Cuando hace unos días hablaba de Eric Clapton y con él del álbum "Layla..." , lo hice también de Duane Allman que participó con su slide como estrella invitada y que dotó al tema que titula el disco de una magia, energía y sonido que hacen que el riff final sea de los mejores de la historia. Personalmente creo que era muchísimo mejor guitarrista, pero incluso aceptando que no fuera así, su disco "At Fillmore East" supera con creces cualquiera de los que haya firmado el ingles (seguramente esté entre los 50 mejores de todos los tiempos) y que, a pesar de haber muerto prematuramente, esta única grabación (que también es una grabación única) coloca su nombre en el olimpo de los más grandes.
Pero empecemos por el principio. A finales de los 60 en Estados Unidos la resaca de la psicodelia hizo que se produjera un retorno a las raíces que provocó que, por un lado apareciera el country-rock, y por otro que se recuperara el patriotismo del sur gracias al llamado rock sureño. Y si la gran figura del primer grupo fue Gram Parsons, dentro del segundo destacan sobre manera los Allman Brothers (aunque gente como Lynyrd Skynyrd gracias a su polémica con Neil Young tuvieron más repercusión mediática).
Los hermanos Allman se iniciaron en la música a través de varios grupos y se curtieron a base de actuar en todos los clubes del sur profundo, llegando incluso a grabar un par de discos. Pero el fracaso de esta aventura empujo a Duane a empezar a participar como músico de sesión para gente como Wilson Pickett, Percy Sledge, Chet Atkins o la mismísima Aretha Franklin. Esto hizo que entablara contactos con la industria y que decidiera impulsar un nuevo proyecto junto a su hermano Gregg (órgano y voz), Dickey Betts (segunda guitarra), Berry Oakley (bajo), Butch Trucks y Jaimoe Jai Johanny (ambos a la bateria) en el que la esencia musical estaría en mezclar el blues, el country y el rock sin perder de vista géneros como el jazz o el soul. Es decir toda la música americana metida dentro de una coctelera para, fundamentalmente, el lucimiento de Duane.
Sus dos primeros trabajos ("The Allman Brothers Band" de 1969 y "Idlewild South" de 1970), si bien comercialmente no triunfaron, son dos discos sensacionales repletos de blues y rock en los que empiezan a destacar la magnífica interactuación guitarrera que se crea entre Duane y Dickey y que alcanzaría su punto álgido en su tercer disco. En este, grabado en marzo de 1971 a partir de dos actuaciones en el neoyorquino Fillmore East, el duelo de guitarras logra que la habilidad para la improvisación alcance tal perfección que parece que entre ambos existe una conexión casi telepática. Desde la versión inicial de "Statesboro blues" del genial Willie McTell, al "Whipping post", que se alarga hasta los casi 23 minutos, nos ofrecen una descarga de emociones que hacen que sea el mejor disco en directo de todos los tiempos.
Por desgracia la historia estaba a punto de dar un giro de 180 grados. En plena explosión de reconocimiento de publico y crítica, Duane murió en un accidente de moto el 29 de octubre de 1971 (el próximo miércoles se cumplirán 37 años). A pesar de eso en 1972 apareció "Eat a peach", otro doble grabado a medias en estudio y en directo, y en el que, aunque aún suena su guitarra en algún tema y alcanzó gran éxito comercial, el declive se percibe en cada surco. La muerte de Oakley, en idénticas circunstancias, el 12 de noviembre de ese año mientras grababan su siguiente disco ("Brothers and sisters" de 1973, que alcanzo el Nº1 y fue su disco más vendido), sólo consiguió que en la banda empezasen las discusiones y que, a pesar del éxito, no volviesen a firmar un trabajo digno de mención.
Aquellas noches en el Fillmore East fueron su canto de cisne particular, el momento mágico que toda banda de rock merece tener, y la razón por la que, cuando alguien después de tantos años, pincha en su casa el disco y se deja llevar por las notas que salen de él, siente que la música alcanzo su plenitud en esos momentos, y que desde entonces el objetivo de todos ha sido, simplemente, intentar volver a repetirlo.
Pero empecemos por el principio. A finales de los 60 en Estados Unidos la resaca de la psicodelia hizo que se produjera un retorno a las raíces que provocó que, por un lado apareciera el country-rock, y por otro que se recuperara el patriotismo del sur gracias al llamado rock sureño. Y si la gran figura del primer grupo fue Gram Parsons, dentro del segundo destacan sobre manera los Allman Brothers (aunque gente como Lynyrd Skynyrd gracias a su polémica con Neil Young tuvieron más repercusión mediática).
Los hermanos Allman se iniciaron en la música a través de varios grupos y se curtieron a base de actuar en todos los clubes del sur profundo, llegando incluso a grabar un par de discos. Pero el fracaso de esta aventura empujo a Duane a empezar a participar como músico de sesión para gente como Wilson Pickett, Percy Sledge, Chet Atkins o la mismísima Aretha Franklin. Esto hizo que entablara contactos con la industria y que decidiera impulsar un nuevo proyecto junto a su hermano Gregg (órgano y voz), Dickey Betts (segunda guitarra), Berry Oakley (bajo), Butch Trucks y Jaimoe Jai Johanny (ambos a la bateria) en el que la esencia musical estaría en mezclar el blues, el country y el rock sin perder de vista géneros como el jazz o el soul. Es decir toda la música americana metida dentro de una coctelera para, fundamentalmente, el lucimiento de Duane.
Sus dos primeros trabajos ("The Allman Brothers Band" de 1969 y "Idlewild South" de 1970), si bien comercialmente no triunfaron, son dos discos sensacionales repletos de blues y rock en los que empiezan a destacar la magnífica interactuación guitarrera que se crea entre Duane y Dickey y que alcanzaría su punto álgido en su tercer disco. En este, grabado en marzo de 1971 a partir de dos actuaciones en el neoyorquino Fillmore East, el duelo de guitarras logra que la habilidad para la improvisación alcance tal perfección que parece que entre ambos existe una conexión casi telepática. Desde la versión inicial de "Statesboro blues" del genial Willie McTell, al "Whipping post", que se alarga hasta los casi 23 minutos, nos ofrecen una descarga de emociones que hacen que sea el mejor disco en directo de todos los tiempos.
Por desgracia la historia estaba a punto de dar un giro de 180 grados. En plena explosión de reconocimiento de publico y crítica, Duane murió en un accidente de moto el 29 de octubre de 1971 (el próximo miércoles se cumplirán 37 años). A pesar de eso en 1972 apareció "Eat a peach", otro doble grabado a medias en estudio y en directo, y en el que, aunque aún suena su guitarra en algún tema y alcanzó gran éxito comercial, el declive se percibe en cada surco. La muerte de Oakley, en idénticas circunstancias, el 12 de noviembre de ese año mientras grababan su siguiente disco ("Brothers and sisters" de 1973, que alcanzo el Nº1 y fue su disco más vendido), sólo consiguió que en la banda empezasen las discusiones y que, a pesar del éxito, no volviesen a firmar un trabajo digno de mención.
Aquellas noches en el Fillmore East fueron su canto de cisne particular, el momento mágico que toda banda de rock merece tener, y la razón por la que, cuando alguien después de tantos años, pincha en su casa el disco y se deja llevar por las notas que salen de él, siente que la música alcanzo su plenitud en esos momentos, y que desde entonces el objetivo de todos ha sido, simplemente, intentar volver a repetirlo.
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