En esto del amor lésbico se puede decir que casi acabo de aterrizar, pero desde la primera vez que los escuché a finales de 2005 se convirtieron en mi pequeña gran debilidad. Dentro de los múltiples artistas que me gustan suelo distinguir entre los que más o menos llevan conmigo desde que hace casi 30 años empecé a escuchar música (Young, Dylan, Sabina, Vega, Pink Floyd, Rot...) o a los que sigo desde el principio de su carrera (Wilco, González, Piratas...), y aquellos que aparecen de repente en mi vida sin que antes haya oído hablar de ellos y de los que me vuelvo rendido seguidor desde ese momento. Pues bien Love of Lesbian pertenecen a esa segunda categoría y a ellos me suelo referir como artistas por los que tengo especial debilidad (para los otros no tengo un termino para preferirme, pero es que después de tantos años simplemente forman parte de mi).
Pero si hay algo por lo que creo que estos chicos de Barcelona merecerían estar en las portadas de todas las revistas y abriendo los telediarios es por que son los autores e la mejor canción de lo que va década. La primera vez que Martín se paso por casa para escuchar unos discos y charlar de música se trajo consigo “Maniobras de escapismo” y como no llegamos a ponerlo lo dejó sobre la mesa para que lo escuchara con calma... Y allí se tiró un par de semanas sin que le hiciera el menor caso hasta que un día que no sabia muy bien que me apetecía oír fue lo que acabó sonando... Desde el primer momento me quedé pillado con el disco y cada canción superaba la anterior por lo que una tarde aburrida y de desgana se convirtió en una fiesta, pero cuando llegó el corte 7 y empezó a sonar “Música de ascensores” me rendí definitivamente a sus pies y no pude seguir.
Durante el resto del día no hice otra cosa que escucharla una y otra vez (esa es una de las pocas ventajas del CD, que cuando te da por consumir compulsivamente una canción basta con apretar un botón) y, lejos de saturarme, cada vez me gustaba más y encontraba matices que antes no había percibido. Al final llamé a mi amigo para trasmitirle mi emoción, y acto seguido me metí en internet para descubrir todos los detalles sobre ese grupo que extrañamente se me había pasado por alto. Me enteré por ejemplo que, aunque era su cuarto disco, “Maniobras de escapismo” era el primero que grababan en castellano por lo que auto justifique diciéndome que como no suelo prestar demasiada atención a los artistas españoles que cantan en ingles era lógico que se me hubiesen escapado... Pero la realidad es que no había excusas. Love Of Lesbian llevaban casi diez años pululando por ahí sin que yo me enterase.
Es cierto que, una vez escuchados, los discos de su primera etapa no llegan al nivel de lo que hicieron posteriormente, pero de alguna manera todo estaba ya en ellos aunque no con la perfección que luego han llegado a conseguir. Además en su cambio al castellano han ganado que se puede entender lo que cantan con lo que todo el sarcasmo, sagacidad e ironía de Santi Balmes se hacen patentes hasta el punto de, a veces, llegar a lo hiriente... Con “Cuentos chinos para niños del Japón” no sólo se consolidaron como una de las bandas indies con más apoyo del publico y de la critica especializada, si no que además hicieron el mejor disco de 2007 (con permiso de “Avería y redención” de Quique González con el que empatan y que según el día se llevan el título unos u otros a los puntos) y confirmaron su capacidad para hacer obras de arte en forma de canción pop (basta escuchar “Niña imantada” para entender lo que digo).
Hace unas semanas han publicado su sexto disco que, tras un el sugerente nombre de “1999 (o cómo generar incendios de nieve con una lupa enfocando a la luna)”, nos vuelven a ofrecer un impecable álbum de pop en el que a lo largo de sus 14 canciones nos cuentan la historia de una pareja durante un año de tal manera que, si lo comparásemos con una película, cada tema seria una escena. Pero, aunque pueda verse el disco como una obra conceptual o una ópera rock, yo pienso que no lo es ya que cada canción tiene sentido por si misma y funciona al margen de la globalidad. Ya lo han hecho varias veces por lo que ni es casualidad ni son la gran esperanza del indie español. Son una realidad, y estamos, sin duda, ante uno de los discos del año, tal vez el que les dé el espaldarazo definitivo para que por fin sus caras aparezcan en todas las revistas por lo que son en este momento, el mejor grupo independiente del país.
Pero si hay algo por lo que creo que estos chicos de Barcelona merecerían estar en las portadas de todas las revistas y abriendo los telediarios es por que son los autores e la mejor canción de lo que va década. La primera vez que Martín se paso por casa para escuchar unos discos y charlar de música se trajo consigo “Maniobras de escapismo” y como no llegamos a ponerlo lo dejó sobre la mesa para que lo escuchara con calma... Y allí se tiró un par de semanas sin que le hiciera el menor caso hasta que un día que no sabia muy bien que me apetecía oír fue lo que acabó sonando... Desde el primer momento me quedé pillado con el disco y cada canción superaba la anterior por lo que una tarde aburrida y de desgana se convirtió en una fiesta, pero cuando llegó el corte 7 y empezó a sonar “Música de ascensores” me rendí definitivamente a sus pies y no pude seguir.
Durante el resto del día no hice otra cosa que escucharla una y otra vez (esa es una de las pocas ventajas del CD, que cuando te da por consumir compulsivamente una canción basta con apretar un botón) y, lejos de saturarme, cada vez me gustaba más y encontraba matices que antes no había percibido. Al final llamé a mi amigo para trasmitirle mi emoción, y acto seguido me metí en internet para descubrir todos los detalles sobre ese grupo que extrañamente se me había pasado por alto. Me enteré por ejemplo que, aunque era su cuarto disco, “Maniobras de escapismo” era el primero que grababan en castellano por lo que auto justifique diciéndome que como no suelo prestar demasiada atención a los artistas españoles que cantan en ingles era lógico que se me hubiesen escapado... Pero la realidad es que no había excusas. Love Of Lesbian llevaban casi diez años pululando por ahí sin que yo me enterase.
Es cierto que, una vez escuchados, los discos de su primera etapa no llegan al nivel de lo que hicieron posteriormente, pero de alguna manera todo estaba ya en ellos aunque no con la perfección que luego han llegado a conseguir. Además en su cambio al castellano han ganado que se puede entender lo que cantan con lo que todo el sarcasmo, sagacidad e ironía de Santi Balmes se hacen patentes hasta el punto de, a veces, llegar a lo hiriente... Con “Cuentos chinos para niños del Japón” no sólo se consolidaron como una de las bandas indies con más apoyo del publico y de la critica especializada, si no que además hicieron el mejor disco de 2007 (con permiso de “Avería y redención” de Quique González con el que empatan y que según el día se llevan el título unos u otros a los puntos) y confirmaron su capacidad para hacer obras de arte en forma de canción pop (basta escuchar “Niña imantada” para entender lo que digo).
Hace unas semanas han publicado su sexto disco que, tras un el sugerente nombre de “1999 (o cómo generar incendios de nieve con una lupa enfocando a la luna)”, nos vuelven a ofrecer un impecable álbum de pop en el que a lo largo de sus 14 canciones nos cuentan la historia de una pareja durante un año de tal manera que, si lo comparásemos con una película, cada tema seria una escena. Pero, aunque pueda verse el disco como una obra conceptual o una ópera rock, yo pienso que no lo es ya que cada canción tiene sentido por si misma y funciona al margen de la globalidad. Ya lo han hecho varias veces por lo que ni es casualidad ni son la gran esperanza del indie español. Son una realidad, y estamos, sin duda, ante uno de los discos del año, tal vez el que les dé el espaldarazo definitivo para que por fin sus caras aparezcan en todas las revistas por lo que son en este momento, el mejor grupo independiente del país.
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