lunes, 5 de octubre de 2009

Mercedes Sosa, la otra voz de mi infancia

Hoy seré breve ya que estoy cansado y además es poco lo que puedo escribir sobre Mercedes Sosa que no se haya escrito ya o que se vaya a hacer en los próximos días. Ayer falleció en un hospital de Buenos Aires como consecuencia de un problema hepático que le afectaba los riñones y los pulmones, y ha dejado en muchos una sensación de vacío que, en mi caso, se retrotrae (como ya contaba hace unos días al hablar de Víctor Jara) a sensaciones de la infancia y a esas primeras canciones que oyes y aprendes al margen de las propias de tu edad (que en mi generación venían, fundamentalmente, de la mano de “Los payasos de la tele”).

Las mismas emociones que ya relaté, han vuelto hoy y no he podido evitar ponerle a mi niña rockera la maravillosa versión que hizo del “Alfonsina y el mar”, aunque ella (lógicamente) no la ha sabido apreciar y me ha despachado con un “papi, esto es un rollo”…

Tal vez tenga razón, pero eso evita que hoy me sienta un poco más triste que ayer y que, aunque la vorágine del día a día (y que, no nos engañemos, nunca la he seguido más allá de esos vínculos emocionales con el niño que fui) mañana me arrastre a otra realidad, al menos en este momento me apetezca más sentarme a escuchar el único disco suyo que tengo que estar aquí contando cosas que seguramente a pocos les importen y nadie se moleste siquiera en leer.

Y hoy que toda Sudamérica llora por su “negra”, esa que simbolizó el sueño de todo un continente, yo me despido con esos versos que con tanto sentimiento y emoción cantó… DEP


Por la blanda arena que lame el mar
Su pequeña huella no vuelve mas,
Un sendero solo de pena y silencio llego
Hasta el agua profunda,
Un sendero solo de penas mudas llego
Hasta la espuma.

Sabe dios que angustia te acompaño
¿Que dolores viejos callo tu voz?
Para recostarte arrullada en el canto
De las caracolas marinas
La canción que canta en el fondo oscuro del mar
La caracola.

Te vas alfonsina con tu soledad
¿Que poemas nuevos fuiste a buscar?
Una voz antigua de viento y de sal
Te requiebra el alma y la esta llevando
Y te vas hacia allá como en sueños,
Dormida, alfonsina, vestida de mar...

Cinco sirenitas te llevaran
Por caminos de algas y de coral
Y fosforescentes caballos marinos harán
Una ronda a tu lado
Y los habitantes del agua van a jugar
Pronto a tu lado.

Bájame la lámpara un poco mas
Déjame que duerma nodriza en paz
Y si llama el no le digas que estoy
Dile que alfonsina no vuelve...
Y si llama el no le digas nunca que estoy,
Di que me he ido...

Te vas alfonsina con tu soledad
¿Que poemas nuevos fuiste a buscar?
Una voz antigua de viento y de sal
Te requiebra el alma y la esta llevando
Y te vas hacia allá como en sueños,
Dormida, alfonsina, vestida de mar...

(“Alfonsina y el mar” de Ariel Ramírez y Félix Luna)

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