Me llama la atención una noticia aparecida como de relleno en la sección de cultura de un periódico de tirada nacional y, dado que un servidor practica sin rubor el coleccionismo y la mitomanía musical y este es un blog para comentar todo lo que me llama la atención dentro de este mundillo, me veo en la obligación de tratar de comentarla un poco más extensamente aunque, para ser sinceros, no es mucho lo que se puede decir de ella.
La noticia es que el próximo 7 de enero de 2010 el servicio de correos británico (Royal Mail) pondrá a la venta una serie formada por diez sellos que reproducen otras tantas portadas de álbumes de rock grabados por artistas nacidos bajo el manto de Su Graciosa Majestad.
La verdad es que como tal no es la primera vez que se le dedica a la música este tipo de productos postales (ya sean de circulación oficial o tiradas “piratas” para coleccionistas) pero si me llama la atención que de las portadas de los discos que aparecen reproducidas salga un reluciente vinilo precisamente ahora que tanto se habla de la muerte de la música y de su soporte estrella durante las dos últimas décadas (y en el que curiosamente se editaron cuatro de los diez discos representados)
La primera incursión del Royal Mail en la música rock fue hace casi tres años cuando en enero de 2007 lanzaron una serie de seis sellos con el que pretendían rendir homenaje a The Beatles y en la que aparecían las portadas de sus discos “Let it be”, Revolver”, “Help”, “With the Beatles”, “Abbey Road” y “Sargent Pepper´s Lonely Hearts Club Band”. Ni que decir tiene que fueron un éxito, y la tirada se agotó a las pocas horas de ponerse en circulación (yo, vía Internet, intenté conseguir una pero por desgracia no la conseguí) por lo que era evidente que tarde o temprano volverían a hacer algo parecido.
Mirada objetivamente la selección de portadas no está del todo mal, aunque si me hubiesen pedido a mi que la hiciese buscando unos criterios históricos y artísticos seguro que sólo dos de ellas habrían aparecido en mi lista (“London Calling” de The Clash y “Led Zeppelin IV” de Led Zeppelin). De las ocho restantes la mitad podría llegar a asumirlas con algunos matices (“Parklife” de Blur, “The rise and fall of Ziggy Stardust and the spiders from Mars” de Bowie, “Screamadelica” de Primal Scream y “Tubular bells” de Mike Oldfield), aunque para mi hay otros que representan mejor la época a la que pertenecen.
De los cuatro restantes, el “Let it bleed” de los Stones estaría en tierra de nadie y, aunque prefiero el “Sticky fingers”, “Beggars banquet” o “Exile on main street”, no se puede negar que es un gran disco y que merece estar en cualquier lista de los mejores. Los tres restantes creo que sobran, en algún caso por el álbum elegido (evidentemente Pink Floyd deben estar pero no con el “The division bell”) y en otros por el grupo (cualquiera de Joy Division es mejor que el “Power, corruption & lies” de New Order y antes que el “A rush of blood to the head” de Coldplay habría elegido el “Ok computer” de Radiohead)
A nadie se le escapa que, ahora que el correo electrónico (en sus múltiples variantes) se ha convertido en el rey de las comunicaciones entre los humanos, el tradicional se ha convertido en una añeja costumbre a la que sólo recurren los nostálgicos y los bancos… En cualquier caso, ya sea como parte de la celebración de un acontecimiento concreto (el que se editó con motivo del 35 aniversario de la muerte de Elvis es el sello más vendido de la historia en Estados Unidos) o simplemente para homenajear a una serie de artistas sin tener que por ello echar mano de una excusa concreta, a lo mejor hay que ver este hecho como un el guiño entre dos elementos analógicos del viejo siglo XX que intentan sobrevivir de la mano en la era digital.
La noticia es que el próximo 7 de enero de 2010 el servicio de correos británico (Royal Mail) pondrá a la venta una serie formada por diez sellos que reproducen otras tantas portadas de álbumes de rock grabados por artistas nacidos bajo el manto de Su Graciosa Majestad.
La verdad es que como tal no es la primera vez que se le dedica a la música este tipo de productos postales (ya sean de circulación oficial o tiradas “piratas” para coleccionistas) pero si me llama la atención que de las portadas de los discos que aparecen reproducidas salga un reluciente vinilo precisamente ahora que tanto se habla de la muerte de la música y de su soporte estrella durante las dos últimas décadas (y en el que curiosamente se editaron cuatro de los diez discos representados)
La primera incursión del Royal Mail en la música rock fue hace casi tres años cuando en enero de 2007 lanzaron una serie de seis sellos con el que pretendían rendir homenaje a The Beatles y en la que aparecían las portadas de sus discos “Let it be”, Revolver”, “Help”, “With the Beatles”, “Abbey Road” y “Sargent Pepper´s Lonely Hearts Club Band”. Ni que decir tiene que fueron un éxito, y la tirada se agotó a las pocas horas de ponerse en circulación (yo, vía Internet, intenté conseguir una pero por desgracia no la conseguí) por lo que era evidente que tarde o temprano volverían a hacer algo parecido.
Mirada objetivamente la selección de portadas no está del todo mal, aunque si me hubiesen pedido a mi que la hiciese buscando unos criterios históricos y artísticos seguro que sólo dos de ellas habrían aparecido en mi lista (“London Calling” de The Clash y “Led Zeppelin IV” de Led Zeppelin). De las ocho restantes la mitad podría llegar a asumirlas con algunos matices (“Parklife” de Blur, “The rise and fall of Ziggy Stardust and the spiders from Mars” de Bowie, “Screamadelica” de Primal Scream y “Tubular bells” de Mike Oldfield), aunque para mi hay otros que representan mejor la época a la que pertenecen.
De los cuatro restantes, el “Let it bleed” de los Stones estaría en tierra de nadie y, aunque prefiero el “Sticky fingers”, “Beggars banquet” o “Exile on main street”, no se puede negar que es un gran disco y que merece estar en cualquier lista de los mejores. Los tres restantes creo que sobran, en algún caso por el álbum elegido (evidentemente Pink Floyd deben estar pero no con el “The division bell”) y en otros por el grupo (cualquiera de Joy Division es mejor que el “Power, corruption & lies” de New Order y antes que el “A rush of blood to the head” de Coldplay habría elegido el “Ok computer” de Radiohead)
A nadie se le escapa que, ahora que el correo electrónico (en sus múltiples variantes) se ha convertido en el rey de las comunicaciones entre los humanos, el tradicional se ha convertido en una añeja costumbre a la que sólo recurren los nostálgicos y los bancos… En cualquier caso, ya sea como parte de la celebración de un acontecimiento concreto (el que se editó con motivo del 35 aniversario de la muerte de Elvis es el sello más vendido de la historia en Estados Unidos) o simplemente para homenajear a una serie de artistas sin tener que por ello echar mano de una excusa concreta, a lo mejor hay que ver este hecho como un el guiño entre dos elementos analógicos del viejo siglo XX que intentan sobrevivir de la mano en la era digital.
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