viernes, 31 de octubre de 2008

Yo encontré las gafas de Mike

Antes de nada y para no perder tiempo, si eres de los que aún no tiene "Avería y redención # 7" deja de leer, vete a la tienda de discos más cercana y cómpratelo... Y si es la versión doble con el documental "¿Donde están las gafas de Mike?", mejor. Hace trece meses que salió a la venta, y aunque desde entonces se han publicado unos cuantos buenísimos discos (de esos que piensas que son redondos los cojas por donde los cojas), creo que todavía no ha salido ninguno que le supere en prácticamente ninguna faceta (excepto ventas, claro). Pero hoy de lo que me apetece hablar es del DVD que le acompañaba en su primera edición, y que también se ha editado de forma independiente.

Al parecer cuando Quique González acabó la gira de presentación de "Ajuste de cuentas", su intención inicial era retirarse a su casa en el interior de Cantabria, dedicarse una temporadita a una vida contemplativa y decidir hacía donde quería dirigir su carrera. Esos propósitos le duraron tanto tiempo como el que tardo en entrar en la tienda de instrumentos musicales Fernando Macaya. Le pillo viendo unas imágenes que había grabado en un combate de boxeo y esa misma tarde le propuso que grabasen alguna canción. Así, por casualidad, sus planes dieron un giro y se encontró dando los primeros pasos para un nuevo disco.

A lo largo de un año fue siguiendo todo el proceso creativo de un disco, desde el nacimiento de las canciones con la acústica o el piano, a la grabación definitiva, pasando por bolos en los que probaba los temas o la preparación con la banda de las maquetas. Pero es que además captó el día a día de Quique, con sus paseos por el campo junto a Samuel (su perro), la colaboración en una emisora de Torrelavega recomendando discos, las visitas de los amigos, una operación en la rodilla, aviones perdidos, algún concierto sorpresa, un ensayo en la habitación del hotel... Y así hasta 50 horas de grabación que aparecen perfectamente estructurados y resumidos en apenas 83 minutos.

Lo habitual, cuando se plantea un reportaje sobre un artista, es o seguirle durante una gira o una serie de conciertos, o intercalar imágenes de archivo con entrevistas, pero este proceso tan lento y a lo largo de tantos meses para contar la gestación de un álbum lo recuerdo en casos muy puntuales. "Let it be" puede que fuera la primera ocasión en que se hizo, aunque sólo fue durante un mes y reducido al espacio físico de un estudio. Para mi el mejor (y en breve me extenderé más en él) en este subgénero es el "I trying to break your heart" de Sam Jones en el que se cuenta el tortuoso proceso de grabación del "Yankee hotel foxtrot" de Wilco.

Aunque desconozco si Macaya o Quique lo han visto y lo han utilizado como referente, me parece que es deudor de este en algunos aspectos, sobre todo en la relación del artista con la cámara que parece que no está pero que recoge hasta el último gesto y la normalidad con la que todo se desarrolla sin sentir que las situaciones puedan estar forzadas buscando una toma o un objetivo concreto. Lo único que no me acaba de convencer la voz en off, aunque reconozco que ayuda a ser consciente que la acción avanza en el tiempo (por ejemplo ver como cambia el paisaje a su alrededor también lo hace, pero es menos efectiva), y como no abusa en exceso no llega a resultar molesta en ningún momento.

El resultado es un documental excepcional, en el que consigue hacer llegar al espectador la naturalidad con la surge una obra maestra (el disco) a través de los ojos de otra (el DVD).

jueves, 30 de octubre de 2008

El mundo ya no necesita otra canción de amor (La Cabra Mecánica)

Para Heriberto Goticon

No es que me gustara tu piel morena
eras tan blanquita como una cajera del Pryca.
Tu culito de gimnasio embutido en esos pantaloncillos del Zara
y esa piel de Yves Rocher a que huelen las nubes.
¿Que coño te pasa?

Y en el vaho de la luna del coche
he escrito tu nombre sin darme cuenta,
vivo en una balada de Alejandro Sanz
cuando estoy entre tus piernas,
corazón de mini-bar.

Esta canción no te alegrará el día,
no mejorará en ningún aspecto tu miserable vida.
No me hará millonario, no sonará en la radio,
no será Lorca ni Mozart...
El mundo ya no necesita otra canción de amor,
pero yo sí...

Cuando me voy lejos no duerme sola,
ni lo pido porque que sé que soñará conmigo, ¡eh!.
Somos un solo corazón latiendo en mordente la rima asonante,
no tanto la noche y el día mas bien
somos tan temprano como tarde

Y en el vaho de la luna del coche
he escrito tu nombre sin darme cuenta,
vivo en una balada de Alejandro Sanz
cuando estoy entre tus piernas,
corazón de mini-bar.

Esta canción no te alegrará el día,
no mejorará en ningún aspecto tu miserable vida.
No me hará millonario, no sonará en la radio,
no será Lorca ni Mozart...
El mundo ya no necesita otra canción de amor,
pero yo sí...

(Extraída del álbum "Hotel Lichis" / DRO - 2005)

miércoles, 29 de octubre de 2008

¡¡¡A la mierda!!!

Leo en periódico mientras desayuno las declaraciones de John Paul Jones confirmando que Led Zeppelin saldrá de gira y grabarán un disco sin Robert Plant y se me revuelven las tripas. En el post del 10 de este mes comentaba el rumor de una posible reunión, ya que circulaban noticias de que habían recibido una desorbitante oferta para actuar en Estados Unidos y parte de Europa. Se sabe que Jones, Page y Jason Bonham llevan varias semanas ensayando, e incluso que han probado como posibles sustitutos de Plant a Steve Tyler (Aerosmith), Myles Kennedy (Alter Bridge) o Jack White (White Stripes). Si el concierto de diciembre del pasado año en Londres tuvo un objetivo concreto como homenajear Ahmet Ertegun, cofundador de la discográfica estadounidense Atlantic Records y uno de los principales responsables del éxito del grupo allá por los años sesenta, lo de ahora no hay por donde cogerlo. Y si además Robert Plant prefiere seguir de gira con Alison Krauss y no va a estar con ellos, pues lo dicho. A mi estómago le toca sufrir.

A la hora de comer veo en una cadena local que Mr Bosé vuelve a visitarnos un año después para presentar, oh sorpresa, de nuevo su reciente "Papito". Además los chicos de Alvaro Urquijo inician nueva gira (esta vez por teatros) para presentar su disco de la gira treinta aniversario. Ya entraré en breve más a fondo en el cachondeo de los conciertos, pero manda narices como algunos personajes dan una vuelta de tuerca tras otra sobre el mismo tema. Me parece fenomenal y aplaudo que vivan en la carretera (es su trabajo y siempre he reclamado al músico rock una actitud ante el escenario como la que tienen los de blues, jazz o flamenco), pero que tengan la decencia de hacer como Dylan, BB King o Krahe de anunciarse con su nombre y no utilizando como reclamo un disco o una gira (lleva dos años usando el mismo cartel de Papitour) caducados hace tiempo. Tenéis carrera y suficiente repertorio de calidad a vuestras espaldas como para comportaros con naturalidad, que no es necesario que os justifiquéis ni pongáis unas excusas. Actuad y punto, pero no tratéis de venderme la moto de que ofrecéis algo novedoso.

Por la tarde he ido a unos grandes almacenes para a ver si había salido ya el "Ruta 66", y como aún no lo tenían me he acercado a ver unos discos. Y lo primero que me encuentro en la estantería de novedades (cuando la novedad sería precisamente lo contrario) es una caja recopilatoria con 3 CD's y 2 DVD's de Ana Belén. Parece mentira la falta de vergüenza que tienen algunos artistas a la hora de dedicarse a publicar sistemáticamente directos y antologías para inmediatamente acusar a alguien de enemigo de la música y de querer quitar el pan a sus hijos. El mes pasado hablaba de su santo esposo, y lo dicho para él podría valer casi palabra por palabra para ella. Así que, con el estómago a punto de explotar, me pongo a buscar en internet cuantos discos de esas características lleva en los últimos años y lo que encuentro es esto. Realmente dan ganas de renunciar a la nacionalidad para no tener que compartir la misma que ellos. Que se queden en Méjico y nos dejen en paz de una vez, que las cosas van lo suficientemente mal como para que venga la parejita a reírse de nosotros a la cara.

Como hoy había fútbol, y mientras preparaba la cena a la niña, he puesto la SER, y definitivamente me han amargado el día. El premio Ondas, respetado hace años (recuerdo cuando era más joven y empezaron a darse en la categoría musical que el criterio a seguir era la calidad y tenían un cierto prestigio), le ha tocado en esta ocasión a El Canto del Loco. Por mucho que pienso en ello no encuentro un solo argumento para darles en esta (la verdad es que en otras tampoco) ocasión un premio a estos chavales. He de reconocer que parecen majetes y me caen bien, pero hay que decir que su ultimo disco es una basura y que no hay por donde cogerlo. Es malo hasta decir basta, y a pesar de eso, toma, un premio...

Y es que hay días que lo mejor es ni abrir un periódico, ni encender la tele, ni conectarte a internet, ni poner la radio. Que casi todo está podrido lo descubrimos hace tiempo, pero cuando tanta basura te llega de golpe y no puedes asimilarla, sólo queda rendirle un sentido y emocionado homenaje al admirado, respetado y nunca bien ponderado Fernando Fernán Gómez y gritar en su honor un ¡¡¡A la mierda!!!... y acto seguido meterse en la cama...

martes, 28 de octubre de 2008

La magia y precisión de Nacha Pop

La verdad es que no sé si este libro en algún momento ha llegado a estar descatalogado, pero de ser así, es evidente que hay que agradecer a la Editorial Milenio que vuelva a ponerlo en las estanterías. Por que lo normal es que una vez agotada, cueste bastante tiempo, y en muchas ocasiones el traspaso de los derechos de edición, volver a ver publicado un libro y, si es musical, más. Se me ocurren tantos títulos vencidos por el olvido, que necesitaría demasiado espacio para enumerarlos y el esfuerzo resultaría del todo inútil. Simplemente agradecer la existencia de las bibliotecas públicas, por que si no (y es simplemente un ejemplo bastante elocuente) el Tarántula de Dylan, que se ha tirado 25 años sin ser editado (desde la edición anterior de 1983 de "Ediciones Júcar" a la actual de 2008 de "Global Rhythm Press"), habría permanecido inédito y desconocido para un par de generaciones de amantes de la música y la literatura.

Escrito por Alex Fernández de Castro y publicado inicialmente en mayo de 2002, no puedo evitar vincularlo directamente con el conjunto de avatares que me sucedieron mientras lo leía a lo largo de seis jornadas de julio. El libro y los recuerdos de ese viaje por el norte siempre caminarán juntos... Días lluviosos, carreteras secundarias en mi viejo punto blanco, el ratón de Getaría iluminado por los relámpagos en una noche sin dormir, las canciones para después del ultimo viaje sonando una y otra vez, y por fin, al final del camino, Radiohead en el Kursall de San Sebastián en la exclusiva gira que les trajo por la península ese verano para probar en directo las canciones del que seria su siguiente disco "Hail to the Thief" (2003).

De entrada lo primero que me llama la atención, y que valoro muy positivamente, es que no haya incluido un par de nuevos capítulos con el esperpento que protagonizaron el año pasado (y que ha continuado este con algunas fechas muy puntuales) con su retorno a los escenarios. Personalmente creo que su historia terminó en mismo punto donde lo hace el libro, y lo demás son borrones que es preferible olvidar para que la nausea no vuelva a mi boca. Lo fácil (que por otro lado es lo que se suele hacer) habría sido añadir un epílogo, una nueva introducción y alguna foto, y tratar de de que algún pardillo picase y se lo comprara otra vez, pero por lo que tengo comprobado esta editorial (al menos en lo que se refiere a música) suele publicar títulos muy recomendables y hacer las cosas bien.

Y que decir del contenido. En sus casi 300 páginas hace un repaso tan exhaustivo de la historia del grupo, que creo que es un referente imprescindible para quien quiera, no sólo aproximarse a ella, si no fundamentalmente profundizar y encontrar las claves de lo que fue. Y diré más. Cualquiera que se plantee escribir una biografía musical debería leer antes este libro para aprender como se tiene que enfocar y orientar un trabajo de este tipo.

Escrito intercalando los hechos con las opiniones de todos los protagonistas, reportajes de prensa de la época, crónicas de conciertos y una gran cantidad de notas a pie de página, el autor nos sumerge, no sólo en el universo de Nacha Pop, si no también en el de una época. Así aprovechando cada episodio de la vida de la banda nos cuenta como funcionaban las multinacionales a principios de los 80 y como nacieron las independientes, como se fue creando la infraestructura para las giras y las empresas de management (de la nada al todo en pocos años), el chantaje de las radiofórmulas para lograr el numero uno y garantizarte la promoción, las relaciones entre grupos, el nacimiento y muerte de la movida, la aparición de las drogas... Y todo ello tratado de una forma muy directa y sin morderse la lengua, pero a su vez muy respetuosa con todas las opiniones y sin tomar partido.

Para concluir, y por buscarle algún pero, echo en falta, fundamentalmente, un índice onomástico y las opiniones de la gente que, al menos en teoría, les despreciaba como Alaska y las tan cacareadas "Hornadas irritantes". Otras cosas como que se incluyan setlist de las distintas giras, más fotos o las letras de todas las canciones lo que harían, simplemente, es convertir en más redonda todavía una obra que está llamada a ser referente (si no lo es ya) de la literatura musical en este país. Y es que al fin y al cabo conjuga los dos elementos fundamentales para una gran biografía: Información y un gran argumento, que no es otro que el del mejor grupo nacido en nuestra vieja piel de toro.

lunes, 27 de octubre de 2008

Las querencias y extravíos de Javier Krahe

Ha pasado ya algo más de un año de la grabación del último disco de Javier Krahe. Le llamó "Querencias y extravíos", y fui uno de los afortunados que pudo asistir al Café España de Valladolid donde, a lo largo de una semana (del 16 al 19 de octubre de 2007), desgranó sus nuevos temas en unas condiciones físicas totalmente adversas para él. Sufría, como en uno de sus discos, dolor de garganta, y esto le impedía cantar en las mejores condiciones. Durante el primer día corrió el rumor de que la grabación se iba a suspender o que lo que saliese de ella no iba a ser utilizado, pero los que teníamos entradas para los siguientes días, respiramos tranquilos cuando nos enteramos que en la primera fecha las cosas, dadas las circunstancias, habían salido bastante bien.

He de confesar que, si a estas alturas de la vida alguien me preguntase eso de ¿y tu, que quieres ser de mayor?, mi respuesta sin dudarlo un momento seria Javier Krahe. Leí hace años la biografía que en 1991 publico la Editorial Júcar escrita por Ángel Vivas, más recientemente las "Charlas con un vago burlón" de Paloma Leyra, y por ultimo he visto varias veces la película "Esta no es la vida privada de JK" de Ana Murugarren y Joaquín Trincado, y de todas estas fuentes he sacado esa conclusión. Si en este mundillo de los que se suben a un escenario hay un personaje cuya filosofía vital se aproxima a la mía (y además la lleva a cabo hasta sus últimas consecuencias), este es él.

Vamos a ver, no negaré que en un momento dado podría llegar a gustarme el rollo de llenar estadios y plazas de toros, pero su camino es el que me habría gustado para mí de haber dispuesto del mínimo talento. Aunque ya había escrito la letra de algunas canciones, se subió por primera vez a un escenario cuando estaban a punto de iniciarse los 80 y de cumplir los 35. Fue Chicho Sánchez Ferlosio el que le empujó (casi literalmente) a que interpretara sus temas en La Aurora, y en vista de que a la gente le gustó continuó haciéndolo.

En esos primeros días conoció a Sabina con el que enseguida congenio, y al poco tiempo estaban compartiendo espectáculo en La Mandrágora (un sotanillo en la Cava Baja que también frecuentaban Javier Ruibal, Tamariz, Forges, Hilario Camacho, Almodovar, Alpuente...) Pronto llego "Valle de lágrimas" para CBS, cierto reconocimiento en el ambiente, Tola y la televisión, el disco con Joaquín y Alberto Pérez, giras por el país... Y al final una bronca en la que Javier tuvo que ejercer de árbitro, el finiquito del trío y cada uno por lado (aunque Krahe y Sabina mantuvieron amistad y colaboración durante un tiempo). El broche de esta etapa le puso la interpretación de "Cuervo ingenuo" en un concierto que iba a ser emitido por televisión y que finalmente fue censurado. Además los ayuntamientos del PSOE (que en 1986 eran la mayoría) dejaron de contratarlo y como los de la derecha tampoco lo hacían, para mantener su independencia y libertad no le quedo otra opción que refugiarse en pequeños clubs (garitos como le gusta llamarlos a él) que es donde continua.

Cada otoño inicia una gira que le lleva más o menos por los mismos sitios de siempre. Hace algún teatro, visita sitios nuevos, pero fundamentalmente es fiel a los locales que le han ido acogiendo a lo largo de los años. En navidades hace el Café Central de Madrid, y hasta primavera sigue girando, siempre de lunes a jueves para descansar el fin de semana. En verano, puentes, fiestas profanas y de guardar y cada vez que tiene ocasión se baja a Zahara, y el resto del tiempo lo dedica a leer, a disfrutar de su familia y escribir canciones. Además es socio de su propia discográfica, los músicos que le acompañan son sus amigos y por sistema no madruga nunca. ¿Se puede pedir más?

Pero ¿cual es el secreto su éxito de minorías? Yo diría que sus canciones, pero claro, es difícil de argumentar cuando posiblemente, en lo musical, sea de lo peorcito que se puede escuchar. La clave está en que necesita un receptor inteligente y dispuesto a escuchar y asimilar sus letras, y por eso su público siempre ha sido selecto y especial, y así se lo ha hecho sentir a ellos, y creo que así le gusta a él que sea. Al igual que Georges Brassens, su maestro, ha dedicado su talento a cantar con ironía y humor, pero le ha dado una vuelta más incorporando el sarcasmo, cierta mordacidad, un toque de desenfreno e irreverencia, y todo para retratar una sociedad en la que se mueve como pez en el agua pero por la que parece pasar de puntillas.

PD - Concluyo compartiendo un mensaje que recibí de un amigo al que le regalé por su cumpleaños el libro de letras de Krahe: "Quiero morir como Andrés octogenario, con la polla tiesa y una enfermera importada de California..." Amigo, tu si que has captado su esencia...

domingo, 26 de octubre de 2008

Londres, 15 - Octubre - 1992 (Lemonheads)

Ayer, por fin, pude ver en directo a Evan Dando y sus Lemonheads, y resultó ser un agradable ejercicio de nostalgia. Diré que a mí el concierto me gustó. En poco más de una hora (y esa es una de las pegas, aunque tal vez si se hubiese sido más largo podría haberse hecho pesado) desgranó prácticamente todos los éxitos que, entre 1992 y 1996, hicieron de ellos una de mis bandas favoritas. En plena explosión grunge sus guitarras rockeras y a ratos distorsionadas, un ligero toque folk y la susurrante voz de Dando los convirtieron en la tabla de salvación de los que buscábamos en la música alternativa algo distinto a lo que ofrecían las radiofórmulas, pero que no acababan de seducirnos los desparrames sonoros de Seattle (aunque con el tiempo he llegado a pillarle el puntillo, en aquella época se me hacia demasiado duro)

En el aspecto artístico (y aquí enlazo con el bootleg de la semana), por suerte, su propuesta ha cambiado poco respecto a lo que era en su momento de mayor esplendor. En aquel lejano octubre de 1992, en el que seguramente aún no sabia que su vida estaba a punto de cambiar para siempre, se presentó ante su público del Astoria londinense con una formación idéntica a la que 16 años después le acompaña. Cambian los nombres (que poco importan cuando el peso del líder es tan abrumador como en el caso que nos ocupa), pero él con su guitarra eléctrica, una batería y un bajo es todo lo que necesitan para desplegar todo su torrente sonoro.

El 2 de junio había aparecido en el mercado "It's a shame about Ray", un muy buen disco escrito en Australia, donde se había refugiado tras el fracaso de "Lovey". Dejaba atrás el punk mezclado con ritmos countries y puramente rockeros de sus trabajos anteriores, y junto a Tom Morgan compuso doce temas de folk-rock pegadizo, con melodías cargadas de nostalgia y tan sencillo de escuchar que parece que fluye de una forma natural y sin ninguna dificultad. Sin embargo, de entrada, no tuvo demasiada repercusión. Las cosas no iban bien, y quince días antes del concierto de Londres, aprovechando una parada en Berlín para un festival, se metieron en un estudio a grabar una versión del "Mrs. Robinson" de Simon and Garfunkel con un tempo punk-rock con el que finalmente dieron en el clavo. El tema estaba destinado al reestreno de la película "El graduado" para llamar la atención del público joven, pero el éxito fue tal que la compañía volvió a editar el disco con este corte extra.

Pero todo esto sucedió a la vuelta a casa tras su gira europea del otoño de 1992. Entre las casi 30 canciones que interpretaban había un poco de todo, algunas de su primera etapa (que con el formato antes mencionado no perdían su vigor original), el trabajo que presentaban casi integro (sin la versión recién grabada que en ese momento todavía era una mera anécdota en su carrera) y varios temas que saldrían publicados un año después en el también muy celebrado "Come on feel" y que seria el empujón definitivo a la fama mundial. Al igual que sucedió anoche, a mitad del concierto se quedaba solo con su guitarra eléctrica (en algún sitio hablan de parte acústica cuando, evidentemente, no lo es) para cantar alguna pieza mas relajada antes de enfrentarse a la traca final con toda su energía.

El único pero a lo que ayer escuchamos, en contraste con esta grabación que comento, es que su sugerente y aparentemente despreocupada voz de antaño se ha transformado en un susurro, en muchos casos desafinado, que hace que las canciones pierdan parte de su encanto en favor de la crudeza del sonido. Lo que en el bootleg es un contraste que enriquece las interpretaciones, ahora se queda en un más que interesante ejercicio de potencia melódica.

El resto de la historia es archiconocida. Este álbum les llevó a su etapa más comercial en la que vendieron millones de discos, pero en la que también se les acuso por parte de los "más auténticos" de ser una banda ingenua y suave, llegando a acuñarse lema: I hate Evan Dando" (Odio a Evan Dando). Y como en otros casos llegaron las drogas duras, la desaparición y vuelta a los escenarios de forma intermitente durante década y media, y en la actualidad un status, que al menos, le permite subirse a un escenario y defender con dignidad un glorioso pasado del que, al menos él, puede vivir.

(25 - Octubre - 2008 / Foto por Boris Rozas)

sábado, 25 de octubre de 2008

El canto del cisne de los hermanos Allman

Cuando hace unos días hablaba de Eric Clapton y con él del álbum "Layla..." , lo hice también de Duane Allman que participó con su slide como estrella invitada y que dotó al tema que titula el disco de una magia, energía y sonido que hacen que el riff final sea de los mejores de la historia. Personalmente creo que era muchísimo mejor guitarrista, pero incluso aceptando que no fuera así, su disco "At Fillmore East" supera con creces cualquiera de los que haya firmado el ingles (seguramente esté entre los 50 mejores de todos los tiempos) y que, a pesar de haber muerto prematuramente, esta única grabación (que también es una grabación única) coloca su nombre en el olimpo de los más grandes.

Pero empecemos por el principio. A finales de los 60 en Estados Unidos la resaca de la psicodelia hizo que se produjera un retorno a las raíces que provocó que, por un lado apareciera el country-rock, y por otro que se recuperara el patriotismo del sur gracias al llamado rock sureño. Y si la gran figura del primer grupo fue Gram Parsons, dentro del segundo destacan sobre manera los Allman Brothers (aunque gente como Lynyrd Skynyrd gracias a su polémica con Neil Young tuvieron más repercusión mediática).

Los hermanos Allman se iniciaron en la música a través de varios grupos y se curtieron a base de actuar en todos los clubes del sur profundo, llegando incluso a grabar un par de discos. Pero el fracaso de esta aventura empujo a Duane a empezar a participar como músico de sesión para gente como Wilson Pickett, Percy Sledge, Chet Atkins o la mismísima Aretha Franklin. Esto hizo que entablara contactos con la industria y que decidiera impulsar un nuevo proyecto junto a su hermano Gregg (órgano y voz), Dickey Betts (segunda guitarra), Berry Oakley (bajo), Butch Trucks y Jaimoe Jai Johanny (ambos a la bateria) en el que la esencia musical estaría en mezclar el blues, el country y el rock sin perder de vista géneros como el jazz o el soul. Es decir toda la música americana metida dentro de una coctelera para, fundamentalmente, el lucimiento de Duane.

Sus dos primeros trabajos ("The Allman Brothers Band" de 1969 y "Idlewild South" de 1970), si bien comercialmente no triunfaron, son dos discos sensacionales repletos de blues y rock en los que empiezan a destacar la magnífica interactuación guitarrera que se crea entre Duane y Dickey y que alcanzaría su punto álgido en su tercer disco. En este, grabado en marzo de 1971 a partir de dos actuaciones en el neoyorquino Fillmore East, el duelo de guitarras logra que la habilidad para la improvisación alcance tal perfección que parece que entre ambos existe una conexión casi telepática. Desde la versión inicial de "Statesboro blues" del genial Willie McTell, al "Whipping post", que se alarga hasta los casi 23 minutos, nos ofrecen una descarga de emociones que hacen que sea el mejor disco en directo de todos los tiempos.

Por desgracia la historia estaba a punto de dar un giro de 180 grados. En plena explosión de reconocimiento de publico y crítica, Duane murió en un accidente de moto el 29 de octubre de 1971 (el próximo miércoles se cumplirán 37 años). A pesar de eso en 1972 apareció "Eat a peach", otro doble grabado a medias en estudio y en directo, y en el que, aunque aún suena su guitarra en algún tema y alcanzó gran éxito comercial, el declive se percibe en cada surco. La muerte de Oakley, en idénticas circunstancias, el 12 de noviembre de ese año mientras grababan su siguiente disco ("Brothers and sisters" de 1973, que alcanzo el Nº1 y fue su disco más vendido), sólo consiguió que en la banda empezasen las discusiones y que, a pesar del éxito, no volviesen a firmar un trabajo digno de mención.

Aquellas noches en el Fillmore East fueron su canto de cisne particular, el momento mágico que toda banda de rock merece tener, y la razón por la que, cuando alguien después de tantos años, pincha en su casa el disco y se deja llevar por las notas que salen de él, siente que la música alcanzo su plenitud en esos momentos, y que desde entonces el objetivo de todos ha sido, simplemente, intentar volver a repetirlo.

viernes, 24 de octubre de 2008

...Al principio fue John Peel

Hoy se cumplen cuatro años de la muerte de John Peel, uno de esos personajes dentro del panorama musical que si no hubiesen existido habría que habérselo inventado. Empezó a trabajar en la BBC Radio 1 en 1967, y fue uno de los DJ's que más tiempo estuvo en ella. Tenia unos gustos muy eclépticos, pero un estilo sincero y creíble, y sobre todo muy cálido a la hora de conducir su programa, hizo de él un locutor bastante conocido y respetado especialmente por el mundillo musical. Fue uno de los primeros en pinchar reggae, y probablemente el punk sonó por primera vez en la radio británica tras una presentación suya. También fue determinante su aportación en el impulso del rock alternativo, el pop, el hip hop, el dance, y en general de cualquier género que se te pueda ocurrir. Pero si la historia le tiene un hueco reservado es por el enorme legado que nos dejo y que recibió el nombre de "Peel Sessions"

La primera vez que escuche su nombre fue a mediados de los 80 en la boca de un vendedor de discos que intentaba convencerme de que me llevara uno bastante curioso, usando como principal reclamo que era una de sus grabaciones. En su portada amarilla se podía leer "BBC transcription services", y en el centro de la misma había un agujero en el que se veía la galleta central del vinilo donde aparecía el nombre en una cara de Dire Straits y en la otra de Pretenders. Mentiría si dijese que no me mosqueó un poco una presentación tan cutre, pero se suponía que era un disco pirata (bootleg) y que lo exclusivo estaba entre los surcos del plástico. Se trataban de dos actuaciones que había emitido la radio pública británica, y el que me traje a casa uno de los discos que se usaban para pincharlos. Ni que decir tiene que aluciné, y desde ese día me convertí en acérrimo seguidor de los bootlegs y de John Peel.

Pero aún me faltaba descubrir la razón por la que allí se editaban este tipo de grabaciones y aquí no. Y claro, como sucede cuando algo te interesa, tardé poco en encontrarla. Al parecer hasta 1988 existía en el Reino Unido una restricción en la radio según la cual sólo se podía emitir una cierta cantidad de música comercial y enlatada. Y claro, como donde se hizo la ley, se inventó la trampa, John decidió grabar en una sesión en los estudios de la BBC (aunque también lo hizo en pequeños teatros) tres o cuatro temas de cada artista que lo visitase en su programa, y así se garantizaba el uso ilimitado de unas canciones que, de otra forma, no habrían podido radiarse. No fue el primero en hacerlo, ya que como he dicho era la única forma de poner música a través de las ondas, pero fue el que consiguió que tuviera repercusión y se considerase un acontecimiento.

El primer programa que presentó se llamaba "Top Gear" y empezó a emitirse el domingo 1 de octubre de 1967 en la recién nacida BBC Radio 1. Hasta ese momento la difusión musical estaba a cargo de emisoras piratas por lo que la radio pública decidió sacar su propia cadena y luchar por ese público contratando a muchos de sus locutores (una historia similar ocurrió en el Madrid de principio de los 80 con Onda2). Ya en esa primera emisión prometió sesiones en las que actuasen los grupos más interesantes y prometedores del momento, y así a lo largo de esos primeros meses Pink Floyd, David Bowie o Jimi Hendrix (entre otros) pasaron por los estudios para dejar registrados algunos temas que posteriormente serian escuchados por todo el país.

Cuando la ley cambio, estaba tan consolidada la fórmula que continuo con sus sesiones como si nada hubiese pasado, hasta el punto que había artistas que allí era el único sitio donde actuaban. A lo largo de más de 35 años consiguió que todos los que eran algo, o pretendían serlo, pasasen por alguno de sus programas y dejasen registro sonoro del evento. Muchas de ellas han ido apareciendo en grabaciones oficiales, otras muchas lo han hecho en bootleg y circulan libremente por la red, pero la gran mayoría permanecen ocultas a la espera que alguien las dé salida. Por que las cintas de las "Jonh Peel Sessions" son el mejor y más completo resumen de la historia del pop y del rock, y aunque sólo sea por eso nadie podrá negarle el título oficioso de mejor periodista musical de siempre.

jueves, 23 de octubre de 2008

Días que se escapan (Quique González)


Ahora da igual subir, bajar, estar parado
viendo volar aviones blancos sobre mi.
Sensacional huida en plano largo,
y yo que me creía Steve Joaquín.

La destreza de tus manos lentas
entre las sombras de un hotel barato.
Yo que intenté volar todas mis huellas
sólo quería mantenerme a salvo en...

Días que se escapan de las manos
corren como coches robados.
Días que se escapan de las manos,
noches en colchones prestados.
Días que brillan sobre el piso mojado
medaré una vuelta para verte un rato
bajo la tormenta.

Ahora da igual seguir, parar, pasar de largo
coleccionar retratos que viví.
Emocional, sentida en un impacto
La vida es un extracto que perdí.

Alegría de tus manos lentas
son expertas en coches robados.
Yo que intenté borrar todas mis huellas
por no correr detrás de mi pasado en...

Días que se escapan de las manos,
noches en colchones prestados.
Días que se escapan de las manos
corren como coches robados.
Días que brillan sobre el piso mojado
me daré una vuelta,
para verte un rato bajo la tormenta.

Alegría de tus manos lentas
bajo los cielos que dejé incendiados.
Yo que intenté borrar todas mis huellas
por no correr detrás de mi pasado en...

Días que se escapan de las manos...

(Extraída del álbum "la noche americana" / VARSOVIA!! RECORDS - 2005)

miércoles, 22 de octubre de 2008

Alta honestidad / Suciedad brutal

Mañana es el 57 cumpleaños del gran Charly García, y lo más normal habría sido dedicarle a él estas líneas. Pero sucede que he visto que Calamaro anda de gira por hispanoamérica, y ya que ambos tienen algunos puntos en común, y el bueno de Charly está recibiendo palos a diestro y siniestro tras su ingreso en un psiquiátrico, sólo me quedaba, o elogiarle hasta la nausea propia y ajena (y no tengo mucho cuerpo para hacerlo) o reflexionar un rato sobre los últimos años de Andrés... y que saliese lo que dios quisiera.

Para empezar diré que creo que, si el rock en castellano a lo largo de los 90 tuviese que tener un solo nombre escrito en letras de oro, este debería ser el suyo. Si se mira objetivamente lo que hizo a lo largo de esa década solo cabe quitarse el sombrero y aplaudir. Y es que primero en compañía de Rot, Infante, Vilella y Zamora, y luego en solitario, reinventó el rock en castellano absorbiendo desde el tango y la canción sudamericana al reggae, la rumba y el rock and roll de toda la vida, para devolvernos un cóctel de ritmos y emociones en forma de canciones que se clavaban directamente en el centro del estómago y conseguían que te retorcieses de placer y de dolor a partes iguales (o viceversa).

Tras el final de Los Rodríguez, y antes del nuevo milenio, tuvo tiempo de facturar dos discos soberbios. En 1997 "Alta suciedad" podría haber sido perfectamente la continuación lógica del "Palabras más..." y no habría desentonado lo más mínimo dentro de la discografía de la banda. Muy guitarrero y lleno de pegadizos estribillos, está compuesto bajo unos patrones que no hacían presagiar lo que se nos avecinaba. En 1999 y metamorfoseado (solo hace falta ver la portada del disco) en Dylan nos escupió "Honestidad brutal", una obra de arte magistral en la que desparrama todo su talento en una colección de canciones que alcanzan la condición de prodigio si las analizas en su globalidad, y de milagro si lo haces individualmente. Compuesto durante la ruptura con su pareja, no ha vuelto a facturar nada que aguante medio asalto en una comparación con el. Es su obra cumbre, así que desde ahí sólo cabía un viaje al fondo del pozo.

Instalado en Buenos Aires consiguió que en 2000 le publicasen "El salmón", un álbum quintuple con primeras tomas que podría haber sido un interesantísimo bootleg, pero que está muy poco trabajado y es demasiado denso e inabarcable para ofrecerlo como obra al mismo nivel de las anteriores... Y después el silencio. Continuó con un ritmo frenético de composición y grabación, y creo que poco a poco fue fraguando el principio de su fin. Una canción debe tener su propia vida y esperar que el tiempo las deje su poso y las vista, pero en este frenesí lo olvidó y dotó de igual categoría todos los temas ya fuesen potencialmente buenos, regulares o malos. Regaló cientos de maquetas y se encerró en su mundo aislándose completamente del exterior.

Hasta 2005 que volvió a subirse a un escenario tras más de un lustro sin hacerlo, solo publicó "El cantante", un disco en el que ejerce de crooner con tres canciones propias y el resto clásicos de la música sudamericana. Después vino un directo grabado con Bersuit como banda de apoyo en lo que fue conocido como "El regreso", varias giras en compañía de gente como Ariel Rot o Fito y sus Fitipaldis, un disco de tangos, y por fin en 2006 el autentico retorno al estudio para grabar temas nuevos. En "El palacio de las flores" el grueso del disco son temas ya colgados en la red con el lavado de cara que supone pasar por un estudio, un par de versiones y algún tema de Litto Nebbia que ejerce de productor. Agua para su primer disco en siete años.

"La lengua popular" es un retorno a las guitarras, pero en este punto ya poco importa lo que haga. La gente le considera un mito al que todo se le perdona y un par de canciones justifican un disco. Porque ese (y no es poco) es todo su bagaje. Una soberbia colección de temas que defender sobre un escenario mientras espera que la lucecita de la genialidad vuelva a encenderse, aunque me temo que eso no sucederá. Ahora es feliz, ha sido padre, y los tiempos de la alta honestidad y la suciedad brutal pasaron a mejor vida hace tiempo... y ya no volverán.

martes, 21 de octubre de 2008

Que el último apague la luz

Parece ser que El Ultimo de la Fila vuelve a estar entre nosotros y, como no podía ser de otra manera, lo hace con un producto parido para sacar los cuartos al personal. Se anuncia que a finales de noviembre o principios de diciembre aparecerá una caja numerada y en edición limitada, con todos sus discos, un DVD con directos y actuaciones en televisión y un libro con textos de Diego A. Manrique y material gráfico inédito. Y todo para conmemorar los diez años de su disolución

En un primer análisis, en función de lo poco que se cuenta, creo que estamos ante el nuevo timo de la estampita de los señores García y Portet. En principio todo lo que van a ofrecer son los mismos discos de siempre sin ningún extra, aunque eso si, los han remasterizado y los tres primeros los han vuelto a mezclar. Incomprensiblemente, se han eliminado de un plumazo "Nuevas mezclas" que, aunque recopila lo mejor de sus dos primeros LP´s, no es un grandes éxitos al uso ya que, grabaron otra vez todas las canciones, y lo hicieron ofreciendo relecturas de algunas de ellas que, en muchos casos, superan a las versiones originales.

Esto hace que al seguidor del grupo lo único nuevo que le van a ofrecer son algunos vídeos y unas pocas fotografías, poca cosa si tenemos en cuenta que existe mucho material del grupo circulando por ahí. Dado el prestigio de la banda, perfectamente podían haber hecho algo parecido al "Disco duro" de Los Piratas. También son seis discos y un DVD, pero ellos han llenado cada uno de cantidad de material extra (temas inéditos, maquetas, versiones alternativas...) que ayudan a completar la imagen que del grupo se tiene y a conocer su trabajo en toda su extensión (desde el inicio del proceso creativo a lo finalmente publicado).

Yo soy de los que piensa que están sobrevalorados, y si exceptuamos los dos primeros discos (y si me apuraras, mato dos pájaros de un tiro y me quedo sólo con la recopilación) y tres o cuatro canciones de "Como la cabeza al sombrero", el resto de su obra me parece prescindible y bastante aburrida. Hay que reconocerles cierta originalidad al principio, pero una vez superada la novedad, perdían todo el interés y más aún cuando se dedicaban a repetir una y otra vez, machaconamente, la misma formula. Y si encima García Pérez ha continuado su carrera bajo las mismas premisas (en eso Quimi ha sido más arriesgado y se ha apartado totalmente de los sonidos de la formación madre), la conclusión es que llevan veinte años tratándonos como a idiotas y vendiéndonos la misma canción (y encima tenemos que aguantar que nos digan que son, junto a Mecano, el mejor grupo de nuestra historia).

En cualquier caso podían habérselo currado un poquito y haber ofrecido un producto que hiciese honor a su prestigio, ya que entre la gran cantidad de caras B y actuaciones curiosas, podían haber completado un CD extra que aportase algún valor añadido al engendro e hiciese las veces de testamento musical definitivo. Por contra tendremos que soportar el bombardeo de los medios sabiendo que se guardan, al menos, un as en la manga que no dudaran en usar cuando menos lo esperemos, sin darse cuenta de que lo que realmente deseamos es que el último, de una vez, apague la luz y cierre la puerta.

lunes, 20 de octubre de 2008

Comprando vinilos en Madrid

Con bastante frecuencia me preguntan donde se pueden comprar vinilos en Madrid. Hace unos años, cuando me sobraba el tiempo para dedicar tardes enteras a buscar discos, me costaba mucho más recomendar que sitios visitar. Por un lado existían varias zonas con bastantes tiendas(por ejemplo a menos de 200 metros de Madrid-rock, en la Gran Vía, había seis o siete), por otro las más interesantes estaban desperdigadas y si se iba con prisa se perdía mucho tiempo yendo de un lado a otro. Todo ha cambiado mucho en los diez últimos años, y entre que muchísimas han desaparecido y que normalmente solo dispongo de un par de horas para esos menesteres cuando bajo a Madrid, a mi mismo me ha tocado elegir y ya tengo mi particular ruta del vinilo.

Empieza en la Calle Costanilla de los Angeles (metro Opera) donde se encuentran, casi seguidas, las tres en las que más me suelo entretener. En "Bangla Desh"(1) lo mejor los CD-singles y la música española, aunque también tienen cosas interesantes de los años 70 y 8o; "Discos Babel"(2) es la más completa, en general tiene los mejores precios, las secciones están bastante bien estructuradas y además trabajan las novedades y vende fundas; Por último "Cita del records"(3)tiene un poco de todo pero sobre todo están especializados en singles y discos difíciles o raros, pero se pueden encontrar carteles y algunas ofertas merecen la pena. Todas ellas tienen gran variedad de bootleg en CD y DVD, un poco caros, pero ya se sabe que el caviar se tiene que pagar.

En una bocacalle de esta se encuentra la Calle de las Conchas, y allí "Rock and roll circus"(4). Está especializada en rock de todo tipo, tienen bastante material de importación y se encuentran discos y grupos no habituales en grandes almacenes. Un poco más adelante, en la Calle de las Navas de Tolosa esta "Escridiscos"(5), una tienda con mucha variedad de música americana, independiente española y power pop. Ambas son carillas, y no son en esencia tiendas de segunda mano, que aunque tienen cosas, sobre todo venden CDs. En cualquier caso merece la pena darse una vuelta aunque solo sea para descubrir artistas que nunca se escuchan en la radio (salvo en Radio3, claro)

Hay una tienda pequeñita (6) (de cuyo nombre no logro acordarme) en la Calle Postigo de San Martín con muchos vinilos, pero bastante usados, y aunque siempre se encuentra algo, no siempre merece la pena dejarse la pasta allí. Y por fin en la Plaza de San Martín / Las Descalzas, en la galería comercial del parking, encontramos "La Metralleta"(7). Sin duda es la que tiene más material, aunque el desorden la hace inabarcable. Hay que tener mucho tiempo y paciencia, y como en la anterior, las carpetas suelen estar regular, aunque diré que es donde encontré alguno de mis discos más curiosos. Hace mucho que no llego a este punto de la ruta, y reconozco que es la pereza a enfrentarme a tantos vinilos lo que me frena a bajar esas escaleras.

Por contra el poco tiempo que suele sobrarme se lo dedico a "Yunke Discos"(8) donde tienen las novedades (no todas pero si bastantes) en torno a 10 euros y el resto a 6. No hay ningún tipo de orden, pero ya digo que si quieres algo actual, con un poco de suerte está allí a un precio muy asequible. Son dos tiendas y se encuentran en la Calle Hileras y la Calle Arenal.

Es en total un recorrido de menos de 500 metros, en los que es difícil no encontrar algo interesante y en el que el placer de que pase por tus manos toda la historia de la música está garantizado.

domingo, 19 de octubre de 2008

Madison, 24 - Abril - 1982 (R.E.M.)

Leo la noticia de que esta semana aparecerá una edición especial de "Murmur" para conmemorar sus 25 años, y que incluirá un concierto inédito grabado en el Larry's Hideaway de Toronto, pocos meses después de que se publicase el álbum. Cuando no hace demasiados días pensaba que bootleg de REM comentaría cuando llegase el momento, lo único que tenia claro era que sería uno de la primera época, y entre esos, el que ahora se convertirá en oficial, tenia posibilidades de ser el elegido. Al final el grupo me ha facilitado la elección, y mi recomendación de hoy es el celebrado en The Merlins en Madison (Wisconsin) el 24 de abril de 1982. La versión que yo tengo se llama "Carnival of sorts" y lo editó "Great Dane Records", aunque, como sucede con este material, es fácil que este editado bajo otro título y por otra compañía.

Nacidos como grupo en 1980, hubo una época en la que, literalmente, vivieron en la carretera. Hasta 1982, y en compañía de un manager dedicado en cuerpo y alma a las necesidades de la banda, se dedicaron a cruzar Estados Unidos viajando incluso por un circuito de pueblos aislados que ningún grupo de rock había pisado previamente. Se desplazaban en un vieja furgoneta, dormían en el suelo noche tras noche, con frecuencia tocaban para borrachos a los que no les interesaba lo que hacían, no disponían casi de dinero para comer, y cuando volvían a Atenas (Georgia) a veces tampoco casa propia en la que alojarse. Tenían una visión romántica de lo que era ir de gira con un grupo de rock and roll, y tal vez eso fue lo que al final les llevó a la senda del éxito. Pocos como ellos lucharon por conseguir su sueño. Mientras otros grupos con los que coincidían en el circuito de clubs o de universidades se iban quedando y quemando, ellos aguantaron, y así cuando por fin se les presentó la ocasión, se agarraron con fuerza al clavo ardiendo que se les ofreció.

En primavera de 1981 una serie de carambolas les llevó a grabar y editar un single financiado por alguien que no creía en ellos y que además les puso unas condiciones leoninas, pero era su única oportunidad y aceptaron. Al menos no puso pegas para que se regalaran las 1000 primeras copias de "Radio free Europa", por lo que los principales promotores del país, las salas más representativas y todas las revistas importantes recibieron su copia. Con eso, aunque siguieron girando sin parar, lograron ampliar su circuito entrando en grandes ciudades, lugares más dignos y además en la prensa especializada había reseñas antes y después de las actuaciones. El single se empezó a vender, y la asistencia a sus conciertos a aumentar, y ellos, que mantenían la fe ciega en si mismos, sentían que el final del túnel estaba cerca.

Ante los problemas con su mecenas, decidieron constituir una sociedad, y como empezaban a tener cierto reconocimiento entre la comunidad de artistas de Nueva York no les costó encontrar a alguien que quisiera financiar la grabación de un EP. Lo hicieron en octubre de ese mismo año, y, mientras empezaban a mover la maqueta y contactar con varias discográficas, continuaron actuando incansablemente. Y fue un 12 de marzo en Nueva Orleans, tras una actuación desastrosa por problemas de sonido, cuando el presidente de I.R.S. se acercó a ellos y les dijo que publicaría las cinco canciones y otros cinco discos más. Además consiguieron buenos derechos reales a cambio de no recibir adelantos, con lo que los problemas de su primer single no se volverían a repetir.

No firmarían su contrato hasta finales de mayo, pero cuando ese 24 de abril Buck, Berry, Mills y Stipe se subieron al escenario del Merlins, ya sabían que todo por lo que tanto habían luchado estaba a punto de suceder. El repertorio de esa noche incluía casi todo su arsenal: los dos temas del single, los grabados para el EP, y otros diez más que irían apareciendo en "Murmur" (1983), "Reckoning" (1984) y "Dead letter office" (1987), para cerrar con una sensacional versión de "There she goes again" de la Velvet. Se percibe claramente que al grupo le gusta estar en el escenario y que disfruta haciendo su música. A la base rítmica se la nota la perfecta conexión, fruto de tantos y tantos bolos a lo largo de los años, la guitarra sobrevuela permanente e impecablemente por encima de todos los temas, y la voz de Michael Stipe... pues eso, todos conocemos su calidad y sabemos de que es capaz.

El 24 de agosto de 1982 aparecía en las tiendas "Chronic Town". La producción de Mitch Easter les aleja del sonido de grupo de garaje, mezclando muchos efectos y haciendo que sonasen distintos a como lo habían hecho hasta ese momento. La voz ahogada en la mezcla y en la que apenas se pueden distinguir frases sueltas, parece envuelta en la niebla. Y por fin la inquietante gárgola de la portada y los títulos de las canciones, envuelven todo el conjunto en un halo de misterio. Ese fue el primer paso de REM para convertirse en un grupo distinto a los demás. Lo fueron desde el principio, y su extensa y siempre arriesgada carrera no han hecho otra cosa que corroborarlo. Al año siguiente apareció "Murmur", y el resto de la historia ya está escrita...

Título del bootleg: Carnival of sorts
Lugar y fecha: “The Merlins” Madison (Wisconsin), 24 – Abril – 1982
Listado de canciones
01 - Gardening at night
02 - 9.9
03 - Ages of you
04 - Shaking through
05 - Laughing
06 - Romance
07 - Sitting still
08 - Pretty persuasion
09 - That beat
10 - Catapult
11 - Radio free Europe
12 – Wolves, lower
13 - Carnival of sorts (boxcars)
14 - White tornado
15 - West of the fields
16 - Stumble / Skank
17 - There she goes

sábado, 18 de octubre de 2008

Ordovás que estás en los cielos... o en el Olimpo

Si en este país ha habido un personaje clave en la difusión musical este es, sin duda, Jesús Ordovás. Tal vez sea muy aventurado decir que nada existiría si no llega a ser por él, ya que los grupos estaban ahí y de una manera u otra iban salir adelante, pero lo indudable es que la historia se habría escrito de una manera completamente distinta. Y lo que es peor (o mejor, que eso nunca se sabe) los que hemos estado al otro lado seriamos diferentes.

He de decir que lo echo de menos. Es cierto que los últimos años, por circunstancias laborales y de tiempo, apenas escuchaba su programa, pero cada vez que podía hacerlo era como si se declarase día de fiesta en mi interior, y volvía a viajar a los primeros 80 para recuperar algunas sensaciones y emociones que, con el paso de los años, se habían ido quedando en las cunetas del camino. Sus primeros pasos fueron en Radio España FM Onda Dos entre1975 y 1979, y de allí dio el salto a Radio3, donde desarrollo su carrera y donde yo lo conocí.

Los años acaban mitificando los momentos vividos, y no se si lo seguí en directo o lo que recuerdo es la repetición de esa actuación, pero la primera vez que tuve conciencia de que exista un tal Ordovás fue con la actuación de Radio Futura en la primera fiesta de "Diario Pop". A esta la siguieron muchas más con grandes momentos como actuaciones de Gabinete Caligari, Brihton54, el nacimiento y muerte de Peatones, Los Ronaldos, Surfin Bichos, La Granja con Billy Bragg, Los Enemigos, o unos jovencísimos Los Planetas (aunque la versión que hicieron de "Mi hermana pequeña" me pareció lamentable en comparación con la maqueta), Antonio Vega, Kiko con la mejor versión que recuerdo del "Echo de menos"... Y así hasta la fiesta de despedida de hace menos de un año en la que se reunieron hasta 40 artistas para homenajearle y darle las gracias por todo.

Y es que en Diario Pop había un hueco para todo tipo de grupos y estilos musicales, sin importar que tuviesen o no disco publicado. Allí escuche antes que en ningún otro sitio a los cantantes y las bandas que luego he seguido y amado. Fue el y ningún otro el que le abrió la puerta a tantos y tantos grupos, que con mayor o menor fortuna, con el tiempo de han convertido en la banda sonora de toda una generación que no se conformaba con escuchar la música que otros habían decidido que tenia que sonar, venderse y gustar. Nos ofreció un abanico tan amplio que difícilmente puede haber alguien que no encontrase en algún momento esa canción que le pusiese los pelos de punta.

El 1 de agosto del pasado año sonó por ultima vez su sintonía y nos dejo un poco huérfanos a todos. Aún no consigo entender como alguien en su sano juicio pudo tomar una decisión como esa(podría llegarse a comprenderla un poquito si el ente público no se dedicase a tirar y derrochar el dinero como lo hace, y es que seguramente por lo que cobra el último mono de "Mira quien baila" una noche, le tendrían a el todo el año). También escribió libros y dirigió algún programa de televisión, pero por lo que habita en el Olimpo y por lo que es historia es por que creo el programa más grande que ha habido en la radio musical española. Y con eso está todo dicho.

PD - Casi las mismas palabras podríamos dedicárselas a Julio Ruiz (Disco Grande de 22:00 a 23:00), Diego A. Manrique (El Ambigú de 13:00 a 14:00) y Juan de Pablos (Flor de Pasión de 19:00 a 20:00), pero a ellos, al menos de momento y hasta que se le crucen los cables al politicastro de turno, puedes escucharlos cada día en Radio3.

viernes, 17 de octubre de 2008

La niña rockera

No exagero si digo que la primera palabra que salió de la boquita de mi niña fue Beatles. Bueno, la primera tal vez sea pasarse un poco, pero seguramente en el camino que va del mamá al papá si que la dijese mientras los señalaba con una amplia sonrisa. En mitad del pasillo tenemos un gran cartel en la que se los ve paseando por las calles de Londres, y cada vez que pasábamos por delante la decía quienes eran y aprovechaba para soltarla mis primeros rollos de los que, evidentemente, no se enteraba.

Trataba de dormirla cantando el "Honestidad brutal" de Calamaro, y antes de cumplir los dos años ya reconocía a Dylan detrás de sus gafas de sol, que el disco de la vaca era de Pink Floyd y que lo que más le gustaba a su papá era Neil Young. Desde el principio la incluí en mis rutinas musicales por que no quería renunciar, ni a pasar mucho tiempo con mi niña, ni a disfrutar de mi pasión. Cada semana nos acercábamos a una tienda de vinilos de segunda mano que hay cerca de casa, y casi siempre salíamos con la chapita de la lengua roja que ella llamaba "Stones" (aunque alguna vez la convencí para que se llevase una con un plátano, un submarino amarillo, un triángulo con el arco iris o la bandera británica con The Who en el centro). La acurrucaba en mi regazo cuando me sentaba a escuchar música y, si la apetecía bailar y saltar, tenia que aguantar sus cabreos si no la ponía algo con el ritmo adecuado. Empezaba a tener el gusanillo en el cuerpo.

Ahora, a punto de cumplir los tres, es ella la que elige el disco que vamos a escuchar y me esta ayudando a redescubrir melodías que vivían en el fondo de mi memoria. Después de comer la siento delante de la estantería de los vinilos, y jugamos a que me diga que cosas la llaman la atención de las portadas. Una vez que ha elegido el que más la gusta lo ponemos en el plato, limpiamos un poco su superficie, colocamos encima la aguja, ella la baja lentamente con la palanca y, mientras lo escuchamos, jugamos o leemos un rato. Y así es como, detrás de los camellos de "Caravanserai" he vuelto a reencontrarme con Santana, las cobras y el colorido del "Axis: bold as love" me han llevado de nuevo al momento en que me di cuenta que lo que realmente me gustaba era un punteo de guitarra y que Hendrix era irrepetible o el gatito a los pies de Carol King en la portada de "Trapestry" me ha hecho recordar que la primera mujer a la que ame fue ella.

Aún no la he llevado a un concierto (y supongo que tardará en llegar ese momento) pero estoy convencido que será una experiencia inolvidable para ella. En el día de la música disfrutó con las actuaciones que había por las plazas de la ciudad, me hace parar a escuchar un rato a los músicos callejeros cuando nos cruzamos con ellos, la gustan los tambores y trompetas de la semana santa, y en general cualquier situación en la que suenen de fondo una melodía, consigue que su atención se desvíe directamente a ese punto.

Sé, en cualquier caso, que mi guerra está perdida. Para empezar cuando se mete a jugar en su habitación me pide que la ponga sus canciones, ha pasado de adorar a los Lunnis a volverse loca con Enrique y Ana, y cuando vamos en el coche ha logrado que sus discos suenen casi tanto como los míos. Empieza a tener su propio criterio sobre lo que la gusta y lo que no, y eso se lo voy a respetar siempre, aunque en mi labor como educador tengo un papel que cumplir.

Y al igual que existe la buena y la mala literatura, el cine de autor y el comercial, el arte serio y el que no lo es, también existe la música de calidad y la usar y tirar, y de mi depende que tenga la formación necesaria para saber diferenciar entre lo que merece y no la pena. Y luego ella solita, como siempre ha ocurrido a lo largo de la historia, elegirá su propio camino...

jueves, 16 de octubre de 2008

Causa y efecto (Jorge Drexler)


Estaba dejándome estar
oyendo el tiempo caer en los relojes de arena.
Mirando un instante partir...
y otro llegar...pensando en tu amor.
Tu amor que viene y que va
siguiendo las estaciones,
tu amor es causa y efecto de mis canciones.

La vida cabe en un clic
en un abrir y cerrar
en cualquier copo de avena
Se trata de distinguir
lo que vale de lo que no vale la pena.
Y a mí me vale con que me des
poco más que nada.
A mí me basta con una de tus miradas.

Pensando, estaba pensando
por la ventana de aquel bar
mirando a la gente afuera ir y venir
y juraría que te vi...

Estaba dejándome estar
oyendo el tiempo caer en los relojes de arena.
Mirando un instante partir y otro llegar
pensando en tu amor.
Tu amor que viene y que va
siguiendo las estaciones,
tu amor es causa y efecto de mis canciones

Pensando, estaba pensando
por la ventana de aquel bar
mirando a la gente afuera ir y venir
y juraría que te vi...
aunque sé que estás a un año luz de mí.

(Extraída del álbum "Sea" / VIRGIN - 2001)

miércoles, 15 de octubre de 2008

Mano lenta, dedos fríos

He de reconocerlo. Hay artistas que me gustaría que me gustasen más de lo que me gustan. No puedo evitar sentir rechazo por ellos e incluso cierto desprecio, pero cuando fríamente los escucho en casa o leo alguna biografía me digo "pero como es posible que no me guste este tío, si por todo debería encantarme..." La lista es amplia, pero el que hoy me ha hecho recordar esta sensación ha sido Eric Clapton.

Creo que el origen de mi fobia está en la adolescencia. Cuando le conocí a mediados de los 80 no estaba en su mejor momento, y me temo que no lo ha vuelto a recuperar, aunque reconozco que ha hecho alguna cosilla interesante a posteriori. Pero en esa etapa de la vida en la que decides si eres de los Beatles o los Stones, vas con los rockers o con los mods o te alineas con las "hornadas" o los "babosos", mi referente era lo que se escuchaba de él, y a mi no me decía nada. Además a lo largo de los siguientes años se dedicó a sacar recopilatorios, directos y discos homenaje y de versiones, por lo que la imagen que se vendía, como uno de los grandes, se me antojaba exagerada y que la única razón por la que se sustentaba era por que tocaba la guitarra como dios...

Pero ni siquiera eso me valía. En esto de las seis cuerdas mis gustos siempre han ido más por lo emocional que por lo espiritual, y su gran técnica, la suavidad y elegancia con la que tocaba me parecía demasiado fría y carente de sentimiento. Recuerdo un concierto con Mark Knopfler en favor de Mandela, y si bien este tiene menos talento, la forma de acariciar las cuerdas directamente con los dedos conseguía arrancar de la guitarra un sonido más humano y atractivo que los salvajes punteos de "mano lenta".

Me resultaba muy extraña la devoción que despertaba en la prensa especializada y me rechinaba cada vez que ganaba algún premio (ingenuo de mi que aún creía en el valor de ese reconocimiento). Muchas veces me he puesto sus discos buscando algo, por que la lógica decía que ese tipo debía gustarme, pero nunca lo encontré. Además la historia de como le robo la mujer al bueno de George Harrison me provocaba la antipatía personal, que no lograba mitigar lo bien que hablaba todo el mundo de el. Aplaudo que rescatara del olvido la figura de Robert Johnson o su labor didáctica para llevar al gran público clásicos del blues, pero algo parecido hacia Luis Cobos con la música clásica y los puristas lo despellejaron sin piedad (con toda la razón del mundo).

Pero a la par iba descubriendo que existía otro Clapton. Empezando con los Yardbirds y continuando con los Bluesbreakers de John Mayall, los maravillosos Cream, Blind Faith y por ultimo Derek and The Dominos con Duane Allman, poco a poco me fui encontrando con alguien capaz de evolucionar de un blues clásico a ritmos psicodélicos (sin abandonar su esencia) y de introducir (¿quien fue primero Hendrix o él?) el pedal y los efectos distorsionados. La mala suerte se alió en su contra y no le conocí ni cuando ni como debía. Con otras circunstancias el enfoque de estas líneas habría sido distinto, pero las cosas fueron como fueron, y ahora sólo me queda, cuando lo escucho, el regusto amargo del que saborea un manjar con dolor de muelas.

martes, 14 de octubre de 2008

Ponle un circo a tus premios

Me había jurado que este año no iba a caer en la trampa de cabrearme al empezar a ver la lista de nominados de los, cada vez más abundantes, premios musicales que reparten en este país, pero sólo ha tenido que salir la primera, para que mis buenos propósitos se fueran al traste. En esta ocasión se trata la de "Los 40 principales", pero por desgracia, no se diferenciará mucho de la de los otros ya que, si ni siquiera nos podemos mirar en los ondas (que se han dejado los últimos años el prestigio en el camino), no sé que podremos esperar de los que entrega la SGAE o las discográficas.

La verdad es que viéndola me pregunto dónde he estado el último año, ya que si exceptuamos alguna cosilla, el resto no me parece ni siquiera destacable entre todo lo que se ha publicado a lo largo de 2008. No tengo intención de comentarla, pero hay alguna categoría en la que no sé en que estaban pensando los que han hecho la selección. Para empezar no puedo entender por que esta nominada como mejor del año la canción "Como un lobo" de 1987 o su intérprete que solo ha publicado la redición "Papito". En la sección de mejor artista revelación aparecen Despistaos, con cuatro discos a sus espaldas, y sobre todo Najwajean, que hace una década publicaron "No blood" y que se hincharon a ganar premios aquí y fuera de nuestras fronteras. El resto supongo que son cuestión de opinión, aunque no entiendo como en medios con tanta repercusión mediática trabaja gente con un criterio que deja tanto que desear. Es evidente que hay algo que se me escapa, aunque me temo que la pasta, al final, es uno de los factores determinantes para estas elecciones.

Todos llevamos un crítico dentro, pero creo que cualquiera que se siente a escuchar música (y digo escuchar y no consumir) aceptaría como más apropiada una en la que estuviesen por ejemplo "Balmoral" de Loquillo, "Reconstrucción" de Deluxe, "Un día en el mundo" de Vetusta Morla, "Helville de luxe" de Bunbury o "Cartografía" de José Ignacio Lapido. Y se me ocurren muchos más como el de Rebeca Jiménez, Iván Ferreiro, Sergio Makaroff o el recién aparecido de Josele Santiago, pero por favor, no los mismos de siempre que, para colmo de males, en su mayoría dieron lo mejor de si hace muchos años.

domingo, 12 de octubre de 2008

Madrid, 1 - Marzo - 2002 (Quique González)

El bootleg que hoy nos ocupa tiene la peculiaridad de que fue el propio Quique González el que lo puso en circulación allá por 2003. Si bien este tipo de grabaciones (y más ahora, en tiempos de top manta e Internet) gozan de cierta simpatía entre algunos artistas, la industria siempre las ha combatido (que apareciese un disco en directo tras cada gira de algunos dinosaurios tiene mucho que ver con querer quedarse con el pastel que los fans demandaban y solo encontraban en el mercado pirata). Tal vez por eso en su recién estrenada aventura de "Peleando a la contra" (decide controlar su carrera desde la grabación a la promoción pasando por la edición, contratación...) una de las primeras decisiones que toma es colgar en su página web un par de conciertos. Uno de ellos es un acústico en Córdoba de la gira que estaba haciendo en ese momento por pequeños locales (en los que aceptaba peticiones del publico y actuaba solo con su guitarra y teclado) y el otro este celebrado en la difunta sala Aqualung de Madrid.

A finales de mayo de 2001, y tras varios años grabando sus maquetas en un ocho pistas con Carlos Raya y José Nortes, y moviéndolas por distintas discográficas, consigue ver en la calle "Salitre 48". En el recoge todo el trabajo de los últimos años, aunque la compañía (la misma que le había despedido un par de años antes), en lugar de realizar una nueva grabación en estudio, edita las maquetas que tenia con unos leves retoques. El disco, al estar grabado de una forma tan artesanal y sin el apoyo de otros músicos, abandona la vertiente guitarrera del primero para adentrarse en sonidos más acústicos e intimistas, pero ahí está también su gran virtud. Consigue dotarle de un sentimiento y una fuerza emocional enorme, que unido a una maravillosa colección de canciones, hace que se incruste en el fondo del alma del que lo escucha y ya no puedas sacarlo de ahí. Creo que, por distintas circunstancias cada vez, hasta el reciente "Avería y redención" (que tiene muchas similitudes con el) no había vuelto a lograr esa conjunción perfecta.

En un primer momento lo presenta en pequeñas salas acompañado de Carlos, pero más adelante reúne una grupo y ofrece una serie de actuaciones que se aproximan más a su espíritu rockero. El 1 de marzo de 2002 se subió al escenario de Aqualung, con las cámaras de una televisión como testigos, para ofrecer un concierto memorable. Las canciones cobran una nueva dimensión, no solo por los arreglos que hacen que no sean un calco de las publicadas, si no por que el hecho de tener detrás una banda eléctrica las acelera y llena de tensión, reinventándolas con un sonido que, probablemente sea, el que quería para el disco. Además la talla de los músicos, muy prestigiosos ya en ese momento, consiguen que todo suene a la perfección y no se pierda calidad respecto a como lo hace un trabajo de estudio (con cada vez más grupos tengo sensación de que los que tocan en directo no son los mismos que han grabado en el disco).

Acompañado de Carlos Raya (guitarras), Jacob (bajo), Toni Jurado (batería) y Basilio Martí (teclados) repasó prácticamente entero "Salitre 48", recuperó tres temas de "Personal" y presentó otros tres (uno de ellos "Aunque tu no lo sepas" que ya había cantado años antes Enrique Urquijo) que aparecerían en "Pájaros mojados" a finales de ese año. El primer bloque del show era totalmente eléctrico y como colofón aparecía Ariel Rot para hacer una versión salvaje de "Perdone agente" y demostrar como se puede, con una guitarra, dar vida a una canción. El primer bis, con todos los instrumentos acústicos, sirvió para bajar un poco la temperatura (aunque "Se nos iba la vida" tiene un crescendo que recuerda lo que Quique tiene ganas de hacer en ese momento), para concluir en el segundo con una arrolladora versión de "Y los conserjes de noche", que solo puede compararse, con el emocionante final que vivimos en la grabación de "Ajuste de cuentas".

No creo que fuese su primer gran momento sobre un escenario, pero lo que está claro es que marcó, desde ese momento, un punto de no retorno en su carreta . Seguramente ha pasado malos momentos económicos, pero lo que nunca ha dejado de hacer ha sido rodearse de grandes músicos, que han conseguido que sus conciertos sean la base sobre la que consolidar su posición. La de un artista creíble, que dignifica su profesión por que vive para ella y no por ella, que le gusta y disfruta la música, y sobre todo, que además, escribe buenísimas canciones.

sábado, 11 de octubre de 2008

Pla desde el fondo del estómago



Si hay algo por lo que siempre he tenido curiosidad es por saber que pasa en el interior de Albert Pla. El primer recuerdo que me tengo de él tiene forma de noticia en un fanzine que decía algo así como que su discográfica secuestraba su nuevo disco por llevar una canción en la que hablaba de una relación sentimental entre terroristas. Enseguida me puse en contacto con mi camello musical del momento y en un par de días estaba escuchando "Joaquín el necio", "El bar de la esquina" y los demás temas de "No solo de rumba vive el hombre". Lo cierto es que, aunque luego lo ha hecho mucha gente, en muy pocas ocasiones se ha escuchado un reconocimiento hacia su persona como pionero y eso que allá por 1992 nadie pensaba que la fusión de la rumba con el rock pudiese interesar a nadie, y menos aun si iba acompañado de unos textos tan llenos de cachondeo, ironía y a veces una alta dosis de crítica social camuflada con esa peculiar forma de cantar y su carita de no haber roto un plato.

Para hacer tiempo, y en lo que se pegaba con Ariola por el disco censurado, publicó en 1995 "Supone Fonollosa" musicando textos del poeta catalán José María Fonollosa y añadiendo un tema sacado de "Veintegenarios" (así se llamaba el álbum de la discordia) que no era más que su lectura particular del clásico de Lou Reed que tituló "El lado más salvaje de la vida" y que le puso enseguida como el cantautor favorito dentro de los círculos más alternativos.

Cuando por fin en 1997 su discográfica levanto el veto, poco quedaba ya del disco original ya que había regrabado algunas e incluido otras nuevas e incluso el título había cambiado para titularse "Veintegenarios en Alburquerque". Yo creo que las expectativas eran tan altas y se había escrito tanto del proyecto que al final la gente quedó un tanto decepcionada, y la gran mayoría, que le habían adorado por que era lo que se llevaba, se olvidó de él. Hay que decir que ayudó el hecho de que se tirase cinco años sin entrar a grabar y que cuando lo hizo en 2002 y 2003 fuese para cantar en su lengua madre por lo que su repercusión en el resto del estado fue casi nula.

Al margen de lo musical ha desarrollado también una carrera paralela como actor, y así ha aparecido en las películas “Airbag” de Juanma Bajo Ulloa, “Los que aman” de Isabel Coixet, “De niños” de Joaquín Jordá y el corto “Eureka” de Salvador Perpigná; y en teatro ha hecho mas de 150 representaciones de Caracuero al margen de su propio espectáculo músico-teatral (“Canciones de amor y de droga”) y su debut tras las cámaras en “El malo de la película” ambas en compañía de Judith Farrés.

Y por fin tras su disco en directo, “Vida y milagros”, publicado hace un par de años y tras concluir contrato con su discográfica, esta noche he podido verle en directo con su nuevo espectáculo en el Círculo de bellas artes de Madrid. En “La diferencia” nos encontramos a un Pla solo en el escenario enfrentándose a todas las tareas propias del show (aparentemente, ya que desde bambalinas los técnicos correspondientes controlan todos los pormenores) como son las luces y el sonido. Con la única compañía de una guitarra eléctrica va teatralizando de forma lineal y como si fuera una sola historia los distintos temas de su nuevo álbum (llamado igual que el espectáculo) con una crudeza tal que parece que toda la fuerza e inspiración le salen desde el fondo del estómago. Mezclando la ironía con lo macabro (consigue que te sonrías con asuntos no tienen ni pinta de gracia) ayuda a que reflexiones obre la validez del mundo en el que vivimos y las cosas que nos rodean sin por ello dramatizar ni rasgarse las vestiduras.

Si te gusta su universo particular, te cae bien y nos tienes prejuicios para reírte de cualquier cosa no deberías perderte “La diferencia”. En lo musical aporta poco, ya que, como sucede con Krahe, parece que siempre están cantando la misma canción con ese toque rumberillo y la vocecita de niño pequeño que pone (y en este formato más, ya que cuando escuchas el disco en casa te das cuenta que es el que tiene más variedad melódica y de estilos), pero como espectáculo (el lo define como “multimierda puro”) es inteligente, divertido y muy efectivo, y todos los llenábamos la sala (y los que lo hicieron las 11 noches consecutivas que ha agotado el papel) salíamos satisfechos y un poco más felices a pesar del mundo que nos rodea...

viernes, 10 de octubre de 2008

20 años de secretos y 10 de mentiras

Hoy Los Secretos celebran, con un concierto en la plaza de toros de Las Ventas, sus 30 años en la música. Para la ocasión se harán acompañar por gente como Miguel Ríos, José María Granados, Amaral, Fito Cabrales, David Summers, Conchita, Miguel Bosé o Manolo García, con los que supongo que cantarán alguna de sus canciones. Además, y para que nadie olvide el evento, todo se grabara para publicarse en DVD previsiblemente con vistas a las fiestas navideñas. Hasta aquí todo seria perfecto si no fuese por un pequeño detalle. Para mi ellos ya no son Los Secretos

Diré (y solo hace falta ver parte mi colección de discos del grupo) que los adoro, que durante años fueron mi apoyo a lo largo de interminables madrugadas, que recorrí cientos de kms para verlos en directo, que en lo personal me parecen de lo mejor que me he encontrado en este mundillo tan perro a veces (he tenido el placer de coincidir en bastantes ocasiones con Jesús, Alvaro, Javi, Enrique y Ramón y no puedo decir de ellos ni media mala palabra), que son grandes músicos y hacen unas canciones preciosas... Pero también diré que, antes de que nos dejase Enrique, en la practica la banda estaba enterrada, y que lo de estos últimos años ha sido una propina que bien podían habernos ahorrado.

Creo que a nadie se le oculta que las reunificaciones de grupos suelen generarme urticaria, pero tanto o más me molestan espectáculos como los que han dado The Doors o Queen + Paul Rodgers (y ojo a las noticias que llegan de Led Zepellin que, no solo se van a volver a juntar para hacer una gira, si no que amenazan con hacerla sin Robert Plant) en los que todo vale si hay una pela por ganar. Lo de Los Secretos, para mi, esta en el límite del bien y del mal (que cantarían otros), pero bordeando peligrosamente el lado oscuro. Comparo su situación con la de los Pink Floyd post Waters (aunque gracias a eso pude verlos en San Sebastián en 1994). Nadie podía negar la legitimidad a Gilmour para seguir con el grupo, ya que el no quería romperlo, pero está claro que, sin Roger, carecía de sentido (hilando muy fino podríamos discutir, incluso, la vigencia del grupo sin Barret, aunque creo que demostraron que creativamente merecían la pena, cosa que no ocurrió después)

Una noche de febrero de 1997, y después de una actuación junto a Begoña Larrañaga (tengo una grabación con un sonido más que digno que algún día verá la luz), Enrique me comentó tomando una copa, que el grupo ya no existía. Acababan de sacar la caja, y la consideraba el testamento perfecto. Lo que le ilusionaba era seguir así, tocando por garitos, sintiendo el calor del público y tocando cada noche lo que le apeteciera. En cualquier caso tenia con la banda una larga gira por delante, pero a nivel practico, para él estaba finiquitada. Tanto la aparición al año siguiente del disco de ambos hermanos por separado, como un segundo volumen de grandes éxitos a finales de 1999 (después de 4 años sin canciones nuevas eso era todo lo que podían ofrecer), no hizo más que confirmar esas palabras de que no volvería a grabar con ellos.

La aparición de "A tu lado", tras la muerte de Enrique, con la emocionante "Te he echado de menos", y la maravillosa "Hoy la vi", podría haber sido el epílogo perfecto para una de las carreras más redondas de nuestra historia musical. Pero ya en la gira homenaje se vio que la cosa no acabaría ahí. Alvaro podía haber seguido con su aventura en solitario (e incluso hacer en una fecha muy concreta como la de hoy este concierto), pero el peso del nombre (al igual que sucedía con Pink Floyd) permitía explotar mejor un repertorio fantástico y seguir llenando salas. Y con la excusa de que el público lo pedía, la alargo innecesariamente...

Y es una pena, ya que desde "Dos caras distintas" todo lo que hemos tenido han sido recopilaciones (la caja, dos volúmenes de grandes éxitos, el homenaje, un directo con orquesta, otra caja de 30 aniversario y en unos meses el concierto de hoy) y dos grabaciones en estudio que, paradójicamente, podrían ser dos muy buenos discos de Alvaro y, por contra, se han convertido en los peores de Los Secretos.