El próximo lunes, 2 de agosto, verá por fin la luz The suburbs, el esperadísimo tercer trabajo en estudio de Arcade Fire y que, aunque parezca mentira, sigue llenando cientos de espacios en periódicos, blogs y redes sociales varias. La última noticia, aparecida hace apenas unas horas, confirma que será Terry Gilliam el encargado de dirigir la retransmisión en directo, a través de YouTube, del concierto que dará la banda el 5 de agosto en el Madison Square Garden.
Desde que a finales del pasado año Richard Parry anunció que ya habían empezado a grabar su nuevo disco en Nueva York, especulaciones, rumores y comentarios sobre todo lo divino y humano del álbum no pararon de crecer hasta que hace unas semanas se filtró su contenido completo (todavía no está muy claro si con el consentimiento del grupo o no). Las páginas de los fans lo diseccionaron al milímetro y la enorme expectación que había levantado, lejos de decaer, aumentó gracias a las buenísimas críticas llegadas de los sectores más duros y escépticos de sus seguidores.
Tomaron entonces el relevo el grupo y su discográfica. Coincidiendo con el inicio de la gira a principios de junio, publicaron la portada del disco y el primer single que, en formato físico, sólo apareció en vinilo. Las siguientes semanas fueron un goteo constante de confirmaciones de nuevas fechas de conciertos y finalmente, para despertar si cabe más la curiosidad, el anuncio de que serian ocho las portadas (es la misma foto con distintas tonalidades y efectos de color) en lugar de lo que se había anunciado previamente.
En este punto parecía que ya sólo quedaba sentarse a esperar el momento de acercarse a la tienda a comprar el disco, pero hace unos días la noticia de que uno de sus conciertos iba a ser retransmitido volvió a poner en pie de guerra a todos sus seguidores repartidos alrededor del mundo. Desde su casa el espectador podrá elegir entre distintas cámaras para seguir el espectáculo. La presencia de Gilliam en la realización añade un interés extra para ver si es capaz de dotar a las imágenes de ese mundo suyo tan particular.
Si todo lo que se cuenta es verdad, podemos estar ante el despegue definitivo de los canadienses. Su irrupción a mediados de la década pasada fue arrolladora y firmaron dos de los discos más aclamados de los últimos tiempos (Funeral, en 2004, y Neon Bible, en 2007). La clave de su éxito reside en que han sido capaces de integrar dentro del rock instrumentos aparentemente tan alejados como el violín, el violonchelo, el xilófono, la mandolina, el acordeón, el ukelele e incluso la zanfona, logrando un mosaico de sonidos tan variados y seductores que te enganchan desde la primera audición para no soltarte jamás.
El 20 de noviembre, en Madrid, y el 21, en Barcelona, tendremos ocasión de confirmar con nuestros propios ojos si en realidad merecen todo el revuelo que han levantado, pero hasta que ese momento llegue seguirán dando de que hablar. Es su destino.
Texto publicado en la revista Culturamas
Desde que a finales del pasado año Richard Parry anunció que ya habían empezado a grabar su nuevo disco en Nueva York, especulaciones, rumores y comentarios sobre todo lo divino y humano del álbum no pararon de crecer hasta que hace unas semanas se filtró su contenido completo (todavía no está muy claro si con el consentimiento del grupo o no). Las páginas de los fans lo diseccionaron al milímetro y la enorme expectación que había levantado, lejos de decaer, aumentó gracias a las buenísimas críticas llegadas de los sectores más duros y escépticos de sus seguidores.
Tomaron entonces el relevo el grupo y su discográfica. Coincidiendo con el inicio de la gira a principios de junio, publicaron la portada del disco y el primer single que, en formato físico, sólo apareció en vinilo. Las siguientes semanas fueron un goteo constante de confirmaciones de nuevas fechas de conciertos y finalmente, para despertar si cabe más la curiosidad, el anuncio de que serian ocho las portadas (es la misma foto con distintas tonalidades y efectos de color) en lugar de lo que se había anunciado previamente.
En este punto parecía que ya sólo quedaba sentarse a esperar el momento de acercarse a la tienda a comprar el disco, pero hace unos días la noticia de que uno de sus conciertos iba a ser retransmitido volvió a poner en pie de guerra a todos sus seguidores repartidos alrededor del mundo. Desde su casa el espectador podrá elegir entre distintas cámaras para seguir el espectáculo. La presencia de Gilliam en la realización añade un interés extra para ver si es capaz de dotar a las imágenes de ese mundo suyo tan particular.
Si todo lo que se cuenta es verdad, podemos estar ante el despegue definitivo de los canadienses. Su irrupción a mediados de la década pasada fue arrolladora y firmaron dos de los discos más aclamados de los últimos tiempos (Funeral, en 2004, y Neon Bible, en 2007). La clave de su éxito reside en que han sido capaces de integrar dentro del rock instrumentos aparentemente tan alejados como el violín, el violonchelo, el xilófono, la mandolina, el acordeón, el ukelele e incluso la zanfona, logrando un mosaico de sonidos tan variados y seductores que te enganchan desde la primera audición para no soltarte jamás.
El 20 de noviembre, en Madrid, y el 21, en Barcelona, tendremos ocasión de confirmar con nuestros propios ojos si en realidad merecen todo el revuelo que han levantado, pero hasta que ese momento llegue seguirán dando de que hablar. Es su destino.
Texto publicado en la revista Culturamas
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