Tengo previsto estar mañana en Madrid para ver el concierto que darán
Wilco en la capital y el miércoles contarlo en este blog, pero lo que no entraba ni de lejos en mis planes era hablar de ellos hoy. Todo ha cambiado cuando esta mañana me he encontrado en varios medios digitales con la noticia de la muerte de
Jay Bennett y, como consecuencia inevitable, he vuelto a ver la película documental de
Sam Jones “I
am trying to break your heart” en la que se recoge la grabación de “
Yankee Hotel
Foxtrot” (y como parte de ella la expulsión de
Jay de la banda tras 6 años y 5 discos junto a ellos).
No tengo la intención de hablar demasiado de esa etapa tan desagradable en la que rompió relaciones con
Jeff Tweedy, ni de los enfrentamientos con él que le llevaron a poner hace unas semanas una demanda por 50000$ contra el grupo por no haber cobrado los derechos de la película antes mencionada (y en la que salia mal parado dejando una imagen de tipo egocéntrico y músico ambicioso). Lo que si me gustaría decir es que me parece una pena que dos personas que trabajaron con una sintonía tan grande y lograron cambiar las reglas del
rock and roll norteamericano, hayan firmado un final tan triste que ya no tiene posibilidad de ser cambiado.
Cuando tras la grabación en 1995 de “
AM” el guitarrista
Brian Henneman anuncio que dejaba
Wilco, los chicos de
Tweedy se encontraron con la necesidad de contratar a otro. Su
road manager les recomendó que vieran a
Titanic Love Affair, una banda nueva que hacia un interesante e innovador
power pop y cuyo líder, además de tocar la guitarra, se sentaba
también ante los teclados, cosa que ninguno de ellos era capaz de hacer. La conexión de
Bennett con
Tweedy fue instantánea y su incorporación al grupo se produjo tan pronto como sus miembros dieron el visto bueno. En el primer disco que grabó con ellos (“
Being there” de 1996) su aportación se limitó a la de músico ya los temas estaban compuestos, pero su presencia empieza a
percibirse en algunos arreglos. A partir de ahí su peso específico dentro de la banda fue creciendo hasta convertirse en el perfecto e inseparable escudero que
Tweedy necesitaba para llevar a cabo su proyecto.
A lo largo de los siguientes años
reinventaron la música tradicional americana tomando su sonido como punto de partida pero sometiéndole luego a la experimentación e innovación. El
álbum en el que ya se ve una
aportación considerable fue “
Summerteeth” y para su grabación cambiaron la forma que tenían de trabajar hasta ese momento.
Tweedy y
Bennett se encerraron en el estudio para preparar y
musicar los textos de
Jeff y grabar todo tipo de instrumentos (
Jay los tocaba casi todos) y melodías que luego se incluirían sobre la base grabada por toda la banda (hasta ese momento habían grabado todos juntos en el estudio y sin apenas
postproducción). Casi todos los temas del disco están firmados a medias, y lo mismo sucedería en los dos volúmenes de “
Mermaid Avenue” (
infravaloraos dentro del global de su discografía pero muy recomendables e injustamente desplazados a un segundo plano) que grabaron junto a
Billy Bragg sobre letras de
Woody Guthrie.
El punto álgido de su colaboración con la banda llegó precisamente en el momento de su salida. Es coautor de la música de 8 de las canciones de “
Yankee Hotel
Foxtrot” y, si en ese momento pasó inadvertido para una gran mayoría, con el tiempo el disco se ha convertido en uno de los más firmes candidatos al mejor de la década (para mi, sin duda, lo es). Los enfrentamientos empezaron por algo aparentemente tan banal como los interludios entre tema y tema, y si se debía marcar la separación entre ellos o entrelazarlos con
ruiditos y melodía para que no quedase claro el final de uno y el inicio del siguiente. Otro elemento de discusión fue si
Jim O'
Rourke debía o no meter mano en las mezclas ante lo que
Bennett era contrario y el resto del grupo, tras escuchar una prueba con el “I
am trying to break your heart”, se decantaba por que lo hiciese.
Su
último concierto con Wilco fue el 4 de julio de 2001 en
Chicago, y muy cerquita de allí, en su casa de Urbana,
Illinois, falleció con apenas 45 años. El destino ha querido que el segundo
show (hoy
actúan en
Málaga) que den sus antiguos compañeros tras su desaparición sea en Madrid, por lo que cabe esperar (al menos seria bonito) que sea muy especial y suenen muchos de los temas que compuso junto a ellos y que, en gran medida, supusieron el despegue de
Wilco tanto a nivel de público como de críticas favorables hacia su obra. Por desgracia
Jay Bennett (que grabó 5 discos en solitario tras su salida) nunca podrá volver a rompernos el corazón...