martes, 27 de enero de 2009

Cuando el pirata es el artista...

Plagiar (Del latín plagiare):
1 - tr. Copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias.
2 - tr. Entre los antiguos romanos, comprar a un hombre libre sabiendo que lo era y retenerlo en servidumbre.
3 - tr. Entre los antiguos romanos, utilizar un siervo ajeno como si fuera propio.
4 - tr. Am. Secuestrar a alguien para obtener rescate por su libertad.

(Fuente: Diccionario de la RAE edición digital)

En los últimos tiempos raro es el mes que la palabra plagio no aparece en la prensa bajo la imagen de algún creador. A Woody Allen le acusan de haber usado el libro del fotógrafo y escritor Alexis de Villar titulado “Goodbye Barcelona” para el guión de su pelíca “Vicky Cristina Barcelona”, dentro del mundo de la moda “Armani” dice que “Dolce & Gabbana” le ha copiado el diseño de unos pantalones, al escritor peruano Bryce Echenique le han condenado a pagar 40.000 euros por usar para sus artículos textos ya publicados en prensa de 15 autores distintos... Y, si hablamos de música, Bunbury en España no ha acreditado unos versos de Casariego en su último álbum y a nivel internacional Colplay al parecer ha usado una melodía de Joe Satriani para su tema “Viva la vida”.

Hoy, con publicación de “Working on a Dream”, el nuevo trabajo de Bruce Springsteen, ya podemos comprobar de primara mano cuanto hay de plagio en la canción que abre el disco “Outlaw Pete”. Hace unos días Adrián Vogel en la sección que tiene cada semana en www.efeeme.com se hacia eco de una noticia aparecida en varias páginas de fans de Bruce en la que se decía que el parecido del tema con “I was made for loving you” de Kiss era más que sospechoso. Yo personalmente creo que, efectivamente, el parecido entre ambas canciones es muy grande pero, como para opiniones están los colores, el que quiera comprobarlo que busque en YouTube el video bajo el nombre “Springsteen's outlaw pete and Kiss” (en el que mezcla ambas) y que juzgue por si mimo...

Pero que queréis que os diga, en este tema creo que voy a ser benévolo con el músico (o los músicos en general). El caso de Bunbury es distinto (ya deje clara mi opinión en la entrada del 24 de septiembre de 2008) por que hablamos de letras, pero en el de Coldplay y de Bruce, cuando es una melodía lo que se plagia, tiendo a confiar en el artista cuando dice que no existe mala fe. No me imagino a Chris Martin escuchando el "If I could fly" (del disco de 2004 de Joe Satriani “Is there love in space”) y diciendo “voy a pillar estos fragmentos y ya tengo acabada “Viva la vida”, o al Sr Springsteen pensando que para abrir su nuevo trabajo la mejor decisión era cambiar el ritmo y la letra del tema de Kiss (que además tuvo cierto éxito) y que como él es el Boss no pasaría nada.

En mi opinión en estos casos (y en muchos otros, ya que desde George Harrison a Michael Jackson pasando por Rod Stewart, Red Hot Chili Peppers, Beach Boys, o en España Hombres G, Mikel Erentxun, Alejandro Sanz o Amaral... han tenido que agachar la cabeza en alguna ocasión) es el subconsciente el que traiciona al compositor. Supongo que la melodía la tienen almacenada en el disco duro del cerebro y en un momento determinado (al levantarse de la cama o cuando se ponen delante del piano o con la guitarra) reaparece y creen que se les ha ocurrido a ellos. Lo curioso es que además esa canción luego pasa el filtro de los músicos, el productor, la gente de las disqueras... y nadie se da cuenta de que más que un tema original se trata de una versión de otro más antiguo con otra letra. Ya he dicho que con esto no soy excesivamente crítico y tiendo a pensar bien, aunque los músicos, una vez demostrado su error, deberían acreditar la autoría en las siguientes reediciones del disco ya que si no lo hace (que casi nadie lo hace) mi buena fe desaparece y empiezo a creer que el pirata es el artista.

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