sábado, 8 de noviembre de 2008

La invasión de la cochambre


El 5 de julio de 1975, unos meses antes de la muerte del dictador, en la plaza de toros de Burgos se celebró el que seguramente fue el primer festival rock que se hacia en España. Si todo esto llegó, al final, a buen puerto, se debe, en gran medida a la iniciativa del manager andaluz José Luis Fernández de Córdoba, pero también al ayuntamiento de la ciudad que aceptó la posibilidad de que llenasen sus calles de lo que en aquella época eran conocidos como melenudos. A pesar de los posibles recelos sobre una invasión de vándalos , sólo fueron cuatro mil las personas que, al precio de 200 pesetas por cabeza, ocuparon las gradas y el albero del coso burgalés.

Entre las doce de la mañana de ese sábado y las tres de la madrugada del domingo se subió al escenario lo más granado del rock español. Destacan, sobre todos, Triana (el grupo de Jesús de la Rosa que se enfrentaba allí a uno de sus primeros conciertos multitudinarios), pero también formaron parte del festival Hilario Camacho, Iceberg, Storm, Burning, Gualberto, Bloque, Alcatraz, Eduardo Bort, la Orquesta Mirasol, Granada, John Campbell, Tartessos, Tilburi, The Falcons, Eva Rock y la Compañía Eléctrica Darma.

Para la organización fue un fracaso empresarial, y fieles a la tradición nacional, el proyecto se abandonó y las “Segundas 15 horas de Música Pop Ciudad de Burgos” no se celebraron. Para los medios locales fue un desastre cultural, económico y organizativo, y si el mismo día del evento "la Voz de Castilla" titulaba "La invasión de la cochambre: A Burgos le ha cambiado la cara, ahora tiene legañas", al día siguiente se despacharon a gusto. A nivel nacional se resalto la baja afluencia, y así Diego Manrique en su crónica destacaba que “el rock español aún no tiene poder de convocatoria”. Y por último entre los asistentes la gran mayoría salió bastante satisfecha.

El camarero de un bar que frecuentaba a finales de los ochenta había asistido al concierto, y siempre se refería a el como el Woodstock español. Algunas noches, si se alargaba la jornada, le gustaba recordar como llegaron autobuses de Sevilla con amigos y la familia de alguno de los participantes, que se les acusó de subversivos por las pintas y la música que les gustaba, cuando lo único que hicieron fue cantar y bailar, y sobre todo el frío tremendo que pasaron una vez que el sol se retiró y empezó a avanzar la madrugada. Y siempre acababa con las mismas palabras que hoy me han venido a la cabeza y que han dado origen a estas líneas: “en Burgos tío, que todo eso pasó en Burgos, desde donde Franco ganó la guerra. Eso fue lo que lo empezó a matar...”

Este es, simplemente, un acontecimiento más dentro de la historia de la música de nuestro país y quedó recogido por dos fotógrafos burgaleses (Eliseo Villafranca y Federico Vélez) y otros dos venidos de fuera (José Madrid Santurtún y Josep Rigol). Mañana concluye en Salamanca una exposición con estas fotos, pero es fácil que siga viajando, al menos, por otros rincones de Castilla y León. Perteneciente a la nueva edición de “Explorafoto”, esta exposición y las otras 19 que se celebraran hasta diciembre en 11 salas distintas de la capital charra, tienen el titulo común de “Rock my religion”. Son un paseo por esa historia que, aunque breve, está llena de anécdotas, momentos y caras que merecen ser recordados y vivir para siempre en la memoria, al menos, de los que amamos la música.

No hay comentarios: