
En ese momento no lloré. Lo hice más tarde, los días sucesivos mientras me grababa una cinta con mis temas favoritos y que no llegue a poner nunca… Ese día en la solapa (a todas las ponía un nombre que se ajustase al contenido), no se por que, escribí un título: Canciones para después del último viaje…
Poco puedo decir que no se haya dicho ya (incluyendo lo que escribí hace un año en este mismo blog y que mantiene su vigencia). Ahora no se me ocurre nada que pueda añadir, aunque gracias a la música y a pesar de su ausencia a lo largo de todo este tiempo no he dejado de sentir el calorcito que transmitía su voz cada vez que recurría a él.
Podría escribirle una carta contándole lo que ha pasado en su ausencia o hacer un semblante de su figura exaltando la importancia de su legado, o incluso podría desnudarme ante todos vosotros y contar en que momentos de mi vida fue determinante alguna de sus canciones… Podría pero no lo haré…
Estoy cansado y tengo sueño, y lo que ahora pueda escribir no va a mejorar nada de lo ya expuesto aquí mismo cada vez que su nombre ha salido a colación… Eso si, dejo mi foto favorita y la que mejor refleja la imagen que conservo de la ultima vez que le vi. Estaba en la calle después del concierto que comente antes de ayer como esperando a alguien. Yo salía del bar y al girar la cabeza le vi con la guitarra en la mano y la mirada triste, como si de un perrillo desvalido se tratara. Me despedí y el simplemente sonrió…
Y ya han pasado diez años…
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