo dos conciertos en una gran sala de Boston pero, cuando informaron a la cantante de las fechas, esta les dijo que para esos días ya tenía comprometidos varios shows y que su carrera era lo primero. Debió cambiar de opinión, ya que la segunda noche se presentó en Boston, pero ya era tarde y no la dejaron subirse al escenario. Se ofendió y se marchó a Nueva York, y nunca más volvió a actuar con The Velvet Underground.

El epílogo de esta relación se produjo en París el 29 de enero de 1972. Al escenario de Le Bataclan se subieron esa noche Lou Reed, John Cale y Nico para interpretar, de forma acústica, seis canciones del álbum que hicieron juntos y algunas de sus respectivas carreras en solitario (aunque Lou aún no había publicado ningún disco). Su música nunca había sonado en directo en la vieja Europa (solo lo haría una vez mas en Londres y luego en la minigira-reunión de 1993), así que se esperaba que la actuación estuviese a la altura de las expectativas creadas. Por lo que se puede escuchar en el disco que se publicó en 2003 con la grabación de ese concierto, lo estuvo y pudieron así poner la guinda a una historia que, si bien quedo interrumpida demasiado pronto, el tiempo ha demostrado que es lo mejor que pudo pasar…

Texto publicado en la revista Culturamas