Hoy todo ha cambiado aunque por desgracia no ha sido por méritos propios si no porque en el número de diciembre de la revista “Ruta 66” he leído la crítica que Eduardo Izquierdo hace del disco y esta se ajusta bastante a la idea que yo quería transmitir. A continuación reproduciré el texto que aparece en la mencionada publicación, pero antes quiero matizar un par de cosas con las que no estoy del todo de acuerdo.
En un momento dado el autor se pregunta si estamos ante el mejor disco de Quique González, y en este punto yo no tengo esa duda ya que creo que tanto “Salitre 48” como “Avería y redención” (y posiblemente “Pájaros mojados”) están un peldaño por encima del resto de sus trabajos (incluido este). Se que todo depende de gustos y de formas de ver las cosas, pero personalmente me parece que en esto no debería haber discusión…
Lo otro (que como en el caso del mejor disco es opinable) de lo que me gustaría desmarcarme es de que Santi Campos comparte con él la primera posición de los mejores escritores de canciones de este país. Soy muy fan de los discos de Santi “Pequeños incendios” y sobre todo de “El invierno secreto”. Creo que es un letrista excepcional y que su capacidad para hacer canciones está muy por encima de la media a la que estamos acostumbrados por estos lares, pero me parece exagerada una aseveración así de tajante cuando hay gente como Antonio Luque, Lapido o Santi Balmes (y algún otro de cuyo nombre no quiero acordarme) que como mínimo están al nivel de ambos.
Por lo demás nada que objetar, así que ya que no doy más de mi cedo la palabra a Eduardo Izquierdo que, evidentemente, anda mucho más lúcido que yo…
“Hablemos de sensibilidad. De calidad. De saber estar. De madurez. De canciones hermosas. De historias cotidianas. De melodías embriagadoras. De buenos músicos. Para hacerlo es suficiente hablar del nuevo disco de Quique González. ¿Su mejor disco hasta la fecha? Pues no lo sé. Porque la grandeza de González es tener una carrera llena de discos de todos los gustos. Eso sí, manteniendo siempre una coherencia en cuanto estilo y calidad. Unos lo preferirán en su vena más rockera, otros en la más acústica, unos en la parte más comercial y otros en la más introvertida.
Y yo lo disfruto en todas. Daiquiri blues es un excelente conjunto de canciones lleno de grandes momentos. Eso sí, no es un disco de rock al uso. Porque está lleno de detalles que requieren más de una escucha para percibirse. Para empezar a disfrutarlo. Escuchen si no Riesgo y altura o Su día libre. También hay un Quique al uso. Ese capaz de hallar melodías tan pegadizas como el single La luna debajo del brazo, que va directa a su lista de clásicos, o la enorme Cuando estés en vena. Capaz de entrar a la primera. Sin rodeos.
Y eso sin hablar de los excelentes músicos que se han encargado de grabar el disco, porque ahí han estado Al Perkins, miembro original de Manassas, Chris Carmichael, que ha tocado con la flor y nata del rock americano, o Ken Coomer, batería original de Wilco. Todo producido por un acertado Brad Jones que parece la guinda que faltaba en la carrera del madrileño. Junto a Santi Campos es el mejor escritor de canciones de este país. Así lo pienso. Y tenerlo de vuelta me hace feliz”
Eduardo Izquierdo (“Ruta 66” – Diciembre de 2009)