viernes, 26 de junio de 2009

Elvis Jackson versus Michael Presley por el cetro mundial

Hace apenas unas horas que ha saltado a los medios la noticia del fallecimiento de Michael Jackson, y dado que en los próximos días nos vamos a hartar de escuchar todo tipo de loas hacia su obra y su persona, haré un ejercicio rápido de memoria y, dado que era conocido como el rey del pop, recordaré alguna similitud con el monarca del rock and roll. De entrada diré que ninguno de los dos me gusta demasiado (aunque si me tengo que quedar con uno lo hago con Elvis), pero hay que reconocer que, cada uno en su época, fueron los que marcaron la dirección que iba a tomar la música en las décadas siguientes. Cada uno reinó a su manera, pero resulta curioso ver como ambos acabaron adoptando algunos comportamientos similares y repitiendo los mismos errores cuando llegó la ocasión.

El ascenso de ambos fue meteórico, y en poco tiempo se convirtieron en iconos mundiales para la juventud. En el caso de Elvis en apenas unos meses, tras grabar para “Sun Records” sus 5 primeros singles, llego al numero uno con su primer trabajo para la RCA, y en el de Jackson desde niño ya que junto a sus hermanos logro 4 números uno consecutivos con sus primeros singles. Los 70 fueron complicados ya que, aunque siguió consiguiendo colar canciones en lo más alto de las listas, no acababa de explotar en ventas de álbumes, y así fue hasta que decidió usar los video clips para vender discos y lograr que su estrella despegara definitivamente.

Convirtieron tanto “Graceland” como “Neverland” en un santuario en el que dar rienda suelta a su egolatría y en el lugar de refugio en el que aislarse de un mundo que los idolatraba y odiaba a partes iguales. Ambos llegaron a ser tan grandes que perdieron la perspectiva de si mismos transformando el mito en una caricatura, algo en lo que colaboraron decisivamente sus adicciones que (a falta de la confirmación de las causas del fallecimiento de Jackson), si aceptamos las versiones oficiales, acabaron costándoles la vida. Además, una vez que su estrella había caído pero seguían manteniendo millones de seguidores que los idolatraban, se dedicaron a dar conciertos (uno en Las Vegas, el otro por Asia y Europa) en los que el precio de las entradas era tan prohibitivo que solo fans se animaban a pasar por caja... Y además, de haber vivido, Elvis habría sido durante una temporada el suegro de Jacko...

Pero como decía al principio, si hay algo que realmente comparten los reyes es que trazaron el camino por el que discurriría la música en su generación, aunque en cada caso las connotaciones sean muy distintas. Con Elvis la música se transformó en un vehículo a través del cual la juventud empezó a identificarse a si misma al margen de los gustos de sus padres, mientras que con Jackson se sentaron las bases que han llevado al rock a su situación actual. A partir de él la música se transforma en un producto que hay que vender al mayor número de personas posibles para lo que la industria utiliza todos los medios al alcance de su mano.

Así se ruedan costosísimos y espectaculares videos en los que lo importante es que la canción se ajuste bien a las imágenes y no a la inversa, se exprime el disco hasta la extenuación llegando a sacar 7 singles de un álbum de 9 temas (en España eso Mecano lo hacia muy bien), se incluyen vistosas coreografías que desvíen un poco más la atención y que puedan llegar a gustar a quien no le interese la música, se contratan a productores estrella que vistan el disco con lo que marcan las tendencias del momento y que garantice que guste a todo el mundo...

Y casi 30 años después de Thriller seguimos igual aunque con una pequeño matiz. Al menos Jackson hacia un producto de calidad que, al margen de que a mi no me guste, hay que reconocerle el mérito que tiene todo lo que ha conseguido, mientras que ahora aquello se ha convertido en un subproducto de serie B que no hay quien se lo trague... Puedo llegar a aceptar que Michael Jackson como artista ha sido el más grande, pero lo que esa grandeza nos ha dejado es el pozo en el que ahora se encuentra la música... Al menos la herencia de Elvis es eterna...


jueves, 25 de junio de 2009

Por amor al comercio (Esclarecidos)

El dolor de cabeza que me protege cada noche,
que nubla la vista y me quita las ganas de beber,
de beber fantasías y recuerdos excitantes,
y nada más excitante que trabajar en tus caricias.

Por amor al comercio
voy a cruzar ese puente,
por amor al comercio
voy a cuidar ese dolor.

De palabras tabaco, teléfono y alcohol,
alcohol que me han prohibido mil veces en un mes,
un mes en el que te has olvidado de que existo
y más que existir lo que hago es campar por ahí.

Por amor al comercio
voy a cruzar ese puente,
por amor al comercio
voy a cuidar ese dolor.

(Extraída del álbum “Por amor al comercio” / GASA – 1987)

martes, 23 de junio de 2009

¿Donde has estado, Lichis?

Hace un mes aproximadamente colgó el Lichis en su blog un comunicado sorpresa en el que anunciaba para octubre la publicación del nuevo trabajo de La Cabra Mecánica. Si todo lo que has escuchado de ellos es “La lista de la compra” y “No me llames iluso”, si con todo crees que los conoces y los juzgas, si al ver su fotos has hecho un gesto despectivo y has visualizado un producto comercial carente de interés, te diré que ni los has escuchado, ni tienes ni idea de quienes son y además te equivocas en tu juicio ya que el Lichis es de esos personajes que no se casan con nadie y dicen lo que sienten, lo que le llevan a ser amado y odiado con igual virulencia.

Y que conste que yo también acabé saturado de La Cabra y desee que desapareciesen del mapa... Pero ahora, después de que hayan pasado 4 años del maravilloso (y poco valorado) “Hotel Lichis”, ya apetece volver a hincarle el diente a su obra pasada y escuchar sus nuevas canciones, por lo que la noticia, aunque en principio es ilusionante, yo todavía la daría un tiempo para que madurara. Y no es que dude de sus palabras, pero hace un par de años ya anuncio que había regrabado canciones antiguas para un recopilatorio décimo aniversario que al final se quedó en nada. En cualquier caso la forma de hacerlo con fechas y datos concretos (doble con mezcla de temas nuevos y los que regrabó en 1997) me hacen sospechar que esta vez la cosa va en serio.

Después de tanto tiempo, hablar de ellos me parece remontarme al pleistoceno, pero allá por 1997 les recuerdo remotamente sonando en algún programa de Radio3 en el que les ponían por las nubes. Luego apareció mi chica un día con “Cabrón” (su segundo disco) y definitivamente entré en su universo y me cazaron para siempre. Con el éxito de “Vestidos de domingo” parte de su público le abandonó (entre ellos mi chica) y el nuevo que consiguió (que no era al que estaban destinadas esas canciones), tras exprimirle a gusto, le dejó tirado al borde del camino... Aquello fue lo mejor que le pudo pasar, y estoy convencido que él mismo lo agradeció ya que nunca buscó ni la fama ni el éxito mayoritario y toda aquella situación creo que le superó y le saturó.

Tras haber vendido todo lo que quiso y más entre 2001 y 2003 (entre la salida del single “La lista de la compra”, la gira y el disco en directo que contenía “No me llames iluso”), decidió dejar Madrid e instalarse en Tarrasa donde artesanalmente fue grabando una preciosa colección de canciones que aparecieron 4 años después que su anterior trabajo en estudio. Recuerdo haber comprado el mismo día “Hotel Lichis” y “Ahora piden tu cabeza” del también desaparecido Ariel Rot (sacó la caja antológica y ha dado un montón de conciertos tanto en solitario como con los Tequila, pero de canciones nuevas hasta el año que viene parece que nada), y en ambos casos la sensación que tuve al escucharlos mientras iba en el coche hacia el pueblo fue la misma: no es sólo rock and roll pero me gusta.

En los últimos años ha sido poco lo que he sabido de él. Veia que daba conciertos de vez en cuando, que aparecía en algún disco de tributo, que muy de vez en cuando escribía algo en su blog, que la polémica no le abandona del todo... En el último año su actividad musical ha aumentado, y lo que cuenta gente que le ha visto en directo es que sigue manteniendo la energía e intensidad de antaño, por lo que parece que la máquina vuelve a estar engrasada y lo que se nos viene encima puede merecer bastante la pena. En los últimos tiempos su ritmo discográfico ha sido el de cualquier maldito/bendito que se precie (Antonio Vega, Carlos Berlanga, Manolo Tena, Enrique Urquijo...), por lo que habrá que aprovecharlo cuando llegue, que luego nunca se sabe...

lunes, 22 de junio de 2009

domingo, 21 de junio de 2009

Veneta, 27 – Agosto – 1972 (Grateful Dead)

No resulta fácil sentarse a escribir de Grateful Dead cuando no se dispone de tiempo suficiente para llenar varios folios y cuando se tiene la certeza de que muchas cosas se van a quedar en el tintero. Si hay algo por lo que destacaron y por lo que pasarán a la historia es por sus conciertos (que solían superar con creces sus trabajos en estudio), en los que realmente daban su mejor cara en continuas jams e improvisaciones que hacían que las canciones cambiasen de una noche a otra y hacían de cada una de sus actuaciones momentos únicos e irrepetibles. Un sello propio de sus directos eran los sets de música continuos, en los cuáles cada canción terminaba mezclándose con la siguiente en lo que musicalmente se puede ilustrar como si la banda no sólo improvisara con la forma de una canción concreta, sino que además lo hicieran con la forma global

En estas jams convivían tanto la improvisación individual como una mentalidad de grupo, en la que cada uno de los miembros improvisaba individualmente, a la par que se mezclaba con una unidad musical cohesionada gracias a unas reglas y tiempos tasados previamente que hacían que a nadie se le fuese la pinza y que todo sonase de una forma coherente. Por eso el bootleg de hoy es, más si cabe que el de cualquier otro artista que ha pasado por esta sección, un trocito de tiempo rescatado del pasado para nuestro deleite. En el caso de The Dead el permiso que tenían sus seguidores para grabar libremente todos sus conciertos (incluso con un espacio reservado para los que quisiesen hacerlo) para que se compartieran entre los fans, han permitido que hayan llegado a nuestras manos cientos de actuaciones que, por otro lado, hay que decir que como el sonido es de audiencia y está grabado con la tecnología de principios de los 70, a veces deja bastante que desear.

Durante sus constantes giras a lo largo de su extensa trayectoria musical promovieron el sentimiento de comunidad entre sus seguidores (más conocidos como Deadheads) muchos de los cuáles se dedicaban a acompañarlos en sus giras durante meses e incluso años. En los primeros años, la banda se comprometió también con su comunidad (la zona de Haight-Ashbury en San Francisco) proporcionando comida, alojamiento, música y atención médica a todos sus habitantes. Ellos fueron los primeros en entregarse de forma altruista a la cultura hippie, siendo el grupo que más conciertos gratuitos ha dado en toda historia de la música.

Los asistentes al concierto se congregaban normalmente en el aparcamiento horas antes de la actuación, para tocar la guitarra y tomar drogas. Allí se vendían todo tipo de objetos por parte de los Deadhead que buscaban financiación para poder continuar de gira con la banda. En los 80, gracias al éxito de la canción “Touch of grey”, se incorporaron como fans gente mucho más joven y “normal” a los que se consideraba muy distintos a los Deadheads tradicionales que los empezaron a denominar “Touchheads”, en referencia a su relativa inexperiencia con el grupo. Fue tanta la gente que empezó a asistir a sus conciertos que los antiguos Deadheads empezaron a dudar de si iban a los conciertos para ver al grupo o simplemente para formar parte de la atmósfera. Fueran las que fueran sus diferencias, los Deadheads son considerados unanimemente como los fans más devotos en el mundo del rock.

Siendo conscientes de que ese ha sido siempre su fuerte, han sido muchos los discos en directo que han publicado (incluso con todos los temas nuevos) siendo especialmente interesantes los 6 que publicaron entre 1969 y 1973. En estos se recogen la multiplicidad de estilos que domina la banda y queda perfectamente captada la esencia de una banda que no se mueve en función de las distintas modas. Tendré que volver sobre ellos ya que apenas he rascado un poco sobre un asunto tan puntual como son sus conciertos (además de forma general) y fueron un banda aparte de todas las demás, con sus aciertos y errores, pero única dentro de la escena musical del ultimo tercio del siglo XX.

Título del bootleg: Old renaissance faire grounds
Lugar y fecha: Veneta (Oregon), 27 – Agosto – 1972
Listado de canciones:
CD – 1 / Set - 1
01 - Promised land
02 - Sugaree
03 - Me & my uncle
04 - Deal
05 - Black throated wind
06 - China cat sunflower + I know you rider
07 - Mexicali blues
08 - Bertha
CD – 2 / Set - 2
01 - Playing in the band
02 - He's gone
03 - Jack straw
04 - Bird song
05 - Greatest story ever told
CD – 3 / Set - 3
01 - Dark star
02 - El Paso
03 - Sing me back home
04 - Sugar magnolia
05 - Casey Jones
06 - Saturday night

sábado, 20 de junio de 2009

La torrija financiera de Ana

Pues resulta que esta semana Ana Torroja, famosa por ser la vocalista de Mecano, ha tenido que visitar los juzgados de Palma de Mallorca en calidad de imputada por dos presuntos delitos contra la Hacienda Publica que le atribuye la fiscalía anticorrupción basándose en un informe de la Agencia Tributaria. Al parecer los inspectores de Hacienda han rastreado las cuentas de la cantante que gestionaba parte de su patrimonio a través de la empresa “Carlitos Way”, una sociedad cuyo objeto declarado era servicios de restaurantes. Hasta hace poco tuvo como asesor a Gabriel Feliu, uno de los socios principales del bufete que lleva su apellido y que es uno de los núcleos neurálgicos de la presunta trama de evasión fiscal, estafas inmobiliarias, blanqueo de capitales y otros delitos que fue desmantelada en 2007 y que se conoció como “Operación Relámpago”.

Se sabe que ante el juez se negó a declarar y que la estrategia de la defensa está de momento en buscar la nulidad del sumario alegando que los pinchazos telefónicos ordenados por el juzgado y los registros en varios inmuebles que se practicaron a finales de abril y principios de mayo de 2007, se hicieron vulnerando las garantías constitucionales y son ilegales. También han alegado que su residencia estaba en el Reino Unido y no tenían por que pagar los impuestos aquí, aunque la realidad parece ser que es que defraudó dolosamente al Fisco un total de 655.000 euros repartidos en 475.000 en un ejercicio y 180.000 en el siguiente.

Reconozco que cuando que escuche la noticia hace unos días, lo primero que me vino a la cabeza fue la imagen de Teddy criticando el comportamiento de uno de sus asociados por robar a todos sus conciudadanos. Evidentemente era una fantasía imposible, pero confieso que si que esperaba oír a alguno de los que se les llena la boca reclamando legalidad a los consumidores, alzando la voz y diciendo que esos comportamientos también son rechazables. Ni lo he escuchado ni a estas alturas lo espero, pero creo los músicos están perdiendo una ocasión de oro para demostrarnos a todos que su compromiso con la sociedad en la que viven (y por lo que se ve en algunos casos muy bien) va más allá de las galas benéficas y la firma de manifiestos.

No es el primer caso que se conoce (Alejandro Sanz también está siendo investigado por la fiscalía anticorrupción por el presunto blanqueo de un millón de euros) ni será el último (aunque solo sea por probabilidades), pero como gremio deberían empezar a mirar un poco hacia dentro y darse cuenta de que no se puede estar todo el día quejándose y llorando (aunque muchísimos artistas no lo hagan, si lo hacen los que los representan y si apenas se oyen voces discordantes es porque la gran mayoría está de acuerdo).

Y aunque suene demagógico, estaría bien se explique con que cara alguien puede pedir a gente que apenas llega a fin de mes y que les gusta Mecano o la Torroja (que aunque parezca increíble los hay) que se gaste la pasta en un disco suyo cuando saben que en cuanto tiene ocasión se salta la legalidad. Pero peor es que esta sensación de que los músicos en cuanto pueden dejan de pagar impuestos es cada vez mayor, y que actitudes como las que hoy nos ocupan lo único que consiguen es que la brecha entre el consumidor y el artista sea cada vez mayor, y que muchos músicos inocentes que malviven de su profesión (cuando no tiene otra a mayores) van a ser los que paguen los platos rotos mientras que dentro de unos meses esta señora volverá otra vez a su buena vida mientras su historia se olvida poco a poco...

viernes, 19 de junio de 2009

Los primeros pasos del Rock Nacional

Tal día como hoy de hace 42 años se grabó en los estudios TNT de Buenos Aires el primer gran éxito del rock argentino que con el tiempo se conocería como Rock Nacional. Ese lunes el grupo Los Gatos, liderados por Litto Nebbia y Ciro Fogliatta (únicos supervivientes de la Los Gatos Salvajes que se había formado en Rosario), grabaron una prueba para el sello “RCA” de la que saldrían dos canciones llamadas a cambiar el curso de la música popular Argentina. Como cara A se eligió “La balsa” (que había compuesto Nebbia con Tanguito en un baño de caballeros la madrugada del 2 de mayo de ese 1967) grabando para la cara B “Ayer nomás” de Moris y Pipo Lernoud.

El single se publico el 3 de julio y su éxito fue inmediato. Vendieron cerca de 250.000 copias lo que en aquel momento suponía un hito en el país ya que, hasta ese momento, ninguna banda haciendo rock en castellano había alcanzado esa repercusión. La importancia de “La balsa” es capital hasta el punto de que se la considera el "Km 0" del conocido como “Rock Nacional”, convirtiéndose en un himno para esa primera generación de jóvenes rockeros y, con el tiempo, de todas las posteriores... Tanto la revista “Rolling Stone” como la MTV la nombraron mejor canción de rock argentino de todos los tiempos y, aunque los medios son los que son, al menos sirven de ejemplo para ver lo que significa allí ese tema.

El rock en Argentina empezó a interpretarse a mediados de los 60 cuando varios grupos underground empezaron a componer canciones en castellano sobre los asuntos que preocupaban a los jóvenes de ese momento en que los militares bloqueaban sistemáticamente cualquier intento democrático. Durante los primeros años del rock and roll existían grupos que cantaban en ingles y en español tanto composiciones propias como versiones de éxitos internacionales, limitándose a copiar el original y sin llegar a adquirir una personalidad propia.

Al igual que sucedió en todo el mundo, la aparición de los Beatles supuso en Argentina todo un impacto en una generación (los nacidos entre 1945 y 1955) que comenzaba a enfrentarse en la calle a las dictaduras militares. Los jóvenes de la extensa clase media, muy politizados y movilizados a través de organizaciones estudiantiles y sindicales, hicieron del rock y la revolución sexual sus señas de identidad con las que pretendían romper con el tango (que veían como algo retrógrado y antiguo) y la doble moral de sus padres.

Lo que vino a ser conocido como las “Invasiones inglesas” y que llegaron fundamentalmente de la mano de los Beatles y sobre todo se los Stones, supusieron que el rock americano quedaba aparcado a un lado y nunca haya llegado a calar del todo en toda la región. Además como consecuencia de esta, hacia 1965 empezó a producirse una “Invasión uruguaya” por toda Sudamérica que alcanzó un alto grado de popularidad y que a muchos le marcó en camino de cómo hacer rock cantado en castellano. A partir de ese punto su desarrollo fue bastante rápido apareciendo infinidad de grupos que pretendían emular esos sonidos pero sin aportar un elemento distintivo.

Pero fue de la escena más underground de Buenos Aires de donde surgieron los artistas más determinantes y que cambiaron el rumbo de las cosas. Cuentan que un grupo de rockeros empezaron a reunirse en locales marginales como “La cueva” en el que cada noche y durante horas se ofrecía música en directo. En este grupo se encontraba gente como por Litto Nebbia, Ciro Fogliatta, Moris, Pappo Napolitano, Miguel Abuelo, Tanguito, Carlos Mellino, Pajarito Zaguri... que contra todo pronóstico (ni ellos mismos lo podían esperar) se convirtieron en los pioneros del rock en su país.

Los primeros en grabar fueron los Beatniks (Moris, Zaguri y Martínez) en 1966 en lo que es considerado el primer single del “Rock Nacional” aunque su repercusión fue muy baja y no logró enganchar a casi nadie. A raíz de la aparición de “La balsa” y su éxito arrollador empezó a surgir en las siguientes décadas una nueva forma de hacer rock con esencias y actitudes propias muy fácilmente reconocibles. Por primera vez el nuevo sonido empezaba a cantarse mayoritariamente en un idioma que no fuese el ingles para triunfar primero allí y para luego conquistar el mundo...


jueves, 18 de junio de 2009

American girl (Tom Petty and The Heartbreakers)

Well, she was an american girl
Raised on promises
She couldn’t help thinking that there
Was a little more to life
Somewhere else
After all it was a great big world
With lots of places to run to
Yeah, and if she had to die
Trying she had one little promise
She was gonna keep

Oh yeah, all right
Take it easy baby
Make it last all night
She was an american girl

Well, it was kind of cold that night
She stood alone on her balcony
She could the cars roll by
Out on four forty one
Like waves crashing in the beach
And for one desperate moment there
He crept back in her memory
God it’s so painful when
Something that’s so close
Is still so far out of reach

Oh yeah, all right
Take it easy, baby
Make it last all night
She was an american girl

(Extraída del álbum “Tom Petty and The Heartbreakers” / Shelter Records – 1976)

miércoles, 17 de junio de 2009

Tras el muro de Pink Floyd - III (Los conciertos)

Con el disco ya en la calle, a Pink Floyd aún les quedaba la difícil tarea de difundir tanto la obra como su significado. Después de sus últimas experiencias en directo Waters decidió que esta vez no actuarían en grandes recintos por lo que se plantearon construir una gran carpa portátil con forma de babosa y 5000 espectadores de capacidad, para ir montándola en cada ciudad. El excesivo coste que supondría hizo que se desestimara el proyecto, por lo que buscaron recintos de tamaño mediano (entorno a 15000) que se ajustasen a las necesidades del montaje, y al final se decantaron por cuatro únicas sedes en las que actuarían varios días. Al final las fechas se cerraron así:

· “The Sports Arena” de Los Angeles - 6 conciertos entre el 7 y el 13 de febrero de 1980
· “The Nassau Colliseum” de Nueva York – 5 conciertos entre el 24 y 28 de febrero de 1980
· “Earls Court” de Londres – 6 conciertos entre el 4 y el 9 de agosto de 1980
· “Westfallenhalle” de Dortmund – 8 conciertos entre el 13 y el 20 de febrero de 1981
· “Earls Court” de Londres – 5 conciertos entre el 13 y el 17 de junio de 1981

Pero esto es el final de la historia ya que, lo que se encontraron los que asistieron a la primera representación de “The Wall”, hacia más de un año que había empezado a fraguarse en las primeras reuniones de Waters con el dibujante Gerald Scarfle en las que, además de la carpeta, le encargó que diseñase los títeres gigantes (el director de la escuela, la madre y la señora Pink) que utilizarían en los conciertos, y los dibujos animados que se proyectarían sobre el muro que servirían de ayuda para comprender la obra en toda su dimensión (y que también se usaron en la película). Durante ese año Scarfle contó con 20 dibujantes que se encargaron de hacer los dibujos aunque, como en un principio el estilo de estos era demasiado Disney, les costó arrancar.

En cualquier caso todo eso era secundario cuando lo que pretendían era tocar detrás de un muro que los separase del público. Se barajaron varios materiales aunque al final se decantaron por hacer los 340 ladrillos de cartón con un tamaño de metro y medio cada uno que, una vez montados tendrían un tamaño de 49 metros de largo por 11 de alto. Los responsables del escenario fueron Mark Fisher y Jonathan Park y el principal problema con el que se encontraron fue el como irían elevando y colocando cada pieza. Idearon un sistema de montacargas hidráulicos que, además de para izar los bloques, también usarían Waters y Gilmour en varias fases del show, y además la forma de derrumbar el muro al final sin causar daños y los sistemas de seguridad para el público y los trabajadores.

Los ensayos se desarrollaron a lo largo de 10 días en un estudio de cine de Culver City y luego pasaron varias semanas montándolo todo en el “Sports Arena” de Los Angeles. El tiempo se les echaba encima y el llevar a la práctica lo que habían ideado en un papel se hizo más complicado de lo que esperaban. Las animaciones, por ejemplo, finalmente tuvieron que hacerse en tres pantallas diferentes y por triplicado para abarcar la mayor parte del muro en lugar de una sola que fuese capaz de recubrirlo entero. Hasta cuatro días antes no se levantó el muro completo, y 24 horas antes de empezar el show tuvieron que contratar a un experto que solucionase todos los problemas de iluminación que estaban teniendo, lo que da idea del ajetreo y tensiones que se vivieron hasta el último minuto.

Al final todo salió bastante bien en el estreno aunque, como los operarios apenas habían tenido tiempo para entrenarlo y estaban poco rodados, tardaron 8 minutos más de lo debido (el ultimo ladrillo que colocaba Waters para cerrarlo definitivamente) en hacerlo, por lo que la banda tuvo que improvisar una pieza instrumental que habían esbozado por si surgía algún problema y tenían que usarla como comodín hasta que se solucionase. Otro accidente fue que cayeron unas telas que había en la parte alta del recinto y que se habían incendiado con los fuegos artificiales pero en general el resultado fue muy satisfactorio a pesar de que aún tenían muchas cosas por pulir.

Los conciertos empezaban con las fanfarrias de “In the Fresh?” y cuatro músicos con caretas haciendo que tocaban en primer plano del escenario mientras los originales se encontraban en un discreto segundo plano. La gente en principio pensó que se que trataban de Pink Floyd, aunque en realidad eran Endy Brown (bajo), Snowy White (guitarra), Willie Nelson (batería) y Peter wood (teclados) cuya labor era la de apoyar y sustituir a los originales en caso de necesidad. La primera parte del show se desarrollaba con la banda tocando mientras se levantaba pared que los iba ocultando poco a poco de la vista del público.

Después del descanso, con el grupo tras el muro, llegaba la hora de las proyecciones (antes habían sido en la clásica pantalla circular que usaban ellos), los títeres y algún momento espectacular como cuando se abría una parte del muro y aparecía una habitación de hotel en la que Waters cantaba “Nobody home” o el impresionante solo de “Comfortably numb” con Gilmour en lo más alto del muro y un foco a su espalda que hacia que su sombra se proyectase sobre todo el auditorio... El fin de fiesta se producía con la caída definitiva del muro y la interpretación de “Outside the wall”.

Se ha utilizado como crítica a los shows la excesiva rigidez del espectáculo y que los tiempos tan medidos para que todo encajase restaba frescura a la interpretación. Yo creo que a ese argumento se la puede dar la vuelta y aceptar que, más que un concierto de rock, aquello fue una auténtica representación teatral que, probablemente, ha sido el montaje más espectacular que se ha presentado nunca sobre un escenario. Y en este punto es donde hay que destacar nuevamente la presencia de un Gilmour que se ocupó de la dirección musical y de controlar y dirigir todo lo que sucedía detrás del muro.

El último ladrillo de esta entrada se lo quiero dedicar a Richard Wright que al final fue el único Floyd que ganó dinero con este montaje. En octubre de 1980 fue expulsado aunque se llegó al acuerdo de que participase en los conciertos como músico asalariado para luego desaparecer sin hacer ruido. Al final los altos costes del montaje hicieron que los gastos superasen a los beneficios por lo que los ya tres miembros del grupo tuvieron que hacer frente a las deudas. Como casi desde el principio se vio que eso iba a ser así, al final de la parte americana del tour la banda se plateó la oferta de dos millones de libras por hacer dos conciertos en el estadio RFK de Filadelfia. Bueno, se lo plantearon Gilmour, Mason y el manager ya que Waters se negó en redondo ya que el sentido original de “The Wall” era presentar una declaración en contra del rock de estadios. Al principio se revelaron y amenazaron con hacerlo ellos solos, pero al final y según palabras del bajista “no tuvieron cojones de hacerlo sin mi”... Al menos, aún no...

Pero antes de que ese momento llegase todavía tenían que hacer una película y adaptar y grabar su banda sonora. Esperaban que el éxito de publico y crítica viniese acompañado del beneficio económico ya que, tras el escándalo “Warburg” y las pérdidas en los conciertos, sus arcas estaban vacías aunque, para ser sinceros, hay que decir para ser justos que los derechos por sus álbumes (se seguían vendiendo a muy buen ritmo) nunca llegaron a amenazar su bienestar económico...

lunes, 15 de junio de 2009

El fraude del 21

Se acerca el día de la música y con él la costumbre adquirida en los últimos años por alguna gran superficie de rebajar el precio de los discos un 21 %. Algunos viejos compradores os acordareis de la época en la que, con la llegada de las rebajas, todo veía reducido su precio un 20 % (a veces más) y durante varias semanas se podía ir adquiriendo a precios más asequibles LP’s que en otras circunstancias no habrías comprado. No había trampa ni cartón y al precio marcado se le reducía el precio y punto. Con los años la rebaja se redujo al 10% y, aunque ahí la cosa dejó de compensar, al final siempre acababa cayendo algo.

Todo cambio, curiosamente, con la llegada del CD. Lejos de bajar los precios, el nuevo soporte lo único que hizo fue mantenerlos (valían 3000 pelas entonces y ahora 18 euros) a pesar de que los costes eran menores. Además las grandes superficies vieron la puerta abierta a la entrada en sus arcas de ingentes cantidades de dinero ya que el nuevo formato era tan fácil de usar que cualquiera podía hacerlo y el cliente potencial desde ese momento era cualquiera. Se inventaron milongadas del tipo de “Lleva tres y te regalamos el de menor valor” o “Descuentos progresivos: 1 el 10%, 2 el 20% y 3 o más el 30%”, pero con ellas llegaron también las trampas.

Si en los vinilos el hecho de poner una etiqueta con el precio los dejaba marcados para siempre (al quitarla es complicado que no se note la parte de la carpeta en la que estaba pegada), el CD admitía todo tipo modificaciones con el que las tiendas (sobre todo las grandes) han jugado hasta el aburrimiento. La estrategia es sencilla. De entrada lo marcan con un precio alto (El Corte Ingles bastante más que la FNAC u otras tiendas de ese tipo) y luego le ponen una etiqueta de oferta con otro precio bastante más bajo (de 22,50 más o menos a entorno a los 18). En función de sus promociones esa pegatina de oferta aparece y desaparece por o que según cual sea puedes acabar pagando más por un disco en rebajas que fuera de ellas. En su defensa dirán que a veces llegan a ofrecer el 30% de descuento, pero claro, para ello tienes que hacer un gran desembolso que no todo el mundo puede permitirse por lo que los beneficiados son los que tienen mayor poder adquisitivo que se pueden permitirse gastarse 50 euros o más de una tacada.

El próximo día 21 se hablará mucho de música y de las reivindicaciones de las discográficas, los artistas y las tiendas, pero seguro que a los compradores nadie nos hará ni caso a menos que sea para criticarnos por piratas y exigirnos que compremos discos al desproporcionado precio que todos ellos marcan. Esa mayoría que se captó con la aparición del CD y que lo celebró como el mejor invento del mundo, en cuanto surgió otro sistema más cómodo, pequeño y con el que podías tener toda la música gratis, sin dudarlo un momento los abandonó.

Ahora se encuentran que, tras alimentar con basura durante años los oídos de todo el mundo, resulta que sólo compran discos los mismos que lo hacían antes de la fiebre del sonido digital y que a ellos no se los engaña con tanta facilidad. Se han acostumbrado a trabajar para la gran masa y ahora no conocen a su cliente potencial por lo que me temo que seguirán dando palos de ciego hasta que desaparezcan todos los que nos han metido en este lío y se haga cargo del negocio (en su termino más amplio y con todos los sectores involucrados) gente con ideas frescas y que ame más la música que su bolsillo...

domingo, 14 de junio de 2009

Madrid, 30 - octubre - 1979 (Paraíso)

Hoy le toca el turno a Paraíso, que podrían representar a todos esos grupos que, tras currárselo durante años, no consiguieron grabar un disco y desaparecieron sin dejar rastro para siempre... Si podrían, pero ellos son distintos por un pequeño matiz. Sólo publicaron un single pero, por cosas del destino, “Para ti” se convirtió en el himno de toda una generación que se veía reflejada en el personaje de la canción, y de ellos esa gente aún no se ha olvidado. Este concierto lo dieron en el “Teatro Alfil” de Madrid unos días después de su grabación (llevaba en la cara B “Estrella de la radio” y lo publicó Zafiro) y corresponde a una de las épocas más optimistas y felices del grupo ya que empezaban a ver los frutos de su trabajo,

El origen de Paraíso hay que buscarlo, según palabras de Fernando Márquez “El Zurdo”, en su evolución personal lejos de esa invasión de petardeo superficial y anodino que tanto aborrecía, y que cada vez era más influyente en Kaka de Luxe. Coincidiendo con la marcha de Nacho Canut y Enrique Sierra a la mili se da por disuelta la banda, y junto a Carlos Berlanga empiezan a trabajar en un nuevo proyecto que seria el primero eminentemente pop dentro de la llamada movida que empezaba a nacer. Componen juntos “No te equivoques” y “Crimen pasional”, y como parece que la cosa funciona se convocan para después del verano de 1978 para continuar con lo iniciado.

A la vuelta de las vacaciones Carlos se encontró con que ya había músicos para la banda (Mario Gil a los Teclados, Antonio Zancajo e Isabel San Gabino en las guitarras, Paco Díez de Velasco con la batería y Gregorio Pérez al bajo) y, después de un primer ensayo muy tenso, pidió que se los echara. Ante el dilema “El Zurdo” optó por quedarse con la gente que había reclutado por lo que Carlos ante su pérdida de influencia poco a poco se fue borrando hasta que desapareció. Las primeras canciones fueron naciendo de la colaboración entre distintos miembros del grupo, y a lo largo de todo ese otoño-invierno las fueron rodando por distintos locales de la capital (bajo pseudónimo para no quemar su nombre).

Su presentación oficial como Paraíso se produjo el 28 de Marzo de 1979 en el Teatro Martín, y a este, en el siguiente año y medio, le siguieron más de cuarenta conciertos en los que pisaron la mayoría de los grandes eventos y lugares emblemáticos de la movida madrileña (concierto homenaje a Canito, Sala Sol, Teatro Alfil, Teatro Martín, Sala El Escalón, Centro Cultural de Prosperidad, Plaza Mayor...) compartiendo escenario con la mayoría de los grupos de la nueva ola (Pegamoides, Nacha Pop, Bólidos, Tos / Secretos, Bulldog, Sidecar, Coyotes, Mario Tenia...). En abril graban en los estudio "Audiofilm" su primera maqueta con “Para ti”, “Estrella de la radio”, “Mongoloide”, “Vacaciones en la morgue” y “Sé una chica de hoy”, en mayo quedan segundos en el “II Trofeo Villa de Madrid” y en julio fichan con Chapa con los que unos meses después publican su single.

El último año había sido duro con mucho trabajo en el local de ensayo, conciertos y algunos momentos de tensión, por lo que desde principios de 1980 empiezan a dar muestras de agotamiento. Mantuvieron el tipo en el concierto homenaje a Canito en febrero, pero en la presentación del single en “El Sol” el 15 de abril, el sonido del concierto fue desastroso con toda la prensa especializada de testigo, y ese hecho les afectó ya que, si bien es cierto que nunca sonaron bien por carecer de equipo propio (dependían del equipo que tuviese la sala donde actuaban), las horas en el local de ensayo hacían que tocasen bien y sacasen los conciertos adelante con dignidad.

En Junio de 1980 graban para “Popgrama” (TVE) cuatro canciones (“Makoki”, “Vacaciones en la Morgue”, “Y al final, Carolina” y “Lipstick”) producidas por Carlos Tena y que posteriormente editaría “Nuevos Medios” en 1983 en un EP semi-pirata ya que el grupo todavía estaba bajo contrato con la discográfica Zafiro... Pero en aquel momento el grupo ya no existía... El 2 de Octubre de 1980 en “El Sol” se celebró su despedida (la primera), seguida en Marzo de 1981, en Caminos, por la definitiva, en la que Paraíso actuó como cuarteto (El Zurdo, Antonio, Mario y Paco), y en el que incluyeron los principales temas del grupo con algunas de las que luego se incluirían en el repertorio de La Mode, grupo que El Zurdo, Antonio y Mario formaron posteriormente y del que algún día contaré su historia.

Título del bootleg: Teatro Alfil 1979
Lugar y fecha: “Teatro Alfil”, Madrid, 30 – Octubre – 1979
Listado de canciones:
01 – Sé una chica de hoy
02 – Mongoloide
03 – No te equivoques
04 – La pluma eléctrica
05 – Cigarrillo mentolado
06 – Y al final (Carolina)
07 – La alegría de morir
08 – Crimen pasional
09 – Mr. Jones
10 – Vacaciones en la morgue
11 – Walk, don´t run
12 – Makoki
13 – Rock para Vtorichi
14 – Qué es lo que me pasa, baby
15 – Lipstick
16 – Para ti
17 – Tío, me puedes prestar


viernes, 12 de junio de 2009

El chico más pálido de la playa de Gros

La razón de la presencia de Poch hoy aquí hay que buscarla en mi visita de la semana pasada a San Sebastián y en un single recién publicado por La Buena Vida con una versión de “Viaje por países pequeños”. No soy un gran seguidor de su obra musical pero si de su personaje y creo que, si alguien merece el título de agitador (en el buen sentido) de la llamada movida madrileña ese es él. Ignacio Gasca nació en Donostia en 1956 aunque toda su carrera artística la desarrolló en Madrid hasta que, tras publicar su segundo disco en solitario (“Nuevos sistemas para viajar” de 1988 en el colaboraba un tal Antonio Vegajurel), regresó a su ciudad natal para morir 10 años después victima de la Enfermedad de Huntington (enfermedad neurodegenerativa) que le habían detectado a mediados de los 80.

Hoy no me voy a centrar en su obra junto a Ejecutivos Agresivos, La Banda sin Nombre o Derribos Arias (y lo dejo como asunto pendiente para otro día) si no que me gustaría dar una pequeña pincelada sobre esa personalidad que le convirtió en una figura imprescindible de ese Madrid mitificado... Para mi en aquellos años era simplemente un nombre habitual en reseñas de los periódicos y en programas de Radio3 que, a excepción de “Branquias bajo el agua”, en general me dejaba bastante indiferente. Su sonido era demasiado crudo y, aunque por momentos en sus canciones había melodía, en otros desaparecía, y con 15 años aquello me parecía totalmente incomprensible.

Me llamaba la atención esa forma de mezclar punk, afterpunk y psicodelia y sus letras provocativas y rompedoras, pero nunca hasta el punto de acercarme a una tienda a comprar un disco suyo. Visto ahora con la perspectiva que da el tiempo y leyendo de nuevo sus letras, te das cuenta de lo punzante y surrealista que era su humor y te imaginas la cara con la que muchos tuvieron que quedarse al ver su propuesta. Y es que su fuerte, en el lugar donde Poch se transformaba dando rienda suelta a toda su teatralidad y sus extravagancias, era sobre un escenario en el que su despliegue de gestos y ocurrencias solía superar normalmente el espectáculo musical.

El momento en que por primera vez me acerque con interés (y, por que no decirlo, con sorpresa una vez escuchado el resultado) a su obra fue cuando apareció el disco homenaje que le hicieron sus compañeros y amigos para recaudar fondos para cubrir sus necesidades durante su enfermedad. Ese precioso título de “El chico más pálido de la playa de Gros” (1991) y la imagen de su portada me sedujeron de entrada, pero fue el hecho de que el disco contuviese relecturas de sus canciones hechas por alguno de los artistas que más me interesaban en ese momento, lo que me llevó a tratar de hacerme con una copia. No lo conseguí (me da que no debió tener una buena distribución y se editaron pocas copias ya que cuando por fin lo encontré el precio me pareció prohibitivo) por lo que me tuve que conformar con una copia en cinta.

Ahí es donde me encontré con el Poch músico creador de preciosas canciones, ya que la dimensión que tomaban muchos de esos temas en las voces de otros superaban con creces a las originales y descubrí grandes canciones que perfectamente podrían haberse convertido en auténticos himnos, de no ser por lo arriesgado de su propuesta musical que las llevaba a terrenos más difíciles de asimilar por parte de la gran mayoría (entre los que me encontraba).

Hasta que puse el single de La Buena Vida al llegar a casa, hacia muchos años que no escuchaba nada de él y, como sucedió cuando me encontré con las versiones que hicieron Los Enemigos, Gabinete Caligari, Los Coyotes de Víctor Abundancia o Esclarecidos, me he dado cuenta de lo bonitas que pueden llegar a sonar sus canciones y de lo viva que sigue su obra tantísimo tiempo después... El fue único, un adelantado a su época que, de haber nacido en otro país, ahora tendría millones de entradas en internet y ocuparía un puesto de privilegio en su historia musical. Pero por desgracia lo hizo en San Sebastián y se fue lentamente y sin hacer ruido. Toda una paradoja para un hombre que hizo en la década de oro que su voz sonara más fuerte y alto que ninguna otra.

jueves, 11 de junio de 2009

La puerta de atrás del paraíso (La Frontera)

He dejado atrás
todo aquello que amé.

Ahora nada me ata
y tú sabes bien
que la tierra quemada
no me hará volver jamás.

Perseguí la justicia
que se me negó.
He transformado
mi odio en valor,
en deseo de vivir mañana.

Esperé,
pero nadie llegó,
nadie llegó.

Esperé,
en la puerta de atrás del paraíso.

Cielo vas a esperar
un momento mejor.
Retiré mis cuentas
pues tú sabes bien
que el infierno no quema
tanto como el sol aquí.

No hay demonio mejor,
ni demonio peor,
todos los muertos bailan
la misma canción,
por la noche cuando el lobo calla.

Esperé,
pero nadie llegó,
nadie llegó.
Esperé, en vano otra ocasión.

Esperé,
esperé y esperé un momento mejor.

Esperé,
en la puerta de atrás del paraíso.

(Extraída del álbum "La frontera" / POLYDOR – 1985)

miércoles, 10 de junio de 2009

Tras el muro de Pink Floyd - II (El disco)

La semana pasada dejamos a los Pink Floyd tras haber decidido trabajar en la idea de Roger Waters de levantar un muro entre el grupo y su público. La base sobre la que había trabajado el bajista era que cada ladrillo que se iba añadiendo al muro representaba un momento se su vida, como la muerte de su padre en la Segunda Guerra Mundial al poco de nacer, su relación con una madre muy protectora, el sistema educativo británico... Desde ese momento la historia se centra en los aspectos relacionados con el rock siguiendo la irrupción, éxito caída de una estrella de rock llamada Pink y que acaba imaginándose a si mismo como un dictador fascista capaz de dirigir a las masas a su antojo.

Ya comente que el concepto de la historia y las letras estaban muy bien trabajadas en las maquetas que Waters había grabado, aunque la cuestión musical dejaba bastante que desear y ese era el punto en el que deberían centrarse a la hora de trabajar. Al ser un álbum que tendría alrededor de 26 temas (más que la suma de los 3 discos anteriores) y debido a que el formato de los temas cambiaba completamente respecto a lo que habían hecho anteriormente, con buen criterio decidieron (es una forma de hablar y que el 90% de las decisiones las tomó Waters) contratar a alguien que les ayudara a poner en orden y dar cohesión a todo lo que querían contar, eliminara lo superfluo y pulir el material inicial tanto en lo musical como en la forma de contar la historia. El elegido fue Bob Ezrin.

La fase de preproducción fue muy dura y los enfrentamientos entre Waters y Gilmour fueron constantes. A estas alturas nadie niega que la colaboración del guitarrista y Ezrin fue determinante en el resultado final, no solo por todas las aportaciones que hicieron en casi todos los temas cambiándolos en muchos casos completamente, si no por que esa tensión permanente sobre la dirección que debía tomar las canciones hacían que Waters se creciera y apareciese con nuevo material que se iba incorporando al proyecto sobre la marcha. La parte del trabajo de desarrollar la idea del álbum y grabar las primeras versiones se realizó en los estudios “Britannia Row”, aunque los problemas financieros y con el fisco hicieron que para la grabación tuvieran que trasladar su campo de operaciones primero a Francia (donde se grabó casi todo el material) y posteriormente a Los Angeles (donde acabaron de grabar y se hicieron las mezclas).

Durante el periodo de grabación en Francia quedó claro que la tensión entre los miembros hacían difícil la convivencia entre ellos y más cuando tanto a Richard Wright como Nick Mason (como se le había dicho antes a Ezrin aunque al final con su trabajo se ganó el aparecer) se les informó que no figurarían como productores y no cobrarían nada en ese concepto. Otra victima de Waters en ese disco fue Storm Thorgerson al que, tras años diseñando las portadas de sus discos, no se le permitió participar en el proyecto. En su lugar (a pesar de que el trabajo de Thorgerson junto a Pink Floyd es simplemente soberbio y merece comentario aparte, vistos los resultados finales está claro que su sustitución fue un acierto) contrató al dibujante Gerald Scarfle que ilustró la parte interior del álbum con alguna de sus criaturas y la memorable imagen de los martillos desfilando y diseñó junto la funda exterior que es un simple muro en el que no aparece el nombre ni del disco ni del grupo y que impacta por su sencillez.

Pero la gran crisis no llegó hasta casi el final de la grabación cuando Wright fue despedido fulminantemente por Waters por preferir seguir de vacaciones a regresar a terminar el disco. Como ya he contado, la primera fase de la grabación (en Francia entre abril y julio) había sido complicada por la diversidad de criterios sobre el enfoque de las canciones, lo que había hecho que no se avanzase lo suficiente. En agosto todos se fueron de vacaciones con la idea de regresar en octubre pero, dado que el retraso que llevaban hacia que peligrasen los anticipos que habían cobrado para tener acabado el disco antes de noviembre, se decidió que había que regresar una semana antes cosa que el teclista no hizo. A pesar de ser una decisión personal de Waters, ni Mason ni Gilmour opusieron resistencia alguna, el primero por si él era el siguiente, y el segundo por que era consciente de su falta de implicación y lo veía como una rémora.

El final de la grabación me la imagino como el cierre de un periódico cuando a última hora se produce una noticia bomba. Cuando las carpetas ya estaban impresas con los títulos y las letras se realizaron algunos cambios de última hora lo que hizo que en la primera edición no coincidiese exactamente el contenido con lo que decía el continente. Además de que “Hey you” pasó del final de la cara 3 al principio, resultó que la cara 2 era demasiado larga y, al prensar el vinilo, el sonido perdía bastante calidad, por lo que decidieron eliminar “What shall we do now?” y sustituirla por “Empty spaces”, que tenia la misma música y que por ser una repetición de la misma idea había sido desechada.

Durante años el grupo se había negado a usar un single como forma de promoción, y preferían utilizar otro tipo de medios para hacerlo. Esta vez Ezrin logró logró convencerls de la necesidad de publicar uno como reclamo y el elegido fue “Another brick in the wall, part 2 ” que llegó al numero uno a ambos lados del Atlántico y se hizo muy popular por el coro de niños que gritaba que no necesitaban educación. El álbum se publicó en el Reino Unido el 30 de noviembre y 8 días después en Estados Unidos pero, lejos de ser el final de la historia de “The wall”, esta no había hecho más que empezar ya que en ese momento la banda ya estaba trabajando en el siguiente ladrillo. Dos meses después iban a comenzar su gira promocional en la que tenían planeado levantar físicamente un muro entre la banda y el público...

lunes, 8 de junio de 2009

Desde que no amanece en Madrid...

Hoy Hilario Camacho habría cumplido 61 años y, aunque sea uno de esos cantautores que nadaron entre la fama y el más absoluto anonimato, al menos pudo disfrutar de dos momentos de relativo éxito que hicieron que un puñado de devotos se mantuvieran fieles a su obra y ahora lo sigan siendo de su memoria. No pertenezco a ese grupo, aunque como existen varios momentos de mi vida en los sus canciones han sido protagonistas principales de su banda sonora, le tengo bastante simpatía y su muerte (por la forma y lo inesperado) me impactó bastante cuando se produjo a mediados de agosto de 2006.

Si rondas los 40 o los superas lo más probable es que, aunque no identifiques su nombre y su cara no te diga nada, seguro que lo conoces. En 1986, cuando sólo existían dos canales en la televisión, se coló en nuestras casas gracias a que una serie llamada “Tristeza de amor” usaba su canción del mismo título como sintonía, lo que le aportó durante varios meses la exigua fama que da la caja tonta. Yo tenia 15 añitos y lo que realmente descubrí en aquel momento fue a una jovenísima Emma Suárez que de inmediato me dejó prendado y, con su tema como fondo musical, se fue convirtiendo poco a poco en mi primer amor platónico.

Se habia iniciado en esto de la música en su etapa universitaria cuando se integró junto a otros cantautores en el grupo Canción del Pueblo en un movimiento paralelo a la Nova Canço catalana que, al contrario que este, no recibió ni la financiación ni el apoyo institucional, lo que hizo que su repercusión se limitase casi exclusivamente al ámbito universitario. Tras abandonar su estudios se dedico a “vagabundear” con su guitarra por Suecia, Inglaterra y Holanda, y a su regreso, tras hacer el servicio militar, inicio como tal su carrera profesional en la música.

Su primer disco data de 1972 y se llamó “A pesar de todo”, y durante los siguientes años fue intercalando la grabación de sus propios trabajos con la composición y colaboración con otros artistas. De entre todas ellas, por lo representativo, me quedo con las canciones que compuso a medias con Sabina (“Negra noche”, “Güisqui sin soda” y “Taxi”) y sobre todo su aparición en 1979 en el único y reivindicable disco de Cucharada (primera banda de Manolo Tena) que lleva el precioso titulo de “El limpiabotas que quería ser torero”.

Tras apenas cuatro discos en sus primeros nueve años y con un puñado de grandes canciones en la mochila (yo me quedo con “Madrid amanece y “Final de viaje” ambas en su álbum de 1981 llamado “La mirada del espejo”), desapareció del mapa durante un lustro para reaparecer triunfalmente con dos discos en un año. El primero fue “Subir, subir” (con dos de los temas de un Sabina a punto de dar el salto) y posteriormente “Gran ciudad” en el que se incluye la ya mencionada “Tristeza de amor” (además de “Un extraño en Madrid”, otra de mis favoritas) y con el que consigue un gran éxito comercial.

No se si no pudo soportar la popularidad o es que no quiso hacerlo, pero pasó de ser el cantautor mejor colocado para asaltar el trono de Serrat y Aute, a desaparecer completamente del mapa durante los siguientes 11 años en los que, al margen de un recopilatorio y la reedición de “Gran ciudad”, sólo publicó un disco con temas nuevos (“El mercader del tiempo” en 1990). Su reaparición fue en 1997 con la grabación de un concierto acústico (era la época en la que se usaban los unplugged para relanzar carreras y presentar a las nuevas generaciones a las viejas glorias) que se vendió muy bien y lo volvió a colocar nuevamente en la primera línea, lo que hizo que al año siguiente se animase a grabar un nuevo trabajo de estudio que, por desgracia para él, pasó totalmente inadvertido.

Decepcionado y aburrido volvió a recluirse y, tras otro par de recopilatorios, por fin en 2003 apareció el que seria su último trabajo en vida y que, desde su título (“No cambies por nada”, lanzó su gran declaración de intenciones. Tengo la sensación de que sus últimos años actuó bastante (me suena ver su nombre con cierta frecuencia en carteles que anunciaban conciertos), aunque ya por entonces había hecho del aislamiento del mundo exterior su opción vital. En agosto de 2006, tras acabar de regrabar algunos de sus temas clásicos junto con algunos inéditos, decidió que era el momento de abandonarnos. El 16 de agosto en Madrid no amaneció, y desde entonces en el corazón de algunos no lo ha vuelto a hacer...

domingo, 7 de junio de 2009

Montilla, Córdoba, 8 - Diciembre - 1989 (091)

Continuo recuperando conciertos emitidos a lo largo de los años por Radio3 y, si la semana pasada hablábamos del mejor grupo granadino de los tres últimos lustros, hoy toca hablar de la banda más grande que ha dado nunca Granada y de una de las más importantes de nuestra historia. Como suele ocurrir en otros bootlegs extraídos de la radio, el sonido es perfecto aunque hay que pagar el precio de aguantar los comentarios del locutor de turno que pisa el principio de algunas canciones (en este caso pocas y sin afectar a la canción) y las exigencias de la programación que hacen que “La torre de la vela” no aparezca completa.

Sin ser el típico grupo al que se le pueda considerar como un “pupas”, existen pocas (¿ninguna?) formaciones que hayan tenido peor suerte que ellos aunque, como premio de consolación, se han convertido en una banda de culto idolatrada aún por los que la conocen, pero absolutamente olvidada por casi todos los demás. Su origen hay que buscarlo en las escisiones de TNT (del que llegaron José Antonio García y Tacho González) y Al-Dher (José Ignacio Lapido) a los que se une Antonio Arias para completar el cuarteto que en lo musical empiezan a mezclar el blues con el rock clásico de los 60 y un poquito de punk.

Debutaron en 1983 con un fantástico single (“Fuego en la oficina” / “Llamadas anónimas”) en el que desprenden toda su energía punk pero cuidando los arreglos y el acabado de las canciones. No se vio refrendado un año después con un segundo single no tan contundente y con “Cementerio de automóviles” su primer LP que les llega demasiado pronto y que, a pesar de tener algunos temas interesantes, fracasa en la producción que acaba aniquilando la intensidad del álbum y no refleja (como le pasó a muchísimos grupos en esa época) lo que eran sus directos. Un nuevo single les abre las puertas de una compañía mayor (pasan de DRO que estaba empezando a Zafiro) y su amistad con Joe Strummer, que se ofrece a producirles, hace que piensen que la suerte por fin se va a aliar con ellos.

Su siguiente trabajo, “Más de cien lobos” (1986), es para muchos su mejor disco y, aunque yo no lo acabo de tener claro (a veces lo emocional pesa mucho), es cierto que la colección de canciones que contiene no tiene desperdicio y quizás. A Strummer lo conocieron en Granada y consiguió definir el estilo del grupo con una producción mucho más ajustada, rotunda y con arreglos sencillos, abandonando ese sonido gotiquillo que arruinó su debut. Era el disco y el momento para dar el gran salto, ya que su directos empezaban a ser rompedores y los que los conocían caían rendidos a sus pies, pero la compañía no mueve un dedo por ellos, y sin promoción no consiguen traspasar la frontera del reducido circulo de seguidores que tenían.

No pasa nada y Zafiro los da por perdidos, pero ellos responden después de dos años con “Debajo de las piedras”, de nuevo con grandes canciones pero esta vez con una producción más blandita. Ahí está “La torre de la vela” que, de haber sido promocionado, se habría convertido en un éxito seguro, pero la suerte seguía siéndoles esquiva. Sus letras les empiezan a situar como un grupo de rock adulto, y cada vez son más valorados por los críticos y un público musicalmente maduro que busca algo más que hits pegadizos y de consumo rápido.

Las relaciones con su discográfica son cada vez más complicadas y esto se refleja en sus nuevos temas (“Doce canciones sin piedad” de 1989) en los que abandonan la luminosidad y vitalismo de anteriores entregas para volverse más oscuros y pesimistas, aunque no afecta a su calidad que vuelve a situarse muy por encima de lo que se estaba publicando en España en ese momento. Suenan más duros, pero la poesía de Lapido empieza a adquirir tintes dylanianos lo que, con el tiempo, les llevaría con el tiempo a ser más valorados por sus letras que por su música.

Este concierto (que se celebró dentro de una bodega) es una muestra su contundencia en directo y de que sonaban, como mínimo, igual de bien que Loquillo y Trogloditas, considerados la mejor banda de rock and roll de los 80. La voz de José Antonio García ya ha adquirido esos tintes tan personales y Tacho González (bateria) y Antonio Arias (bajo) forman una base rítmica perfectamente conjuntada. Demuestran que tienen todo para abandonar el malditismo pero parecen condenados a el. A pesar de que poco tiempo después Arias los abandonaría para formar Lagartija Nick, el resto seguirían buscando lo imposible durante unos años más... Aunque eso lo contaré otro día...

Título del bootleg: Concierto en Montilla 1989
Lugar y fecha: “Bodega”, Montilla, Córdoba, 8 – Diciembre – 1989
Listado de canciones:
01 – Walk, don't run
02 – Debajo de las piedras
03 – Confusión
04 – Demasiados escalones
05 – Esta noche
06 – Nada es real
07 – El trago más amargo
08 – En el laberinto
09 – Un día de lluvia
10 – Nadie encuentra lo que busca
11 – Escenas de guerra
12 – Cartas en la manga
13 – Carne cruda
14 – En la calle
15 – El deseo y el fuego
16 – La torre de la vela

sábado, 6 de junio de 2009

Bunbury se atiene a las consecuencias

Creo que el retorno de Bunbury es una de las grandes noticias del año. Me sorprende que, cuando sólo hace unos meses que publicó el fantástico “Hellville de luxe”, ya tenga grabado un nuevo trabajo y que, en contra de lo que marcan las actuales reglas del mercado para las grandes estrellas, en menos de un año vaya a estar a la venta. No sé si habrá influido en todo esto la polémica que levantó su reciente disco, pero, ahora que ha pasado un poco de tiempo habría que empezar a mirar más allá del plagio y valorar las virtudes (que son muchas) que tiene. Ya di mi opinión sobre toda esta polémica (en la que creo que no salía muy bien parado) y sigo creyendo que debe rectificar para recuperar el respeto personal que muchos teníamos por él, pero como artista el tío es de lo más grande que tenemos en este país.

La noticia de su nuevo disco lleva días por la red corriendo como la espuma aunque los datos que se tienen no son demasiados. Se sabe que en los meses de abril y mayo, y tras el final de la primera parte de su gira presentación de su anterior trabajo por España, Estados unidos y México (la segunda empieza ahora por recintos abiertos y grandes de nuestro país y concluirá por Centro y Sur América), se encerró con su actual banda para dar forma y grabar el que será su sexto álbum de estudio y que llevará por título “Las consecuencias”

Si nos fiamos de sus propias palabras este será “el disco más oscuro, profundo y down tempo que he grabado en mi vida”, así que tras lanzar la piedra sólo nos queda esperar para ver a que se refiere con esas palabras. Lo que es seguro es que ha vuelto a producido él mismo después de que Phil Manzaneda se ocupase del anterior, que ha colaborado en varias canciones Miren Iza (cantante de Tulsa) y que saldrá a la venta a lo largo del próximo otoño, lo más seguro que a finales de octubre. Y a partir de ahí la oscuridad total...

Supongo que trataran de evitar las filtraciones para que esta vez no aparezca en internet antes que en las tiendas. En ese sentido me parece un error dar la noticia con tanta antelación ya que hay mucho tiempo para que alguien se las ingenie para conseguirlo y colgarlo en la red. Habría sido más sencillo callarse y anunciarlo después del verano que el margen para la filtración es menor. Como le considero un tío inteligente supongo que tendrá alguna razón para hacerlo aunque me temo que, como ocurrió con “Hellville de luxe”, unos días antes de su publicación podré comentarlo en este blog... Y hasta que ese momento llegue, mi antes admirado y testarudo amigo, solo me cabe esperar ansiosamente volver a tener tu disco entre mis manos...

jueves, 4 de junio de 2009

Going underground (The Jam)

Some people might say my life is in a rut
But I'm quite happy with what I got
People might say that I should strive for more
But I'm so happy I can't see the point
Somethings happening here today
A show of strength with your boy's brigade and
I'm so happy and you're so kind
You want more money - of course I don't mind
To buy nuclear textbooks for atomic crimes

And the public gets what the public wants
But I want nothing this society's got -
I'm going underground, (going underground)
Well the brass bands play and feet start to pound
Going underground, (going underground)
Well let the boys all sing and the boys all shout for tomorrow

Some people might get some pleasure out of hate
Me, I've enough already on my plate
People might need some tension to relax
(Me?) I'm too busy dodging between the flak
What you see is what you get
You've made your bed, you better lie in it
You choose your leaders and place your trust
As their lies put you down and their promises rust
You'll see kidney machines replaced by rockets and guns

And the public wants what the public gets
But I don't get what this society wants
I'm going underground, (going underground)
Well the brass bands play and feet start to pound
Going underground, (going underground)
(So) let the boys all sing and the boys all shout for tomorrow

We talk and we talk until my head explodes
I turn on the news and my body froze
The braying sheep on my TV screen
Make this boy shout, make this boy scream!

Going underground, I'm going underground!

(Extraída del single " Going underground" / POLYDOR – 1980)

miércoles, 3 de junio de 2009

Tras el muro de Pink Floyd - I (Los orígenes)

Durante los miércoles de junio trataré de resumir los cinco años que Roger Waters dedicó al proyecto de “The wall”, probablemente el más grande de la historia del rock. Desde el principio Waters tenia claro que iba a ser un trabajo multidisciplinar, y aunque en un primer momento intentó compaginarlos, enseguida se dio cuenta que era imposible y tendría que sucederlos en el tiempo. Al final, en noviembre de 1979 publicaron el doble álbum, entre 1980 y 1981 dieron una serie de conciertos (con todo el montaje que suponía) en cuatro sedes distintas (Los Angeles, Nueva York, Londres y Dormund) y por último en 1982 se estrenó la película dirigida por Alan Parker y protagonizada por Bob Geldof. En próximas entradas me encargaré de cada uno de ellos, pero hoy toca hablar de cómo se gestó esta epopeya musical...

Para ello tenemos que remontarnos a la gira de presentación de “Animals” en directo y más concretamente a la fase americana en la que probablemente se colocó el primer ladrillo en el muro de Waters. La gira en su globalidad fue la primera que concibieron para grandes recintos (entre 30000 y 90000 espectadores) por lo que el espectáculo tenia que estar acorde con ellos. Grandes globos hinchables, proyecciones, aviones volando sobre el público... y todo eso para un perfeccionista como Waters suponían demasiadas cosas de las que estar pendiente al margen de lo meramente musical.

En la gira por Estados Unidos los Floyd se encontraron con una costumbre ajena a la tradición europea que consistía en tirar cohetes y petardos durante la actuación, además de ser muy ruidoso y chillón lo consideraban una falta de respeto hacia el artista. Si hasta ese momento un público muy concreto había sido el consumidor de su música, con los años se habían transformado en un producto de consumo mas, por lo que sus conciertos se transformaron en actos sociales a los que la gente asistía para poder decir al día siguiente que había visto al cerdo volando. La tensión iba subiendo día a día, y en una de la ultimas fechas (3 de julio de 1977 en el Madison Square Garden de Nueva York) insultó desde el escenario a los que se dedicaban a molestar e incluso le llevó a confundirse en una canción y tener que empezarla de nuevo.

Pero eso no era lo único que trastornaba a Waters. Por un lado ese nuevo concepto de gira en grandes espacios que les obligaba a distanciarse más del público elevando el escenario y alejándolo de las primeras filas le hicieron dejar de sentirse a gusto en una situación tan deshumanizante que impedía la comunión y la comunicación con la audiencia. Era consciente que esa situación la habían creado ellos mismos y le obsesionaba que ya no solo eran víctimas de la maquinaria del rock, si no que se habían convertido en unos colaboradores activos. En contraste a esto su megalomanía crecía cada vez más y como ejemplo contaré que mientras sus compañeros llegaban al recinto en limusina el lo hacía en helicóptero o que evitó todas las obligaciones promocionales y rechazó las invitaciones a fiestas y saraos para así no tener que relacionarse con la gente.

La gota que colmo el vaso se produjo en el último concierto de la gira en el Estadio Olímpico de Montreal (6 de julio) cuando al poco empezar “Pigs on the wind, part 2” interrumpió su interpretación para pedir, con palabras subidas de tono, que se dejasen de tirar petardos ya que estaba intentando cantar una canción. Además durante todo el concierto no quitó ojo a un espectador de la primera fila que no paraba de gritar y al acabar “Pigs” pidió a un roadie que le elevase hacia el escenario para escupirle a la cara cuando lo tuvo a distancia. Eso marcó el desarrollo del resto del concierto hasta el punto que, en el último bis en lugar de interpretar un tema del grupo hicieron un viejo blues para el que David Gilmour se borró para verlo desde la mesa de sonido en el centro del estadio.

Durante toda la gira Waters había gritado tras la tercera estrofa de “Pigs” un número que al principio nadie supo interpretar para luego descubrir que se trataba del que correspondía en el orden numérico al del show que estaban dando. Parecía como si estuviese enumerando el tiempo que le faltaba para acabar con esa pesadilla. Fueron un total de 55 las representaciones, y al finalizarlas ya había visualizado el comentario aparecido en la prensa británica durante la fase europea de la gira en el que se decía que el paso lógico de la banda en teatralidad seria colocar muñecos sobre el escenario con las caretas de sus miembros. Había tomado conciencia en la distancia existente entre él y los que asistían a sus conciertos por lo que se prometió que la siguiente vez que se enfrentase cara a cara con una audiencia lo haría detrás de un muro.

A lo largo de 1978 aparecieron en el mercado sendos discos en solitario de Gilmour y Wright y seguramente el de Waters también lo habría sido de no ser por la aparición en escena de “Warburg”. Se trataba de una accesoria financiera a la que Fink Floyd encargó que gestionara dos millones de libras (de las de finales de los 70) y que literalmente los estafó (y a muchos otros clientes) y les hizo entrar en una situación económica delicada. La discográfica ofreció 4,5 millones de anticipo por un disco de los Floyd por lo que a uno le toco renunciar a su primer trabajo en solitario y a los otros tragar con el proyecto de Waters.

Había estado trabajando el solo desde otoño de 1977 y, cuando llego el momento de volver con la banda en julio de 1978, les presentó dos cintas de 90 minutos cada una con las maquetas de dos álbumes distintos. La primera se titulaba “Bricks in the wall” y la segunda “The pros and cons of hitch-hiking”, y entre todos tenían que decidir cual seria el siguiente disco de Pink Floyd. Finalmente, tras estudiar ambas propuestas, optaron por desarrollar la idea del muro a pesar de tener muchas limitaciones musicales ya que, tanto en lo conceptual como a nivel de letras era muy sólido (la otra historia era demasiado deprimente y personal aunque al final de ella saldría su debut en solitario del bajista). Visto lo visto quedaban demasiadas cosas por pulir y mucho que hacer por lo que todos (¿todos?) se pusieron de inmediato manos a la obra.

martes, 2 de junio de 2009

Simplemente Neil Young

He de confesar que mientras caminaba lentamente hacia el velódromo de Anoeta eran muchas las dudas que me asaltaban sobre lo que podría encontrarme y sobre todo sentir cuando Neil Young saltase al escenario. Por un lado mi predisposición era buena ya que el Pucela acababa de salvarse y estaba contento, pero por otro tenía aún demasiado reciente la experiencia de Wilco y veía difícil superar lo que habían hecho estos en Madrid... Siempre he visto a Neil como el más grande y, aunque he visto en directo a prácticamente toda la primera división del rock (nacional e internacional), creo que no existe nada comparable como asistir a uno de sus conciertos... Bueno, al menos eso creía yo hasta que hace varios años vi a Tweedy y los suyos en el difunto “Aqualung” y pusieron la semillita para lo que sucedió el martes pasado...

Pero que decir... Pues poca cosa ya que todos esos temores se disiparon cuando en su primera descarga el tío Neil se soltó un rompedor y salvaje “Mansion on the hill” (de mi adorado “Ragged glory”), para enlazarlo con un ralentizado (o habría que decir pesado, en el buen sentido, claro) y distorsionado “Hey hey, my my”. Sin casi tiempo para recuperarse continuo con “Everybody knows this is nowhere”, una versión conmovedora y eléctrica de “Pocahontas”, “Spirit road”, “Cortez the killer” y “Cinnamon girl” antes de llegar a la parte acústica del show.

Esta la inició tambien a todo trapo con otro tema del “Ragged”, en este caso una relectura con órgano de tubos de “Mother earth” que en este formato sonaba casi com un himno religioso, y después con “The needle and the damage done”, el bajón... Tal vez fuesen las pocas horas dormidas a lo largo de la semana o el cansancio del viaje, pero cuando empezó con el punteo (¿cuantas veces puedo haber escuchado esta canción?, ¿1000?, ¿2000 veces?), sentí que la emoción y tensión acumulada durante la hora anterior se me venía encima de repente... La cosa no mejoró con “Goin' back” (del delicioso “Comes a time” y, aunque con joyitas como “Unknown legend”, “Heart of gold” y “Old Man” el que no se conmueve es que no tiene corazón (y evidentemente yo lo tengo), hasta que no volvió a colgarse la eléctrica y dio por finalizado el set acústico, mis pilas no se acabaron de recargar.

En este punto del concierto ya había tenido tiempo para devolver a Neil a su trono en el Olimpo y para encontrármelo otra vez como un ser terrenal. Mientras escribo esto he de decir que soy consciente de que el problema de percepción era mío ya que, el resto del público que me rodeaba, parecía continuar en el mismo éxtasis en el que me encontraba yo unos minutos antes. También, en ese periodo raro, había comparado a los Crazy Horse (con los que lo vi en La Coruña en 2001) con el grupo de amiguetes que le acompañan ahora. Aunque, por ejemplo, ahora los solos son casi exclusivamente suyos (con lo que disfrutamos de unos de los grandes en esa faceta) se echan en falta esas chispas que saltan cuando su guitarra se enfrenta a la de Poncho. Los de ahora son, probablemente, mejores músicos que Talbot, Sampedro y Molina, pero el sonido que consigue con ellos no lo hace con nadie más. Junto a unos es el más grande, junto a los otros un ser superior (“buitre”, te quiero)

La traca final la abrió con la soberbia “Down by the river” (que me colocó de nuevo al estado en el que me encontraba cuando me descolgué) y, aunque luego bajó un poquito con “Get Behind The Wheel” y “Just Singing A Song” (dos de las nuevas que, estando bien, no alcanzan aún la categoría de clásicos como las otras), explotó definitivamente con una espectacular e intensa “Rockin' in the free world” que hizo que Anoeta acabase de rodillas ante el maestro de maestros. En mi vida recuerdo haber asistido a una ovación más cerrada, prolongada y sentida que esa, y Neil la agradeció con una última descarga emocional a través de una crispada y enloquecida “Like a hurricane”.

A la salida, como muestra de satisfacción por el momento vivido, me compro en la tienda de merchandising oficial lo más barato (en este caso papel de fumar con la portada de “Fork in the road”) y en la calle una camiseta “pirata” tres veces más barata que la legal... Y de vuelta a casa sigo reflexionando y llego a la conclusión de que, si me diesen a elegir entre uno y otro concierto me quedaría, sin dudarlo un segundo, con el de Neil Young... No, perdón, quiero decir con el de Wilco... No, no, no, creo que es mejor...

lunes, 1 de junio de 2009

Junio en el coche


  • 01 – Lucha de gigantes (Antonio Vega / Básico – 2002)
  • 02 – Antes de que salga el sol (Nacha Pop / Nacha pop – 1980)
  • 03 – Háblame a los ojos (Antonio Vega / No me iré mañana – 1991)
  • 04 – Cada uno su razón (Nacha Pop / Dibujos animados – 1985)
  • 05 – Romance de Curro el Palmo (Antonio Vega / Escapadas – 2004)
  • 06 – El sitio de mi recreo (Antonio Vega / El sitio de mi recreo – 1992)
  • 07 – Magia y precisión (Nacha Pop / Más números, otras letras – 1983)
  • 08 – Pasa el otoño (Antonio Vega / 3000 noches con Marga – 2005)
  • 09 – Relojes en la oscuridad (Nacha Pop / 80-88 – 1988)
  • 10 – Hojas que arranque (Antonio Vega / De un lugar perdido – 2001)
  • 11 – Lo que tu y yo sabemos (Nacha Pop / Dibujos animados – 1985)
  • 12 – Una décima de segundo (Nacha Pop / Una décima de segundo – 1984)
  • 13 – Angel caído (Antonio Vega / Anatomía de una ola – 1994)
  • 14 – Palabras (Antonio Vega / Océano de sol – 2008)
  • 15 – Desordenada habitación (Nacha Pop / El momento – 1987)
  • 16 – El sueño (Nacha Pop / “Sesión salvaje” del Diario Pop, 25 - Octubre - 1981)
  • 17 – Vidas agridulces (Nacha Pop / Más números, otras letras – 1983)
  • 18 – Océano de sol (Antonio Vega / Océano de sol – 2008)
  • 19 – Se dejaba llevar por ti (Antonio Vega / No me iré mañana – 1991)
  • 20 – Atrás (Nacha Pop /Buena disposición – 1982)
  • 21 – Con tal de regresar (Nacha Pop / Dibujos animados – 1985)

    DURACION TOTAL: 79' 59''