miércoles, 8 de abril de 2009

La hisoria del rock a traves de sus portadas

Dentro de los libros de música lo habitual suele ser encontrarte con los que están repletos de información ya sea de un artista o un periodo concreto, las autobiografías, los de fotos y de vez en cuando aparecen algunos, como el que hoy recomiendo, que son pequeñas obras de arte para disfrutar una y mil veces. El destinatario final está claro que no es el gran público si no más bien la gente que rinde culto a un soporte como el vinilo. Y es que para ese público es tan importante el contenido como el continente, y de lo que se habla en el es precisamente de las carpetas que envuelven nuestros discos favoritos.

A través de unas 700 portadas y 240 páginas, agrupadas de forma cronológica y estilísticas, el libro es un viaje por la historia del rock desde el boom del blues inglés hasta casi nuestros días, repasando todos sus movimientos y tendencias y como han evolucionado las mismas a lo largo del tiempo. Durante años las portadas fueron consideradas como una parte más dentro de la globalidad de obra de arte que se consideraba un disco, y las discográficas y los artistas recurrían a los más reputados diseñadores, dibujantes, grafistas y fotógrafos buscando un primer impacto visual para el comprador que hiciese que lo que más desease en el mundo fuese llevarse a casa ese vinilo, aunque solo fuese por lo bonito que era por fuera.

Yo reconozco haber comprado muchas veces por lo sugerente de una portada o por que me parecía preciosa y me apetecía que formase parte de mi colección... Para gente así es este libro del que, como pega fundamental, podría decir que no está editado en tapa dura, que sus dimensiones, aunque se aproximan a las de un LP (26x25,8 frente al 31x31), se queden un poco cortas para poder guardarlos junto a los vinilos y un poco grande para hacerlo en una librería estándar, y que en algunos casos (aunque es inevitable que pase) la selección resulta un poco subjetiva, decantándose por trabajos más conocidas de un artista antes que por sus portadas más espectaculares.

En cualquier caso creo que merece la pena hacerse con una copia, ya que el precio está bien para este tipo de obras y resulta un placer poder repasar de un solo vistazo los grandes momentos del rock a través de su elemento más representativo y fácilmente identificable, la imagen y diseño de su carpeta.

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