sábado, 7 de febrero de 2009

Wilco bajo el cielo de Madrid...

Ya tengo por fin en mis manos la entrada para el concierto que Wilco dará en Madrid el próximo 26 de mayo. No es, ni mucho menos, la primera vez que compro por internet, pero siempre me queda cierta duda de si lo he hecho bien hasta que físicamente veo que lo que he pedido llega a su destino. Esa intranquilidad ha sido mayor en esta ocasión por como se desarrollo la compra, y me temo que algo raro ha pasado y que alguien va a sacar tajada en el asunto. Desde el día previsto para que salieran las entradas a la venta las páginas habituales y, aunque anuncian el concierto, decían que no están disponibles. Al final recurrí a la entidad financiera que lo patrocina y pude hacerme con una localidad buenísima, pero hasta que ayer me llegó por correo a casa no respiré tranquilo.

Ya digo que no se que pasará por que en la red (a excepción de donde yo la pille y donde sólo quedaban 14) no se han vendido, y la verdad es que mosquea y hace sospechar que al ser en un teatro con no demasiadas localidades alguien las tenga guardadas para compromisos o cosas peores. En cualquier caso ya no me preocupa demasiado ya que, tras ver a Jeff Tweedy en sus tres anteriores visitas a la capital, ahora tengo garantizada mi asistencia a la cuarta.

La primera vez fue un 21 de marzo de 2005 en el añorado “Aqualung”. Hacia seis años que seguía a Wilco, y mis deseos de verles había crecido con el paso del tiempo por lo que aquella noche fue realmente emocionante. La base del repertorio fue su reciente (en ese momento, claro) “A gost is born”, aunque hicieron un repaso a toda su trayectoria incluyendo 6 temas de “Yankee Hotel Foxtrot”, un increíble “Passanger side” de su primer disco para cerrar y “New Madrid” de su etapa con “Uncle Tupelo” y que la gente aplaudió especialmente. En total tocaron 25 canciones a lo largo de más de dos horas y la banda sonó y sonaron impecables. Cerraban gira en Europa y ocho conciertos después grabaron el maravilloso “Kicking televisión” por lo que oyéndolo uno se puede hacer a la idea de lo que sonó esa noche en Madrid.

Su siguiente visita de Tweedy (esta vez el solo) fue un 1 de diciembre del año siguiente en “La Riviera” y, aunque es una de mis salas favoritas para asistir a un concierto, hay que reconocer que para el espectáculo que traía no era el lugar más adecuado. Los que hayan estado alguna vez allí saben que el sonido es muy bueno, pero de la barra central hacia atrás suele haber bastante jaleo y claro, en un concierto acústico se nota mucho más el barullo. Lo habría disfrutado más en un teatro, pero bueno, no puedo quejarme por que fue una gran noche con un repertorio muy variado y curioso en el que interpretó canciones poco habituales cuado sale de gira con la banda.

Su última noche bajo el cielo de Madrid fue de nuevo en “La Riviera” el 9 de noviembre de 2007, y esta vez la sala sí fue un templo al que acudir en peregrinación. Volvieron a interpretar temas de todos sus discos, aunque esta vez el que presentaban (“Sky blue sky”) no tuvo tanto peso y “Yankee Hotel Foxtrot” salió tan bien parado como en la anterior visita de la banda. Salí con la sensación de haber asistido al mejor espectáculo al que se puede acudir, hasta el punto de tardar varios meses en volver a salir satisfecho de un concierto por el recuerdo que aún me quedaba de este de Wilco.

Seguramente cuando los vea en mayo ya tendrán en la calle su nuevo trabajo y un DVD con una actuación de la gira del año pasado por Estados Unidos (lo sacaran a la venta en exclusiva en tiendas pequeñas las primeras semanas, casi igual que Bruce que da a las grandes cadenas discos exclusivos) y, aunque no sé que nos deparara, estoy casi convencido que no me defraudaran. Hoy por hoy es las inversión más segura si a lo que se aspira es asistir a un concierto en el que la música es lo único que importa (no hay ni pantallas gigantes, ni efectos especiales, ni fuegos artificiales...) y yo recomendaría a quien pueda que se acerque a alguno de los 10 que darán entre mayo y junio a lo largo de toda la Península. Ya os contaré como acaba todo esto, pero de momento me conformo con la agradable sensación de saber que volveré a ver sobre un escenario, en un marco incomparable y a pocos metros de ellos a la mejor banda del mundo.

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