martes, 29 de septiembre de 2009

Nebraska (Bruce Springsteen)

No es necesario que diga, como ya he demostrado en este mismo blog, que no creo en absoluto que el señor Springsteen sea digno de todo lo bueno que se dice y escribe de él y que todo lo que le rodea es un castillo de fuegos artificiales del que una vez que han explotado sólo queda el olor a pólvora pero nada tangible que echarse ni al bolsillo ni a la memoria… Pero toda regla tiene su excepción y la de Bruce se llama “Nebraska” (y en menor medida el también imprescindible “The ghost of Tom Joad”) que supuso un relativo fracaso comercial pero que le devolvió el crédito ante los que pensaban que ese chico tenia un don especial (ya se sabe que durante años se le vendió como el nuevo Dylan, aunque al final se ha tenido que conformar con ser una copia mala y comercial)

Por desgracia esas expectativas artísticas no se cumplieron (si las de Landau y la de todos los que a su alrededor pensaban en como llenar los bolsillos), pero en aquel momento parecía que aun había esperanza para él, y lo consiguió gracias a que por una vez se dejó llevar por las entrañas e hizo lo que quería hacer. Todo comenzó a mediados junio de 1981 cuando decidió tomarse una vacaciones tras la gira de presentación de “The river” y empezó a leer cosas sobre las consecuencias que había provocado la guerra del Vietnam en los veteranos (para los que ofreció varios conciertos para recaudar fondos) y también sobre la crónica negra de la América profunda.

Lo que Bruce se encontró fueron historias, no de desheredados que sueñan con un futuro mejor y que buscan una salida (y que conocía bien por que ya los había cantado), si no de perdedores a los que ya no les queda nada y cuya única salida para huir de la cotidianidad y de una inevitable muerte en vida es tirar hacia adelante llevándose por delante todo lo que se interpone en su camino, incluida familia y amigos. Dicen que Bruce andaba atravesando un estado de depresión que, unido a esas lecturas, dio como resultado una serie de composiciones marcadas por un claustrofóbico intimismo ideal para realzar las historias descarnadas que deseaba contar y en las que buceaba en los aspectos más oscuros e íntimos (su estricta doble moral, una ética que no era tal…) de su país.

Por tal motivo hizo instalar en una granja que había alquilado para encerrarse y aislarse del mundo una grabadora de ocho pistas en la que el 3 de enero de 1982 grabó las maquetas del que pretendía que fuese un nuevo disco junto a la E Street Band. Lo hizo acompañado de su guitarra y una armónica y, aunque luego añadió una segunda guitarra y algunas voces, la grabación se caracteriza por la austeridad que quería transmitir a sus compañeros una vez que se pusiesen a trabajar todos juntos en las canciones. Cuando ese momento llegó Bruce se dio cuenta que, aunque temas como “I’m on fire” o “Born in the USA” (la version que aparece en el "Tracks" es desgarradora) más o menos funcionaban con la banda, el resto no lo hacían y tras varias sesiones en las que probaron de todo, Springsteen, Landau y Van Zandt (el equipo de producción habitual) decidieron que las canciones demandaban sencillez y que como tal había que tratarlas.

Tomada la decisión Bruce entro en el estudio para empezar a grabar el solo con el apoyo mínimo de algún otro músico, pero a pesar de que la cosa mejoró un poco y consiguieron resultados parcialmente satisfactorios, estos no llegaban a colmar las aspiraciones del cantante que no lograba reproducir el ambiente asfixiante y fantasmal de las primeras maquetas en las que se encontraba la esencia de lo que deseaba transmitir. Fue entonces cuando decidieron entregar las cintas originales grabadas en el en ocho pistas al ingeniero de sonido Chuck Plotkin para que limpiara los ruidos de fondo, los chasquidos y la suciedad de las cintas para hacerla comerciales y audibles para una edición profesional. El trabajo fue arduo debido a que los medios de la época no eran los de ahora, pero finalmente Columbia dio el visto bueno y el 20 de septiembre de ese 1982 el disco se encontraba en las tiendas

Las ventas, como era de esperar no alcanzaron las cotas de los anteriores trabajos del artista a pesar de alcanzar el número cuatro durante la primera semana debido, fundamentalmente, a las expectativas que ya en ese momento generaba un nuevo trabajo del Boss. La decepción entre sus seguidores fue grande ya que el rock clásico (no había ni batería ni bajo, y los solos de saxofón eran eliminados en favor de una guitarra que parecía llorar) desaparecía completamente y en su lugar hacia acto de presencia un género en el que se mezclaba el folk y el country con algunos toques rock y la canción de autor (y que con el tiempo derivaría en lo que hoy se conoce como “Americana”).

Lo que si que fue unánime fue la reacción de la crítica que aplaudió el trabajo y vio en el además de una vuelta de tuerca estilística y creativa que le colocaba donde se esperaba que se situase desde el principio, una toma de postura ante la ola de patriotismo maniqueo y de salón que se estaba instalando en Estados Unidos con Reagan de presidente. El en su lugar canta a la América olvidada, esa que debe pagar los platos rotos de ese orgullo patrio sin sentido y desmedido para después abandonarla en la cuneta y sustituirla por otra que no recuerde lo que se desea olvidar.

Un par de años después “Born in the USA” le devolvería al estrellato galáctico con parecido mensaje (menos crudo y más asumible por la gran mayoría) pero con distinto ropaje. Con los años “Nebraska” se vería enterrado entre el reconocimiento de sus trabajos anteriores (“Born to run”, The river”, “Darkness on the edge of town”) y los posteriores (el ya mencionado “Born in the USA”, “Live 1975-85”, “Tunnel of love”…), aunque para mi nunca superó la magia, sentimiento, verdad y emoción de este trabajo que es su obra maestra y que por desgracia para casi todo el mundo se encuentra donde habita el olvido…

Título: Nebraska
Producción: Bruce Springsteen
Grabado en: Su casa con un ocho pistas
Editado por: COLUMBIA en 1982
Canciones:
Cara A
- Nebraska
- Atlantic City
- Mansion on the hill
- Johnny 99
- Highway patrolman
Cara B
- State trooper
- Used cars
- Open all night
- My father's house
- Reason to believe

lunes, 28 de septiembre de 2009

El viaje intimo de Extremoduro

Para estar al día en esto de la música tan importante es buscar uno mismo entre la infinidad de propuestas que copan el mercado (y ahora la red de redes), como dejarse asesorar y recomendar por la gente que te rodea y de cuyo criterio te fías. No soy seguidor de Extremoduro, pero cuando hace 17 añitos Luis “Bendito” puso en el radiocasete de mi coche una cinta de la banda de Robe he de reconocer que me impactó, y que en muy poco tiempo me hice con todo lo que habia grabado (por supuesto me lo grabé ya que en esos momentos mi economía de estudiante universitario no daba para muchos dispendios, y los hacia eran en cosas que realmente me merecieran la pena).

Unos años más tarde, cuando acababan de publicar el fantástico “Agila” (para mi su obra cumbre no superada hasta ahora), otro de mis asesores musicales (el gran Lucas) se presentó en mi casa con la cinta de un nuevo grupo que acababa de descubrir y que era lo mejor que había escuchado en años. No me dijo más y me pidió que la pusiese inmediatamente mientras se sentaba en un sillón que había en mi habitación frente al equipo de música así que, dada su insistencia, hice lo que me decía… Y me encontré con el mismo disco que en circunstancias similares pero un par de semanas antes, Luis me había puesto y que empezaba con eso de “Salgo a pasear por dentro de mi, veo paisajes que de un libro de memoria me aprendí…”

Esa tarde Lucas salio de casa con las cintas en las que estaban “Rock transgresivo”, “Somos unos animales”, “Deltoya”, “¿Dónde están mis amigos?” y “Pedrá”, y ni que decir tiene que nunca las recuperé. He estado años sin escuchar nada de aquella primera época (hasta hace no demasiado que me lo descargue y lo machaque durante unas semanas para reconfirmar que sin estar mal no es lo mío a pesar de tener algún himno imperecedero) y de lo que iba publicando me he ido conformando con audiciones superficiales de las que sacaba algún tema que me llamaba la atención para mis recopilaciones y poco más… En cualquier caso, y dado que hoy aparece publicado el primer libro de Roberto (así aparece en la cubierta) Iniesta, es un buen momento para recordar esos primeros años de vida del grupo hasta que en 1996 traspasaron las fronteras de la independencia para llegar hasta lo más alto, incluso, de los 40 principales…

Y es que la historia de Extremoduro es sin duda la de su cantante y guitarrista Roberto “Robe” Iniesta, y comenzó hacia 1987 en el pueblo cacereño de Plasencia. Tras un inicio dubitativo en el que no acaban de arrancar y un parón en el que decide reestructurar la banda, se incorporan a la formación Salo y Luis “von Fanta”, y los tres empiezan a preparar los temas que irían en su primera maqueta. Ante la dificultad para grabarla deciden vender papeletas entre amigos y conocidos al precio de mil pesetas (6 euros) que cambiarían por una copia de la misma una vez grabada. Gracias a las 250 que venden en enero de 1989 entran en los estudios “Duplimatic” y salen con 1000 copias de una demo que titulan “Rock transgresivo” y en la que ya aparecen himnos de la banda como “Extremaydura” o “Jesucristo García”.

Gracias al tercer puesto alcanzado en edición nacional del Trofeo Yamaha, la discográfica “Avispa Music” se fija en ellos y decide grabarles su primer disco que llevaría por título “Tú en tu casa, nosotros en la hoguera”. La grabación se produjo a mediados de año y además de los temas de la maqueta, se incluyó “Amor castúo” aunque al final debido a las prisas y pocos medios el grupo quedó bastante descontento con el resultado y en 1994 fue remezclado y regrabado (se incluyeron tres temas) parcialmente para ser publicado de nuevo bajo el mismo nombre que en su momento llevó la maqueta (es decir “Rock transgresivo”). Estas deficiencias sonoras al menos les sirvieron para darse cuenta de que necesitaban reforzarse con un nuevo miembro que les diese consistencia en directo, y así fue como fichan a Carlos “el Sucio” para hacerse cargo del bajo.

Hasta 1991 no se plantean grabar su segundo disco tras haber rodado hasta la extenuación con su debut, pero problemas de dietas y las pocas expectativas de futuro de “Avispa” les hace romper su contrato y firmar por “Pasión-Area Creativa” (donde ese mismo año publican Antonio Vega “No me iré mañana” y Los Rodríguez “Buena suerte”, dos de los grandes discos de la década). Con ellos graban “Somos unos animales” que cuenta con la colaboración de Rosendo y sale a la venta en Julio, justo antes de la gira de verano que acaba convirtiéndose en un éxito (auque los problemas con la heroína empiecen a hacer estragos e intercalen grandes actuaciones con otras desastrosas) y les lleva a vender el suficiente numero de discos para que DRO se fije en ellos y les lleve a finales de ese año.

El sello, que había surgido en los 80 con vocación de independiente, está en pleno proceso de absorción por parte de “Warner” cuando Extremoduro” entra a engrosar su cartera de clientes por lo que de repente Robe y sus chicos se encuentran formando parte de una multinacional que está dispuesta no solo a confiar en ellos si no también a darles libertad absoluta (a pesar de todo se mantiene como un subsello con cierta autonomía). Lo primero que hacen es publicar el doble (en vinilo ya que en CD era sencillo) “Deltoya” en el que cuentan con la colaboración de algunos ilustres (por ejemplo Ariel Rot) y, aunque surge como un proyecto al margen de la banda ya que está compuesto casi en su totalidad por poemas musicados de Kiko "Luna Creciente", Tomás Rodríguez y Manolo Chinato, al final las presiones de DRO hacen que salga bajo el nombre del grupo

El año 1993 es el de los cambios ya que, despues una gira desastrosa llena de desencuentros (con la heroína como gran protagonista) y tras haber grabado tres discos juntos, el batería Luis “von Fanta”, el bajista Carlos “el Sucio” y el guitarrista Salo dejan la formación y su puesto lo ocupan Jorge “el Moja” (batería), Eugenio (guitarra) y Ramón Sogas “Mon” (bajo) con los que en otoño graba “¿Dónde están mis amigos?” que aparecerá publicado antes de que acabe el año. Antes, en el mes de agosto, había grabado un proyecto experimental de media hora de música sin cortes en compañía de Iñaki “Uoho” Antón (entonces guitarrista de Platero y Tú), Dieguillo (bajista de Cicatriz), Gary (batería de Quattro Clavos) y Selu (de Reincidentes) que, de entrada, la compañía se niega a publicar y que recibe el nombre de “Pedrá”.

Al año siguiente, además de girar presentando su cuarto disco de estudio, se reedita el primero con la inestimable ayuda de “Uoho” y en 1995 ademas de hacer lo mismo con el segudo, por fin consigue que DRO de luz verde a la publicación de “Pedrá” aunque de nuevo le toque bajarse los pantalones y hacerlo bajo el paraguas de la banda. Además en plena gira (de nuevo con la droga en ojo del huracán sumado a ciertos temas relacionados con el reparto del dinero debido a que Robe se niega a que los músicos que le acompañaban reciban el mismo porcentaje que él por ser el único miembro que lleva más de un disco en el grupo) se produce una desbandada de la que solo se salva Ramón Sogas, así que recurre a los músicos con los que grabó “Pedrá” (al fin y al cabo es el disco que estaba presentando) hasta que encuentra los sustitutos adecuados a los recien fugados.

Al final se decanta por Alberto “Capi” Gil (batería) e Iñaki “Milindris” Setién (guitarra), que participarían ya en los últimos conciertos de la gira y con los que a principios de 1996 entra en los estudios para grabar el ya mencionado “Agila” que, con producción de Iñaki “Uoho” Antón e instrumentalizaciones hasta ese momento no incluidas en sus discos, se convierte en su trabajo con más éxito que hizo que todo el país supiese quien era Extremoduro. Desde entonces el viaje de Robe ha continuado hasta nuestros días (el año pasado publicó “La ley innata” que se colocó numero uno de ventas a pesar de ser publicado la misma semana que el “Death magnetic” de Metallica) con más gloria que pena y desde hoy además con un libro en el mercado que le hace trascender a lo meramente musical. En su web se pide que no se cuente de qué va para que así el lector lo disfrute más. Yo no lo haré (tengo demasiadas cosas pendientes) aunque al menos le tengo que agradecer que gracias a el he podido recordar como y cuando le descubrí ya que en circunstancias normales nunca hubiese encontrado un motivo para hacerlo…

domingo, 27 de septiembre de 2009

Madrid, 30 – Abril – 1999 (Los Piratas)

Todavía, después de tantos años, aun no he encontrado una sola razón por la que los gurús de la prensa Indie consideran a Los Planetas como el prototipo de banda independiente y Los Piratas representan todo lo malo de la industria más comercial cuando, en mi opinión ambos, desde una multinacional, hacen del riesgo bandera más si cabe los segundos que los primeros… Es cierto que en lo musical los granadinos le daban mil vueltas a los vigueses cuando a finales de 1992 grabaron sus primeros trabajos (diciembre el “Medusa EP” y en octubre “Los Piratas”) pero, si en el último disco de la banda de J y Florent se reconoce en muchas cosas lo que eran hace 17 años, nadie que escuche “Relax” puede creerse que sea el mismo grupo que firmaba unos años antes su discos debut.

Pero no es mi intención comparar a los dos grupos ya que (junto con Los Rodríguez) creo que son los más interesantes surgidos en este país en los 90, pero lo que quiero reflejar es que a veces el encasillamiento hace (y me incluyo, ya que soy el primero que cae insistentemente en hacer bandera de los juicios de valor y en muchas ocasiones peco de injusto) que no se reconozca y valore un trabajo que, de tener la mente más abierta, se disfrutaría sin paliativos…

Y eso es lo que le ocurrió a los gallegos ya que, si bien su primer trabajo era un directo en el que desbordaban toda la pasión y fuerza que dan los 18 años y resulta un emotivo ejercicio de rock and roll sin paliativos (o casi ya que las baladas son ñoñas con unas letras demasiado simplonas y obvias), en el segundo (primero de estudio y grabado inmediatamente después) una deficiente producción, su inexperiencia y el intento de “Warner” de lanzarlos como un grupo de fans (en el peor de los sentidos) hicieron que perdiesen la credibilidad dentro de los ambientes “serios” y quedasen marcados para siempre en ciertos sectores de la prensa musical que nunca les perdonó sus errores de juventud.

Pero como no hay mal que por bien no venga, el intento salio rana, y con apenas 7000 copias vendidas fueron uno de los grandes fracasos comerciales de la multinacional esa temporada y probablemente eso fue lo que los salvó de ser un grupo de tantos que graban un par de discos, logran cierto éxito durante un par de temporadas y luego se los traga la tierra hasta la operación revival de turno. Pero a pesar de todo, debían haber caído en gracia a alguien ya que en lugar de ser expulsados (como sucedía con artistas con mejores resultados) les dieron una nueva oportunidad y una (aparente) libertad absoluta, y esta vez, por suerte para todos, supieron aprovecharla.

Para “Poligamia”, además de irse a grabar al sur de Francia (“Du Manoir” en Las Landas), contaron con la producción de Juan Luis Giménez que, lejos de arrastrarles por la senda que parecía querer marcarles la compañía (era miembro de “Presuntos Implicados”, uno de los grupos que más vendían en ese momento), les abrió los ojos y las mentes y les animó desde el primer día a probar cosas y a asumir riesgos de todo tipo siempre y cuando fuesen para enriquecer la canción y dotarla de un algo que la hiciese diferente de lo que en ese momento se podía escuchar en la radio o la televisión (salvo honrosas excepciones, mucha basura).

Además de un par de potentes singles (“Promesas” y “Los mundos de Wayne”) y media docena de grandes temas, por primera vez introdujeron arreglos electrónicos, loops, algunas bases programadas, distorsiones, samplers y todo tipo de trucos de sonido (algunos algo rudimentarios) que revitalizaron totalmente los temas y sobre todo les mostró un camino desconocido para ellos pero por el que desde ese mismo momento decidieron que querían transitar por la multitud de alternativas que les ofrecia.

Pero, a pesar de las buenas críticas que algunos medios empezaban a hacerles, de conseguir que empezasen a contratarles con cierta asiduidad (casi siempre como teloneros) y de que poco a poco se les empezase a unir un grupo de fans (no groopies) que se autodenomiban “fieles” (como si se tratasen de seguidores de una religión y no de una banda de rock) por su lealtad sin fisuras y compromiso con ese universo que estaban empezando a crear, no llegaron a 20000 copias lo que provocó cierto desencanto por no encontrar un reconocimiento que se les antojaba justo por la calidad del trabajo realizado.

Esa sensación se incrementó después del soberbio “Manual para los fieles” (para muchos, entre los que no me incluyo, su mejor disco) que recibió el aplauso casi unánime de la crítica pero tampoco cubrió las expectativas de ventas por lo que la compañía se planteó un recopilatorio de tal manera que, tal vez juntando todos sus grandes temas y algún reclamo para los fieles (las típicas versiones en directo, remezclas, algún inédito…) por fin consiguieran despegar en ventas y dejar de ser la eterna promesa del rock español…

La gira “Fin de la primera parte” (que muchos creyeron que era la de despedida por que la falta de ventas les hacia arrojar la toalla) se inicio en Bilbao el 14 de enero de 1999 por lo que cuando aterrizaron en “La Riviera” el 30 de abril estaban lo suficientemente rodados y motivados (la sala estaba llena) para dar uno de sus conciertos más memorables (y eso que su nivel en directo estaba muy por encima de media, y yo que les he visto bastantes veces no les recuerdo uno malo). Además, y como prueba de su implicación con los fieles, un tiempo después lo colgaron para ser descargado de su web para disfrute de todos. Con el tiempo, y debido a que la duración rondaba los 90 minutos y no cabía en un CD convencional, en otros lugares le he visto sin los últimos cuatro temas, aunque yo (por que es así como lo tengo) para respetar el original, reproduzco integro.

Los pasos posteriores de Alfonso Román, Hal 9000, Iván Ferreiro, Pablo Alvarez y Paco Serén (formación que se mantuvo inalterable) hasta su fin definitivo fueron, si cabe, más arriesgados todavía, logrando que con cada uno de ellos, al mismo ritmo que se aproximaban a la perfección lo hacían también hacia su perdición… Pero eso, supongo, ya lo trataremos más adelante…

Título del bootleg: Riviera ‘99
Lugar y fecha: “La Riviera”, Madrid, 30 – Abril – 1999
Listado de canciones:
01 – Intro
02 – Antinatural
03 – Comarcal al infierno
04 – Reality show
05 – La canción de la tierra
06 – “M”
07 – Hoy por ayer
08 – Mi coco
09 – Vacío
10 – Tan fácil
11 – El viaje sideral del pequeño saltamontes
12 – Promesas que no valen nada
13 – Fecha caducada (intro)
14 – Fecha caducada
15 – Condenado
16 – Mi tercer pie (intro)
17 – Mi tercer pie
18 – Te echaré de menos
19 – My way
20 – Mi matadero clandestino
21 – El mundo de Wayne

sábado, 26 de septiembre de 2009

Mira que cosas más lindas…

Hoy voy a recomendar una exposición que aún no he visto y que, a poco mal que se den las cosas, al final me acabaré perdiendo, pero creo por lo poco (o mucho ya que su contenido no me es en absoluto desconocido) que se de ella no debería perderse ningún amante de la música que pase por Madrid en el próximo mes. Antes de entrar en otras cosas diré que se puede visitar en “La Casa de América” (Plaza de Cibeles) hasta el próximo 25 de octubre de lunes a sábado entre las 11:00 y las 20:00 a excepción de los domingos y festivos cuyo horario es de 11:00 a 15:00.

Si has llegado hasta aquí es muy probable que te estés preguntando de qué leches estoy hablando. Si además sabes algo de las estrategias de comunicación para captar, en este caso, la atención del lector pensarás que soy un autentico inútil y que no tengo ni idea de cómo hacer que alguien que no tenga interés por lo que pueda decir, llegue al tercer párrafo en el que finalmente cuento que exposición es la que creo que resulta de lo más interesante… Bueno, pues con un desdén parecido a ese es el que yo siento cuando alguien pretende hacerme comulgar con ruedas de molino y venderme que el formato mp3, itunes o flac es el futuro de la música y que el soporte físico está condenado al fracaso.

No niego la comodidad pero, igual que en un texto hay que saber atraer al lector llevándotelo a tu terreno para que siga leyendo venciendo su pereza y comodidad para conseguir que llegue hasta el final, en un disco hay elementos que van más allá de códigos numéricos y los contenidos musicales que, por desgracia, se perderán cuando se convierta en algo con tiradas muy limitadas a fetichistas, coleccionistas y gente de mal vivir… Pues a uno de esos elementos que se perderán está dedicada esta exposición. que bajo el titulo “¡Mira que lindas!” recopila en torno a 450 portadas de discos diseñadas a lo largo y ancho de toda Hispanoamérica.

No descubro nada nuevo si digo que desde hace muchísimos años la portada de un disco es considerado un arte más que se entronca tan directamente con el contenido musical que, probablemente sin el, no habría alcanzado la inmortalidad. ¿Seria igual el primer disco de la Velvet sin el plátano de Warhol?, ¿Se podría considerar mítico el “Sargent Pepper’s” sin el collage que rodea a unos Beatles disfrazados de músicos?, ¿Habría sido el disco icono del punk “London calling” sin la imagen de Simonon destrozando su bajo?, ¿Y que decir de la también wharholiana bragueta para los Stones?...

El origen de esta historia está seguramente en el momento que Luis Alberto Spinetta dibujó y coloreó la cubierta del primer disco de Almendra creando un estilo particular que hasta ese momento había seguido las reglas anglosajonas más tradicionales a la hora de ilustrar la portada de un álbum. Desde entonces empieza a verse un nueva forma de entender el diseño de carpetas que evoluciona a la par que los movimientos musicales y los gustos de la juventud de cada momento viajando de la picodelia de finales de los sesenta al rock progresivo de los setenta para continuar hacia el germen del rock latino y la fiesta de los ochenta pero sin dejar de lado la influenza de las drogas y la situación política de muchos países lastrados y marcados por dictaduras que se ven contestadas con rebeldía e imaginación.

Todo esto se ve en la colección de portadas de esta exposición diseñadas por artistas de las grandes ciudades del continente (Santiago, Buenos Aires, México DF, Saõ Paulo, Bogotá, Caracas, Montevideo…) que no son ajenas a los desarrollos musicales y culturales que se producen a su alrededor y al que pretenden aportar su propia visión de la iconografía rock gracias, sin duda, a una enorme creatividad a la altura de las más destacadas de todo el mundo. Basta con acercarse a la sala “Frida” de la madrileña “Casa de América” para disfrutar con un paseo por la historia de la música y del arte latinoamericano… En mis planes está hacerlo el 18 de octubre aprovechando una inexcusable visita al foro para esa fecha. ¿Podré hacerla al final?

Espero que así sea y poder estar aquí para contarlo…

viernes, 25 de septiembre de 2009

Los días de vinagre y rosas de Joaquín Sabina

No se si aquí lo habré dicho alguna vez, pero mi artista nacional favorito (y por mucho que los Vegas, González, Ferreiros, Chaouens, Urquijos, Calamaros y Rots, Jotas, Bunburys, Lapidos o Vetustas se lleven actualmente más horas de mi tiempo) es, sin ninguna duda, Joaquín Sabina. Nuestra relación viene de muy atrás y casi nunca me ha defraudado por lo que supongo que ahora, que los dos somos más viejos (y probablemente él más exigente con su trabajo que yo con mi opinión hacia el mismo) ninguno está por la labor de que esa situación cambie.

Han pasado ya más de cuatro años del “Alivio de luto” y tres desde mi/su ultima visita a Las Ventas, y la verdad es que ya apetece echarse a la boca y al oído su nuevo disco que, por lo que contaba Panchito Varona en su blog hace exactamente una semana está recién concluido y listo para entrar en las máquinas. Supongo que todavía nos tocará esperar un par de meses (aun no hay fecha para su publicación) pero seguro que a más tardar para la campaña de navidad lo tendremos entre las manos.

Lo que ya están a la venta son las entradas para su concierto en el estadio de Boca Juniors en Buenos Aires de 20 de enero de 2010, aunque no me extrañaría que antes de volver a España para iniciar su gira por pequeños recintos primero y otros más grandes después, regalase alguna fecha más allende los mares… Por mi parte yo le esperaré en septiembre, espero que de nuevo junto a Lucas, para abrirle la puerta grande de Madrid…

Dejo para los interesados un video en el que aparece un tema que Sabina ha dedicado al poeta Angel González (escrito a medias con Benjamín Prado) y que interpretó en el programa “Hoy por hoy” de la Cadena SER el 19 de mayo de este año (la foto que encabeza este texto pertenece a ese momento y la hizo Javier Jiménez Bas) y detrás el texto que el viernes pasado apareció en el blog de Varona y que bajo el título “Habemus álbum!” nos cuenta sus impresiones tras finalizar la grabación del nuevo trabajo del maestro.

Ahora solo cabe esperar que los días de vinagre y rosas de Sabina también sean los nuestros…




Habemus álbum!

Tolón, tolón, redoblan las campanas de mi barrio que es Aravaca... Los fieles salen a las ventanas y gritan jubilosos ¡Tenemos disco, habemus álbum!...

Pues sí.

Ayer lo terminamos o casi... Quedan un par de detalles para que el disquito vaya a la fábrica de hacer cedeses.

Quisimos brindar en el estudio con champán pero no sé qué pasó que el champán no llegó... El mensajero se lo habrá quedado, supongo. El caso es que había ambiente de celebración: estábamos los tres cerditos (Romero, De Diego y Varona) junto con el jefe JS y su señora que es mi amiga que es mi hermana que es mi novia. Y estaba Juanito, ingeniero de sonido y Luis, su ayudante. Y estaba el cuarto beatle (¡ya quisiéramos nosotros!) que es Sir Jaime Asúa. Y escuchábamos las canciones y babeábamos.

Hubo que poner las canciones en su orden...Joaquín empezó el orden del disco y se lo terminé yo cuando él dijo "me estoy liando...". Y lo escuchamos en su orden y nos dimos cuenta de que la segunda debía ser cuarta y la cuarta segunda. Ahí fue donde decidió Joaquín definitivamente que el disco se llamaría "Vinagre y rosas".
Y es un disco muy bonito, bonito y largo, bonito y especial, muy especial. Hubo un momento en que estuvimos a punto de lagrimón, no sé si fue oyendo la séptima o la octava... Muy emocionante todo.

Y nos dimos unos abrazos (cualquier excusa es buena para sobarse un poco...somos muy sobones) muy sentidos porque hemos trabajado mucho desde el mes de noviembre en que nos juntamos para empezar a darle forma a esta cosa redonda con un agujero en medio.

En noviembre empezamos con muchos bríos, en diciembre se nos bajaron los humos. Luego Joaquín y Benjamín Prado viajaron a Praga y se trajeron un puñado de buenísimas letritas nuevecitas y relucientes. Y ahí nació el disco realmente, en Praga.

Después vino el viaje a Rota y el subidón musical... Y luego un segundo viaje a Rota con otro subidón.

En junio nos metimos en el estudio y empezamos a grabar las bases, las baterías, las guitarras y bajos... Y llegó Joaquín y tolón, tolón.

Paramos en agosto veinte días para desengrasar y en septiembre hemos vuelto para poner la guinda al pastel. Tolón, tolón.

Estamos encantados, señoras y señores. Estoy totalmente seguro de que os va a gustar, de que os va a encantar. Aunque sé que un artista como mi niño, que vende cientos de miles de discos, tiene gente que le adora y gente que no le gusta lo que hace. Y habrá gente que diga que "Dímelo en la calle" era mucho mejor, y que éste está entre Pinto y Valdemoro. Me da igual. Ayer estuve a punto de llorar oyéndolo y eso es lo que me importa ahora mismo.

Os quiero. Os beso.

Pasado mañana me voy a México con mi hermano Antonio Gª de Diego a cantar unas rolas en varias ciudades. Qué felicidad acabar un gran disco y viajar a un gran país! Allí lo celebraremos con unos tequilazos! Y luego, a la vuelta del viaje, habrá que ponerse a ensayar... Jijiji... Para volver a viajar pero todos juntitos... Jijiji... Pronto, muy pronto... Jejeje…

Tolón, tolón.

Monaguillo insurgente Varona.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Hold me now (Thompson Twins)

I have a picture,
pinned to my wall.
An image of you and of me and we're laughing and loving it all.
Look at our life now, tattered and torn.
We fuss and we fight and delight in the tears that we cry until dawn.

Hold me now, warm my heart
stay with me, let loving start (let loving start)

You say I'm a dreamer, we're two of a kind
Both of us searching for some perfrct world we know we'll never find
So perhaps I should leave here, yeah yeah go far away
But you know that theres no where that I'd rather be than with you here today

Hold me now, warm my heart
stay with me, let loving start (let loving start)

You ask if I love you, well what can I say?
You know that I do and if this is just one of those games that we play
So I'll sing you a new song, please don't cry anymore
and then I'll ask your forgiveness, though I don't know just what I'm
asking it for

Hold me now, warm my heart
stay with me, let loving start (let loving start)

(Extraída del álbum “Into the gap” / Arista Records – 1984)

miércoles, 23 de septiembre de 2009

La invitación de Rosana

No me gusta nada Rosana, y la posibilidad de que asista a un concierto suyo, aunque sea gratis y a la puerta de mi casa, se puede decir que es casi nula. Diré más, hubo un tiempo, allá por 1996, en el que la llegue a tener autentica manía y su sola mención hacía que se me llevaran los demonios y me pusiese auténticamente enfermo…

Aquel bombardeo mediático y social que acompañó a su álbum debut (y que hizo que incluso yo que la despreciaba acabase aprendiéndomelo de memoria) por suerte pasó, y ahora si hay una palabra que define mi relación con ella esa es indiferencia. Parece ser, aunque yo no me haya enterado, que ha seguido publicando discos y que en América tiene un éxito más que aceptable… Es probable, incluso, que aquí lo sigua teniendo aunque para mi desde hace más de diez años es como si se la hubiese tragado la tierra, y así habría seguido siendo si no llega a ser por un titular que de pasada he visto esta mañana en el periódico y que ha hecho que me detenga en el.

“Rosana regala entradas a los parados para su concierto en Madrid”

Leyendo la información lo primero que llama la atención es precisamente el lugar donde se va a realizar el concierto ya que el “Palacio de los Deportes de Madrid” tiene unos 12000 espectadores, y como ya he dicho, tenía totalmente perdida la pista de Rosana y no sabia que mantuviera un poder de convocatoria lo suficientemente grande como para plantearse actuar en un recinto de ese tipo.

Después mentalmente aplaudo la iniciativa y recuerdo que hace no demasiado leí que Bebe había hecho algo parecido y, aunque eso ayude poco al que no tiene trabajo, al menos supone una muestra de apoyo hacia sus conciudadanos por parte de un gremio que nos tiene (en general) acostumbrados a criticar al consumidor por que le roba al no comprar sus discos.

Pero el mal bicho que llevo dentro también tiene algo que decir, y casi de inmediato me pregunto si no será una decisión tomada por la artista después de ver que no había vendido entradas suficientes para que el pabellón tuviese un aspecto digno y, ante la disyuntiva de que el concierto quedase muy deslucido, mejor regalar algunas entradas y a lo mejor el que la recibe se trae a alguien que no pensaba venir y que si que la paga…

Sea como fuere, y aunque las intenciones de la cantautora canaria no fuesen tan honestas como en principio parecen, yo prefiero seguir creyendo en la buena fe del ser humano y que la única razón está iniciativa está en la solidaridad con los que lo están pasando mal para que, al menos, tengan un rato de diversión y puedan desconectar de los problemas del día a día.

Para ello cualquiera que esté en esa situación y quiera asistir al espectáculo lo que tiene que hacer es pasarse por las taquillas del “Palacio de los Deportes” a partir de las 18:00 del viernes 25 con la tarjeta del paro y el DNI y recibirá una entrada para esa noche. Y si alguien que lea esto al final se deja caer por el concierto, me gustaría pedirle un pequeño favor… Que de mi parte, y sin que sirva de precedente, la de un fuerte aplauso y disfrute de ella.

martes, 22 de septiembre de 2009

El compromiso de Pearl Jam

Hoy Pearl Jam ha lanzado al mercado su noveno álbum de estudio que lleva por nombre “Backspacer” y, como después de algo más de un año aun no he hablado de ellos, creo que es el momento de solventar ese desagravio y dedicarles unas líneas que, sin duda, se merecen tanto por su trayectoria musical como (y sobre todo) por el compromiso que mantienen con su público y con su dignidad como banda ante la industria por encima de cualquier otra cosa. Y de eso es de lo que quiero hablar ya si muchos artistas siguiesen su ejemplo otro gallo los cantaría y no tendrían que ir lamentándose por ahí de lo mal que están las cosas y culpando a los demás de sus desgracias.

Surgidos en Seattle en plena eclosión del grunge (aunque con años de experiencia a sus espaldas en otras bandas) el suyo era un sonido menos pesado y con influencias del rock clásico de los 70 lo que con el paso del tiempo les permitió evolucionar en su propuesta y fundamentalmente sobrevivir, cosa que no hizo prácticamente ningún otro grupo de su generación. Además lo han hecho remando casi desde el principio en contra de una industria que les ha soportado por que vendían muchos discos pero que en realidad les odiaba (probablemente ese odio sea mutuo) por luchar sin tapujos contra todo lo que ella representa.

Para empezar desde el primer momento Peral Jam impusieron la doble edición de sus singles (vinilo y CD) con la inclusión de temas extras (inéditos, maquetas o versiones en vivo) en ellos cuando la tendencia del momento consistía en meter el tema elegido a pelo o como mucho con la conocida como versión “edit” que era más corta y estaba destinada a ser pinchada en las radio fórmulas. Esta postura llegó a su punto más álgido cuando decidieron publicar “Vitalogy” (su tercer álbum de estudio) dos semanas antes en vinilo como muestra de apoyo a un formato que en aquel momento (octubre de 1994) las disqueras habían decidido eliminar y que muchas de ellas ya ni siquiera fabricaban (de hecho ha sido el único LP que en la era del CD se ha colado en los puestos más altos de las listas de ventas norteamericanas).

Pero esa no fue la decisión más conflictiva que tomaron ya que el 1 de marzo de 1994, cuando estaban a punto de iniciar la segunda parte de la gira con la que estaban presentando “Vs” (su segundo disco), anunciaron su intención de mantener los precios de las entradas de sus conciertos por debajo de los 20 dólares ya que consideraban que la empresa “Ticketmaster” se aprovechaba de su posición dominante para perjudicar a los grupos y los fans ya que ponían los precios muy altos pero luego no pagaban a las bandas en función de ellos. Lógicamente también prescindieron de los servicios de la empresa en cuestión y continuaron con los conciertos sin contar con ellos, por lo que se inicio uno de los conflictos legales más importantes de la década y que marcó el futuro inmediato del grupo.

En mayo tuvieron que suspender la gira, y en junio Jeff Ament y Stone Gossard (principales promotores de la demanda) comparecieron ante un subcomité de la cámara de representantes de los Estados Unidos para testificar en el litigio de monopolio levantado contra la empresa. La principal victima de este asunto fue el batería Dave Abbruzzese que el 1 de agosto abandonó el grupo aduciendo problemas personales aunque todo indica que fue por las diferencias con el resto de sus compañeros por el asunto “Ticketmaster”. Los compromisos que tenían pendientes los salvan con Jack Irons (amigo de Eddie Vedder y que luego se quedó con el puesto) que debuta en el Bridge School Benefit que organiza Neil Young, aunque a lo largo de los siguientes años empiezan a notarse las secuelas de su conflicto legal ya que su numero de actuaciones se reducen de 150 en el periodo 1992-1993 a un poco más de 80 en el de 1994-1995 (tuvo que ser una pequeña empresa de venta de boletos la que ignorando las presiones, accede a manejar sus conciertos aunque varios tienen que ser suspendidos). En los tres años siguientes, a excepción de la gira con el canadiense presentando “Mirror ball” y algún acto benéfico, apenas se subieron a un escenario, y cuando por fin lo hicieron su conflicto estaba solucionado

Pero, como les definió la edición americana de la revista “Rolling Stone”, Pearl Jam son una banda que “pasó la mayor parte de la década pasada destruyendo su propia fama”, y su siguiente paso (al menos para su discográfica) no hacia más que corroborar esa afirmación… Durante años no pusieron demasiadas pegas para que sus fans grabaran sus conciertos y los intercambiaran, pero cuando empezaron a percibir que empezaba a generarse un negocio entorno a estas grabaciones decidieron tomar el toro por los cuernos y editar todos sus conciertos con el sonido sacado directamente de la mesa de mezclas para que así los fans no tuviesen que pagar el alto precio que pedían por sus bootlegs en muchos casos con un sonido más que deficiente.

Desde su gira de 2000 todos sus conciertos se han editado en las llamadas “Bootleg series” en formato bastante sencillo las dos primeras (la del 2000 son 72 álbumes dobles en vivo que capturan toda la gira Europea y Americana realizada ese año, y la de 2003 otros 72 con la Asiática y Americana) y a un precio muy reducido que, aunque en principio estaban destinadas solo a su venta desde la web del club de fans del grupo, al final por cuestiones contractuales acabaron en las tiendas para disfrute de todos. Las “series” de 2005 incluye 32 grabaciones de la gira Norteamericana y Latinoamericana y las de 2006 un total de 68 de la Norteamericana, Europea y Australiana, aunque esta vez si que se vendieron exclusivamente por Internet en formato digital y por descarga directa a las pocas horas de concluir el concierto.

No quiero concluir sin hacer referencia a un par de asuntillos más que tienen que ver con el compromiso de la banda con el mundo en el que viven. Desde el principio de su carrera cada navidad editaban un single especial que regalaban a su club de fans sin ningún tipo de intención comercial y fue así hasta que en 1998 graban “Last kiss” de J. Frank Wilson and the Cavaliers y “Soldier of love” de Arthur Alexander. La demanda de este tema por parte del publico para que fuese pinchado en las emisoras de radio hace que lo editen oficialmente en un disco benéfico para recaudar fondos para los refugiados de Kosovo y el éxito es tal que, además de ser el single del grupo que más alto ha llegado a las listas de ventas, consiguió generar unos beneficios de casi 7 millones de dólares y se convivió en el éxito comercial más grande que Pearl Jam ha tenido hasta la fecha y con el que curiosamente ellos no ganaron nada.

También es conocido su activismo político contra la administración de George W.Bush y las decisiones tomadas por esta tras los ataques del 11 de septiembre de 2001. En el concierto que da inicio a su gira de 2003 el 1 de abril en Denver el público se quedó atónito al ver como, en un momento dado, Eddie Vedder comenzó a golpear una máscara del presidente hecho ante el que mucha gente reaccionó abucheando al cantante y abandonando el recinto ante la sorpresa de todo el grupo. A pesar de eso y de la controversia que levantó, Vedder comenzó a incluir un show anti-Bush cuando interpretaban la canción “Bu$hleaguer” que, aunque no siempre era bien recibido mantuvo hasta el final de la gira.

Y esto es todo… O no, ya que la tras casi 20 años de historia son muchas las cosas que se quedan en el tintero y que me gustaría contar, aunque la fundamental es que de ellos se puede decir que son un autentico grupo de rock, con todas las letras y contra todo pronostico ya que han superado multitud de crisis internas y externas, y a pesar de todo han permanecido unidos y remando en la misma dirección aunque en muchos casos no estuviesen de acuerdo con las decisiones tomadas por el resto...

Y es que, a excepción del batería que ha cambiado en varias ocasiones por causas ajenas a la banda (Dave Abbruzzese se fue por el affaire con “Ticketmaster”, su sustituto Jack Irons por problemas de salud, y el actual, Matt Cameron lleva con ellos ya más de 10 años), ahí siguen como desde el primer día Eddie Vedder (voz), Jeff Ament (bajo), Stone Gossard (guitarra rítmica) y Mike McCready (guitarra solista) manteniendo el tipo en un mundo tan difícil como este y demostrando que cuando se va con los principios por delante y la cara bien alta (aunque te la partan en multitud de ocasiones) al final del camino te espera la recompensa del aplauso del público que para los que aman esto es, sin duda, lo más importante y la medicina que te hace seguir adelante…

lunes, 21 de septiembre de 2009

Rasputín en la plaza roja

No habrá revolución,
es el fin de la utopia,
se suicidó la ideología…
(El muro de Berlín – Joaquín Sabina, 1990)


Pobre Cuba… Para esto no se hizo la revolución…

No seré yo el que juzgue si todo el montaje que se ha hecho en La Habana para el concierto “Paz sin fronteras” (que se celebró anoche) es apropiado o no y tiene una utilidad real. Tal y como andan las cosas en la isla quizá habría sido más conveniente destinar el dinero a otros menesteres o al menos que los intervinientes le hubiesen echado huevos al asunto, poniendo sobre el tapete algo más que declaraciones vacías de contenido y mojándose un poquito (ya sea contra del gobierno de Raúl Castro por mantener la dictadura o de la oposición de Miami por ser el exilio más rastrero y miserable que ha existido nunca) en lugar de quedarse en lo políticamente correcto para no molestar a nadie.

Creo en todo caso que la intención Juanes (promotor del evento) era buena y que realmente trataba de tender lazos entre ambas partes, aunque al final me temo que todo se ha desvirtuado en parte por la mala fe de las partes implicadas (la disidencia presionando y amenazando a los artistas, y el gobierno cubano poniendo pegas e intentando imponer su criterio), pero también por que alguien ha asesorado mal al artista colombiano y en mi opinión la selección de ciertos invitados ha perjudicado a la credibilidad del acto.

Repito que no se quien fue el que aconsejo al promotor, pero la presencia de un personaje tan oscuro, siniestro y retorcido como Víctor Manuel San José me hace pensar que alguien no muy bien intencionado anda detrás… Y es que palabras como “sin ánimo de lucro” o “desinteresado”, que se han utilizado para referirse al evento, carecen de sentido y son imposibles si él está merodeando por ahí, ya que en los últimos lustros si en algo se ha especializado es precisamente en lo contrario.

La verdad es que sea cual sea la razón por la que se ha colado entre el elenco de músicos (en general respetables y con una trayectoria intachable en lo ético y lo artístico), a mi la sensación que me da es que la sociedad de autores españoles le ha enviado para asegurarse que sus intereses no se ven pisoteados y que la parte que le corresponde es cobrada con la diligencia debida, como por otro lado sucede en todo tipo de conciertos benéficos que se celebran dentro de nuestras fronteras.

Y ¿que queréis que os diga?... Me resulta difícil creer que cuestiones musicales (nadie recuerda la última vez que editó un disco con alguna canción decente o que alguien pagase un euro por ir a verle) o ideológicas (de todos es sabido que es un pesetero que solo se mueve si puede sacar algún beneficio de ello) sean las que le han llevado hasta la plaza roja de la revolución, por lo que es inevitable pensar en que hay algo más detrás de esa elección. Llamadme conspiranoico o lo que os de la gana, pero no me trago que una persona que hace bandera del revanchismo y que cada vez que habla escupe odio y rencor hacia cualquiera que no está de acuerdo con él o le lleva la contraria, de repente y por arte de magia se transforme en el representante español de la paz y la buena voluntad…

¿Cuando tuvo ese sentimiento este señor por última vez? ¿Cuándo pide la excomunión, la cárcel y la expulsión del país (matizo que es una exageración literaria que me permito y que esas palabras no han salido textualmente de su boca) a todo aquel que se descarga música sin pagar de internet? Agradecería que alguien me recordase una entrevista en los últimos años en la que no diese la sensación de que estaba cabreado con el mundo y de que todos le debíamos algo, pero me temo que no la encontraré...

Tal vez todo haya sido un último intento de lavar (no creo ya que vive convencido de su infalibilidad y de que la razón le acompaña por lo que no tiene nada de lo que arrepentirse ni corregir) o relanzar su imagen, pero dudo que hubiese alguien en la plaza a quien le importase lo más mínimo lo que tuviese que de decir ni que cantar, y ante la indiferencia generalizada que se ha ganado poco más habría que añadir…

También estuvo Bosé, otro paradigma patrio del ordeño masivo e indiscriminado de la vaca musical, pero como su presencia tiene al menos una explicación (amistad con Juanes, prestigio en Latinoamérica, tirón comercial…) por hoy lo dejaré estar…

Ni soy cubano y ni he sufrido ni la represión de un estado ni el abandono y maltrato de mis conciudadanos en el exilio. No he pasado hambre ni necesidades de ningún tipo, y tal vez me merezca un castigo por la frivolidad que voy a decir ahora. Pido perdón de antemano y espero que se tome como un guiño humorístico aunque lo último que sea el tema es precisamente algo gracioso… Pero mis queridos cubanos, si esto es lo que os va a traer el fin del embargo…

Un beso, un abrazo y, aunque en este mundo sea imposible e inviable, viva la revolución…

domingo, 20 de septiembre de 2009

Rarezas (The 101ers)

El de hoy es un bootleg que tal vez no lo sea, pero hacia tiempo que venia queriendo hablar de ese movimiento que se ha venido en llamar “pub-rock” así que haremos un poco la vista gorda y nos centraremos en la historia de los 101’ers y en como un chaval nacido en Ankara (Turquía) bajo el nombre de John Graham Mellor se acaba convirtiendo en el líder de la banda más grande del punk y en el padre de uno de los diez mejores discos de la historia del rock... Evidentemente hablamos de Joe Strummer, de The Clash y del maravilloso “London calling”… Pero ese es un cuento mucho más conocido que hoy no recordaré…

El disco que hoy comento y recomiendo fue publicado originalmente en 1981 por una discográfica llamaba “Andalucia Records” creada por Strummer y Richard Dudanski ex profeso para ello (una segunda versión ampliada por la viuda de Strummer y en la que el artista había estado trabajando antes de su muerte aparecería en 2005 y es la que se corresponde a los datos que al final de la entrada reproduzco) con las maquetas y algunas rarezas y directos de la banda, por lo que a pesar de aparecer de forma oficial (aunque ahora sea inencontrable), el contenido es el propio de un pirata que lo que le convierte en un documento único para entender ese momento en el que el punk empieza a gestarse mientras los grupos de rock se refugian para sobrevivir en los circuitos de bares con gran peso en el Reino Unido de mediados de los 70.

El hecho de ser hijo de un diplomático y de haber pasado su infancia viajando por distintos países, unido a que con 10 años fue recluido junto a su hermano en el “City of London Freemen's School” favoreció que su temprano interés por la música se viese enriquecido por el conocimiento de artistas muy variados tanto en lo estilístico como en lo conceptual, asunto este que a posteriori repercutió directamente en su obra (solo hace falta escuchar a The Clash y a los Sex Pistols para darse cuenta de que unos tenían una formación, criterio y buen gusto musical y los otros eran unos simples aporreadores de instrumentos). Tras formar varias bandas en su fugaz paso por la “Newport College of Art”, en 1974 decidió volver a Londres con la sana intención de buscarse la vida.

A su llegada a la capital se instaló como okupa en el 101 de Walterton Road y junto a unos compañeros de piso enseguida formo los 101 All Stars que acabaría derivando con el paso de los meses y los miembros (aquello fue un entrar y salir permanente de gente) en The 101ers. Desde el primer momento empezaron a ensayar como locos y enseguida lograron a preparar un repertorio propio en el que mezclaban temas propios como versiones de clásicos de rhythm’n’blues , y en poco tiempo (el 7 de septiembre) estaban sobre el escenario del “Telegraph”, un pub del barrio de Brixton en Londres.

A lo largo de lo que quedaba de ese año y a lo largo del siguiente se fueron curtiendo en el circuito de pubs actuando sin cesar, a veces como residentes de alguno de ellos (por ejemplo el “Charllie Pig Dog Club” donde hasta abril tocaban todos los jueves) y otras encadenando shows tanto en la capital como en otras capitales del Reino Unido, en las que además de tablas empezaron a adquirir una buena reputación como grupo de directo lo que empezó a abrirles las puertas de locales cada vez más grandes y prestigiosos. Antes de que acabase el año (el 28 de noviembre) entraron en los “Jackson's Studios” de Rickmansworth (cerca de Londres) donde con producción de Vic Maile registraron una maqueta con 6 temas aunque en esos momentos la mayor aspiración de Strummer pasaba exclusivamente por tocar lo más posible y disfrutar sobre un escenario.

A finales de febrero de 1976 y principios de marzo dan el salto para tocar 4 fechas en la vieja Europa (tres en Holanda y una en Bélgica), y nada más volver entran de nuevo en unos estudios de grabación (los “Pathway Studios” en Stoke Newington bajo la producción de Roger Armstrong) y allí registran los tres temas uno de los cuales “Keys to your heart” fue su tarjeta de presentación discográfica y que Strummer dedicó a su novia Palmolive (nacida en Málaga como Paloma Romero se instalo en Londres con 18 años y posteriormente fue batería de la banda de punk femenina The Slits).

Siguieron actuando, y el 3 de abril coincidieron el “Nashville” con una banda llamada Sex Pistols, y ahí fue cuando empezó a interesarse por el nuevo movimiento musical que empezaba a recorrer Londres. Empezó a tener la sensación de que la razón por la que estaban llegando a ningún sitio era por que no estaban haciendo nada interesante, y que tal vez en esos sonidos era donde había que bucear. A los pocos días consiguieron un contrato con una pequeña discográfica y volvieron a los “Pathway Studios” para grabar un single con “Keys to your heart” y “Five star rock and roll petrol” en lo que a la postre seria su único disco oficial.

El momento clave para el devenir de la historia de la música se produciría el 12 de mayo de 1976 cuando (según cuenta la leyenda) en un concierto que daban en el “Red Cow” se le acercaron el manager Bernie Rhodes y el guitarrista Mick Jones para decirle "Tu eres bueno, pero tu grupo es una mierda" y ofrecerle incorporarse como cantante a la banda que Mick tenia con Paul Simonon y Terry Chimes (sustituido luego por Topper Headon). La respuesta no se hizo esperar mucho, ya que Strummer pensaba que “los 101’ers tenían que caerse en pedazos ya que la mayoría de la banda estaba en contra de los punks y yo no...”. Ni la salida al mercado del single el 31 de ese mes pudo evitar lo inevitable, y el 5 de junio en el “Clare Hall” de Sussex, The 101ers se despedian para siempre.

Su marcha del grupo la anuncio un día después afirmando que rompía con el R’n’B para dedicarse al punk político, y menos de un mes después (4 de julio) su nuevo grupo renombrado a The Clash (hasta ese momento se los conocía como London SS) se presentaba como telonero de los Sex Pistols en el “The Black Swan” de Sheffield donde interpretaron los temas “Janie Jones”, “London's burning” y “1977”. La crítica de la revista NME fue muy dura y con el tiempo se hizo famosa por la poca visión del periodista ya que vino a decir algo así como: “The Clash es la típica banda de “garaje” que debería rápidamente regresar a su cochera, preferiblemente con la puerta cerrada y el motor encendido”

Evidentemente se equivocó ya que ese día la historia en mayúsculas, esa que se estudia en los libros, cambio para siempre...

Título del bootleg: Elgin avenue breakdown
Lugar, fecha y listado de canciones:
Jackson's Studios, Rickmansworth, 28 – Noviembre – 1975
01 - Letsagetabitarockin
02 - Silent telephone
Pathway Studios, Stoke Newington, 4 y 10 – Marzo – 1976
03 - Keys to your heart (ver.1)
Pathway Studios, Stoke Newington, 10 – Marzo – 1976
04 - Rabies (from the dogs of love)
Pathway Studios, Stoke Newington, 4 y 10 – Marzo – 1976
05 - Sweet revenge
Jackson's Studios, Rickmansworth, 28 – Noviembre – 1975
06 - Motor boys motor
07. Steamgauge '99
BBC Studios Maida Vale. Marzo y Abril - 1976
08 - 5 Star r'n'r petrol
09 - Surf city
10 - Keys to your heart (vers.2)
Jackson's Studios, Rickmansworth, 28 – Noviembre – 1975
11 - Sweety of the St Moritz
12 - Hideaway
Live At Camberwell Art School, 21 – Mayo - 1976
13 - Shake your hips
14 - Lonely mother's son
Live At The Roundhouse 18 – Abril – 1976
15 - Don't let it go
Live At Camberwell Art School, 21 – Mayo - 1976
16 - Keep taking the tablets
17 - Junco partner
Live at Wandsworth Prison, 21 – Marzo – 1976
18 - Out of time
Live At Camberwell Art School, 21 – Mayo – 1976
19 - Maybelline
Live At Bracknell Cellar Club, 22 – Mayo – 1976
20 - Gloria

sábado, 19 de septiembre de 2009

La niña rockera – XII

El verano musical de la niña roquera tiene un nombre propio y este no es otro que el de Kiko Veneno. Han pasado casi dos meses desde la noche que estuvimos en su concierto, pero a pesar de eso hoy mismo me ha preguntado cuando íbamos a ir otra vez a verlo, y me ha insistido en que la encantó y se lo pasó muy bien... De hecho ha sido ella la que ha querido fotografiarse con la portada de “Echate un cantecito” en lugar de la que yo tenia prevista y, aunque me alegra que esa primera experiencia la haya causado tan grata impresión, no deja de sorprenderme debido a que no ha sido la única de estas últimas semanas.

Para empezar a lo largo de los cuatro jueves de agosto el ayuntamiento ha organizado otras tantas actuaciones de grupos y artistas locales en plazas de la ciudad en una iniciativa llamada “Emplazados”. Las semanas que se portaba bien íbamos después de cenar en la bici al lugar en cuestión y, tras los bailoteos iniciales, nos sentábamos en las primeras filas (más bien lo hacia yo y ella se acurrucaba en mi regazo) y no perdía ojo a lo que sucedía sobre el escenario hasta que sus ojos empezaban a traicionarla y empezaban a cerrarse. Incluso en esas circunstancias, cuando la decía que nos teníamos que ir, la tía se resistía y pedía ver una canción más que solía escuchar ya sentada en su sillita y con el casco puesto.

Parecida situación la vivíamos en las verbenas de las fiestas del pueblo que, como empezaban tarde, enseguida teníamos que abandonar por el frío (las noches en la sierra suelen ser bastante traicionaras) y sobre todo por que, llegados a un punto; ninguno de los dos las disfrutábamos (ella por cansancio y yo por que el chunda-chunda me horroriza y tras un rato acaba haciéndoseme insufrible) lo suficiente para que nos compensara el esfuerzo, y de seguir allí por el simple hecho de estar habría acabado resultado para ambos totalmente contraproducente.

Ya en septiembre, hace un par de semanas, la “party dance” (una especie de”paradance” local) que se celebra desde hace años en el primer fin de semana de las fiestas de la ciudad, la decepcionó totalmente ya que la habíamos hablado de varias carrozas en las que iban dj’s poniendo música y chicos y chicas bailando, y al final (al parecer a causa de la crisis) tuvimos que conformarnos con un solo camión (bastante bonito, eso si) y una fiesta que apenas pudo disfrutar por que fue un visto y no visto. Su cabreo fue tal que, después de escuchar a alguien por donde estábamos viendo pasar la “procesión” (en palabras de la niña) que el responsable del desastre era el alcalde, los días siguientes se dedicó a contar a quien quisiese escucharla que “no la gustó nada y que la culpa la tenia el jefe del ayuntamiento”

Distinta respuesta tuvieron los asuntos étnicos ya que, tanto los bailes y músicas autóctonas (con la jota, la dulzaina y el tamborín como auténticos protagonista), como el espectáculo de “Mayumana” al que la llevamos creo que la gustaron bastante o al menos lograron captar su atención lo suficiente para no aburrirse y protestar por estar allí y no en otro sitio… Bueno, para ser sinceros el espectáculo de la compañía israelí llegó un punto en el que la cansó, pero creo que fue más por el entorno (el “Teatro Calderón” es muy bonito pero para una niña a punto de cumplir los cuatro años resulta excesivamente formal) y por el hecho de no poder moverse y bailar (desde el principio quería acercarse al borde del escenario para verlo de cerca).

En cualquier caso la mayor de todas las satisfacciones en este campo me ha llegado por otro camino. El año pasado la apuntamos a una academia de música para que, ya que la encanta cantar, a través de juegos pudiese ir dando rienda suelta a sus impulsos e instintos e ir poniendo una base que quizás mas adelante la sirva para algo (y si no la ayude a amar un poco más si cabe la música). La cosa es que cuando la pregunté que si quería volver otra vez este curso aunque no fuese su primo (hasta ahora han ido juntos), su respuesta fue tan inmediata y clara que me dejó perplejo: “claro papito, si a mi me gusta mucho ir, por que allí solo me mandan que toque instrumentos y no me riñen si los toco fuerte…”

Este curso que comienza ahora volverá no sólo a clase a aprender mientras se lo pasa bien, si no también a otros conciertos y espectáculos (teatro, marionetas, magia, malabarismos…) que la ayuden a disfrutar y valorar la creatividad ajena para así abrir su mente e impulsar la suya propia. La imaginación nos hace libres y felices, e ilustrando sus sueños infantiles al menos la daremos una oportunidad más para que lo logre...

viernes, 18 de septiembre de 2009

¿Y si una imagen vale más que mil y un acordes?

De todos es sabido que una imagen vale más que mil palabras, pero, ¿es posible que una imagen supere el poder evocativo y emocional de una canción?

A bote pronto, y sin pensar demasiado en la pregunta en toda su dimensión, mi respuesta es que no, pero después de unos segundos, mientras vuelvo la vista atrás y recuerdo fugazmente una serie de instantáneas que tengo grabadas en la retina, me temo que tengo que matizar un poco mi contestación y aceptar que en algunas ocasiones el poder de una fotografía puede superar con creces al de una melodía.

Me viene entonces a la cabeza la imagen de cuatro chavales de Manchester sumergiéndose en el metro mientras un tal Ian Curtis se gira justo en el momento de dispararse la cámara, o un cartel de la “ruta 66” caído en una cuneta en mitad de la nada, o un árbol en blanco y negro retorciéndose en un desierto lejano y desconocido, o la sombra de un tipo flaco y grenudo reflejada en una pared mientras fuma un cigarro…

Y recuerdo que amé a Joy Division mucho antes de escuchar su música por lo evocador de un segundo robado al tiempo y plasmado para siempre en un papel, o que si me acerque a una tienda a comprar el “101” de Depeche Mode no fue por que me interesasen si no por su portada con un puesto de merchandising y el precioso álbum de fotos que incluía de su gira por los Estados Unidos, o que luche por que me llegasen a gustar U2 para que tuviese sentido el colgar en mi habitación un póster con las imágenes de “The Joshua tree”, o que fue la inquietante imagen de Nick Cave lo que llevo a sumergirme en su universo musical y no sus canciones a las que seguramente hubiese tardado mucho tiempo en llegar lo que me hubiese privado de años de gozoso disfrute…

Imágenes y música en blanco y negro, todas ellas con un elemento común que no descubrí hasta hace unos años… Detrás de la cámara y apretando el gatillo curiosamente un mismo nombre: Antón Corbijn… Y no me queda más que agachar la cabeza, sonreír y aceptar que cuando es él el que se encuentra detrás del objetivo, una imagen (casi siempre) vale más que mil y un acordes…











jueves, 17 de septiembre de 2009

The whole of the moon (The Waterboys)

I pictured a rainbow
You held in your hands
I had flashes
But you saw then plan
I wondered out in the world for years
While you just stayed in your room
I saw the crescent
You saw the whole of the moon
The whole of the moon

You were there at the turnstiles
With the wind at your heels
You stretched for the stars
And you know how it feels
To reach too high
Too far
Too soon
You saw the whole of the moon

I was grounded
While you filled the skies
I was dumbfounded by truths
You cut through lies
I saw the rain-dirty valley
You saw Brigadoon
I saw the crescent
You saw the whole of the moon

I spoke about wings
You just flew
I wondered, I guessed, and I tried
You just knew
I sighed
But you swooned
I saw the crescent
You saw the whole of the moon
The whole of the moon

With a torch in your pocket
And the wind at your heels
You climbed on the ladder
And you know how it feels
To reach too high
Too far
Too soon
You saw the whole of the moon
The whole of the moon

Unicorns and cannonballs,
Palaces and piers,
Trumpets, towers, and tenemets,
Wide oceans full of tears,
Flag, rags, ferry boats,
Scimitars and scarves,
Every precious dream and vision
Underneath the stars

You climbed on the ladder
With the wind in your sails
You came like a comet
Blazing your trail
Too high
Too far
Too soon
You saw the whole of the moon

(Extraída del álbum “This is the sea” / Chrysalis – 1985)

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Nostalgias infantiles por Victor Jara

Hoy se han cumplido los 36 años de la ejecución (tras varios días de torturas en el Estadio Nacional de Chile) del cantautor y director teatral chileno Víctor Jara a manos de las fuerzas represivas de la dictadura de Augusto Pinochet que se había levantado en armas el 11 de septiembre contra el gobierno de Salvador Allende legítimamente elegido en unas elecciones libres. Quiero ser breve y no entrar en demasiadas disquisiciones entorno a su asesinato y los detalles que de el se conocen (fue arrestado en la universidad y conducido al estadio junto a otras 5000 personas que como el fueron torturadas y ajusticiadas durante los primeros días del golpe), ya que la razón de estas líneas es lo puramente emocional y todo lo que se ha retorcido en mi interior esta mañana al escuchar una de sus canciones.

Dicen que la infancia es la patria del hombre y, aunque no tengo demasiado clara esta afirmación, cuando han puesto a primera hora en la radio el “Duerme, duerme negrito” para recordar a Víctor en el aniversario de su muerte, he viajado de repente a un pasado que tenia absolutamente olvidado y arrinconado en lo profundo de mi memoria, y me he visto a mi mismo a mediados de los 70 (probablemente con la edad que puede tener mi niña rockera) oyendo a mi madre cantar esa canción mientras trataba de dormirnos a mi hermana y a mi.

La verdad es que, aunque mi familia es de izquierdas, no me pega demasiado que escuchasen ese tipo de canciones (ya he contado alguna vez que los singles que circulaban por casa, y que traía a mi padre un amigo piloto, iban más por la onda del pop rock británico de los 60 y artistas patrios que empezaban a despuntar en esa época) y se las atribuyo más a unos tíos que por esas fechas vivían enfrente de nosotros y que estaban más comprometidos con la causa revolucionaria y reivindicativa que mis padres.

Recuerdo que en aquella época la nana en cuestión me creaba cierta angustia ya que a la madre del pobre negrito al que está dedicada la hacían todo tipo de perrerías y putadas y a pesar de todo ella seguía trabajando por que sólo pensaba en su niño y en como poder darle cosas bonitas. Han tenido que pasar más de tres décadas y tener yo a mis dos amores chiquitines para volver a conmoverme con la canción y recuperar esas emociones que se marcan a sangre y fuego en el alma y sin saberlo forjan el carácter de uno… Y me ha dejado tocado durante todo el día…

Hace unos 10 años, no se muy bien por que, me dio por investigar a la generación de cantautores comprometidos con los movimientos sociales en América del sur (Mercedes Sosa, Violeta Parra, el Atahualpa Yupanqui, Silvio y Pablo...), y claro, como no existía internet, tuve que ingeniármelas para conseguir algunas cintas y CD’s (el vinilo había sido por entonces borrado momentáneamente del mapa y resultaba muy difícil encontrarlos) de los que no eran tan conocidos (Rodríguez y Milanes estaban en una segunda edad de oro y no resultó difícil, pero los otros…).

Al final, tras mucho buscar, lo único que pude conseguir de Victor Jara fue un recopilatorio hecho para el mercado germano con las letras en edición bilingüe (en castellano y alemán) y que me costó una pasta enorme, pero que al menos me dejo bastante satisfecho. Aunque en aquel momento podía hacer 25 años que no escuchaba nada del autor, pude reconocer y cantar bastantes de las canciones, lo que me hizo sospechar que realmente en aquellos años del tardo franquismo y transición sonó en mi entorno más de lo que yo mismo era capaz de recordar, aunque ni de lejos llegó a provocarme sensaciones y emociones que se aproximen mínimamente a lo de esta mañana.

Es muy probable que mañana pregunte a mi madre acerca de como entró Victor Jara en nuestra vida, y también es casi seguro que en las próximas semanas a mis niñas las tocará sufrir en silencio alguna de las composiciones que nos dejó el artista chileno por excelencia (con el permiso de los demás pioneros de la música en el cono sur). Luego poco a poco se me irá pasando, pero al menos esta vez ya se como poder encontrar el camino directo a mi patria…

martes, 15 de septiembre de 2009

Juez y parte (Joaquín Sabina)

Hoy este blog cumple su primer año de vida (la muerte de Richard Wright y la necesidad de hacerme eco de ella supuso el pistoletazo de salida) y para celebrarlo inicio una nueva sección con la pretendo recordar un par de veces al mes esos discos que, formando parte de lo mejor de su intérprete, han quedado aparcadas en la cuneta de la memoria a causa de que una obra superior (o con repercusión) absorbe toda la atención del público y los medios. A veces el debut de un artista es tan impactante que superar esos inicios se torna en una tarea imposible y ese primer éxito se acaba convirtiendo en una losa que sepulta todo lo que vendrá después. También existen muchos casos de carreras de fondo en las que el cantante de marras poco a poco va adquiriendo experiencia, tablas y saber hacer hasta que tras unos años “on the road” consigue firmar una obra maestra a la altura de las expectativas creadas y ante la que todos se quitan el sombrero pero que acaba ensombreciendo todo lo hecho anteriormente.

Esto segundo es lo que le sucedió al artista que he elegido para empezar a hablar de los discos que habitan en el olvido, mientras otros (que no siempre son superiores) se ganan el reconocimiento y la inmortalidad. Y es que el gran Joaquín Sabina hace ahora diez años (concretamente lo hizo el pasado 5 de septiembre) publicó el laureado y multiaclamado (por otro lado con toda la razón del mundo) “19 días y 500 noches”, y desde ese momento el resto de su discografía pasó a un segundo plano, y lo que hasta ese instante había sido una discusión recurrente entre sus fans de decidir cual era su mejor trabajo, desde ese momento la cosa quedó manifiestamente clara y sin dar lugar a demasiadas dudas…

Bueno, pues yo si las tengo, o al menos me atrevo a poner sobre la mesa la candidatura de “Juez y parte” como mejor trabajo del jienense y creo que, después de esta salida del armario, muchos (o al menos algunos) apoyaran esta moción. Corría el año 1985 y tras tres discos fallidos fundamentalmente en el aspecto de la producción, por fin logró tomar el control de todo el proceso y lograr un sonido uniforme que diese sentido a sus canciones. Gran parte de la culpa de este cambio la tiene la presencia junto a él de Viceversa que, no solo aparecen acreditados en la portada como autores del disco, si no que ejercieron activamente como tales arreglando, componiendo e implicándose en todo el proceso como si todos juntos formasen una sola unidad con el destino común de sonar como una auténtica banda de rock and roll.

De su primer disco (“Inventario” de 1978) es mejor ni hablar ya que los arreglos orquestales son de juzgado de guardia y e la maqueta original se perdió sin dejar rastro entre tanta pomposidad. Algo parecido se podría decir de “Malas compañías” (1980) y, aunque al menos aquí las canciones aparecieron más desnudas, una vez más los arreglos dieron un poco al traste con el concepto general del disco salvándose por que esta vez había varias perlas que ni el peor trabajo en estudio podían destrozar. Con “La Mandrágora”, al haber sido grabado en una de las actuaciones que dieron en la sala, se consiguió que todo sonase tal cual era que, dadas las experiencias previas, no resultaba poca cosa, y más cuando en “Ruleta rusa” se volvieron a repetir los errores de antaño. En esta ocasión, al haberse grabado a lo largo de un par de años con dos productores (uno de ellos el inefable Luis Cobos), una docena de músicos distintos y varios arreglistas, a pesar de haber de nuevo grandes momentos, algunos temas se quedan cojos y mudos diluyéndose en si mismos y dando una vez unos resultados fallidos.

Con “Juez y parte” todo esto cambia ya que, al margen de haber fichado por “Ariola” que le da libertad absoluta y plenos poderes, Joaquín se encuentra por primera vez con las ideas muy claras gracias al paso dado al frente en su anterior trabajo de abandonar el redil de lo que se conocía como canción de autor y abrazar sin complejos el rock. Ya se encontraba liberado para hacer un poco lo que le diera la gana, y con la frescura que le aportaban las guitarras de Manolo Rodríguez y Pancho Varona, el toque funk de Javi Martínez en el bajo y el ritmo contundente pero no alocado de Paco Beneyto con su batería, logró que por fin todo sonase uniforme y en su sitio y que las canciones resaltasen por si mismas mostrando toda su grandeza y no insinuándola como había sucedido hasta entonces.

En lo puramente musical “Juez y parte” se inicia a golpe de batería para que a los pocos segundos entre la guitarra y el maestro entone esa declaración de principios que es “Güisqui sin soda” con eso de “Sólo cumplo años bisiestos que acaban en dos. Gasto más que gano, vivo con lo puesto menos un botón. No tengo costumbre de guardar la ropa si voy a nadar. Y de las dos majas de Goya prefiero la misma que tu…”. A continuación “Cuando era más joven” nos evoca esos tiempos en los que los trenes eran animales mitológicos que representaban la fuga, la huida, la libertad…, y a partir de ahí tres retratos de personajes marginales (“Ciudadano cero” sobre un hombre corriente que de repente se convierten asesino múltiple, el de una banda suburbial en “Kung-Fu” y el de un mendigo en la “Balada a Tolito”), un nuevo tema de tintes autobiográficos (“El joven aprendiz de pintor”) y cuatro canciones con el amor y las relaciones personales como fondo (“Rebajas de enero” e “Incompatibilidad de caracteres” sobre la vida con Lucia, “Princesa” con la historia de una amiga vencida por la heroína y “Quédate a dormir” sobre la incertidumbre de las relaciones de una sola noche) completan su primera obra maestra y el disco que le abrió la puerta al gran público.

En los años siguientes grabó un doble en directo y luego “Hotel, dulce hotel” que gracias al éxito de temas como “Así estoy yo sin ti”, “Que se llama soledad” o “Pacto entre caballeros” le situó en lo más alto de las listas de ventas e hizo de él un personaje muy popular. Siguió escribiendo grandes canciones en discos con muchos altibajos que, hasta la llegada del “19 días…”, mezclaban una de cal y otra de arena con éxitos incontestables y cosas de relleno que solían dejar un sabor un tanto agridulce… Y desde entonces el resto de la historia poco importa ya que Sabina ha alcanzado una posición que le sitúa más allá del bien y del mal y haga lo que haga habrá una multitud de fans dispuestos a aclamarle.

Por suerte o por desgracia para mi yo soy uno de ellos desde hace casi 25 años cuando una calurosa tarde de junio (y tras haberle visto la noche anterior en “Si yo fuera presidente” interpretando “Cuando era más joven”) me dirigí a “Galerías Preciados” y compré mi primer disco de Joaquín (que en aquel momento hacia el 16 de una colección que ahora supera los 2500) que se llamaba Juez y parte… Y desde ese día supe que ese tipo me acompañaría siempre pasase lo que pasase ya que, aunque no siempre me diese lo que yo quería o necesitaba, cuando lo hacia la satisfacción superaba con creces la decepción de cuando no… Por que lo bueno de nuestra relación es que cuando esto ha sucedido (sin rencores ni reproches por parte de ninguna de las partes) me ha bastado con mandarle al carajo y agarrarme a una de sus frases mientras esperaba que un mejor momento llegase ya que al fin y al cabo “perdí ya tantas noches que una más que mas da…”

Título: Juez y parte
Producción: Joaquín Sabina y Jesús Gómez
Grabado en: Doubrewtronics (Madrid)
Editado por: ARIOLA en 1985
Canciones:
Cara A
- Güisqui sin soda (sexo sin boda)
- Cuando era más joven
- Ciudadano cero
- El joven aprendiz de pintor
- Rebajas de enero
Cara B
- Kung-Fu
- Balada a Tolito
- Incompatibilidad de caracteres
- Princesa
- Quédate a dormir