miércoles, 14 de enero de 2009

Viejas aventuras en Hi-Fi

Tengo un amigo que se ha metido en el mundillo este del Hi-Fi (High Fidelity o Alta Fidelidad) hace relativamente poco y no se como ha podido ocurrir pero algo ha cambiado en él. De un tiempo a esta parte en nuestras conversaciones se han colado los cables a precio de oro el metro, las cajas electrostáticas, los amplificadores carísimos, el filtro activo, la compatibilidad de componentes y asuntos relacionados con la alta fidelidad que, para ser sincero, yo no me creo. Así se lo he hecho saber a mi amigo y, si bien me da la razón de que en todo lo que rodea este tema hay mucha tontería, esta semana por fin ha estrenado su nuevo equipo.

Ni que decir tiene que, en el arduo proceso de selección de su aparato, ha buscado por todas partes hasta encontrar el que se ajustase a su presupuesto y necesidades. El aun no ha perdido la cabeza definitivamente, pero no tengo demasiado claro que lo haga algún día. De momento está encantado, pero ya empieza a decir que los graves se saturan y los agudos a veces no se oyen, y me empiezo a temer que pronto echará la culpa a algún componente de su equipo y volverá a la carga para mejorar lo que ya tiene.

En esto del hi-fi existe la creencia de que la calidad de un equipo está ligado directamente con el precio, cuando probablemente la mejora de sonido entre dos reproductores de CD uno caro y otro barato es tan inapreciable que no merece la pena un desembolso salvaje para escuchar música con una gran calidad. Estos principios están basados en las afirmaciones interesadas del sector comercial, por lo que su credibilidad debería ponerse, al menos, en cuarentena. La página www.matrixhifi.com se dedica a hacer pruebas a ciegas de equipos para ver las diferencias entre ambos sin saber cual es el bueno y cual el malo. Los resultados suelen de empate técnico, y eso que son ingenieros de sonido y seguro que saben del asunto más que cualquiera de nosotros.

Y ahí creo que está uno de los problemas ya que la gente en el fondo no sabe del tema y se informa en revistas especializadas en las que, a través de espacios subvencionados por las casas, hacen crecer el mito de que tal o cual equipo reproduce con mayor calidad un CD cuando creo que no es verdad. Es evidente que un buen aparato suena mejor que uno malo y que unos altavoces bien colocados hacen que percibas el estereo y sonidos que en otras circunstancias se pierden, pero llegado a un punto esa calidad de sonido no se mejora y todo lo demas son pajas mentales.

Lo que tal vez deberían tener más en cuenta estos "expertos en sonido CCC" son los sistemas de grabación que se están utilizando y lo que se conoce como la "guerra del loudness". De un tiempo a esta parte se ha venido subiendo el nivel medio de la música de los CD’s que se graban con el objetivo de que cuando suenen en la radio lo hagan a un volumen más alto (algo parecido a lo que sucede cuando empiezan los anuncios en la TV y se disparan los decibelios). Por eso los discos (sobre todo los destinados a las masas consumidoras de radioformulas) suenan cada vez peor y se saturan con frecuencia y, aunque suenan más fuerte, pierden cantidad de matices y en consecuencia, calidad.

Todo esto, compañero, son las viejas aventuras del hi-fi, las del mono y el estereo, las del vinilo y el CD, las del surround y el 5.1, las del mp3 y los itunes... y las que están por llegar... Y yo lo único que tengo claro es que, cuando bajo la aguja del plato, doy al play en mi DVD (es lo que tengo conectado al amplificador para escuchar los compactos) o me enchufo al ipod, el hecho de que el sonido no sea impecable no va a conseguir que no disfrute de mi audición.

1 comentario:

curro dijo...

Felicidades, Heriberto, por la compra de tu equipo.