Ayer se cumplieron 70 años de la muerte del poeta Antonio Machado en Collioure y, como este es un blog dedicado a la música en todas sus variantes, creo que el hecho de que sus versos hayan sido utilizados como letras de canciones y que algunas de estas hayan quedado dentro del subconsciente colectivo de varias generaciones, le hacen merecedor de un pequeño recuerdo desde este espacio. Y más cuando estas canciones para después del último viaje, sin estar en absoluto inspiradas en él, perfectamente podrían haberlo estado...
La referencia que a todo el mundo le viene a la cabeza cuando se habla de Machado y música es la de Joan Manuel Serrat y su disco de 1969 “Dedicado a Antonio Machado poeta”. Esto es una opinión muy personal, pero creo que la carrera del “noi del Poble-sec” no habría sido la misma sin él, ya que desde ese momento despego definitivamente e hizo que la polémica de eurovisión se olvidase completamente. Es cierto que su primer disco en castellano (tenia ya tres en su lengua materna) había gozado de bastante éxito, pero fue con su maravillosa aproximación a la obra machadiana cuando recibió el unánime aplauso de crítica y público, logrando sacar del olvido y reivindicar (con el dictador aun en el poder) a un poeta marginado y olvidado durante décadas por su orientación política.
Además de incluir dos poemas previamente musicados por Alberto Cortez (“Las moscas” y “Retrato”) y otro de creación propia dedicado al poeta (“En Coulliure”), los nueve restantes son magnificas adaptaciones de sus versos que consiguieron emocionar y conmover a mucha gente a ambos lados del Atlántico. Lo bueno de estos temas en comparación con los de Paco Ibáñez (“Era un niño que soñaba”, “Proverbios y cantares”, “Tus ojos me recuerdan”, “Yo voy soñando caminos”...) son las preciosas melodías y lo fácil que resultaba su escucha para toda clase de público frente a la aspereza y dureza del estilo del valenciano. Por contra este tiene a su favor el gran reconocimiento que ha tenido su labor de cantador de poetas y que su obra sea utilizada en muchos colegios como material didáctico. Serrat logró su disco más vendido y el éxito, Ibáñez ser la voz y la música de la poesía española.
Pero la aparición de Machado en letras de canciones no se ha quedado exclusivamente en el terreno de los cantautores (otros no tan conocidos como Esteban Valdivieso con “Yo voy soñando caminos” o “La primavera besada”, Adolfo Celdrán con “Abril florecía” o Garpar Payá con “Pegasos” también han puesto melodía a textos de suyos), y por ejemplo versos como “Llanuras bélicas y páramos de asceta – no fue por estos campos el bíblico jardín-; son tierras para el águila, un trozo de planeta por donde cruza errante la sombra de Caín” aparecen en el tema de Robe Iniesta (de Extremoduro) “Buscando una luna”.
Probablemente sean muchas las razones por las que se le debe recordar y ninguna de ellas tenga que ver con la música. Lo se, pero en mayor o menor medida todos en algún momento de nuestra vida hemos entonado eso de “Todo pasa y todo queda...” sin saber muy bien de donde venia y es gracias a que van acompañados de melodía por lo que viven en nuestra memoria. Murió hace 70 años, pero sigue entre nosotros y seguirá mientras alguien abra uno de sus libros y lea sus versos o una de sus canciones suenen en cualquier rincón del mundo.
La referencia que a todo el mundo le viene a la cabeza cuando se habla de Machado y música es la de Joan Manuel Serrat y su disco de 1969 “Dedicado a Antonio Machado poeta”. Esto es una opinión muy personal, pero creo que la carrera del “noi del Poble-sec” no habría sido la misma sin él, ya que desde ese momento despego definitivamente e hizo que la polémica de eurovisión se olvidase completamente. Es cierto que su primer disco en castellano (tenia ya tres en su lengua materna) había gozado de bastante éxito, pero fue con su maravillosa aproximación a la obra machadiana cuando recibió el unánime aplauso de crítica y público, logrando sacar del olvido y reivindicar (con el dictador aun en el poder) a un poeta marginado y olvidado durante décadas por su orientación política.
Además de incluir dos poemas previamente musicados por Alberto Cortez (“Las moscas” y “Retrato”) y otro de creación propia dedicado al poeta (“En Coulliure”), los nueve restantes son magnificas adaptaciones de sus versos que consiguieron emocionar y conmover a mucha gente a ambos lados del Atlántico. Lo bueno de estos temas en comparación con los de Paco Ibáñez (“Era un niño que soñaba”, “Proverbios y cantares”, “Tus ojos me recuerdan”, “Yo voy soñando caminos”...) son las preciosas melodías y lo fácil que resultaba su escucha para toda clase de público frente a la aspereza y dureza del estilo del valenciano. Por contra este tiene a su favor el gran reconocimiento que ha tenido su labor de cantador de poetas y que su obra sea utilizada en muchos colegios como material didáctico. Serrat logró su disco más vendido y el éxito, Ibáñez ser la voz y la música de la poesía española.
Pero la aparición de Machado en letras de canciones no se ha quedado exclusivamente en el terreno de los cantautores (otros no tan conocidos como Esteban Valdivieso con “Yo voy soñando caminos” o “La primavera besada”, Adolfo Celdrán con “Abril florecía” o Garpar Payá con “Pegasos” también han puesto melodía a textos de suyos), y por ejemplo versos como “Llanuras bélicas y páramos de asceta – no fue por estos campos el bíblico jardín-; son tierras para el águila, un trozo de planeta por donde cruza errante la sombra de Caín” aparecen en el tema de Robe Iniesta (de Extremoduro) “Buscando una luna”.
Probablemente sean muchas las razones por las que se le debe recordar y ninguna de ellas tenga que ver con la música. Lo se, pero en mayor o menor medida todos en algún momento de nuestra vida hemos entonado eso de “Todo pasa y todo queda...” sin saber muy bien de donde venia y es gracias a que van acompañados de melodía por lo que viven en nuestra memoria. Murió hace 70 años, pero sigue entre nosotros y seguirá mientras alguien abra uno de sus libros y lea sus versos o una de sus canciones suenen en cualquier rincón del mundo.
2 comentarios:
Y qué pasa con los derechos de autor? Seguro que el titiritero sociata de Serrat no paga un duro a la familia Machado y se jincha a cobrarlos a su costa
El comentario anterior define en su totalidad a quien lo hace. Desde el anonimato la impunidad es fácil. No le preocupa si durante 40 años de franquismo Machado fue silenciado. Como Lorca, Hernández, Alberti, León Felipe,y tantos otros. O como el propio Serrat.
No, no, a él le preocupa sólo si el titiritero (sic) paga los derechos de autor. Porque quien debe cobrarlos es tonto, y bueno es recordárselo. Y la familia Machado es tonta. Y Serrat, sospechoso de fraude. Y ha llegado este sujeto a avisarnos. ¡Menos mal!.
"Señor, perdónalos porque no saben lo que hacen...". Pues eso...
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