Todavía, después de tantos años, aun no he encontrado una sola razón por la que los gurús de la prensa Indie consideran a Los Planetas como el prototipo de banda independiente y Los Piratas representan todo lo malo de la industria más comercial cuando, en mi opinión ambos, desde una multinacional, hacen del riesgo bandera más si cabe los segundos que los primeros… Es cierto que en lo musical los granadinos le daban mil vueltas a los vigueses cuando a finales de 1992 grabaron sus primeros trabajos (diciembre el “Medusa EP” y en octubre “Los Piratas”) pero, si en el último disco de la banda de J y Florent se reconoce en muchas cosas lo que eran hace 17 años, nadie que escuche “Relax” puede creerse que sea el mismo grupo que firmaba unos años antes su discos debut.
Pero no es mi intención comparar a los dos grupos ya que (junto con Los Rodríguez) creo que son los más interesantes surgidos en este país en los 90, pero lo que quiero reflejar es que a veces el encasillamiento hace (y me incluyo, ya que soy el primero que cae insistentemente en hacer bandera de los juicios de valor y en muchas ocasiones peco de injusto) que no se reconozca y valore un trabajo que, de tener la mente más abierta, se disfrutaría sin paliativos…
Y eso es lo que le ocurrió a los gallegos ya que, si bien su primer trabajo era un directo en el que desbordaban toda la pasión y fuerza que dan los 18 años y resulta un emotivo ejercicio de rock and roll sin paliativos (o casi ya que las baladas son ñoñas con unas letras demasiado simplonas y obvias), en el segundo (primero de estudio y grabado inmediatamente después) una deficiente producción, su inexperiencia y el intento de “Warner” de lanzarlos como un grupo de fans (en el peor de los sentidos) hicieron que perdiesen la credibilidad dentro de los ambientes “serios” y quedasen marcados para siempre en ciertos sectores de la prensa musical que nunca les perdonó sus errores de juventud.
Pero como no hay mal que por bien no venga, el intento salio rana, y con apenas 7000 copias vendidas fueron uno de los grandes fracasos comerciales de la multinacional esa temporada y probablemente eso fue lo que los salvó de ser un grupo de tantos que graban un par de discos, logran cierto éxito durante un par de temporadas y luego se los traga la tierra hasta la operación revival de turno. Pero a pesar de todo, debían haber caído en gracia a alguien ya que en lugar de ser expulsados (como sucedía con artistas con mejores resultados) les dieron una nueva oportunidad y una (aparente) libertad absoluta, y esta vez, por suerte para todos, supieron aprovecharla.
Para “Poligamia”, además de irse a grabar al sur de Francia (“Du Manoir” en Las Landas), contaron con la producción de Juan Luis Giménez que, lejos de arrastrarles por la senda que parecía querer marcarles la compañía (era miembro de “Presuntos Implicados”, uno de los grupos que más vendían en ese momento), les abrió los ojos y las mentes y les animó desde el primer día a probar cosas y a asumir riesgos de todo tipo siempre y cuando fuesen para enriquecer la canción y dotarla de un algo que la hiciese diferente de lo que en ese momento se podía escuchar en la radio o la televisión (salvo honrosas excepciones, mucha basura).
Además de un par de potentes singles (“Promesas” y “Los mundos de Wayne”) y media docena de grandes temas, por primera vez introdujeron arreglos electrónicos, loops, algunas bases programadas, distorsiones, samplers y todo tipo de trucos de sonido (algunos algo rudimentarios) que revitalizaron totalmente los temas y sobre todo les mostró un camino desconocido para ellos pero por el que desde ese mismo momento decidieron que querían transitar por la multitud de alternativas que les ofrecia.
Pero, a pesar de las buenas críticas que algunos medios empezaban a hacerles, de conseguir que empezasen a contratarles con cierta asiduidad (casi siempre como teloneros) y de que poco a poco se les empezase a unir un grupo de fans (no groopies) que se autodenomiban “fieles” (como si se tratasen de seguidores de una religión y no de una banda de rock) por su lealtad sin fisuras y compromiso con ese universo que estaban empezando a crear, no llegaron a 20000 copias lo que provocó cierto desencanto por no encontrar un reconocimiento que se les antojaba justo por la calidad del trabajo realizado.
Esa sensación se incrementó después del soberbio “Manual para los fieles” (para muchos, entre los que no me incluyo, su mejor disco) que recibió el aplauso casi unánime de la crítica pero tampoco cubrió las expectativas de ventas por lo que la compañía se planteó un recopilatorio de tal manera que, tal vez juntando todos sus grandes temas y algún reclamo para los fieles (las típicas versiones en directo, remezclas, algún inédito…) por fin consiguieran despegar en ventas y dejar de ser la eterna promesa del rock español…
La gira “Fin de la primera parte” (que muchos creyeron que era la de despedida por que la falta de ventas les hacia arrojar la toalla) se inicio en Bilbao el 14 de enero de 1999 por lo que cuando aterrizaron en “La Riviera” el 30 de abril estaban lo suficientemente rodados y motivados (la sala estaba llena) para dar uno de sus conciertos más memorables (y eso que su nivel en directo estaba muy por encima de media, y yo que les he visto bastantes veces no les recuerdo uno malo). Además, y como prueba de su implicación con los fieles, un tiempo después lo colgaron para ser descargado de su web para disfrute de todos. Con el tiempo, y debido a que la duración rondaba los 90 minutos y no cabía en un CD convencional, en otros lugares le he visto sin los últimos cuatro temas, aunque yo (por que es así como lo tengo) para respetar el original, reproduzco integro.
Los pasos posteriores de Alfonso Román, Hal 9000, Iván Ferreiro, Pablo Alvarez y Paco Serén (formación que se mantuvo inalterable) hasta su fin definitivo fueron, si cabe, más arriesgados todavía, logrando que con cada uno de ellos, al mismo ritmo que se aproximaban a la perfección lo hacían también hacia su perdición… Pero eso, supongo, ya lo trataremos más adelante…
Título del bootleg: Riviera ‘99
Lugar y fecha: “La Riviera”, Madrid, 30 – Abril – 1999
Listado de canciones:
01 – Intro
02 – Antinatural
03 – Comarcal al infierno
04 – Reality show
05 – La canción de la tierra
06 – “M”
07 – Hoy por ayer
08 – Mi coco
09 – Vacío
10 – Tan fácil
11 – El viaje sideral del pequeño saltamontes
12 – Promesas que no valen nada
13 – Fecha caducada (intro)
14 – Fecha caducada
15 – Condenado
16 – Mi tercer pie (intro)
17 – Mi tercer pie
18 – Te echaré de menos
19 – My way
20 – Mi matadero clandestino
21 – El mundo de Wayne
Pero no es mi intención comparar a los dos grupos ya que (junto con Los Rodríguez) creo que son los más interesantes surgidos en este país en los 90, pero lo que quiero reflejar es que a veces el encasillamiento hace (y me incluyo, ya que soy el primero que cae insistentemente en hacer bandera de los juicios de valor y en muchas ocasiones peco de injusto) que no se reconozca y valore un trabajo que, de tener la mente más abierta, se disfrutaría sin paliativos…
Y eso es lo que le ocurrió a los gallegos ya que, si bien su primer trabajo era un directo en el que desbordaban toda la pasión y fuerza que dan los 18 años y resulta un emotivo ejercicio de rock and roll sin paliativos (o casi ya que las baladas son ñoñas con unas letras demasiado simplonas y obvias), en el segundo (primero de estudio y grabado inmediatamente después) una deficiente producción, su inexperiencia y el intento de “Warner” de lanzarlos como un grupo de fans (en el peor de los sentidos) hicieron que perdiesen la credibilidad dentro de los ambientes “serios” y quedasen marcados para siempre en ciertos sectores de la prensa musical que nunca les perdonó sus errores de juventud.
Pero como no hay mal que por bien no venga, el intento salio rana, y con apenas 7000 copias vendidas fueron uno de los grandes fracasos comerciales de la multinacional esa temporada y probablemente eso fue lo que los salvó de ser un grupo de tantos que graban un par de discos, logran cierto éxito durante un par de temporadas y luego se los traga la tierra hasta la operación revival de turno. Pero a pesar de todo, debían haber caído en gracia a alguien ya que en lugar de ser expulsados (como sucedía con artistas con mejores resultados) les dieron una nueva oportunidad y una (aparente) libertad absoluta, y esta vez, por suerte para todos, supieron aprovecharla.
Para “Poligamia”, además de irse a grabar al sur de Francia (“Du Manoir” en Las Landas), contaron con la producción de Juan Luis Giménez que, lejos de arrastrarles por la senda que parecía querer marcarles la compañía (era miembro de “Presuntos Implicados”, uno de los grupos que más vendían en ese momento), les abrió los ojos y las mentes y les animó desde el primer día a probar cosas y a asumir riesgos de todo tipo siempre y cuando fuesen para enriquecer la canción y dotarla de un algo que la hiciese diferente de lo que en ese momento se podía escuchar en la radio o la televisión (salvo honrosas excepciones, mucha basura).
Además de un par de potentes singles (“Promesas” y “Los mundos de Wayne”) y media docena de grandes temas, por primera vez introdujeron arreglos electrónicos, loops, algunas bases programadas, distorsiones, samplers y todo tipo de trucos de sonido (algunos algo rudimentarios) que revitalizaron totalmente los temas y sobre todo les mostró un camino desconocido para ellos pero por el que desde ese mismo momento decidieron que querían transitar por la multitud de alternativas que les ofrecia.
Pero, a pesar de las buenas críticas que algunos medios empezaban a hacerles, de conseguir que empezasen a contratarles con cierta asiduidad (casi siempre como teloneros) y de que poco a poco se les empezase a unir un grupo de fans (no groopies) que se autodenomiban “fieles” (como si se tratasen de seguidores de una religión y no de una banda de rock) por su lealtad sin fisuras y compromiso con ese universo que estaban empezando a crear, no llegaron a 20000 copias lo que provocó cierto desencanto por no encontrar un reconocimiento que se les antojaba justo por la calidad del trabajo realizado.
Esa sensación se incrementó después del soberbio “Manual para los fieles” (para muchos, entre los que no me incluyo, su mejor disco) que recibió el aplauso casi unánime de la crítica pero tampoco cubrió las expectativas de ventas por lo que la compañía se planteó un recopilatorio de tal manera que, tal vez juntando todos sus grandes temas y algún reclamo para los fieles (las típicas versiones en directo, remezclas, algún inédito…) por fin consiguieran despegar en ventas y dejar de ser la eterna promesa del rock español…
La gira “Fin de la primera parte” (que muchos creyeron que era la de despedida por que la falta de ventas les hacia arrojar la toalla) se inicio en Bilbao el 14 de enero de 1999 por lo que cuando aterrizaron en “La Riviera” el 30 de abril estaban lo suficientemente rodados y motivados (la sala estaba llena) para dar uno de sus conciertos más memorables (y eso que su nivel en directo estaba muy por encima de media, y yo que les he visto bastantes veces no les recuerdo uno malo). Además, y como prueba de su implicación con los fieles, un tiempo después lo colgaron para ser descargado de su web para disfrute de todos. Con el tiempo, y debido a que la duración rondaba los 90 minutos y no cabía en un CD convencional, en otros lugares le he visto sin los últimos cuatro temas, aunque yo (por que es así como lo tengo) para respetar el original, reproduzco integro.
Los pasos posteriores de Alfonso Román, Hal 9000, Iván Ferreiro, Pablo Alvarez y Paco Serén (formación que se mantuvo inalterable) hasta su fin definitivo fueron, si cabe, más arriesgados todavía, logrando que con cada uno de ellos, al mismo ritmo que se aproximaban a la perfección lo hacían también hacia su perdición… Pero eso, supongo, ya lo trataremos más adelante…
Título del bootleg: Riviera ‘99
Lugar y fecha: “La Riviera”, Madrid, 30 – Abril – 1999
Listado de canciones:
01 – Intro
02 – Antinatural
03 – Comarcal al infierno
04 – Reality show
05 – La canción de la tierra
06 – “M”
07 – Hoy por ayer
08 – Mi coco
09 – Vacío
10 – Tan fácil
11 – El viaje sideral del pequeño saltamontes
12 – Promesas que no valen nada
13 – Fecha caducada (intro)
14 – Fecha caducada
15 – Condenado
16 – Mi tercer pie (intro)
17 – Mi tercer pie
18 – Te echaré de menos
19 – My way
20 – Mi matadero clandestino
21 – El mundo de Wayne
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