martes, 27 de octubre de 2009

Aftermath (The Rolling Stones)

¿Cual es el disco más famoso de los Stones? ¿Y el mejor?

A cualquiera que se le haga esta pregunta y conozca mínimamente su obra probablemente el primero que le venga a la cabeza sea el “Sticky fingers” aunque no seria de extrañar que apareciesen otros como “Exile on main street” (sin ser un gran stoniano puedo decir que este es mi favorito), “Beggars banquet” o “Let it bleed”… Incluso álbumes menores como “Their satanic majesties request” o “It´s only rock and roll” por el hecho de ser conocidos como “Sus satánicas majestades” o el famoso dicho “es solo r’n’r pero me gusta…”, aparecerían en lista de los más enteradillos, pero ¿se acordaría alguien del “Aftermath”?

Es evidente (y se puede comprobar ojeando alguno de los listados que existen con los 500 ó 1000 mejores discos de la historia del rock) e innegable que se encuentra en el “top 5” de la banda, pero a pesar de todo parece que el gran público (e incluso parte del más especializado) suele pasar por alto su primera obra maestra y la que les situó definitivamente en la primera división entrando en una confrontación más o menos de igual a igual con los Beatles.

No se me ocurren muchas causas que puedan justificar todo esto, aunque tal vez unas portadas sosas en contraposición con otras más llamativas o mediáticas ayuden a que no se le pueda reconocer de un vistazo en una estantería y no invite demasiado a ser comprado… A pesar de eso, el latigazo que supone empezar a escucharlo y la calidad de todas sus canciones debería ser suficiente para que el boca a boca lo colocase en el lugar que merece, no solo para los críticos y especialistas si no también para cualquier mortal que aspire a escuchar un buen disco.

Entre las curiosidades más repetidas al referirse al “Afermath”, la más repetida es que es el primer disco de los Stones compuesto integramente por la pareja Jagger/Richards, y aunque los créditos así lo confirman, la realidad es que la forma de trabajar que tenían consistía en presentar a sus compañeros un esbozo del tema y luego, entre todos, en el local de ensayo o directamente en el estudio se dedicaban a darle forma y modelar el tema hasta llevarle a un punto al que ni de coña habrían llegado Mike y Keith por si solos. Por lo tanto seria injusto no reconocer que la aportación de la base rítmica de la mano de Bill Wyman y Charlie Watts fue determinante en la concepción final del disco, aunque el autentico motor y padre no reconocido de la criatura en Brian Jones.

Si hasta ese momento sus trabajos anteriores se habían visto completados por temas de relleno y versiones que en muchos casos no estaban a la altura de lo que se le podía exigir a la banda, en éste el empeño de Jones por lograr algo distinto y original que, sin romper su esencia si lo hiciesen con el pasado sonoro del grupo, fue clave para que por fin lograsen un disco redondo, sin fisuras y en el que empezaban a asumir algunos riesgos y cambios estilísticos. Así Richards contaba hace unos años que el rubio guitarrista estaba empezando a perder el interés por la guitarra por lo que para superarlo propuso la inclusión de otros instrumentos cono el sitar o las marimbas que, si bien en un principio provocaron cierto recelo, el tiempo demostró no solo que estaba justificado si no también que había sido un gran acierto que les ayudó a darle un gran impulso a su carrera.

Otra anécdota (que no lo es tanto) está en el hecho de que, a pesar de llevar el mismo nombre (la costumbre era cambiar todo el contenido en función del mercado al que estaba dirigidos), se produjo un curioso baile de temas entre uno y otro que llevó a la edición británica a tener tres temas más que la americana (14 frente a 11), pero por contra esta segunda se abría con el la soberbia “Paint it black” que en el Reino Unido solo apareció como single. Además, para aumentar las diferencias, las portadas de ambos no se parecían absolutamente en nada siendo más oscura y con tonos sepias la británica y en color y más luminosa la americana (eso si en ambas salían posando los miembros del grupo y aun no se atisbaban en el horizonte lo rompedores que llegarían a ser en esta faceta unos años más tarde)

Grabado en los “RCA Studios” situados en el 6363 de Sunset Boulevard de Hollywood en California, además de los cinco miembros oficiales en las sesiones participaron Ian Stewart (el sexto stone al que el manager privó de la gloria por no considerar adecuada su imagen pero que acompañó al grupo hasta su muerte en 1985 como pianista y encargado de las giras) y Jack Nitzsche (al que conocieron gracias a Phil Spector y que posteriormente se convertiría en el productor de cabecera de Neil Young durante más de 30 años) que también aportaron su granito de arena al giro que estaba dando la banda hacia una madurez sonora que hasta ese momento habían parecido ser incapaces de alcanzar..

Título: Aftermath
Producción: Andrew Loog Oldham
Grabado en: RCA Studios, Hollywood, California
Editado por: DECCA /ABKCO (Reino Unido) en abril de 1966
Canciones:
Cara A
- Mother's little helper
- Stupid girl
- Lady Jane
- Under my thumb
- Doncha bother me
- Goin' home
Cara B
- Flight 505
- High and dry
- Out of time
- It's not easy
- I am waiting
- Take it or leave it
- Think
- What to do

Editado por: LONDON /ABKCO (EEUU) en julio de 1966
Canciones:
Cara A
- Paint it black
- Stupid girl
- Lady Jane
- Under my thumb
- Doncha bother me
- Think
Cara B
- Flight 505
- High and dry
- It's not easy
- I am waiting
- Goin' home

No hay comentarios: