viernes, 4 de septiembre de 2009

El cambio de acera de los Beatles

Uno de los aniversarios que se produjeron a lo largo del mes de agosto fue el de los 40 años de la famosa sesión del fotos en la que los Beatles cruzaron varias veces el paso de cebra que había delante de los estudios de Apple en Abbey Road para la cubierta del que a la postre seria el último disco que grabaron juntos. Resulta curioso ver con la perspectiva que da el tiempo como a veces la casualidad (en este caso la decisión de elegir una u otra instantánea para una portada) es capaz de alterar la historia o crear mitos y leyendas donde en realidad todo lo que sucede es exclusivamente fruto del azar. Y si de esto queremos encontrar un claro ejemplo dentro del rock (con todo lo que generó y los ríos de tinta que corrieron) esta imagen es una de las muestras más claras que a bote pronto se me vienen a la cabeza.

Con la publicación del disco, y una vez conocida su portada, las teorías de que Paul había muerto en un accidente el 2 de noviembre de 1966 se dispararon y la base de las mismas se encontraba (además de otras pistas que se habrían ido dejando a lo largo de los años) en esa foto de los cuatro la calle. En ella se verían varias evidencias como a McCartney cruzando descalzo, con el paso cambiado, fumando con la mano derecha (cuando el era zurdo) y los ojos cerrados, pero es que además la matricula del coche que aparece aparcado es “28 IF” (28 SI, la edad que tendría en el caso de estar vivo) seguido de “LMW” (Linda McCartney Weeps). En realidad la imagen reprensaría una procesión funeraria en la que John de blanco seria el cura, George con vaqueros el enterrador y Ringo de negro simbolizaría a los familiares y amigos.

Pero si a esas pruebas le sumamos el bajo de tres cuerdas con la apariencia a una corona mortuoria del “Sargent Pepper’s”, el bombo con la inscripción “Love the 3 Beatles” y la rosa negra que llevaba Paul (los otros tres la llevaban roja) del “Magical mistery tour” y un puñado de canciones con dobles lecturas y mensajes ocultos si se reproduce el disco al revés (“Revolution Nº9” y “I’m so tired” en el álbum blanco, “A day in a life” del “Pepper’s”, el single “Stramberry fields forever” o el “I’m the walrus” en el propio “Abbey road”) la conclusión para muchos no puede ser distinta a que un doble había sustituido a Paul y alguien próximo quería que todo el mundo lo supiera y acabar por fin con el engaño.

Es difícil de imaginar y creer que un periodo como el que fue de 1966 a 1969 en el que Paul llevó el peso de la banda ante la desidia cada vez mayor de John (directamente proporcional con la influencia cada vez mayor de Yoko Ono en el cantante) y crearon alguno de sus mejores trabajos, fuese obra de un doble que además del parecido físico habría tenido que tener, como mínimo, el mismo talento que el original. El propio Lennon lo dejó claro al poco de aparecer el disco con un argumento tan sencillo como real “Paul McCartney no podía morirse sin que el mundo lo supiera. Igual que no podía casarse sin que el mundo lo supiera. Es imposible, no puede irse de vacaciones sin que el mundo lo sepa. Es una locura, pero es una publicidad excelente para Abbey Road”

La serie de fotos que a continuación aparecen (y que tomó Ian Mcmillan una calurosa tarde de agosto en apenas media hora) son la última prueba de que el papel de la casualidad a veces es más importante de lo que nos creemos ya que, si bien la portada fue la que fue con todas las connotaciones posteriores que ya he relatado, perfectamente podría haber sido otra en la que Paul no fumaba, ni llevaba el paso cambiado, tenia los ojos abiertos y protegía sus pies con unas sandalias… Y entonces muchas cosas habrían sido también distintas…






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