lunes, 25 de mayo de 2009

Jay Bennett, tratando de romper tu corazón

Tengo previsto estar mañana en Madrid para ver el concierto que darán Wilco en la capital y el miércoles contarlo en este blog, pero lo que no entraba ni de lejos en mis planes era hablar de ellos hoy. Todo ha cambiado cuando esta mañana me he encontrado en varios medios digitales con la noticia de la muerte de Jay Bennett y, como consecuencia inevitable, he vuelto a ver la película documental de Sam Jones “I am trying to break your heart” en la que se recoge la grabación de “Yankee Hotel Foxtrot” (y como parte de ella la expulsión de Jay de la banda tras 6 años y 5 discos junto a ellos).

No tengo la intención de hablar demasiado de esa etapa tan desagradable en la que rompió relaciones con Jeff Tweedy, ni de los enfrentamientos con él que le llevaron a poner hace unas semanas una demanda por 50000$ contra el grupo por no haber cobrado los derechos de la película antes mencionada (y en la que salia mal parado dejando una imagen de tipo egocéntrico y músico ambicioso). Lo que si me gustaría decir es que me parece una pena que dos personas que trabajaron con una sintonía tan grande y lograron cambiar las reglas del rock and roll norteamericano, hayan firmado un final tan triste que ya no tiene posibilidad de ser cambiado.

Cuando tras la grabación en 1995 de “AM” el guitarrista Brian Henneman anuncio que dejaba Wilco, los chicos de Tweedy se encontraron con la necesidad de contratar a otro. Su road manager les recomendó que vieran a Titanic Love Affair, una banda nueva que hacia un interesante e innovador power pop y cuyo líder, además de tocar la guitarra, se sentaba también ante los teclados, cosa que ninguno de ellos era capaz de hacer. La conexión de Bennett con Tweedy fue instantánea y su incorporación al grupo se produjo tan pronto como sus miembros dieron el visto bueno. En el primer disco que grabó con ellos (“Being there” de 1996) su aportación se limitó a la de músico ya los temas estaban compuestos, pero su presencia empieza a percibirse en algunos arreglos. A partir de ahí su peso específico dentro de la banda fue creciendo hasta convertirse en el perfecto e inseparable escudero que Tweedy necesitaba para llevar a cabo su proyecto.

A lo largo de los siguientes años reinventaron la música tradicional americana tomando su sonido como punto de partida pero sometiéndole luego a la experimentación e innovación. El álbum en el que ya se ve una aportación considerable fue “Summerteeth” y para su grabación cambiaron la forma que tenían de trabajar hasta ese momento. Tweedy y Bennett se encerraron en el estudio para preparar y musicar los textos de Jeff y grabar todo tipo de instrumentos (Jay los tocaba casi todos) y melodías que luego se incluirían sobre la base grabada por toda la banda (hasta ese momento habían grabado todos juntos en el estudio y sin apenas postproducción). Casi todos los temas del disco están firmados a medias, y lo mismo sucedería en los dos volúmenes de “Mermaid Avenue” (infravaloraos dentro del global de su discografía pero muy recomendables e injustamente desplazados a un segundo plano) que grabaron junto a Billy Bragg sobre letras de Woody Guthrie.

El punto álgido de su colaboración con la banda llegó precisamente en el momento de su salida. Es coautor de la música de 8 de las canciones de “Yankee Hotel Foxtrot” y, si en ese momento pasó inadvertido para una gran mayoría, con el tiempo el disco se ha convertido en uno de los más firmes candidatos al mejor de la década (para mi, sin duda, lo es). Los enfrentamientos empezaron por algo aparentemente tan banal como los interludios entre tema y tema, y si se debía marcar la separación entre ellos o entrelazarlos con ruiditos y melodía para que no quedase claro el final de uno y el inicio del siguiente. Otro elemento de discusión fue si Jim O'Rourke debía o no meter mano en las mezclas ante lo que Bennett era contrario y el resto del grupo, tras escuchar una prueba con el “I am trying to break your heart”, se decantaba por que lo hiciese.

Su último concierto con Wilco fue el 4 de julio de 2001 en Chicago, y muy cerquita de allí, en su casa de Urbana, Illinois, falleció con apenas 45 años. El destino ha querido que el segundo show (hoy actúan en Málaga) que den sus antiguos compañeros tras su desaparición sea en Madrid, por lo que cabe esperar (al menos seria bonito) que sea muy especial y suenen muchos de los temas que compuso junto a ellos y que, en gran medida, supusieron el despegue de Wilco tanto a nivel de público como de críticas favorables hacia su obra. Por desgracia Jay Bennett (que grabó 5 discos en solitario tras su salida) nunca podrá volver a rompernos el corazón...

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