lunes, 23 de marzo de 2009

...Para echarse a llorar

Ayer en el suplemento dominical de “El País” cien músico hispanoamericanos eran preguntados por las 5 canciones que habían cambiado su vida. Este tipo de listas suelen ser curiosas y, los que hemos jugado con frecuencia esto (que aficionado a la música no ha hecho alguna vez su lista de sus canciones y discos favoritos), sabemos que los nombres elegidos son totalmente subjetivos y atados a un momento muy concreto. La lista que pude hacer a los 18 nada tiene que ver con la que haría ahora con 38, y eso que seguramente coincidirían artistas e incluso los LP’s en los que estaban, así que los que han votado seguramente lo habrán hecho con criterios de 2009.

Ya digo que hay cosas bastante curiosas (un tal Falete vota 5 canciones suyas, Pablo Carbonell “Mi barba tiene tres pelos” de Miliki, Bebe el “Coco Guagua” de Enrique y Ana o Andy Chango que se decanta por la tradicional “Pican, pican los mosquitos”...), pero ninguna como la del señor José Ramón Julio Martínez Márquez (Ramoncín para el resto de los mortales). No he dicho que este tipo de selecciones puede sacar a la luz el pedante que lleva uno dentro en forma de temas raros y que sólo conocen los que los escribieron, pero también, como el caso que nos ocupa, lo más rastrero del ser humano.

Pues lo dicho, que a don Ramón en su votación (y supongo que tras mucho meditarlo ya que la pregunta se mandó vía mail y tuvieron varios días para responder) sólo se le ocurre acordarse del antiguo grupo de su amigo y antiguo jefe Eduardo Bautista. El tema en cuestión (Get on your knees) no está mal, pero él es el único en acordarse de Los Canarios, y siendo quien es y viniendo de donde viene sus elección huele absolutamente a peloteo. Personalmente me cuesta creer que el “rey del pollo frito” en los 80 se hubiese molestado en escuchar al grupo de Teddy (desaparecido la década anterior y no tan conocido como para que el público mayoritario pudiese identificar una sola canción suya) y que si en esa época le hubiesen preguntado por Beatles, Dylan, Don McLean o Los Brincos seguramente habría vomitado encima del entrevistador.

Ver en lo que se han convertido algunos y los recursos de niño de parvulitos que usan para tener contento al jefe simplemente me provocan ganas de llorar... o de vomitar, o de sentir vergüenza ajena, o bochorno... En eso hemos terminado...

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