Hace tiempo que tengo intención de hablar de “El limpiabotas que quería ser torero” de Cucharada, pero la verdad es que nunca pensé que fuera a hacerlo en esta sección. Desde septiembre, y cada dos semanas, comento discos que considero injustamente olvidados, ya sea a la sombra de otros con mayor tirón dentro de la discografía del artista en cuestión o directamente porque parece que nadie se acuerda de ellos. Este fin de semana mientras repasaba las distintas listas que tengo de los mejores discos de la historia del rock español (“Efe Eme”, “Rock Delux” y “Rolling Stone”), me he encontrado con que este no se encontraba en ninguna cuando estaba convencido (habría dado mi mano derecha) que al menos en un par de ellas se encontraba (juraría haberlo visto en alguna ocasión, pero evidentemente estaba equivocado).
Una de lo primero que se tiene que decir de Cucharada es que es un grupo fruto de la época que le tocó vivir. Nos encontramos en plena transición y Manolo Tena (bajo y voz) junto con Antonio Molina (guitarra), Jesús Vidal (guitarra) y José Manuel Díez (batería, voz y guitarra), empiezan a trabajar en un proyecto en el fusionan el rock and roll con el teatro en una propuesta poco frecuente en la España de finales de los setenta. Empezaron tocando en el metro de Madrid pero, gracias al colectivo artístico “Lacochu”, enseguida pudieron dar el salto a pequeñas salas alternativas y sobre todo colaron en el disco “Viva el rollo” (un recopilatorio que editó “Chapa” con artistas con los que tenían intención de trabajar y en el que les daban su primera oportunidad grabar) el tema “Social peligrosidad”.
El éxito de la canción hizo que el 5 de junio de 1978 fuera lanzado como single (con “Libertad para mirar escaparates” en la cara B) lo que además les garantizó la posibilidad de grabar al año siguiente un LP aunque a la postre seria el único de su carrera. Sus espectáculos se caracterizaban por una fuerte carga de gamberrismo escénico tanto por lo que hacían (mientras tocaban, tan pronto se subían al escenario unas bailarinas de ballet como lo hacía un mimo como se realizaba el espectáculo de la cabra…) como por los estrafalarios disfraces con los que aparecían, a lo que sumaban unas letras cargadas de ironía y crítica social por lo que no es raro entender que en determinados sectores (Fraga fue uno de sus grandes detractores) no gustaran y fueran repudiados.
En septiembre de 1978 compartieron cartel con Leño y Coz (también unos debutantes) en el “Festival de rock de Madrid”, y a principios de 1979 entraron a grabar en los estudios “Kirios” de la mano del inefable Teddy Bautista el glorioso “El limpiabotas que quería ser torero”. Al productor hay que reconocerle que fue capaz de poner un poco de orden en el manicomio que cuentan que era el grupo ya que allí cada uno iba a su rollo y tocaban lo que querían y como querían, por lo que coordinar todo aquello no debió de ser tarea fácil. En lo musical el disco es un ejercicio de rock urbano con temas directos y callejeros, aunque también tocan otros palos como una aproximación al rock andaluz al más puro estilo Triana o ritmos más tranquilos como en los temas compuestos por Moncho Alpuente e Hilario Camacho (que durante un tiempo formó parte del grupo).
La aparición del LP coincidió con un cambio en la política de marketing de su discográfica según la cual “Zafiro” se encargaría de los grandes lanzamientos en los que invertiría la pasta mientras que “Chapa” se quedaría como un campo de pruebas para futuros lanzamientos. Esto que para otros grupos funcionó, para Cucharada supuso el principio del fin ya que nunca fue un grupo con una formación definida (además de los mencionados por sus filas pasaron entre otros Florencio Martín, Miguel Botafogo o Jaime Asúa) o un objetivo claro, y ante las primeras dificultades se fueron diluyendo como un azucarillo.
Esto sucedió en el verano de 1980 tras la publicación de un segundo single en el que aparecían “Quiero bailar rock and roll” (tema que junto con “Compre” se encargaron de recuperar Siniestro Total” en sus discos “De hoy no pasa” y “Cultura popular”) y “La cajita de música”. Las pocas ventas que tubo el disco unido a un posterior reconocimiento por parte de los hijos del rock urbano (que lo tomaron como uno de los discos insignia del movimiento) hicieron de él un objeto muy apreciado por los coleccionistas y ahora resulta casi imposible verlo y si lo ves es a unos precios muy elevados aunque la copia esté para el arrastre (yo conseguí hace muchísimos años bastante barata una copia que no estaba del todo mal con el vinilo impecable y la carpeta un poco machacada)
Tras la disolución, Manolo Tena junto con Jaime Asúa y José Manuel Díez (también ex Cucharadas) fundó Alarma con los que facturó dos fantásticos discos y con los que empezó a crecer su estrella. A mi globalmente me gusta más lo que hizo con Alarma aunque “El limpiabotas…” tiene momentos irrepetibles que aún hoy me ponen los pelos de punta (son los riesgos que conlleva unir la música con las vivencias personales). Tal vez no alcanzaron esa fusión de influencias que buscaban (Zappa era su gurú y guía espiritual, The Tubes su madre y los Cream y Hendrix su padre), pero lo que alcanzaron estuvo tan bien que su legado aun perdura en muchos y, digan lo que digan las listas, sigue siendo uno de los mejores y más influyentes trabajos que se han facturado en nuestra piel de toro… He dicho.
Título: El limpiabotas que quería ser torero
Producción: Teddy Bautista
Grabado en: Estudios Kirios
Editado por: CHAPA en 1979
Canciones:
Cara A
- Desconcierto flamenco
- ¡¡¡Tan reprimido!!!
- Made in U.S.A.
Cara B
- Canción para pedir limosna
- Abarca y devora + Compre (Pase, ¡No molesta!)
- No soy formal
- Social peligrosidad
Una de lo primero que se tiene que decir de Cucharada es que es un grupo fruto de la época que le tocó vivir. Nos encontramos en plena transición y Manolo Tena (bajo y voz) junto con Antonio Molina (guitarra), Jesús Vidal (guitarra) y José Manuel Díez (batería, voz y guitarra), empiezan a trabajar en un proyecto en el fusionan el rock and roll con el teatro en una propuesta poco frecuente en la España de finales de los setenta. Empezaron tocando en el metro de Madrid pero, gracias al colectivo artístico “Lacochu”, enseguida pudieron dar el salto a pequeñas salas alternativas y sobre todo colaron en el disco “Viva el rollo” (un recopilatorio que editó “Chapa” con artistas con los que tenían intención de trabajar y en el que les daban su primera oportunidad grabar) el tema “Social peligrosidad”.
El éxito de la canción hizo que el 5 de junio de 1978 fuera lanzado como single (con “Libertad para mirar escaparates” en la cara B) lo que además les garantizó la posibilidad de grabar al año siguiente un LP aunque a la postre seria el único de su carrera. Sus espectáculos se caracterizaban por una fuerte carga de gamberrismo escénico tanto por lo que hacían (mientras tocaban, tan pronto se subían al escenario unas bailarinas de ballet como lo hacía un mimo como se realizaba el espectáculo de la cabra…) como por los estrafalarios disfraces con los que aparecían, a lo que sumaban unas letras cargadas de ironía y crítica social por lo que no es raro entender que en determinados sectores (Fraga fue uno de sus grandes detractores) no gustaran y fueran repudiados.
En septiembre de 1978 compartieron cartel con Leño y Coz (también unos debutantes) en el “Festival de rock de Madrid”, y a principios de 1979 entraron a grabar en los estudios “Kirios” de la mano del inefable Teddy Bautista el glorioso “El limpiabotas que quería ser torero”. Al productor hay que reconocerle que fue capaz de poner un poco de orden en el manicomio que cuentan que era el grupo ya que allí cada uno iba a su rollo y tocaban lo que querían y como querían, por lo que coordinar todo aquello no debió de ser tarea fácil. En lo musical el disco es un ejercicio de rock urbano con temas directos y callejeros, aunque también tocan otros palos como una aproximación al rock andaluz al más puro estilo Triana o ritmos más tranquilos como en los temas compuestos por Moncho Alpuente e Hilario Camacho (que durante un tiempo formó parte del grupo).
La aparición del LP coincidió con un cambio en la política de marketing de su discográfica según la cual “Zafiro” se encargaría de los grandes lanzamientos en los que invertiría la pasta mientras que “Chapa” se quedaría como un campo de pruebas para futuros lanzamientos. Esto que para otros grupos funcionó, para Cucharada supuso el principio del fin ya que nunca fue un grupo con una formación definida (además de los mencionados por sus filas pasaron entre otros Florencio Martín, Miguel Botafogo o Jaime Asúa) o un objetivo claro, y ante las primeras dificultades se fueron diluyendo como un azucarillo.
Esto sucedió en el verano de 1980 tras la publicación de un segundo single en el que aparecían “Quiero bailar rock and roll” (tema que junto con “Compre” se encargaron de recuperar Siniestro Total” en sus discos “De hoy no pasa” y “Cultura popular”) y “La cajita de música”. Las pocas ventas que tubo el disco unido a un posterior reconocimiento por parte de los hijos del rock urbano (que lo tomaron como uno de los discos insignia del movimiento) hicieron de él un objeto muy apreciado por los coleccionistas y ahora resulta casi imposible verlo y si lo ves es a unos precios muy elevados aunque la copia esté para el arrastre (yo conseguí hace muchísimos años bastante barata una copia que no estaba del todo mal con el vinilo impecable y la carpeta un poco machacada)
Tras la disolución, Manolo Tena junto con Jaime Asúa y José Manuel Díez (también ex Cucharadas) fundó Alarma con los que facturó dos fantásticos discos y con los que empezó a crecer su estrella. A mi globalmente me gusta más lo que hizo con Alarma aunque “El limpiabotas…” tiene momentos irrepetibles que aún hoy me ponen los pelos de punta (son los riesgos que conlleva unir la música con las vivencias personales). Tal vez no alcanzaron esa fusión de influencias que buscaban (Zappa era su gurú y guía espiritual, The Tubes su madre y los Cream y Hendrix su padre), pero lo que alcanzaron estuvo tan bien que su legado aun perdura en muchos y, digan lo que digan las listas, sigue siendo uno de los mejores y más influyentes trabajos que se han facturado en nuestra piel de toro… He dicho.
Título: El limpiabotas que quería ser torero
Producción: Teddy Bautista
Grabado en: Estudios Kirios
Editado por: CHAPA en 1979
Canciones:
Cara A
- Desconcierto flamenco
- ¡¡¡Tan reprimido!!!
- Made in U.S.A.
Cara B
- Canción para pedir limosna
- Abarca y devora + Compre (Pase, ¡No molesta!)
- No soy formal
- Social peligrosidad
1 comentario:
Interesante este apartado de discos historicos. Yo este ni lo conocia a mi me sonaba de una frase de una canción de La Cabra Mecanica.
Salud!
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