sábado, 21 de marzo de 2009

Leo Fender, el luthier del rock and roll

Nacido en una granja cercana a Fullerton (California) el 10 de agosto de 1909, Leo Fender desde joven mostró interés y grandes cualidades para la electrónica, y gran parte de su tiempo libre lo dedicaba a desmontar y arreglar todos de aparatos que caían e sus manos (fundamentalmente radios). En 1929 a causa de la depresión pierde su empleo como contable así que decide montar una tienda de reparación de radios aunque, como era bastante manitas, enseguida empieza a reparar guitarras y amplificadores. A lo largo de los 40 empieza a fabricar amplificadores, algunos de los cuales se han seguido comercializando hasta ahora casi sin modificaciones, pero su gran aportación tiene que ver con los instrumentos musicales, sobre todo con la guitarra eléctrica.

Conviene recordar que en aquel momento las guitarras eléctricas eran de cuerpo hueco (es decir como una acústica o española), lo que las daba bastante poca versatilidad a la hora de utilizar otros sonidos. De este tipo es la primera guitarra que fabrica en 1945 y se convence que la rentabilidad está en fabricar instrumento más que en arreglarlos por lo que empieza a dedicarse en exclusiva en buscar como abaratar los costes y lograr que una misma guitarra pudiera aportar varios sonidos. Así, tras fundar la “Fender Electric Instrument Manufacturing Company”, en 1951 lanza al mercado la primera guitarra de cuerpo macizo bajo el nombre de “Broadcaster” aunque, como existía una batería llamada así un año después la rebautizó como “Telecaster”.

La guitarra se compone de un cuerpo sólido de madera al que se le une el mástil atornillado, dos pastillas y un selector de tres posiciones (con el que se pueden sacar tres sonidos diferentes). La intención inicial de este diseño era crear una guitarra de producción relativamente barata, ensamblaje fácil y sencilla a la hora de realizar mejoras o reparaciones, pero también le aporta ciertas cualidades únicas en el timbre. Esto hizo que la “Telecarter” fuese la primera guitarra eléctrica de consumo masivo que unido a su característico sonido la convirtió casi desde el principio en un instrumento mítico que han usado Dylan, Keith Richards, Pete Townshend, Albert Collins, Syd Barret, Jeff Beck... Jonny Grrnwood (Radiohead), Graham Cox (Blur)…

En ese mismo año pone a la venta la “Fender Precision Bass” con la que resuelve el problema que le venían planteando desde hacia tiempo algunos contrabajistas. Sustituye al contrabajo sin amplificar y su repercusión fue menor, pero este avance permitió a los bajistas tocar con una precisión absoluta las notas más complicadas y además hacia de él un instrumento manejable. La revolución que provocó en las bases rítmicas de los grupos fue total y favoreció sobre todo el desarrollo del soul.

Durante dos años se dedicó a recoger las opiniones de guitarristas sobre los problemas y sus necesidades, y dos años después apareció en el mercado la “Stratocaster”, la guitarra más famosa del mundo (con permiso de la “Gibson Les Paul”) y la más copiada. En contraposición a su antecesora que tenia un diseño bastante tosco (razón por la que también se la conocía como “la tabla”), esta tenia una imagen mucho más estilizada que se ajustaba al cuerpo del guitarrista y añadía tres elementos más: una tercera pastilla, un selector de cinco posiciones y la palanca de distorsión que, aunque ya existía, hasta ese momento no ofrecía buenos resultados. La lista de los artistas que la han usado es interminable y se podría decir que no hay ningún guitarrista que se precie no la ha tenido en algún momento entre sus manos, pero a modo de ejemplo se podría nombrar a Jimi Hendrix, Mark Knopfler, Eric Clapton, Stevie Ray Vaughan...

En 1965 se le detectó erróneamente una enfermedad vírica que presuntamente le iba a llevar a la tumba por lo que vendió su compañía y, aunque sus guitarras se ha seguido fabricando sin apenas cambios, la calidad desde ese momento empezó bajar. Leo no inventó la guitarra eléctrica, pero su aportación a su desarrollo tecnológico fue tan grande que se puede afirmar sin temor a equivocarse que sin él el rock and roll sonaría distinto. Siguió asesorando a la compañía que fundó e incluso creando algunos diseños, pero ya apartado completamente de su trabajo del día a día como luthier. Murió un 21 de marzo de 1991 y, a pesar de que ya han pasado 18 años, cada noche en todo el mundo cientos de músicos le siguen rindiendo homenaje sobre el escenario al ritmo del riff de sus guitarras...

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