sábado, 24 de octubre de 2009

Y los tiempos siguen cambiando…

Hoy se cumplen 46 años de la grabación de la cancion de Bob Dylan “The times they are a-changin’” en los estudios que poseía la “Columbia” en Nueva York, y ya que hace varios meses que no hablo de él, es un buen momento para volver a hacerlo y recordar como se desarrollaron las seis sesiones que se necesitaron para tener preparado ese disco y alguno de los acontecimientos que se produjeron a lo largo de esos meses que cambiaron su vida, pero también la de Estados Unidos y el resto del mundo y probablemente también el desarrollo de la historia del siglo XX.

En julio de 1963 Dylan se presentó por primera vez en el festival de Newport, aunque a pesar de su condición de novato su presencia allí se producía con un status distinto al del resto de los asistentes ya que sin duda la suya era la actuación más deseada por una audiencia de cientos de jóvenes a los que sin interesarles el folk se habían acercado hasta allí. Para ellos el cantautor ya representaba lo mismo que para sus padres había supuesto Elvis (alguien a quien seguir, imitar e incluso adorar) por lo que aunque apenas llevase un par de discos a sus espaldas y que nunca se hubiese enfrentado a grandes auditorios, el éxito de su actuación fue absoluto y rotundo, y se puede decir que ese día nació su leyenda que casi 50 años después no hace más que crecer (discos de villanitos al margen)

Con estas emociones aún recientes se metió el 6 de agosto en el estudio A de “Columbia Records” de Nueva York con el joven Tom Wilson en la tarea de productor cosa que resultó un acierto ya que pensaba que es el músico el que sabe lo que quiere en lo que se refiere al sonido, y que su labor era exclusivamente proporcionárselo (cabe recordar que en ese momento el artista se limitaba a cantar y que el productor y la discográfica eran los encargados de elegir el repertorio y el taje sonoro con el que vestir las canciones). En esa primera sesión se grabaron ocho canciones aunque solo dos (“North country blues” y “Seven curses”) se aceptaron como definitivas para masterizarlas (aunque al final la segunda se cayó de la secuencia final del álbum)

De las dos sesiones más que se hicieron en agosto, la del día siguiente fue la más fructífera ya que en total fueron cuatro las canciones que acabaron en el master final (“Ballad of Hollis Brown”, “With god on our side”, “Only a pawn in their game” y “Boots of spanish leather”), todo lo contrario de lo que sucedió en la que hicieron el día 12 de la que no salio nada que considerasen que se pudiese utilizar (28 años después “Paths of victory”, “Moonshine blues” y “Only a hobo” procedentes de esa sesión vieron la luz de forma oficial en “The bootleg series, Vol. 1-3”)

No volvería a entrar en un estudio hasta más de dos meses después, aunque eso no quiere decir que se estuviese quieto ya que empezó una gira de 10 conciertos en compañía de Joan Baez junto a la que cada vez se le veía más “cómodo” (lo que hizo que Suzie Rotolo, la de la portada de “The freewhelin’”, se mudase de su apartamento). Una de esas actuaciones se produce el 28 de agosto en la Marcha sobre Washington ante 250000 personas poco antes de que Martin Luter King dijese eso de “I have a dream”, aunque no todo en esa gira son luces ya que empieza a estar hastiado y empieza a jugar el público llegando su momento álgido en el show en el “Hollywood Bowl” de Los Angeles en el que durante media hora interpreta la misma canción ante los silbidos del público.

El 23 de octubre vuelve a pisar el estudio A para empezar a grabar los nuevos temas que ha compuesto para completar el disco. En ese primer día registra las tomas definitivas de “The lonesome death of Hattie Carroll”, “When the ship comes in” y “Percy's song” aunque finalmente sólo las dos primeras entrarían en el disco desechando la tercera hasta 1985 que seria publicada en “Biograph”. En la sesión del día siguiente son cinco las tomas que registran de las que sólo dos acabarían entrando en el tracklist final del disco (“The times they are a-changin'” y “One too many mornings”) desechando las otras (“Eternal circle” y “Suze, the cough song” aparecieron en “The bootleg series, Vol. 1-3” mientras que “Lay down your weary tune” lo hizo en “Biograph”)

La noche del 26, con el disco terminado, ofreció un concierto en el “Carnegie Hall” de Nueva York en el que interpretó ocho de las canciones que formarían parte del futuro álbum, así como varias que no entraron en la configuración final, como “Percy's song”, “Seven curses” y “Lay down your weary tune”. Algo debió no gustarle a Dylan al volver a escuchar el master final con todos los temas grabados ya que empezó a eliminar canciones y se encontró con que aún necesitaba una para poder publicar el disco por lo que el 31 de octubre de produjo una última sesión que dedicaron en exclusiva a la canción “Restless farewell”, cuya melodía está extraída de una canción irlandesa de título “The Parting Glass”, y que se utilizó para cerrar el álbum.

El 22 de noviembre de 1963 a las doce y media de la mañana John F. Kennedy (Presidente de los Estados Unidos), era asesinado en Dallas, Texas. Según Bob Fass, un amigo que se encontraba con él en ese momento, Dylan se mostró profundamente afectado y dijo: “Esto es lo que significa cuando ellos te dicen no tengas esperanza en cambiar las cosas”. Tres semanas después el “Emergency Civil Liberties Comité” le galardonó con su premio anual Tom Paine por su contribución al movimiento de los derechos civiles, y el 13 de enero de 1964 su tercer disco “The times they are a-changin’” salía a la venta…

En ese momento ya había decidido el nuevo rumbo que iba a tomar su carrera, aunque aún le llevaría algún tiempo y varios disgustos llevarlo a cabo… Pero eso lo dejo para otro día…

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