lunes, 21 de septiembre de 2009

Rasputín en la plaza roja

No habrá revolución,
es el fin de la utopia,
se suicidó la ideología…
(El muro de Berlín – Joaquín Sabina, 1990)


Pobre Cuba… Para esto no se hizo la revolución…

No seré yo el que juzgue si todo el montaje que se ha hecho en La Habana para el concierto “Paz sin fronteras” (que se celebró anoche) es apropiado o no y tiene una utilidad real. Tal y como andan las cosas en la isla quizá habría sido más conveniente destinar el dinero a otros menesteres o al menos que los intervinientes le hubiesen echado huevos al asunto, poniendo sobre el tapete algo más que declaraciones vacías de contenido y mojándose un poquito (ya sea contra del gobierno de Raúl Castro por mantener la dictadura o de la oposición de Miami por ser el exilio más rastrero y miserable que ha existido nunca) en lugar de quedarse en lo políticamente correcto para no molestar a nadie.

Creo en todo caso que la intención Juanes (promotor del evento) era buena y que realmente trataba de tender lazos entre ambas partes, aunque al final me temo que todo se ha desvirtuado en parte por la mala fe de las partes implicadas (la disidencia presionando y amenazando a los artistas, y el gobierno cubano poniendo pegas e intentando imponer su criterio), pero también por que alguien ha asesorado mal al artista colombiano y en mi opinión la selección de ciertos invitados ha perjudicado a la credibilidad del acto.

Repito que no se quien fue el que aconsejo al promotor, pero la presencia de un personaje tan oscuro, siniestro y retorcido como Víctor Manuel San José me hace pensar que alguien no muy bien intencionado anda detrás… Y es que palabras como “sin ánimo de lucro” o “desinteresado”, que se han utilizado para referirse al evento, carecen de sentido y son imposibles si él está merodeando por ahí, ya que en los últimos lustros si en algo se ha especializado es precisamente en lo contrario.

La verdad es que sea cual sea la razón por la que se ha colado entre el elenco de músicos (en general respetables y con una trayectoria intachable en lo ético y lo artístico), a mi la sensación que me da es que la sociedad de autores españoles le ha enviado para asegurarse que sus intereses no se ven pisoteados y que la parte que le corresponde es cobrada con la diligencia debida, como por otro lado sucede en todo tipo de conciertos benéficos que se celebran dentro de nuestras fronteras.

Y ¿que queréis que os diga?... Me resulta difícil creer que cuestiones musicales (nadie recuerda la última vez que editó un disco con alguna canción decente o que alguien pagase un euro por ir a verle) o ideológicas (de todos es sabido que es un pesetero que solo se mueve si puede sacar algún beneficio de ello) sean las que le han llevado hasta la plaza roja de la revolución, por lo que es inevitable pensar en que hay algo más detrás de esa elección. Llamadme conspiranoico o lo que os de la gana, pero no me trago que una persona que hace bandera del revanchismo y que cada vez que habla escupe odio y rencor hacia cualquiera que no está de acuerdo con él o le lleva la contraria, de repente y por arte de magia se transforme en el representante español de la paz y la buena voluntad…

¿Cuando tuvo ese sentimiento este señor por última vez? ¿Cuándo pide la excomunión, la cárcel y la expulsión del país (matizo que es una exageración literaria que me permito y que esas palabras no han salido textualmente de su boca) a todo aquel que se descarga música sin pagar de internet? Agradecería que alguien me recordase una entrevista en los últimos años en la que no diese la sensación de que estaba cabreado con el mundo y de que todos le debíamos algo, pero me temo que no la encontraré...

Tal vez todo haya sido un último intento de lavar (no creo ya que vive convencido de su infalibilidad y de que la razón le acompaña por lo que no tiene nada de lo que arrepentirse ni corregir) o relanzar su imagen, pero dudo que hubiese alguien en la plaza a quien le importase lo más mínimo lo que tuviese que de decir ni que cantar, y ante la indiferencia generalizada que se ha ganado poco más habría que añadir…

También estuvo Bosé, otro paradigma patrio del ordeño masivo e indiscriminado de la vaca musical, pero como su presencia tiene al menos una explicación (amistad con Juanes, prestigio en Latinoamérica, tirón comercial…) por hoy lo dejaré estar…

Ni soy cubano y ni he sufrido ni la represión de un estado ni el abandono y maltrato de mis conciudadanos en el exilio. No he pasado hambre ni necesidades de ningún tipo, y tal vez me merezca un castigo por la frivolidad que voy a decir ahora. Pido perdón de antemano y espero que se tome como un guiño humorístico aunque lo último que sea el tema es precisamente algo gracioso… Pero mis queridos cubanos, si esto es lo que os va a traer el fin del embargo…

Un beso, un abrazo y, aunque en este mundo sea imposible e inviable, viva la revolución…

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