lunes, 26 de octubre de 2009

Spotify, el futuro en mis manos

Cuenta una leyenda del rock que la noche que el crítico John Landau vio en directo a Springsteen dijo aquella famosa frase de “he visto el futuro del rock and roll y este se llama Bruce Springsteen…” Bueno, pues la cosa es que yo hoy he tenido una sensación muy similar a la que debió tener Landau, pero en esta ocasión el futuro que yo he vislumbrado es el de la industria musical y el nombre de su protagonista no es otro que el de Spotify.

Nunca he sido especialmente espabilado en esto de los ordenadores así que cualquier cambio o novedad lejos de estimularme y hacerme lanzarme a ella en un enloquecido salto al vacío, lo normal es que de entrada me echa un poquito hacia atrás. Fue hace varios meses cuando en una página especializada en música leí por primera vez que un par de chavales suecos que habían creado un programa llamado Spotify para la escucha de canciones vía streaming (se puede escuchar pero no descargar) habían logrado un acuerdo con varias discográficas (Universal, Sony, BMG, EMI y Warner entre otras) para explotar sus catálogos en este formato.

Lógicamente viendo quien estaba por medio (todas las multinacionales de la industria musical) recelé y deje caer un tupido velo sobre ellos sin investigar más y criminalizándolo sin más (se presentaba en un doble formato, uno gratuito con publicidad cada poco tiempo y otro de pago que permitía el acceso libre a los contenidos) por que daba por hecho que en algún lugar tenia que estar el truco para que los amos del negocio entrasen en el sin haber dinero contante y sonante a la vista.

Como de sabios es rectificar (y con apenas unas horas como miembro de la comunidad Spotify tras aguantar semanas de bombardeo de noticias sobre ellos en todos los medios generalistas) tengo que decir que la idea y la forma de llevarla a cabo me parece muy acertada, y que aquí podría estar la solución que desde todos los sectores del negocio se lleva buscando durante años. El sistema es sencillo. En la página de inicio te viene una ventana en la que puedes introducir el nombre del artista, el disco o la canción, e inmediatamente te aparece una lista desplegable con todos los archivos que se ajusten al término que buscas, y con pincharlo ya puedes escucharlo.

Lo mejor de todo es que es gratuito (solo en Suecia, Noruega, Finlandia, Reino Unido, Francia y España) y lo único que tienes que hacer es aguantar un anuncio cada poco rato (cosa que ocurre también en la radio). Además existe una variedad de pago en la que por 10 euros se pueden escuchar discos antes de su lanzamiento y sin publicidad, por lo que es como si tuvieses en tu casa toda la música del mundo (toda no ya que Led Zeppelin, The Beatles y Pink Floyd no han dado su permiso para la explotación de su obra de este modo) a golpe de ratón y de forma legal.

De momento el sistema está en pañales (solo está operativo en Europa y de forma gratuita en seis países, siendo de pago en el resto), pero cada vez falta menos para el nacimiento del aparato total (ese que integre TV, equipo de música, ordenador…), y ese día el tener físicamente en tu casa los discos o las películas será innecesario por que a través de red y con un clic podrás tenerlo sonando en tu equipo de alta fidelidad o viéndolo en tu pantalla plana sin que por ello ocupen un espacio que, en las casas modernas, cada vez brilla más por su ausencia.

Yo soy un tipo de otro tiempo que seguiré necesitando hasta que me muera tocar la tapa del disco, sentir el placer de quitarle el plástico, sacarlo de su funda y luego de dejar caer la aguja sobre el mientras leo el encarte interior o disfruto con la portada entre las manos… Para gente así, supongo que el negocio seguirá funcionando como hasta ahora a costa de exprimir nuestros bolsillos, pero para el resto que lo mismo les da tener el CD original que copiado y que aceptan el mp3 como un formato cómodo y útil, sin duda el Spotify o algo parecido (y más cuando se pueda usar también desde todos los móviles y no solo desde el iphone como hasta ahora) será la forma que tenga la industria para seguir ganando dinero (los acuerdos con las discográficas son secretos, pero supongo que el dinero que se gana por publicidad o suscripción se repartirá de forma proporcional al numero de escuchas).

Hoy he visto el futuro de la música y se llama Spotify…


No hay comentarios: