El cerdo no volverá a volar. La puerta a la esperanza de un segundo acto de la fantástica actuación del 2 de junio de 2005 en el Hyde Park londinense, que en los últimos años había amagado con volver a abrirse, definitivamente no lo hará. Pink Floyd tal y como los conocimos un día, tal y como los soñamos durante años no se subirán de nuevo juntos a un escenario.
He de reconocer que como veterano seguidor de la banda tenia la profunda y secreta convicción de que en algún momento Waters, Gilmour, Mason y Wright volverían para ofrecernos una última gira que pudiese compensar esos casi 30 años de desencuentros que nos ha tocado sufrir a los fans de la banda. Como si de los hijos de un matrimonio roto se tratara hemos tenido que conformarnos con verlos por separado, pidiéndonos que nos decantásemos por papá o mamá cuando en el fondo lo que deseábamos era que estuviesen juntos. Nunca brillaron tanto como cuando sus estrellas lucieron juntas, y creo sinceramente que nos debían un adiós acorde con lo que han sido: el grupo más influyente de la historia del rock después de The Beatles.
La sorprendente (por inesperada) muerte de Rick Wright hace que esos soberbios 20 minutos en los que sonaron "Breathe", "Money", "Wish you were here" y "Comfortably numb" sean el punto y final definitivo de este sueño que se inicio hace más de cuatro décadas. Tal vez sea mejor así. Sonaron realmente bien, estuvieron plenamente entregados a la causa e incluso nos hicieron sentir que volvían a disfrutar juntos sobre las tablas de un escenario. Me quedo con la imagen de Waters diciendo lo emocionante que le resultaba compartir escenario de nuevo con "estos hombres" justo antes de dedicarle a Barrett un "ojala que estuvieses aquí" y con el emotivo abrazo que se dieron cuando la actuación ya había concluido.
Hoy Richard William Wright, con una espectacular luna llena (a la que junto a sus compañeros cantó como nadie había hecho antes) sobre nuestras cabezas, vuelve a reunirse con Syd tras su cara más desconocida...
He de reconocer que como veterano seguidor de la banda tenia la profunda y secreta convicción de que en algún momento Waters, Gilmour, Mason y Wright volverían para ofrecernos una última gira que pudiese compensar esos casi 30 años de desencuentros que nos ha tocado sufrir a los fans de la banda. Como si de los hijos de un matrimonio roto se tratara hemos tenido que conformarnos con verlos por separado, pidiéndonos que nos decantásemos por papá o mamá cuando en el fondo lo que deseábamos era que estuviesen juntos. Nunca brillaron tanto como cuando sus estrellas lucieron juntas, y creo sinceramente que nos debían un adiós acorde con lo que han sido: el grupo más influyente de la historia del rock después de The Beatles.
La sorprendente (por inesperada) muerte de Rick Wright hace que esos soberbios 20 minutos en los que sonaron "Breathe", "Money", "Wish you were here" y "Comfortably numb" sean el punto y final definitivo de este sueño que se inicio hace más de cuatro décadas. Tal vez sea mejor así. Sonaron realmente bien, estuvieron plenamente entregados a la causa e incluso nos hicieron sentir que volvían a disfrutar juntos sobre las tablas de un escenario. Me quedo con la imagen de Waters diciendo lo emocionante que le resultaba compartir escenario de nuevo con "estos hombres" justo antes de dedicarle a Barrett un "ojala que estuvieses aquí" y con el emotivo abrazo que se dieron cuando la actuación ya había concluido.
Hoy Richard William Wright, con una espectacular luna llena (a la que junto a sus compañeros cantó como nadie había hecho antes) sobre nuestras cabezas, vuelve a reunirse con Syd tras su cara más desconocida...
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