jueves, 23 de julio de 2009

Música de ascensores (Love Of Lesbian)

Plano fijo en claroscuro
y luego inmerso en mis delirios.
Te vigilo cuando duermes,
es tu hora de moverte.
Y todo lo que siempre nos marcaba,
fue encerrado en cien mil llaves.
Si lo escondimos en las dunas,
fue para no abrirlo, jamás.

Si al despertar, sin brumas ni presagios,
podemos aspirar a todo y nada.
Y al despertar, si lo hemos olvidado,
quizás no habrá final.

Y sin manera humana
de asombrarnos mutuamente,
sólo queda ser sensatos
y aceptar que siempre fuimos
satélites de amplia trayectoria,
tantas veces intangibles,
de aquellos que sólo alumbran
cuando dejas de buscar.

Y si al final, dormimos sin hablarlo,
no nos influirá de modo alguno.
Y al despertar, si lo hemos olvidado,
quizás no habrá final.

Y si al final ...

(Extraída del álbum “Maniobras de escapismo” / Naïve – 2005)

miércoles, 22 de julio de 2009

La niña rockera - XI


No estaba, ni mucho menos, en mis planes hablar más de una vez al mes de mi niña rockera, pero las circunstancias han hecho que, apenas tres días después de haberlo hecho, vuelva a colarse en estas líneas. Ayer cuando nos levantamos nada de lo que luego sucedió estaba previsto aunque al final, tras varias carambolas a lo largo del día (unas entradas cuyo dueño no iba a aprovechar, la imposibilidad de encontrar a nadie que se quedase con las niñas que hacia inviable ir con mi chica, un día de ERE que hacia que no tuviese que currar...), a las 21:15 de la noche me encontraba saliendo de casa en la bici con la niña rockera sentada en su sillita a mi espalda.

Hora y pico antes la había preguntado si se quería venir conmigo a un concierto y, aunque no respondió, el hecho de que saliese corriendo para contárselo a su madre con los ojos totalmente iluminados, me hizo saber que la hacia ilusión, por lo que tras cenar algo y coger unas chaquetas (hacía un poco de viento) nos pusimos en marcha. De camino por una larga arboleda que bordea el río, la fui contando que, aunque había estado en otros, por primera vez iba a ver a un artista con discos grabados y que además era uno de los más grandes. He de confesar que también la dije que me encantaba que su debut en la primera división fuese precisamente con él, pero o no lo entendió o pasó completamente de mi ya que su contestación fue “papi, a que huele muy bien por la noche”.

Y es que no lo he dicho, pero anoche la cita la teníamos con el maravilloso Kiko Veneno y, aunque ella no supiese quien era, en cuanto la dije que era el que había escrito “Volando voy” se puso a cantar su estribillo y así entró en el Museo de la Ciencia (en cuyo patio central se celebraba el espectáculo) con las entradas en la mano e ignorando una gracia del guardia de seguridad que allí estaba. Está mal que yo lo diga, pero cuando quiere, mi niña puede ser realmente encantadora e incluso divertida, y ayer, rodeada de gente mayor, estaba exultante. Es verdad que, desde que entramos y vio el escenario hasta que empezó la música, estuvo un poco tímida pero, cuando sonaron los primeros acordes de “Superhéroes de barrio” toda la tontería se la pasó y se puso a mover el culo como una loca con una sonrisa de oreja a oreja…

En esa canción sólo paró unos segundos para hacerme un gesto de sorpresa en el párrafo en el que nombra a Dylan pero, cuando varios temas después en la presentación de su versión del “Memphis blues again” volvió a referirse al maestro de Duluth, la duda se adueñó de ella y se me acercó al oído a preguntarme por qué si era Kiko Veneno no dejaba de hablar de Bob Dylan… A partir de ese momento dejó de bailar y se sentó a mi lado. Poco a poco se fue poniendo mimosona así que, cuando al cabo de una hora de concierto me dijo que veíamos una más y nos íbamos a casa, la cogí en brazos y sin dejar acabar la canción y con alguna tímida protesta, iniciamos el retorno (me gustó que a pesar de estar cansada se resistiera a irse y quisiese escuchar una más).

Mientras deshacíamos lo pedaleado hacia casa la niña rockera revivió un poco y empezó a contarme lo que más la había gustado, aunque no ha sido hasta hoy cuando he comprobado que lo decía en serio y no para satisfacerme. Mientras hablaba con su hablaba con su abuela por teléfono me le ha quitado de las manos por que quería contarla que había estado “en un concierto de verdad” y que había sido muy largo por que “como el cantante tiene muchos discos pues canta muchas canciones…”

Hace un rato, cuando la he dejado en la cama, me ha dicho que en lugar de dormir quería que la llevase a un concierto… ¿Y queréis que os diga?, pues que me ha emocionado y que seguro que más pronto que tarde repetiremos la experiencia… Al fin y al cabo un padre tiene que hacer todo lo posible por que sus hijos sean felices… ¿O no?

martes, 21 de julio de 2009

Un país llamado Nutopia

La semana pasada en un comentario a una de las entradas de este blog (en la que acababa contando como me había acostado con la versión de “Como una ola” que aparece en un anuncio de la ONCE repitiéndose en mi cabeza de una forma obsesiva), un anónimo lector me recomendaba pasarme por el myspace de Gelo, cantante de Nutopia e interprete de uno de los hits de este verano. Los que me conocen saben que, cuando de música se trata, cualquier recomendación es bien recibida y suelo, al menos, darle la oportunidad de una escucha.

Reconozco que lo normal es que no pase de ahí ya que hay tanta música por descubrir que, si de entrada no me llega, lo dejo pasar hasta mejor ocasión y sigo buscando por otro lado. De todas formas, de vez en cuando, te encuentras con sorpresas que acaban compensando todos los desencuentros anteriores y en el caso de Nutopia podría estar en uno de esos momentos. Digo podría por que ha sido hace un rato cuando me he metido por primera vez en su web y apenas he escuchado por encima algunas de sus canciones para hacerme un poco a la idea de que iban, pero, lo poco que he oído y sobre todo lo que he leído, me ha llamado bastante la atención.

Ellos son un claro ejemplo de que eso que tratan de vendernos las discográficas y la Sociedad de Autores de que el día que pierdan el control del negocio la música habrá muerto, es una auténtica falacia y la prueba está en la red. Hay cientos de grupos que curran mucho y que poco a poco, a través de los pequeños circuitos de bares y salas pequeñas, van peleando y sobreviviendo en lo que ellos llaman “la 2ª división del panorama musical nacional”. ¿Su destino? Maqueta tras maqueta, cientos de actuaciones, portazos de discográficas y al final, si hay suerte, un contrato con algún sello (que se aprovechará de ellos) o si no la autoedición.

Muchos de esos grupos han visto en Vetusta Morla (10 años en esa situación que he narrado y ahora, tras pagarse el disco, se han convertido en los grandes triunfadores del año pasado en casi todos los premios musicales) un espejo en el que fijarse y estoy seguro que por este camino vamos a recibir muchas y agradables sorpresas en los próximos tiempos… Reproduzco el texto de presentación del myspace de Nutopia y os dejo el enlace por si queréis daros una vuelta por el… Yo os aseguro que volveré para confirmar (o no) las expectativas que hace un rato han generado en mi.

“Sobrevivir en la 2ª división del panorama musical nacional del rock se ha convertido en un asunto utópico. Intentar alcanzar el éxito y conseguir codearse con los poderosos sin perder la identidad ni la dignidad, una misión de locos. Pero por suerte aún en estas épocas existen kamikazes con vistas de poder lograrlo.

El nombre de este grupo proviene de un manifiesto redactado por John Lennon y Yoko Ono, donde anunciaban el nacimiento de un país conceptual, NUTOPIA, sin tierra, sin fronteras, sin pasaportes, sin leyes más allá de las del Cosmos… sólo gente, todos ciudadanos y embajadores al mismo tiempo.

La influencia de los Beatles que los componentes del grupo recibieron en su infancia es evidente. Lo que vivirían en su adolescencia escuchando en la radio a grupos de los noventa (desde Nirvana o los Red Hot Chili Peppers hasta los Fabulosos Cadillacs o Los Piratas) hizo que en la germinación de la banda, allá por el año 2000 en Madrid, ya empezaran a divisarse sus inquietudes por mezclar variedad de estilos de música alrededor del rock.

Desde aquel año, cuando empezaron las andaduras con ensayos para componer e ir creando un conjunto compacto, NUTOPIA ha dado numerosos conciertos en la ciudad de Madrid en salas tan importantes y de renombre como “Clamores”, “Chesterfield Café”, “Custom Café” , “Plaza de las artes”, “Costello Club”, “Moby Dick”, “Gruta 77”, “Tempo”,…

NUTOPIA cuenta con un temario de más de cincuenta canciones compuestas y tres maquetas grabadas con distintas producciones, pero no con el placer de haber conseguido firmar contrato discográfico alguno. Por tanto, lo mejor es acercarse a espacios como éste o a alguno de sus conciertos para poder verlo, oírlo y sentirlo... para luego no poder explicarlo, ¡¡¡dulce paradoja!!!”

lunes, 20 de julio de 2009

Cazadores de niebla

Ayer escuché la bonita historia de los cazadores de niebla que, por deformación profesional, acabé derivando en mi cabeza al mundillo musical. Al parecer en la parte costera del desierto de Atacama (el más árido del mundo) en Chile utilizan un sistema de redes de fibra especial para recoger el agua de la niebla que sube desde el mar e inunda las zonas desérticas. Cuando esta se retira al amanecer, las gotas quedan atrapadas en las redes y, desde allí, a través de un sencillo sistema de canalización, acaban en unos depósitos que permiten que muchos pueblos puedan tener algo parecido al agua corriente.

Resulta increíble ver como algo que hace años se consideraba imposible ahora sea una realidad gracias a la capacidad de los seres humanos para adaptarse al medio y sacar de lo que nos rodea el mayor partido posible. Puede resultar exagerado esto que voy a decir, pero cada vez creo con más firmeza que es necesaria una debacle absoluta del negocio musical para que del desastre surja una nueva forma de gestionarlo. Es evidente que los pequeños sellos que ya sobreviven a base de imaginación y riesgo, y los artistas que se han ido adaptando (algunos mejor que otros) a los nuevos tiempos, lo tendrán más fácil y saldrán reforzados, pero el camino que aún queda por recorrer es mucho y muchos acabaran quedándose en la cuneta.

Desde hace tiempo existen discográficas que se dedican a reeditar vinilos más o menos clásicos en pequeñas tiradas que, aunque un poco caras, acaban agotándose con cierta celeridad. Está claro que el volumen de dinero que se ha estado moviendo en la música en los últimos años era absolutamente ficticia, y que los compradores reales de discos son muchísimos menos que los que a través de devaluar la calidad del producto y las machaconas campañas de publicidad se habían llegado a conseguir. Sustituir la filosofía de cuidar al cliente fiel por la de tratar de conseguir al cliente potencial, sólo ha conseguido que globalmente se haya pasado de valorar algo físico como es un disco y su contenido, a consumirlo, para lo que con un ordenador y tu ipod te baste para tener al alcance de la mano toda la música del mundo completamente gratis.

Y claro, si durante años has estado quitando valor a tu producto y primando los intereses de la nueva masa consumidora, es difícil que ahora que vienen las vacas flacas estos arrimen el hombro para sacar adelante el negocio. Es verdad que siempre ha existido música comercial para consumo mayoritario, pero al menos hace unas décadas se buscaba que tuviese un mínimo de calidad aceptable para que los compradores habituales no huyesen en estampida con solo escuchar el nombre del artista. Tal vez en el mundo editorial existe un espejo en el que mirarse ya que ha conseguido (a pesar de que se lee muchísimo menos que se escucha música) incrementar sus ventas y que las librerías aumenten al mismo ritmo que desaparecen las tiendas de discos.

¿Por qué la gente aprecia ese objeto que se llama libro y por el contrario desprecia el vinilo o el CD?, ¿Por qué existe la imagen de que el escritor es un tío que se lo curra y por el contrario al músico se le ve como un personaje que la mayor parte del tiempo se dedica a rascarse los huevos?, ¿Por qué a ojos del comprador gastarse 20 euros por el último trabajo de Bruce o Manolo García le parece un dispendio y no tiene problemas en gastarse más cuando la novedad es de Stieg Larsson o Ruiz Zafón?...

Urge que, al igual que ocurre en los desiertos de Chile, en el erial que se ha convertido el negocio musical los cazadores de niebla empiecen a idear la manera de cómo lograr sacar agua de la nada... Y hasta que ese día llegue sólo nos queda esperar y que cada cual a su manera se busque la vida de la mejor forma posible. Las respuestas están en el aire, y que las encuentre será para los que amamos la música adorado de igual manera que los que consiguen en Atacama hacer de lo imposible una realidad.


PD – Se anuncia que “Muster Records” ha creado el sello “Vinilíssimo” con el que va a reeditar discos clásicos en este formato. Los primeros lanzamientos de música española serán de Las Grecas, Veneno (su primer disco con la portada original censurada en su momento), Los Brincos, Los Bravos, Leño o Kaka de Luxe... Un aplauso para mis particulares cazadores de niebla...

sábado, 18 de julio de 2009

La niña rockera - X

Poco que contar de las últimas semanas de la niña rockera. Hay nuevas canciones que quiere cantar, aunque a mi empiezan a creárseme ciertos dilemas que no se muy bien como resolver. Ha escuchado varias veces el “Salir” de Extremoduro (Salir, beber, el rollo de siempre, meterme mil rayas, hablar con la gente, llegar a la cama y... ¡joder que guarrada! sin ti...) y parece que el ritmillo la ha gustado ya que me pide que se la cante porque se la quiere aprender. Yo la doy largas ya que me da no se qué, que en un momento dado, se ponga a cantarla por ahí y sobre todo que quiera saber que significa lo que canta...

Cuando la digo que no lo entiendo muy bien se me queda mirando con un gesto con el que me está diciendo ¡ya!, pero de momento, y se lo agradezco, no insiste y parece que mi argumento la convence. En cualquier caso no descarto acabar escuchándola un día cantándola a gritos en medio de la calle ya que no sería la primera vez que se ha aprendido alguna canción solo escuchándola y sin que yo se la repita. Lo sé, la culpa es mía por no tener más cuidado en la selección de los temas que pongo en casa o en el coche, pero es que hasta ahora no me había planteado que en esto de la educación musical tan importante es el continente como el contenido. Ya veré que hago al respecto, pero al menos de momento trataré de tener un poco más de cuidado.

En otro orden de cosas diré que sigue sin tener muy claro (aunque se lo expliqué el “día de la música”) que cada canción que escucha o cada disco que ve, pertenecen a artistas distintos. La suerte hizo que, cuando camino del sur de las Landas francesas hace tres semanas hicimos noche en una casa rural cerca de Legutiano (Alava), en dicho pueblo hubiese un pequeño festival con bandas de la comarca. Cuando pasamos por la plaza a primera hora de la tarde estaban probando sonido y no fue consciente de lo que estaban haciendo pero, cuando a la hora de cenar volvimos a pasar, estaba tocando un grupillo de rhythm & blues, y allí nos quedamos hasta que terminaron. Fue en ese momento, mientras íbamos a buscar a su madre y su hermana que se habían alejado un poco por los decibelios, cuando me dijo que la había gustado mucho Neil Young y teníamos que ir a verle otra vez.

En cualquier caso lo más relevante que me ha sucedido estos días ha sido descubrir como mi niña rockera ha encontrado no sólo alguno de mis puntos débiles si no también la forma para tratar de sacarles partido. No recuerdo muy bien las circunstancias, pero el caso es que una tarde me enfadé bastante por algo que dijo o hizo y me fui a otra habitación para no estar con ella. De entrada ella siguió a lo suyo, pero al rato apareció por donde yo me encontraba y se puso a pasear delante de mí como quien no quiere la cosa. Al cabo de un par de minutos, cuando se dio cuenta de que no pensaba decirla nada y que el cabreo iba en serio, se sentó a mi lado y, tras cogerme el brazo y apoyar la cabeza sobre el, me dijo: “papi no te enfades, que a mi también me gusta Bob Dylan”...

Y ahí se quedó hasta que me ablandé y las cosas volvieron a ser como siempre.

jueves, 16 de julio de 2009

Inbetween days (The Cure)

Yesterday I got so old
I felt like I could die
Yesterday I got so old
It made me want to cry
Go on go on
Just walk away
Go on go on
Your choice is made
Go on go on
And disappear
Go on go on
Away from here

And I know I was wrong
When I said it was true
That it couldn't be me and be her
Inbetween without you
Without you

Yesterday I got so scared
I shivered like a child
Yesterday away from you
It froze me deep inside
Come back come back
Don't walk away
Come back come back
Come back today
Come back come back
Why can't you see?
Come back come back
Come back to me

And I know I was wrong
When I said it was true
That it couldn't be me and be her
Inbetween without you

(Extraída del álbum “The head on the door” / FICTION – 1985)

miércoles, 15 de julio de 2009

Cambiándolo todo o desidia musical en una noche de verano

Noche de verano. Hace calor y, entre las dos niñas por la mañana y las ocho horitas de trabajo de la tarde, son las doce y pico cuando por fin me planto tranquilo delante de la estantería de los discos. Llevo tres o cuatro días sin poner música y, aunque me apetece pincharme algo, no tengo nada claro que es lo que me pide el cuerpo escuchar.

Empiezo a pasar vinilos buscando inspiración pero nada me llama especialmente la atención.

Tras un primer repaso que me ha llevado unos 10 minutos he optado por un poco de rock americano de toda la vida y me llevo bajo el brazo algo de John Cougar Mellencamp, Tom Petty, Nils Logfren, Elliot Murphy y Steve Earle, y por si acaso todo falla el “Green river “ de la Creedence...

Pinchazo total, y en menos de media hora estoy de nuevo ante los vinilos buscando algo que echarme al oído.

Decido pasar de los clásicos de los 70 y 80 y busco algo más actual, pero sólo el “Come on feel” de los Lemonheads, “August and everythig after” de Counting Crows y “Document” de REM captan mi interés, que nuevamente se disipa tras unos minutos. Al menos esta vez he escuchado enteras 3 ó 4 canciones de cada disco, más por no levantarme que por que realmente lo estuviese disfrutando, pero al menos es un primer paso.

Falta un rato para las dos y sigo buscando el momento... Otro repaso general me hace descartar, de nuevo, a todos los artistas españoles (aunque en un primer momento he llegado a sacar “Persecución” de Los Pistones, “Perder o ganar” de Los Elegantes y los CD’s “Rainy days and broken hearts” de Stormy Mondays y “Las golondrinas, etc” de Josele Santiago), todo el pop-rock británico (desde los mods al brit pasando por la new wave, el punk, sinfónico, progresivo y las grandes vacas sagradas) y todo lo que haga algo de ruido que pueda despertar a las niñas.

Al final recurro a alguno de mis discos favoritos pero, como no me siento capacitado para escucharlos enteros, voy poniendo canciones de aquí y de allá... Van sonando el “Tangled up in blue”, “Mellow my mind”, “I’ll be your mirror”, “Downtown train”, “Caroline says”... e incluso el “Via Chicago” de Wilco buscado rememorar la magia de hace un par de meses en el concierto de Madrid, pero una vez más vuelvo a fracasar...

Cambio radical. Sólo me queda Zappa. O me saca de mi apatía o me envía directo a la cama así que bajo la aguja sobre la cara A del disco primero del “Joe´s garage” y espero a ver que pasa...

De nuevo nada...

Punto y final, me rindo...

Al menos hoy lo he intentado...

Cuando empiezo a meter cada disco en su sitio e intento recordar cuando decidí colocarlos en orden alfabetico sin tener en cuenta estilo o nacionalidad, me encuentro por casualidad con el “Change everything” de Del Amitri. Lo compré en la difunta “Discos Foxy” en la zona de importación y, en aquel momento, el título y la portada resultaron determinantes para que me lo llevara a casa. Fueron mi gran descubrimiento de 1992 y durante años recurrí a ellos con cierta asiduidad hasta que, de repente, desaparecieron para no volver... Podía hacer más de diez años que no lo sacaba de su funda y, sin demasiada fe, me dirigí (esta vez si) por ultima vez al salón.

Tirado en el sillón (con un breve receso para dar la vuelta al vinilo) apenas hago caso a la música que muy bajita sale de los altavoces. En mi cabeza empiezo a planear una nuevo sistema de ordenación de los discos. Necesito un cambio y este debe empezar por ahí... Aunque ni siquiera soy original o imaginativo, el protagonista de "Alta fidelidad" de Horby ya recorrió ese camino antes que yo. 

También puedo necesitar descansar un poco de música (la verdad es que en la practica es lo que estoy haciendo), aunque de momento esa opción no la barajo...

Son cerca de las cuatro cuando me meto en la cama. Sigue haciendo calor, pero me tapo con la sábana y la colcha. No tengo mucho sueño y repito machaconamente en mi cabeza la versión rockera de “Como una ola” que sale en un anuncio de la radio y para colmo me gusta...

Ya sólo me faltaba eso...

lunes, 13 de julio de 2009

Tom Wilkes, del bater a Bangladesh

Confieso que hasta que hace un rato he leído la noticia de su muerte no tenia ni idea de quien era Tom Wilkes. Tampoco se puede decir que ahora, tras haberme informado un poco por encima de su vida, obra y otros milagros, tenga demasiado que contar de él (por no decir nada), aunque creo que en su caso se podría decir perfectamente eso de que una serie de imágenes valen muchísimo más que mil palabras.

El diseñó alguna de las portadas más recordadas de la historia del rock tanto por la repercusión musical como por las ventas que acompañaron a los discos que con muy buen gusto y criterio vistió. The Rolling Stones, The Beatles, Eric Clapton, Janis Joplin, Neil Young, Emmylou Harris, Dr. John, The Who (con los que ganó un grammy por el diseño de "Tommy"), B.B.King, The Carpenters, George Harrison, Ringo Star, The Flying Burrito Brothers, Joe Cocker, Burt Bacharach, Phil Ochs, The Flamin' Groovies, Poco, Barbra Streisand… Lo mejor es dejar hablar a su obra que en este caso es lo interesante, y veras que como yo, conoces más portadas de Tom Wilkes de las que te puedes imaginar...





domingo, 12 de julio de 2009

San Sebastián, Abril - 1983 (Parálisis Permanente)

Para muchos “El acto” de Parálisis Permanente es el disco más importante de la llamada “movida” y, aunque yo no lo comparto, puedo entender perfectamente a los que así piensan. Grabado en julio de 1982 cuando Eduardo Benavente y Ana Curra aún formaban parte de Los Pegamoides, su aparición probablemente supuso la puntilla definitiva para el grupo pero en lo musical se le abrió un camino que bajo el manto de su banda madre no tenia cabida. Es cierto que desde la marcha de Carlos Berlanga el control de la banda estaba en sus manos pero, a pesar de eso, se encontraba mediatizado por un repertorio que no le pertenecía y con el que cada vez estaba más incómodo.

La incorporación de Eduardo a Los Pegamoides se produjo cuando, tras el concierto homenaje a Canito, Berlanga y Canut se dieron cuenta que la caja de ritmos que habían utilizado por la marcha de Juan Luis Vizcaya a los Ejecutivos Agresivos de Poch y Urrutia no resultaba efectiva y que necesitaban un batería. El cantaba en Plástico y la casualidad hizo que apareciese por los locales de ensayo de la banda en el momento adecuado y que se quedase fascinado con Alaska, lo que hizo que se ofreciese para el puesto y aprendiese a tocarla en cuatro días para viajar con ellos a su siguiente concierto en Valladolid.

Los roles dentro del grupo estaban muy claros así que aportación inicial se limitó al de instrumentista recayendo la composición exclusivamente en el binomio Berlanga/Canut. Todo empezó a cambiar tras una viaje de la banda a Londres (excepto Carlos) en octubre de 1980 en el que vieron en directo a Killing Joke y empezó a hablarse de hacer otras cosas. El nacimiento de Parálisis Permanente fue la alternativa que Nacho encontró para dar salida a sus nuevas inquietudes y para la que decidió contar con su hermano Johnny que quería tocar la batería. Pidieron a Eduardo que le enseñara y, como el estaba aprendiendo a tocar la guitarra, entre los tres con el añadido de Javier (el hermano de Eduardo) empezaran a ensayar algunas canciones que habían escrito juntos.

Grabaron una maqueta con cinco temas a principios de 1981 e inmediatamente “Autosuficiencia” empezó a sonar en “Onda Dos” en el programa del gran Jesús Ordovas. Dieron su primer concierto en “El Jardín” al poco tiempo, pero la máquina Pegamoide (que llevaba dormida unos meses) volvió a despertar, y el inicio de la grabación de su primer disco (que se alargaría 10 meses entre mayo de 1981 y marzo de 1982) y una gira veraniega hicieron que pasase a u segundo plano. Su debut discográfico se produjo en un single compartido con Gabinete Caligari a finales de 1981 y a principios del año siguiente con el EP “Quiero ser Santa” en los que como cuarto miembro figuraba Jaime Urrutia como segundo guitarrista.

Una prueba de que las cosas estaban cambiando algo dentro de Los Pegamoides es que el tema que titulaba ese EP estaba firmada por todos menos por Carlos que empezaba a sentir que las diferencias con el resto de sus compañeros empezaba a ser insalvable. Parte de la culpa la tenia el hecho de que la grabación del LP se alargara tanto lo que hacia que apareciesen temas nuevos (escritos ahora por otros miembros de la banda) que el resto del grupo quería tocar y acabaron incluidos en el aunque no este que al final se publico tras el nombre de Parálisis Permanente.

Estas diferencias llevaron a Berlanga a dejar Los Pegamoides (aunque acabó de grabar el disco) para crear Dinarama y generar un dilema en Nacho Canut que, de repente, se encontró ente dos fuegos que le llevaron, finalmente, a optar por seguir a su socio de tantos años. No participó en la grabación de “El acto” y se fue alejando poco a poco de las dos bandas que había fundado (aunque el éxito de “Bailando” hizo que aguantara la gira veraniega y parte de la de otoño) hasta un buen día anuncio su marcha definitiva. Era evidente que sin ellos los días del grupo estaban contados y más cuando Eduardo estaba entregado a su proyecto personal y Alaska empezaba a dudar de si la rueda a seguir era el de Carlos y Nacho. Con todas estas premisas el 26 de noviembre de 1982 en la “Sala Yoko Lennon” de Bilbao dieron su ultimo concierto tras el cual cada uno siguió su camino.

Con el control absoluto de Parálisis y acompañado de Johnny, Ana Curra y Rafa Balmaseda al bajo (que ya participaron en la grabación de “El acto”) entró por última vez a un estudio el 3 y 4 de marzo de 1984 para registrar el single “Nacidos para dominar” que se editó con una preciosa portada con una foto de Marlene Dietrich. El 14 de mayo mientras viajaban en coche desde León a Zaragoza para dar un concierto, una fuerte tormenta les sorprendió a la altura de Alfaro. Ana, que conducía el vehículo, perdió el control en una curva y, tras varias vueltas de campana, acabaron en un terraplén con apenas unos rasguños Toti Arboles y ella y con Eduardo muerto.

El bootleg de hoy es uno de los últimos conciertos de Parálisis Permanente que dieron en abril de ese año en la “Sala Autodromo” de San Sebastián. El sonido no es demasiado bueno y fue grabado para ser emitido por “Radio 3” unos días después en lo que por desgracia fue un homenaje póstumo para Eduardo. Esa noche ya no estaba en la batería Johnny (que había ido tras los pasos de su hermano), y su puesto lo ocupaba Toti con el que había estado en Plástico y al que unía una buena amistad. Es difícil saber hasta donde habría llegado, pero su prematura muerte le convirtió en un mito al que siempre recordaremos eternamente joven, tanto como lo éramos nosotros en aquellos días...

Título del bootleg: San Sebastián - 1983
Lugar y fecha: “Sala Autodromo”, San Sebastián, Abril – 1983
Listado de canciones:
01 – Tengo un pasajero
02 – Esto no es
03 – Te gustará
04 – Quiero ser tu perro
05 – En el cementerio
06 – Esa extraña sonrisa
07 – Sangre
08 – Adictos a la lujuria
09 – Vamos a jugar
10 – Quiero ser santa
11 – El acto
12 – Nacidos para dominar
13 – Héroes
14 – Unidos
15 – Autosuficiencia
16 – Un día en Texas
17 – Yo no

viernes, 10 de julio de 2009

¿Los viejos rockeros nunca mueren?

Si en otros géneros musicales como el blues, el jazz o el country estamos acostumbrados a ver como los artistas superan con creces la edad de la jubilación sobre un escenario, es ahora cuando estamos empezando a ser testigos de como las primeras generaciones de rockeros empiezan a alcanzarla. En un repaso por encima de los nombres que a todos nos pueden venir a la cabeza hay que decir que, en general, la nota media que deberían de recibir creo que debería rozar el notable. Es cierto que en lo creativo prácticamente todos dieron lo mejor de si mismos hace muchísimo tiempo, pero no se les puede negar que, cuando se suben sobre las tablas, siguen defendiendo con dignidad su obra y demostrando el porqué de su grandeza.

Poco importa que los Stones, John Forgerty, The Who o Lou Reed (Dylan o Young siguen firmando obras maestras en esta década) no tengan nada que decir en 2009 si cada noche dejan todo lo que tienen y hacen vibrar a sus seguidores como hace casi medio siglo. Por desgracia nuestro país, en estos temas, siempre fue muy por detrás que el resto del mundo y tenemos que mirar a mediados de los 70 para empezar a encontrar a nuestros primeros viejos rockeros con una carrera continuada en esto de la música (Burning, Rosendo o Rot no han dejado de grabar discos en estos más de 30 años). Pero, como en toda regla, existe una excepción, y en el caso del rock patrio esta se llama Miguel (Mike) Ríos.

Confieso que nunca he creído demasiado en su música, y que mis sentimientos hay su persona siempre han sido muy ambivalentes, aunque en general creo que su presencia nunca me ha resultado desagradable. Además, y aunque solo sea por eso, su figura ha estado presente en mi desde muy pequeño cuando miraba los singles que había en casa de mis padres y ya aparecía allí tras el nombre de Mike Ríos. También le recuerdo cantando el “Himno de la alegría” (del que vendió 10 millones de copias en todo el mundo y le llevó a lo más alto de las listas en el Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, Francia o Italia), el éxito del “Rock & Rios” y “Bienvenidos” a principios de los 80, su programa en televisión “Que noche la de aquel año” (con el que en 1987 repasó la historia de la música española e hizo que algunos descubriéramos que existía algo antes que la movida), y ya en las dos últimas décadas como acompañante más o menos habitual de la pareja calavera (Víctor Belén y Ana Manuel) en todo tipo de saraos mientras publicaba discos cada vez más distantes en el tiempo unos de otros y de los que sinceramente no puedo opinar por que no los he escuchado.

Es cierto que mucha gente (y prueba de ello es el concierto de mañana en Gredos en el que se hará acompañar de una nutrida pléyade de artistas patrios, algunos de ellos muy respetables) habla bien de él como artista y como persona, y también que cuando hace un par de años vi un concierto suyo por la tele no me pareció un tostón y aguanté hasta el final, pero a pesar de eso soy incapaz de rendirme a sus encantos.

No sé, me parece fenomenal que sigua por ahí como símbolo viviente del rock en España, aplaudo que le den todo tipo premios (por que creo que se los merece) e incluso me gustaría que siguiese muchos años más en la brecha para mostrar el camino a las nuevas generaciones de cómo se puede tener una larga carrera en esto de la música sin perder del todo el rumbo, pero amigos, me temo que de mi eso es todo lo que el bueno de Mike puede sacar...

jueves, 9 de julio de 2009

Little wing (Jimi Hendrix)

She’s walking through the clouds
with a circus mind that’s running round.
Butterflies and zebras
and moonbeams and fairy tales;
that’s all she ever thinks about.
Riding with the wind.

When I’m sad, she comes to me
with a thousand smiles she gives to me free.
It’s alright, she says, it’s alright.
Take anything you want from me.
Anything.

Fly on little wing.

(Extraída del álbum “Axis: Bold as love” / POLYDOR – 1967)

miércoles, 8 de julio de 2009

Fobias de la era pop

Dos conversaciones distintas (en contextos y con personas diferentes) en torno a las fobias musicales en un mismo día son demasiadas para dejar pasar el tema por alto. La primera ha sido por la mañana en el “Charly Blues” (tienda de discos de segunda mano del barrio) con Xavi y el propio Carlos y ha surgido, como no, a raíz de que la imagen de Jackson surgiese y yo declarase mi aversión general e histórica hacia el personaje que me impedían valorar cualquiera de las virtudes que intentaran venderme de él. Al final, tras un rato de animada charla, ellos también se han mojado y han seleccionado a Dylan y Bunbury como ejemplo de artistas que, siendo aclamados mayoritariamente por público y crítica, no pueden soportar.

Por la tarde, ya en el trabajo y mientras tomaba café con Boris (el poeta argentino), el tema ha vuelto a surgir, esta vez con motivo del concierto de va a dar Depeche Mode esta noche en la ciudad. La verdad es que musicalmente a mi no me van demasiado pero, el hecho de que un tipo como Johnny Cash hiciese una versión de un tema suyo y lo transformase en una obra de arte significa que los tíos, al menos, saben hacer buenas canciones aunque luego su forma de vestirlas no me convenza. La cosa es que le he dicho (el es seguidor de la banda), para explicarle que sin gustarme al menos les respeto, que si me hubiesen dado una entrada no me hubiese importado ir a verles cosa que no sucede, por ejemplo, con Springsteen que su sola presencia me pone enfermo y al que no iría a ver ni regalado...

La conversación tomo otros derroteros y, ante sus preguntas, recordé que, en su momento, tanto Queen como Madonna me parecían unos artistas totalmente sobrevalorados (últimamente la verdad es que directamente ni me planteo su existencia) y su sola presencia en la radio o la TV me hacían apagar el aparato y dedicarme a otros menesteres. No niego ni que en determinados momentos de su carrera puedan haber hecho cosas interesantes (a mi “Nebraska” me parece soberbio y no me extrañaría que se lo hubiese hecho alguien), ni que tengan algún tema que me guste pero, en general, tras la obligada escucha de sus discos cuando aparecen publicados (últimamente directamente lo hago desde la red de redes), lo normal es que les mande de vuelta a donde habita el olvido y permanezcan allí recluidos hasta su siguiente trabajo (que por suerte, a excepción del boss, cada vez se distancian más en el tiempo unos de otros.

La respuesta a mi fobia a este poker de ases creo que hay que buscarla en mi adolescencia ochentera y la paliza que durante esos años llegaron a darnos con ellos. En lo musical no me aportaban nada pero, como en esos momentos hacerlo público era una osadía que solía concluir en un escarnio generalizado hacia mi persona, acabé pasando por alto cualquier comentario crítico de los susodichos personajes mientras crecía en mí un rechazo cada vez mayor a todo lo que tuviese que ver con ellos.

Es cierto que con los años he aprendido a ignorar a todos los artistas que se cruzaban en mi camino y que por la razón que fuese se me atravesaban pero, incluso en estas circunstancias, siempre he dado una oportunidad a las canciones para que hablasen por si mismas. Y como para toda regla existe una excepción, ha pasado que algún artista me haya sorprendido de verdad… Es entonces cuando, haciendo de tripas corazón, me dejo llevar por la música y disfruto doblemente de lo que se me ofrecen ya que, a la satisfacción puramente emocional de una composición se le une la de sentir que en el fondo no soy tan intolerante como algunos creen y que si hay calidad en el producto puedo tragarme todos los sapos y culebras del mundo y aplaudir como el que más al que realmente creo que se lo merece.

martes, 7 de julio de 2009

Los vinilos de Pancho Varona

Ayer, mientras buscaba información sobre el nuevo disco que Joaquín Sabina esta grabando en estos mismos momentos (y que en principio se va a titular “Vinagre y rosas”), me encontré en la web de Pancho Varona con este interesantísimo texto en el que, evocando la grabación de “Física y química”, cuenta la forma en la que elaboraban y organizaban los contenidos de un disco en los tiempos del LP (ahora con el CD y su espacio casi ilimitado estos asuntos no son tan importantes).

Hacía tiempo que no recurría a cosas escritas por otros, pero lo que he leído me ha gustado tanto y la defensa que hace del vinilo me ha parecido tan emotiva, que me apetecía compartirlo con los muchos o pocos que lean estas líneas. Para todos los interesados en Sabina creo que es imprescindible pasarse por el blog de Panchito ya que, al margen de la que hoy incluyo, hay bastantes entradas en las que cuenta curiosísimas anécdotas e interioridades de su relación con el maestro. Espero que os guste tanto como a mi.


VINILOS

En el pasado todo eran vinilos.

El otro día fui a la FNAC de Callao, Madrid, porque tenía encargado el Sgt. Peppers en vinilo y me llamaron para que fuera a recogerlo. Qué maravilla ese discazo en vinilo...! qué grandes y hermosas las caras, qué claras las letras, que preciosa superficie redonda negra, tan negra y brillante que deslumbra al mirarla!

Saqué el disco de la funda de papel y lo puse en el plato. Sonó la primera canción y lo volví a guardar en la funda de papel. Para que no se ralle. Mira que soy tonto... tantos años maltratando los discos, los vinilos, y ahora trato de cuidarlos, menudo gilipollas.

No tengo muchos vinilos, creo que no llegan a 500. Y no todos son de primera calidad. Hay mucha bazofia. Tengo alguna perlita pero nunca he tenido lo que se dice una buena colección. Tengo todo lo de la primera época de Joaquín y alguna rareza, algún maxi single. Pero estoy muy orgulloso de ellos. Porque son el principio de mi carrera. En el pasado todo eran vinilos.

El vinilo tenía ciertas características muy curiosas que, ahora, pueden parecer del jurásico. En una cara de un disco de vinilo sonaban bien cierto número de canciones, o, mejor dicho, cierto número de minutos de música, o, mejor dicho, cierto número de surcos.

Creo que la cifra mágica era 18. 18 minutos de música por cara era perfecto. Pero nadie sacaba un disco de vinilo con 18 minutos de música por cara... era impensable. Cada cara solía durar 20, 22, 24 o más minutos...y ahí empezaban los problemas. Porque pasados veintipico minutos, empezaba a sonar mal aquello... los surcos se comprimían mucho y aquello empezaba a sonar a rayos....así que había que medirlo todo con lupa.

Y empezaba la negociación. Y tenías que quitar canciones para que ocuparan menos minutos o cambiar las canciones de sitio, o dejar las peores canciones para la parte final de cada cara. Si aquello empezaba a sonar mal, que fuera en una canción menos importante.

Recuerdo perfectamente el caso de “Física y química”, uno de mis preferidos en la discografía de Joaquín. Había que abrir la cara A con "Y nos dieron las diez". Era descabellado que no fuera así, aunque yo apostaba por "La del pirata cojo" como primer single. Pero como la compañía y Joaquín apostaban por “Las 10” como primer single, se puso la primera de la cara A. Y decidimos que la del pirata abriera la cara B. La segunda canción de cada cara no solía ser un pelotazo. Ya que echabas toda la carne en el asador con la primera, te podías permitir una segunda canción menos importante y así ibas dosificando las importantes. Ahí pusimos "Conductores suicidas" que llegó a ser más importante pasados los años que cuando salió.

Pero ya llevábamos 10 minutos en dos canciones y había que tener cuidado porque 5 canciones podían durar 25 minutos y eso era mucho para una sola cara. “La chica Almodóvar” se colocó la tercera. Era una de las últimas canciones que había hecho Joaquín y estaba encoñado con ella. Además estaba deseando enseñársela a Pedro Almodóvar y la pusimos la tercera que era un lugar importante en la cara A de un vinilo. Luego pusimos "A la orilla de la chimenea" y buscamos un cierre movidito para la primera cara y que al mismo tiempo no nos supusiera un disgusto si se escuchaba un poco peor: "Todos menos tú", una canción fiestera, menos importante o trascendente que otras que exigían un mejor lugar y una mayor calidad de sonido. Hicimos la suma: 22 minutos y 46 segundos... mmmm... no estaba mal teniendo en cuenta que las canciones de Joaquín son infinitas en el espacio y en el tiempo, sobre todo en el tiempo porque duran una eternidad...! pero bueno, con casi 23 minutos estábamos en el límite pero no lo sobrepasábamos.

Para la segunda cara decidimos un principio apabullante: "La del pirata cojo". Luego decidimos cambiar el tono con "La canción de las noches perdidas" y el patito feo del disco (no para mí, que conste, pero me da la impresión de que sí para Joaquín): "Los cuentos que yo cuento" que, por cierto, llegó a tener con la misma música, la letra de "Medias Negras". Creo que ya os dije un día que hicieseis la prueba de cantar con la música de “Los cuentos” la letra de “Medias”... y ahí se ve. El siguiente plato fuerte del disco era "Peor para el sol" y la situamos en el cuarto lugar de la cara B. Por cierto, durante la grabación Joaquín invitó a Christina Rosenvinge para que cantara la parte de la chica en "Peor para el sol". Y llegó a cantarla pero la cosa no funcionó. Para que a ella le quedara bien de tono, Joaquín tenía que cantarla en un tono altísimo. Y era muy cómico oír a Joaquín cantando fuera de su tesitura, pobrecito mío...

"Amor se llama el juego" entró en penúltimo lugar y cerramos la cara B pasadísimos de tiempo con la fiestecita de "Pastillas para no soñar". Ahí ya valía todo porque el final apoteósico con la banda municipal de Getafe denotaba ambiente fiestero. Si sonaba peor por calidad de sonido, importaba menos dado que era el follón, el lío, la juerga.

Recuerdo que cuando grabábamos los coros de "Pastillas" Antonio y yo junto a Calamaro, teníamos que frenar a Andrés porque se quería comer el micro por la euforia y el buen rollo y las ganas de cantar y de participar. Pero habíamos pasado de 25 minutos!!!!!

En la compañía nos dijeron que estábamos locos y que "Pastillas" iba a sonar a rayos... daba igual, ese era nuestro orden y si sonaba un poco peor el final del disco, qué se le iba a hacer. Joaquín se negaba a quitar alguna canción para reducir el minutaje y creíamos que las caras estaban así mas compensadas. Tras este gran lío de la repartición de canciones por caras, llegaba el último proceso: el corte del acetato. Glups. Nunca hemos tenido ni puta idea de lo del corte del acetato. Pero hacíamos como si supiéramos.

Para que nos entendamos, nos daban una plancha de vinilo para que oyéramos cómo iba a quedar el disco tras el corte del plástico. Osea, ahí se veía si sonaba bien o si sonaba mal. Creo que nunca pusimos pegas porque no entendíamos. No teníamos ni puta idea de cómo debía sonar aquello. Pensábamos que sonaba bien y ya está.

A fábrica y a las tiendas.

Era una inmensa alegría pasar por la compañía y llevarte la primera copia de "Física y Química" en vinilo. Con esa foto maravillosa de Joaquín en la portada que está sin retocar. Por el interés de la información, repito: La foto de portada de Física y Química está sin retocar!

Y llegabas a casa acojonado por si ponías el disco en el plato y en "Pastillas" empezaba a sonar a rayos y a saltar la aguja... pero nunca pasó, por suerte. En el pasado todo eran vinilos. No hay nada comparable al sonido de un disco de vinilo en un plato. Nada comparable. Ni la tecnología digital ni sus muertos machacaos. Y la foto bien grande. Y las letras bien grandes. Y las canciones tan bonitas. Y vosotras tan guapas. Y vosotros tan vosotros.

Guitarrista insurgente Varona

lunes, 6 de julio de 2009

El comienzo de una hermosa amistad...

Cuando un día como hoy de 1957 (aunque se barajan otras fechas) Paul McCartney y John Lennon se conocieron en una fiesta parroquial, nadie podía imaginar que estaba empezando una de esas relaciones capaces de cambiar por si mismas el curso de la historia. Ese sábado hacia calor en Liverpool y junto a la iglesia St. Peter’s Wood (en el barrio Woolton) se había organizado una fiesta en la que, entre otros, actuaban los Quarrymen, un grupo de skiffle liderado por un tal John Winston Lennon y al que acompañaban (además de otros estudiantes que se incorporaban en función de la canción que interpretaban) Pete Shotton, Eric Griffits, Colin Hanton e Ivan Vaughan.

Este ultimo había invitado a que les fuera a ver a un chaval dos años menor que ellos con gran afición a la música que, además de tocar la guitarra, ya componía sus propios temas y que se llamaba Paul McCartney. Después de la actuación se acercó a saludar a su amigo, y fue entonces cuando por primera vez se cruzaron sus caminos (que durante los siguientes 13 años seria uno solo) en un encuentro que años más tarde Lennon recordaba así: “Me dijo que quería presentarme a alguien y yo le dije que no me fastidiara, pero Ivan insistió y, sin darme cuenta, me encontré frente a un niño bonito que sonrió, me tendió la mano y se puso a hablar de música. No le hice mucho caso hasta que agarró la guitarra”.

Y fue ahí donde realmente se produjo el encuentro ya que Paul sabia afinar la guitarra y era capaz de tocar tres notas distintas, mucho más de lo que John podía esperar de un crío dos años menor que el. El flechazo fue instantáneo, y más cuando en días posteriores le fue pasando las notas y las letras completas de varios temas de Gene Vincent. Poco a poco los encuentros fueron siendo mayores y en octubre de ese año el joven McCartney era invitado oficialmente a formar parte de la banda. La conexión entre ambos fue inmediata y en apenas un año escribieron más de 100 canciones juntos.

En los meses sucesivos se produjeron algunas bajas, y en una de esas Paul consiguió incorporar a un amigo suyo llamado George Harrison y que tocaba la guitarra muchísimo mejor que ellos dos juntos. Los tres empezaron a formar el núcleo duro de la banda, y poco a poco empezaron a presentarse solos en alguna ocasión hasta que finalmente se disolvieron y junto al batería Pete Best formaron The Silver Beatles. Lo cierto es que hasta ese momento lo que de ellos se puede contar es lo mismo que de cualquier otro grupo de chavales que se juntan para hacer canciones, con la diferencia de que con el tiempo ellos cambiaron el curso de la historia música (en todos los sentidos) y probablemente la del mundo también.


domingo, 5 de julio de 2009

Milán, 29 - Junio - 1981 (Dire Straits)

La ultima vez que hablé de Dire Straits lo hice para comentar sus dos primeros años de vida. Personalmente creo que esa parte de su carrera es la realmente interesante, y que a partir de ese momento, aunque siguieron grabando grandes canciones, se transformaron más en una máquina de hacer dinero que de transmitir emociones. El concierto que comento hoy lo dieron al final de la gira de presentación de “Making movies” que fue la que supuso la transición entre el sonido orgánico de sus orígenes y el que luego les llevó a ser adorados por medio mundo (incluido el crío que yo era a principios de los 80).

Los primeros meses de 1980 la banda los dedicó a descansar de las casi 300 actuaciones que había tenido en apenas dos años. Todos menos Mark Knopfler que en su cabeza tenia ya el giro que quería darle a las canciones que estaba escribiendo. Viajo a Nueva York para contratar al productor Jimmy Lovine para que le ayudase a materializar la idea que tenia de hacer un disco más rockero, pero además cuando volvió a casa se traía también a Roy Bittan (teclista de la E Street Band) que seria determinante para lograrlo. A finales de mayo se reunieron para ensayar los nuevos temas y preparar las maquetas, y el 27 de junio entraban en el estudio para grabar hasta el 14 de agosto el que seria su tercer disco en apenas tres años.

El cambio de estilo supuso la primera crisis dentro de Dire Straits y acabó llevando a David Knopfler a anunciar su salida de la banda cuando la grabación estaba a punto de concluir. La explicación oficial fue que no le gustaba la dirección que estaban tomando las cosas y que la frescura de su música se estaba resintiendo a causa de la vorágine de conciertos en la que se habían metido. Las malas lenguas cuentan que Mark descubrió que su hermano se había colado en el estudio por la noche para regrabar algunas de sus guitarras y que le sentó tan mal que directamente le expulsó del grupo y le elimino de los créditos. Sea cual sea la razón final, lo cierto es que David tenia razón en su análisis de la situación y quedaría bastante claro en la gira que iniciarían en octubre de 1980 coincidiendo con la publicación del álbum.

Pero antes de hacerlo tuvieron que resolver un par de problemillas relacionados con la formación que realizaría la gira. Para sustituir a su hermano, Mark eligió al guitarrista americano Hal Lindes, mientras que los teclados, claves para trasladar a los escenarios el nuevo sonido, acabaron en las manos de Alan Clark. No se puede negar la calidad como músicos de ambos, pero creo que la conexión que existía antes entre ellos y que permitía cierta improvisación se perdió desde ese momento para convertirse en un grupo con un sonido impecable pero sin alma. A partir de aquí sus conciertos, aunque perfectos, empezaron a ser calcos unos de otros como, si en lugar de interpretar rock, a lo que los músicos se dedicaran sobre el escenario fuese leer una partitura.

Los shows comenzaban con la música que escribió Ennio Morricone para la película “El bueno, el feo y el malo” que enlazaban con los primeros acordes de “Once upon a time in the west” remozada con nuevos arreglos instrumentales para que Mark comenzara a lucirse ante la audiencia. Otros temas que vieron su duración sustancialmente ampliada fueron “Lions”, “Romeo and Juliet”, “Túnel of love” y sobre todo “Sultans of swing” que a partir de esta gira en su versión en directo añadiría un riff final que se haría mundialmente conocido tras su aparición en “Alchemy”.

Pero las gran curiosidad de esta grabación (que no difiere casi nada del resto de las de este periodo que he podido escuchar en las que repite incluso el orden de las canciones) se encuentra en la forma de terminar “News” (que al año siguiente se convertiría el cierre de “Private investigations”) y en la aparición de un tema inédito llamado “Telegraph road” y que seria estrella de su siguiente disco. De hecho se dice que la intención de Knopfler antes de iniciar la parte europea del tour era haber dejado grabado el nuevo álbum para que apareciese coincidiendo con esta, pero que las presiones de la discográfica (hacía menos de 6 meses que “Making movies” estaba en la calle) hicieron que abandonara la idea.

Los meses de octubre y noviembre viajaron por Estados Unidos y Canadá volviendo en diciembre al Reino Unido para cerrar una primera parte triunfal de la gira en la que lograron agotar todas las entradas. Tras un pequeño descanso volvieron a la carretera para actuar por primera vez Australia en marzo y abril de 1981 y luego continuar hasta los primeros días de julio por la vieja Europa hasta verano pisando países que hasta ese momento no habían visitado. Pero el gran cierre fue en Italia donde en 5 conciertos reunió a más de 250000 espectadores de los cuales 85000 fueron testigos del show en el “Comunale” de Turín aunque, como el sonido no es demasiado bueno he preferido quedarme con el que dieron en Milán unos días antes.

Al principio de la grabación se escucha como el presentador pregunta a un enfervorecido publico si está preparado para escuchar a la mejor orquesta de rock and roll del mundo y, aunque durante años yo mismo lo creí esa afirmación, el tiempo ha demostrado que, si bien es posible que fuesen la máquina más perfecta para ejecutar música en directo, el espíritu del rock lo acababan de dejar aparcado en la cuneta...

Título del bootleg: The best rock‘n’roll orchestra
Lugar y fecha: “Vigorelli”, Milán, 29 – Junio – 1981
Listado de canciones:
CD – 1
01 - Intro
02 - Once upon a time in the west
03 - Expresso love
04 - Down to the waterline
05 - Lions
06 - Skateaway
07 - Romeo and Juliet
08 - News
CD – 2
01 - Sultans of swing
02 - Portobello belle
03 - Angel of mercy
04 - Carousel waltz
05 - Tunnel of love
06 - Where do you think you're going?
07 - Solid rock
08 - Telegraph road

jueves, 2 de julio de 2009

Los dinosaurios (Charly García)

Los amigos del barrio pueden desaparecer
los cantores de radio pueden desaparecer
los que están en los diarios pueden desaparecer
la persona que amas puede desaparecer.
Los que están en el aire pueden desaparecer en el aire
los que están en la calle pueden desaparecer en la calle.
Los amigos del barrio pueden desaparecer,
pero los dinosaurios van a desaparecer.

No estoy tranquilo mi amor,
hoy es sábado a la noche,
un amigo está en cana.
Oh mi amor
desaparece el mundo...
Si los pesados mi amor llevan todo ese montón de equipajes en la mano
oh mi amor yo quiero estar liviano.

Cuando el mundo tira para abajo
yo no quiero estar atado a nada
imaginen a los dinosaurios en la cama
Cuando el mundo tira para abajo
yo no quiero estar atado a nada
imaginen a los dinosaurios en la cama

Los amigos del barrio pueden desaparecer
los cantores de radio pueden desaparecer
los que están en los diarios pueden desaparecer
la persona que amas puede desaparecer.
Los que están en el aire pueden desaparecer en el aire
los que están en la calle pueden desaparecer en la calle.
Los amigos del barrio pueden desaparecer,
pero los dinosaurios van a desaparecer.

(Extraída del álbum “Clics modernos” / INTERDISC – 1983)

miércoles, 1 de julio de 2009

Julio en el coche

  • 01 – Summer in the city (The Lovin' Spoonful / Hums of the Lovin' Spoonful - 1966)
  • 02 – El bello verano (Family / Un soplo en el corazón - 1993)
  • 03 – Club de fans de John Boy (Love Of Lesbian / 1999 - 2009)
  • 04 – You never know (Wilco/ The album - 2009)
  • 05 – De viaje (Los Planetas / Super 8 - 1994)
  • 06 – Tunnel of love (Dire Straits / Making movies - 1980)
  • 07 – Verano fatal (Nacho Vegas y Christina Rosenvinge / Verano fatal - 2007)
  • 08 – Dignity (Deacon Blue / Raintown - 1997)
  • 09 – Verano (La Buena Vida / Soidemersol - 1997)
  • 10 – A fond farewell (Elliott Smith / From a basement on the hill - 2005)
  • 11 – Surf de la botella (Los Flechazos / Viviendo en la era pop - 1988)
  • 12 – Animal (Los Enemigos / Nada - 1999)
  • 13 – Guillermo en la playa (La Granja / Tobogán - 2004)
  • 14 – Summer skin (Death Cab For Cutie / Plans - 2005)
  • 15 – A summer wasting (Belle & Sebastian / The boy with the Arab strap- 1998)
  • 16 – Vacaciones (Carlos Berlanga / Impermeable - 2001)
  • 17 – Inevitable (Los Piratas / Ultrasónica - 2001)
  • 18 – Salir (Extremoduro / Canciones prohibidas - 1998)
  • 19 – Viento sur (Josele Santiago / Las golondrinas etcétera- 2003)
  • 20 – El viento a favor (Bunbury / Pequeño - 1999)
  • 21 - Gypsy (Fleetwood Mac / Mirage -1982)

    DURACION TOTAL: 79' 30''